La escala del alcalde (2/5): Sin futuro - Las Bolas de Pablo

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18 feb 2016

La escala del alcalde (2/5): Sin futuro


CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Los periodistas se amontonaban en la entrada del edificio judicial a la espera del alcalde en compaƱƭa de su abogado quienes interponĆ­an una demanda de difamaciĆ³n en injuria contra un periĆ³dico de la ciudad quien habĆ­a causado una polĆ©mica explosiva en referencia a una noticia publicada que envolvia la dignidad del hombre. Investigadores y periodistas se aglomeraron en la entrada cuando divisaron la esbelta figura del lĆ­der de partido de derecha bajando las escaleras del edificio.


   El alcalde hombre fue esquivo en sus declaraciones, en breves palabras informĆ³ que el proceso judicial en el transcurrir de los dĆ­as iniciarĆ­a y serĆ­a la justicia quien determinarĆ­a la verdad de las cosas y se pondrĆ­a fin a las noticias amarillistas:



   ā€”Porque es muy grave que se juegue con con la integridad de una personaā€”explicabaā€”, y mĆ”s si tiene el respaldo de un pueblo que confĆ­a en mi y le brindĆ³ mi total agradecimiento por sus respaldo. Todo esto es una campaƱa de desprestigio en mi contra.



   El hombre se marchĆ³ de la entrada del edificio aun con los periodistas formulando preguntas, inclusive prefiriĆ³ ignorar las punzantes interrogantes de la chica que laboraba para el periĆ³dico que recibirĆ­a la demanda.



   TobĆ­as subiĆ³ al vehĆ­culo negro que lo resguardaba, agazapada en el asiento estaba su novia LucĆ­a, la bella primera dama.



   ā€”Que molestia con esos periodistas ā€”comentĆ³ mientras el chĆ³fer empezaba a manejarā€”, los odio a todos. No sĆ© como pueden obtener tanta informaciĆ³n.



   ā€”Despreocupate ā€”pidiĆ³ TobĆ­as clavando la mirada en su zapato nuevo, dias atrĆ”s en aquel soez periĆ³dico saliĆ³ publicado los Ćŗltimos movimientos bancarios de esa pareja de polĆ­ticos, las Ćŗltimas compras caras, lujosas e innecesarias en centros comerciales del extranjero... dinero robado del Estado.



   ā€”Las notas son cada vez mĆ”s ciertas ā€”dijo LucĆ­aā€”, los odio... comenzaron con comentarios burdos y cada vez mĆ”s son violentos y voraces... parece que nos quisieran destruir.



   ā€”CĆ”lmate ā€”pidiĆ³ TobĆ­as abrazandolaā€”, deja el caso de mano de un juez, todo el mundo tiene su precio, ellos no fueron la excepciĆ³n la justicia estĆ” de nuestra parte. Siempre lo estarĆ”. Quiero que solo te dediques a nuestra boda.



   ā€”La boda... averiguarĆ”n hasta el mĆ”s mĆ­nimo de los gastos.



   ā€”No pasarĆ” nada. Quienes se encargaran de los preparativos es gente muy fiel. No trascenderĆ” nada a la prensa.



   LucĆ­a siguiĆ³ hablando sĆ³lo que aquellas vanas palabras se perdieron en el aire con la llegada de un mensaje de whatsapp al celular personal de TobĆ­as, quien al momento de leer creyĆ³ que la sangre le quemaba el cuerpo al tener fusiĆ³n con su ira.



"SĆ­ hay algo a lo que los polĆ­ticos temen... es a los estudiantes y a la prensa" habĆ­a escrito Oliver, el periodista que habĆ­a iniciado ese mar de jaleo con chismes.



   "Pero quĆ© mierda haces escribiĆ©ndome. ĀæQuien te ha dado mi nĆŗmero? Si fueras mĆ”s inteligente no te atreverĆ­as a escribirme"



   Oliver recibiĆ³ aquel mensaje estaba escribiendo alguna respuesta cuando la voz de LucĆ­a lo hizo salir de sus pensamientos.



   ā€”ĀæQuien te escribe? ā€”quiso saber.



   ā€”Eh... ā€”TobĆ­as levantĆ³ la boca restando importancia al comentario que darĆ­aā€”, mi hermana que pronto vendrĆ” a visitarnos.



   ā€”Oh... dale mi saludo ā€”respondiĆ³ LucĆ­a cuando el celular sonaba con una respuesta, ella lanzĆ³ un suspiroā€”. Hoy estoy cansada para ir aquel evento con los niƱos del orfanato, dirĆ© que estoy indispuesta y sĆ³lo mandarĆ© un dulce mensaje por vĆ­deo.



   TobĆ­as sĆ³lo dio un gemido por respuesta aunque no la escuchaba sĆ³lo leĆ­a y respondĆ­a a Oliver.



"Tu nĆŗmero privado me lo dio tu misma gente, sĆ­, esa que trabaja para ti, en la que se supone que debes confiar, y yo, bueno soy muy inteligente, por ello te escribo, ya sĆ© que fuiste a hacer esa absurda demanda... yo tengo el poder de la comunicaciĆ³n... puedo hablar... y mucho de ti..."



   Los dedos de TobĆ­as se deslizaban rĆ”pido por la pantalla del celular.



"Todo es una campaƱa de desprestigio para mi exitosa carrera polĆ­tica. TĆŗ lo sabes"



   A lo que Oliver respondiĆ³:


"TĆŗ sabes que no tengo intenciĆ³n polĆ­tica... lo que no me gusta es la mentira y menos los mentirosos. Yo voy por los mentirosos, por ti, por tu falsa faceta"


   TobĆ­as respondiĆ³:



"Tus noticias empezaron con farsas asĆ­ que no te hagas el digno"



   TobĆ­as mirĆ³ a LucĆ­a que tenĆ­a los ojos cerrados, hubo de silenciar el celular para seguir leyendo la comunicaciĆ³n con Oliver que respondiĆ³:



"Tienes razĆ³n sin embargo tĆŗ y yo podemos reunirnos para discutir que es cierto y falso en nuestras vidas... de hecho creo que te conviene mĆ”s a ti que a mi ese encuentro. "



"Yo no tengo ningĆŗn motivo para reunirme contigo. La prĆ³xima vez que te vea serĆ” en un tribunal."



   A lo que Oliver tuvo que responder.



"Es verdad, tengo muchas cosas que hablar de ti. TĆŗ lo sabes... Āæno sĆ© si prefieres que lo hable contigo, frente a todo el tribunal o lo publique en la columna de un periĆ³dico y sembrar la duda."



   TobĆ­as apretĆ³ los labios, sentĆ­a un pesado frĆ­o en la espalda... Oliver sabĆ­a tantas cosas de Ć©l que tenĆ­a las mejores formas de acorralarlo. MirĆ³ a LucĆ­a que parecĆ­a dormitar. EscribiĆ³ como mensaje para Oliver:



"Si publicas para el periĆ³dico mĆ”s te vas a hundir mas. Hare que lo cierren."



   Oliver no tardĆ³ en responder:



"Pero tengo fotos, ya expresa un dicho una imagen vale mĆ”s que mil palabras... Āærecuerdas esta foto?"



   Y enviĆ³ la imagen de hace seis aƱos donde Ć©l y Oliver estaban acostados con el torso desnudos en una cama abrazĆ”ndose.



"Fue una buena Ć©poca. Eramos jovenes y pendejos." terminĆ³ por escribir Oliver.



   TobĆ­as sintiĆ³ que le faltaba el aliento y que su corazĆ³n saldrĆ­a por su pecho. La mano le temblĆ³ para responder una vez que borrĆ³ la imagen recibida.



"EstĆ” bien tĆŗ y yo nos veremos para conciliar. El lugar lo pondrĆ© yo, ni loco irĆ© a un sitio que tĆŗ propongas."



   Oliver respondiĆ³:



"Yo no quiero conciliar, sĆ³lo quiero que hables con esa verdad que te caracteriza. Pero estĆ” bien, me gusta verte manso como un cordero... eso contrasta tanto con tu actitud tan prepotente... lol... ĀæDĆ³nde nos vemos?"



   Dando un largo suspiro TobĆ­as respondiĆ³:



"Te espero en 40 minutos en mi casa de la BahĆ­a"



   TobĆ­as prefiriĆ³ obviar la respuesta ridicula de Oliver:



"Tu departamento de la BahĆ­a... nos gustaba pasar mucho tiempo ahĆ­, Āæcierto? Recuerdas cuando le decĆ­as a LucĆ­a que tenĆ­a viajes con el partido? Y nos quedĆ”bamos ahĆ­ encerrados los fines de semana"



   ā€”ĀæIrĆ”s a tu reuniĆ³n, cierto? ā€”preguntĆ³ TobĆ­as a LucĆ­a, ella abriĆ³ los ojos un poco atontada.



   ā€”Amor, te acabo de decir que no tenĆ­a ganas de ir. Estoy sin Ć”nimos.



   ā€”No, irĆ”s a esa reuniĆ³n.



   ā€”No, que flojera, TobĆ­as ā€”negĆ³ con fuerza LucĆ­aā€”. Tengo otras cosas que hacer, dedicarme a mi.



   ā€”Eres la primera dama de la regiĆ³n y vas a ir, no estamos en una situaciĆ³n para ser mezquinos. Entre mĆ”s sociables y empĆ”ticos, mejor, Horacio ā€”se dirigĆ­a al choferā€”, llevame a la sede del partido donde te quedaras con LucĆ­a y la llevaras en otro vehĆ­culo, yo necesito salir en este.



   ā€”ĀæY tĆŗ a dĆ³nde vas? ā€”quiso saber LucĆ­a.



   TobĆ­as se arrecostĆ³ al asiento mientras se acomodaba el cuello de la camisa.



   ā€”Me acaban de llamar para una reuniĆ³n con respecto a la demanda que coloquĆ©.



   ā€”ĀæQuienes?



   ā€”Unos abogados... LucĆ­a, que sea esto un secreto, confĆ­a en mi.



   Ella mirĆ³ sus ojos color cafe y confiĆ³ en su novio. Sin decir muchas palabras esperĆ³ que el vehĆ­culo llegara hasta la sede del partido y con un beso en los labios se despidiĆ³ de Ć©l, TobĆ­as pasĆ³ a la parte delantera del vehĆ­culo y puso marcha a un sitio que sĆ³lo Ć©l sabrĆ­a... su departamento de la playa.



   Condujo hasta la residencia que visitaba cada cierta temporada a pesar de vivir en igual ciudad. Al llegar al estacionamiento avisĆ³ al oficial que alguien lo irĆ­a a visitar y que debĆ­an dejarlo pasar.



   Oliver tardĆ³ 35 minutos en llegar al departamento. TenĆ­a un atuendo caluroso que contrastaba con el recio clima de la ciudad.



   ā€”ĀæTienes escondido en alguna parte tu micrĆ³fono o una grabadora? ā€”preguntĆ³ TobĆ­as con el ceƱo fruncido, ocupaba el sillĆ³n de la sala y miraba el abrigo que el periodista tenĆ­a puesto.



   ā€”Estoy bien ā€”respondiĆ³ Oliver omitiendo el comentario del alcalde cerrando la puerta de entradaā€”. ĀæCĆ³mo estĆ”s, TobĆ­as?



   El hombre sonriĆ³ y afirmĆ³ con la cabeza.



   ā€”Lo tomarĆ© como un bien. Deseaba saludarte, y hablar... ĀæQuĆ© te dijeron en tribunales? ĀæCuanto te costĆ³ el juez?



   TobĆ­as uniĆ³ las cejas y negĆ³ con la cabeza a tiempo que sonreĆ­a con descaro.



   ā€”ĀæNo hablarĆ”s, alcalde? ā€”TobĆ­as no emitiĆ³ respuestaā€”. Y tanto que te gusta hablar... piensa que estĆ”s en un mitin y yo soy tu pĆŗblico, a ese al que engaƱas y le hablas de lo hermoso que es la familia, el matrimonio... el amor entre un hombre y una mujer...



   TobĆ­as se cruzĆ³ de brazos y se apoyĆ³ en el sillĆ³n pero Oliver siguiĆ³ hablando:



   ā€”Ā”Habla! Dime del amor y respeto que le tienes a tu novia... de esa que lloraba delante de mi porque creĆ­a que tĆŗ tenĆ­as otra... la tonta no sabĆ­a que no era otra sino otro y era yo... Ā”Que chabacano, alcalde! Tienes a toda una ciudad engaƱada. A mi nunca me pudiste engaƱar... ĀæTe acuerdas cuando nos conocimos? Tu eras el jefe del centro de estudiantes y yo acudĆ­ a ti con el problema que nos tenĆ­a un profesor a la clase... Āæte acuerdas? ā€”el rostro de TobĆ­as estaba sereno sin reflejar nada, quizĆ”s se acordaba del pasadoā€”, nos hicimos muy amigos, y los mejores amigos... en la intimidad no eras tan fuerte como parecĆ­as... ĀæQuien te adentrĆ³ en la polĆ­tica?... ĀæEl viejo Tovar, cierto? Nunca supe si se la chupaste, Āælo hiciste? Fueron muchas las veces que nos embarcaste a Lucia y a mi porque estabas con el. Tu escala en la politica...



   ā€”ĀæA dĆ³nde demonios quieres llegar? ā€”reventĆ³ el silencio TobĆ­as, su voz sonaba potenteā€”. No pienso hablar contigo hasta que te saques la grabadora o el micrĆ³fono.



   Oliver parado frente a Ć©l riĆ³ con soltura, empezĆ³ a abrir los botones de su largo abrigo que lo mostrĆ³ desnudo tal cual naciĆ³. El ropaje cayĆ³ al suelo y Ć©l agarrĆ³ su pene casi duro con firmeza.



   ā€”El Ćŗnico micrĆ³fono que tengo aquĆ­ es el que te has metido muchas veces a la boca ā€”dijo rebelando su rosa cabezaā€”. En este micrĆ³fono te tragaste tus falsos discursos polĆ­ticos. ĀæRecuerdas? Ese discurso del cumpleaƱos del partido lo cantaste aqui.



   Oliver se acercaba a TobĆ­as que seguĆ­a como estatua mirĆ”ndolo, el periodista se parĆ³ frente a su cara y frotĆ³ con sus manos el pene blanco que empezĆ³ a crecer con buen tamaƱo. TobĆ­as centrĆ³ los ojos en el abdomen del periodista todo duro y fibroso en mĆŗsculos. Las pelotas de Oliver caĆ­an muy grandes en su escroto mientras este seguĆ­a moviendo el pene entre sus manos.



   ā€”Vamos, chupa este micrĆ³fono ā€”pedĆ­a Oliver con los ojos cerrados.



   TobĆ­as sintiĆ³ que su pene empezaba a reaccionar dentro de su pantalĆ³n sin poder evitarlo, sintiĆ³ odio del sentir esa excitaciĆ³n.



   ā€”ĀæQuĆ© buscas con todo esto, Oliver?



   ā€”Que me la mames, sĆ© que se te antoja.



   ā€”Esto es un error y tĆŗ lo sabes ā€”corroborĆ³ TobĆ­as.



   ā€”Un error ā€”repitiĆ³ Oliverā€”. Te oĆ­ste como tu padre cuando se oponĆ­a a la aprobaciĆ³n del matrimonio entre homosexuales... que familia tan conservadora la tuya... ven, prueba como en los viejos tiempos.



   Con dulzura Oliver tomĆ³ la nuca de TobĆ­as la aproximĆ³ hacia adelante contra su erecto pene.



   En un corto instante Oliver soltĆ³ a TobĆ­as y retrocediĆ³ doblado del dolor pues enfurecido el alcalde plantĆ³ su puƱo en las carnosas bolas del periodista. Cuando el puƱo pisĆ³ sus cojones desnudos contra la pelvis, TobĆ­as sintiĆ³ como la intensidad del golpe hundio la forma de los vulnerables testes.



   ā€”Oooohhhhhh ā€”pudo escapar dĆ©bilmente de los labios de Oliver.



   CayĆ³ de rodillas agarrĆ”ndose la entrepierna, con los ojos muy cerrados y la sien marcando su frente. TobĆ­as apretĆ³ los labios y abandonĆ³ su asiento luciendo alto e imponente.



   ā€”ĀæTe... doliĆ³ mucho? ā€”preguntĆ³ con nerviosismo y preocupaciĆ³n.



   ā€”Ā”CĆ”llate, maldito ladrĆ³n!



   Oliver escupiĆ³ aquellas palabras con autentico dolor y odio. Lentamente se puso de pie aunque seguĆ­a encorvado sosteniendo sus gĆ³nadas. TobĆ­as abandonĆ³ la sala y no tardĆ³ mĆ”s de dos minutos en regresar traĆ­a entre sus manos una ropa interior.



   ā€”ColĆ³cate esto, no quiero verte asĆ­.



   LanzĆ³ la ropa a Oliver que la cogiĆ³, aun tenĆ­a cara de procesar el fuerte dolor.



   TobĆ­as se dirigiĆ³ a un grande y bonito mueble bar de madera que habĆ­a en la sala, allĆ­ se agachĆ³ para buscar unas copas y una bebida, cuando se enderezĆ³ ya Oliver se habĆ­a puesto la ropa interior TobĆ­as tragĆ³ saliva al ver el contorno de cada testĆ­culo y la polla gorda visible entre sus piernas, el periodista se sentaba lento en el mueble y TobĆ­as se agachĆ³ para guardar la botella de alcohol.



   ā€”ĀæQue es eso? ā€”preguntĆ³ Oliver cuando le tendĆ­an el vaso.



   ā€”Una copa de whiskey, nos ayudarĆ” a hablar como personas inteligentes sin necesidad de humillarnos.



   ā€”Yo no me humille, sĆ© que tuviste una erecciĆ³n cuando me viste... quien te puede humillar en pĆŗblico soy yo ā€”dijo Oliver dando Ć©nfasis a sus palabras. BebiĆ³ su vaso.



   TobĆ­as sonriĆ³ con picardĆ­a llevĆ³ el vaso entre sus labios, mirando a Oliver no habĆ­a que ocultar que con el paso de los aƱos se habĆ­a vuelto impresionantemente guapo; alto, esbelto, valiente y musculoso.



   ā€”Entonces te vas a casar y fundarĆ”s una familia felĆ­z ā€”murmurĆ³ con sorna Oliver, mirĆ³ a TobĆ­as que le devolvĆ­a la miradaā€”. Tu propia gente me tienen informados de tus pasos, es sorprendente lo que la gente hace por un poco mĆ”s de dinero ā€”dio un bostezo sintiendo una oleada de fatiga extrema.



   ā€”Pero yo sigo siendo mĆ”s inteligente ā€”contestĆ³ TobĆ­as con una malvada risa.



   Oliver sintiĆ³ miedo e intentĆ³ levantarse del mueble pero TobĆ­as lo atrapĆ³ cuando perdiĆ³ el equilibrio.



   ā€”Ahora veremos quien hundirĆ” a quien ā€”riĆ³ TobĆ­as sintiĆ©ndose omnipotente. Mantenia la voz serena que hizo que Oliver se asustara.



   Oliver se aferrĆ³ al alcalde cuando otra ola de cansancio se apoderĆ³ de Ć©l. TobĆ­as observĆ³ lo sudoroso que se volvĆ­a.



   Oliver balbuceĆ³ algo ininteligible por casi un minuto antes de finalmente quedar desmayado. TobĆ­as tomĆ³ fuerza para conducir su pesado cuerpo a travĆ©s de la sala para llevarlo a una habitaciĆ³n.



   Cuando Oliver tomĆ³ consciencia recordĆ³ estar en la habitaciĆ³n de TobĆ­as a pesar de pequeƱas modificaciones. IntentĆ³ levantarse pero asĆ­ se dio cuenta que sus miembros estaban atados a las esquinas de la cama, lo mĆ”s sorprendente era la posiciĆ³n en la que estaba en forma de equis.



   ā€”Ā”TOBƍAS, TOBƍAS!



   El alcalde apareciĆ³ en el umbral de la puerta, se quedĆ³ inerte admirando verdaderaente el hermoso cuerpo del periodista, caminĆ³ a la cama y parado ante Ć©l se sintiĆ³ superior ante ese ser maniatado.



   ā€”Hmmmm... ĀæQuien tiene ahora el control?



   TobĆ­as extendiĆ³ el dedo Ć­ndice por los pectorales firmes de Oliver. PodĆ­a sentir el corazĆ³n del periodista, parecĆ­a un tambor sĆ³lo mostrando su grado de nerviosismo.



   ā€”SĆ”came de aquĆ­ ā€”rogĆ³ Oliver.



   TobĆ­as pasĆ³ el dedo lentamente por sus abdominales, frotando. Oliver bajĆ³ la mirada de la cara de satisfacciĆ³n del alcalde hacia su entrepierna, parecĆ­a que reventarĆ­a el pantalĆ³n por la erecciĆ³n que cargaba.



   TobĆ­as trasladĆ³ su mano a la entrepierna abultada de Oliver, el periodista hizo una mueca cuando el alcalde aplicĆ³ una ligera presiĆ³n a la loma que era su pene. Oliver gritĆ³ cuando TobĆ­as hizo presiĆ³n sobre uno de sus testĆ­culos mirando con deleite como el hombre se retorcĆ­a ante la presiĆ³n.



   ā€”ĀæDe quĆ© manera me vas a hundir si ahora soy yo quien tiene el control?... ĀæY si te secuestro y nunca mĆ”s te dejo ir, eh? Te puedo desaparecer...



   Oliver  apenas habĆ­a comprendia aquellas palabras pues gritaba en estado de shock y dolor. TobĆ­as  habĆ­a cerrado de golpe el puƱo, toda su fuerza se centraba directamente en la cojĆ³n derecho de Oliver. El cerebro de Oliver  procesaba violentamente el horrendo dolor de como su testĆ­culo pasaba a etapa de agonĆ­a.



   ā€”Ā”Por favor, por favor! Para ya ā€”suplicaba Oliver.



   TobĆ­as apretĆ³ el puƱo y lo hundiĆ³ en las bolas del periodista soltandole un grito duro.



   ā€”Ā”TobĆ­as. Por favor, por favor!



   TobĆ­as  dio un paso atrĆ”s para admirar al muchacho, que estaba lloriqueando. IgnorĆ³ las sĆŗplicas de Oliver y tomĆ³ un par de tijeras que estaban sobre la mesa de noche del cuarto. Se puso de pie cerca de Oliver.



   Oliver gritĆ³ y luchĆ³ en vano cuando sintiĆ³ el metal frĆ­o sobre sus genitales.



   ā€”Ā”No! TobĆ­as! NOOOOO.



   El alcalde presionĆ³ la tijera sobre el testĆ­culo izquierdo, estaba sonriendo al sentir la hoja amenazando al Ć³rgano.



   ā€”Ā”No! WAAAAAAAAA.



   Oliver lloraba como un autentico niƱo asustado.



   TobĆ­as  retirĆ³ la tijera, satisfecho de haber mermado la psique del periodista. AgarrĆ³ el colgante saco escrotal de Oliver, adueƱandose de una pelota en cada mano para empezar a apretar los Ć³rganos blandos.



   Oliver ni siquiera podĆ­a gritar el dolor era tan paralizante. TobĆ­as se riĆ³ de los sollozos de su ex pareja.



   El periodista lanzĆ³ un grito estridente antes de queda inerte sobre la cama. TobĆ­as  se habĆ­a extralimitado al aplastar contra la palma de su mano aquellas bolas.



   Oliver  no supo cuĆ”nto tiempo habĆ­a pasado desde que habĆ­a perdido el conocimiento, pero se despertĆ³ para encontrar que todavĆ­a estaba atado contra la cama, completamente aturdido pero cuando divisĆ“ a TobĆ­as se llenĆ³ de terror.



   RĆ”pidamente TobĆ­as se dirigiĆ³ a su entrepierna clavando un puƱo contra sus bolas.



   Oliver  soltĆ³ un grito agudo abriendo mucho la boca y poniendo los ojos en blanco.



   Luego, mirandole directamente a la cara TobĆ­as dejĆ³ en paz toda tortura a las bolas de Oliver pero procediĆ³ a frotar su blanco pene. Pronto la polla de Oliver comenzĆ³ a crecer a su plena longitud de veinte centĆ­metros. Comenzando a hincharse y volverse mĆ”s gruesa. Oliver echĆ³ atras la cabeza respirando profundo en seƱal de placer.



   ā€”Ā”Oooh! TobĆ­as... ooooh... Ā”Por favor detente! Vas a hacer que me corra...



   La polla se mostraba mĆ”s tiesa y gruesa. Pero TobĆ­as  seguĆ­a concentrado en masturbarlo.



   ā€”Ā”Por favor! Ā”Ooooh!



   ā€”ĀæTodavĆ­a me quieres hundir? ĀæDespues de todo el placer que te he proporcionado?



   Oliver cerrĆ³ los ojos y gritĆ³ pidiendo que se detuviera, estaba seguro que en minutos soltarĆ­a un chorrete de espermas.



   ā€”Ā”JJJJJJJJAAAAAAAGGGGGGHHHHHHHH!



   Fue el sonido de Oliver antes de que una rĆ”faga de semen saliera emanada de la cabeza de su polla y surcara el aire tan pastosa cayendo sobre su liso abdomen, otros lotes con menos fuerza mojĆ³ su pene y la mano de TobĆ­as que la retirĆ³ del falo con sus dedos pegajosos.



   ā€”ĀæA dĆ³nde... vas? ā€”quiso saber Oliver con la respiraciĆ³n entrecortada y el abdomen mojado de su semen.



   ā€”Te dejarĆ© secuestrado aquĆ­. ĀæQuerĆ­as ser mio, no? Ahora no vas a irte.



   ā€”No puedes irte ā€”dijo Oliver tragando saliva respirando pesadamente, TobĆ­as le dirigiĆ³ una mirada duraā€”. No me puedes retener... mi jefe de prensa sabĆ­a que venĆ­a, si no aparezco serĆ”s el primer sospechoso.



   TobĆ­as apretĆ³ el puƱo sintiendose furioso y traicionado, aplastĆ³ las bolas de Oliver con un certero golpe.



ā€”Ā”AAAAAAAAAAARRRRGGGGG!

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