-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Douglas habĆa conseguido un digno trabajo luego de haber pasado una etapa oscura como desempleado. TenĆa dos dĆas de laboro en un resort, una exquisita posada a orillas del mar, con hermosas y confortables habitaciones para los mĆŗltiples turistas que visitaban esa región costera del paĆs. AdemĆ”s a parte de estar a orillas del mar tenĆa una hermosa piscina con una gran cascada de agua.
Su labor en aquel sitio de descanso era ser salvavidas por ende debĆa estar luciendo su tonificado y bronceado cuerpo, habĆan mujeres -e incluso hombres- que se quedaban mirando su duro pecho, ya que parecĆa piedra al tacto. Con su abdomen de lavadero hubo una mujer en su primer dĆa de trabajo, borracha comenzó a manosearlo arrancĆ”ndole una ruborización. En su primer dĆa tuvo que hacer dos salvaciones, la primera se trato de un niƱo que se estaba ahogando en el mar, el activo Douglas salió corriendo ingresando al mar con agilidad y tomó al pequeƱo entre sus musculosos brazos hasta llevarlo a la orilla donde con Ć©xito le prestó primeros auxilios.
La segunda salvación se trató de una chica, cuando se disponĆa a terminar su jornada escuchó unos gritillos en el oscuro baƱo, cuando se acercó descubrió a una chica sollozando intentando poner resistencia contra un muchacho semidesnudo sobre ella que intentaba violarla.
Douglas con violencia lo arrancó de encima de ella y le propinó un puñetazo en el rostro luciendo rudo y prepotente. El muchacho lo miró asustado y salió corriendo como una gallina que se salva de ser degollada.
āĀæEstĆ”s bien? ĀæTe hizo alguna otra cosa?
āNo... no...estoy bien ālloraba la muchacha.
Douglas la traslado con otras mujeres que la ayudarĆan, asĆ de exitoso culminoĀ“ su primer dĆa de empleo, no asĆ la suerte le acompaƱarĆa para el segundo.
Debido a su deplorable estado económico debĆa alterna los pocos trajes de baƱo que tenĆa, ademĆ”s de que resultaban ridĆculos y diminutos al momento de ocultar su abultada y enorme hombrĆa, una negra y gruesa polla acompaƱada por dos testĆculos tan grandes que parecĆan naranjas... en ocasiones se sentaba de piernas abiertas en la silla de salvavidas pero sólo lograba captar la atención de su entrepierna en otros momentos preferĆa ocultar su agrandados genitales.
A las seis de la tarde culminó su hora de trabajo en el resort, irĆa al baƱo para tomar una ducha y se irĆa directo al cuarto de barrio que alquiló.
āAsĆ que tĆŗ eres el salva mujeres ādijo una voz a su espalda.
En aquel momento Douglas depositaba su equipaje en un banco del cuarto de baƱo para clientes. Cuando dio media vuelta se encontró cara a cara con el muchacho que estaba atacando a la chica la tarde anterior, a su vez estaba acompaƱado con otros tres chicos de igual talante a Ć©l, guapos, fuertes y con diminuta ropa de playa los tres debĆan rondar los 18 a 23 aƱos.
āĀæ A ver niƱos quĆ© quieren? āse quejó Douglas haciendo frente a la situación.
āAyer me arruinaste la diversión, y eso se cobra caro. Y mĆ”s cuando se es un simple salvavidas y te atreves a pegarme.
āLa muchacha deberĆa denunciarte. Te tenĆa miedo. No dio ni una aclaratoria de quien eras, no quiso involucrar a esta empresa.
āĀæQue quien soy? Pues soy el que te va a joder, el que te va a sacar la cresta.
āNo te tengo miedo niƱo, crees que me vas a solapar porque traes espalderos, ten mĆ”s madurez.
āMuchachos, vamos a enseƱarle a este cretino quien manda aquĆ.
Douglas luchó por poner resistencia y autoridad, fue exitosa la manera en que golpeó la mandĆbula de uno de los muchachos, el calvo, el otro, uno moreno golpeó su espalda pero un codazo por la boca de parte del exluchador lo hizo retroceder, por otro lado el abusador le dio un golpe en la boca pero Douglas se recuperó y clavo un sólido puƱetazo en el estómago. Nuevamente el moreno tomó ventaja envolviendo sus brazos alrededor del cuerpo del salvavidas desde atrĆ”s.
Douglas gruƱo haciendo contrafuerza.
El moreno hizo un supremo esfuerzo por mantener erguido a Douglas para que no se doblara del dolor.
El muchacho calvo lanzó una agradable risa, era obvio que estaba teniendo una erección en su short. El abusador de chicas seguĆa clavando los ojos en la ridĆcula manera en que la ropa de baƱo quedaba diminuta en los genitales de Douglas, el muchacho apretó su mano en el par de cojones carnosos.
āĀæCómo se sienten? āpreguntó el calvo.
āExtraƱamente grandes y duros.
Douglas apretó los dientes mientras gotitas de sudor se formaban en su frente.
āA partir de este momento estĆ”s despedido āanunció el abusador girando la mano que comprimĆa las gónadasā, sĆ, asĆ como lo oyes, estĆ”s despedido. Mi padre estĆ” de viaje y me dejo a cargo, soy el hijo del jefe y tĆŗ por entrometerte en mis asuntos ayer y pegarme estĆ”s fuera.
Douglas dejó escapar un rugido de angustia.
El abusador fulminó las pelotas de Douglas dÔndole un giro final con su mano, hasta dejar su paquete adolorido.
āDesnĆŗdalo āpidió el muchacho calvo.
āĀæEstĆ”s loco? ālo miro el abusador con las cejas unidasā. ĀæO este tonto te excitó, mariquita?
āĀ”No, no, no, NO! Es que... asĆ... le harĆ”s mĆ”s daƱo.
āPĆŗdrete. No lo desnudare.
āĀæTe duele, eh? āpreguntó el abusador pero Douglas dobló el cuerpo clavando la cabeza en el suelo, por lo pronto el abusador lo tomó del cabello y lo jaló hacia arribaā. ĀæQue si te duele, idiota?
Douglas asintió, gimiendo de dolor, sin soltar su entrepierna.
El abusador lo miraba con una sonrisa pĆcara, feliz por el dolor ajeno.
Douglas arrugó el rostro y ello no hizo que el abusador supiera lo que le iba a suceder, el recién despedido alzó el brazo, provocando un grito de asombro y otro muchacho retrocedió.
El abusador ensanchó los ojos cuando fue cojido de los testĆculos, un aullido de su boca mostró el dolor que su cuerpo procesaba.
Douglas apretó los dientes.
āJoder, que me duele āsusurró el abusador con los ojos llenos de lĆ”grimas.
Allà el moreno se lanzó con una lluvia de golpes contra Douglas obligÔndolo a soltar los cojones y a caer de costado recibiendo los golpes. El abusador se dobló sosteniendo sus bolas.
El calvo observaba la acción: Douglas seguĆa en el suelo recibiendo los golpes y arqueado sobre Ć©l estaba su amigo, el moreno, ambos estaban de piernas abiertas, Douglas estaba boludo, su amigo con las rodillas dobladas pegĆ”ndole dejaba a merced sus pelotas con los muslos separados. Ćl estaba excitado... y corrió para unirse a la acción en dirección a esos machos.
Su pie desnudo chocó contra las piernas abiertas magullando el par de bolas expuestas y desprotegidas. Douglas contuvo el aliento, mientras arrugaba el rostro de reanudado dolor y se acurrucó en el piso en posición fetal. Su atacante se alejó de Ć©l mientras el calvo ante sus pies reĆa satisfecho de patearle las bolas.
āTe voy a enseƱar a respetar ārugió el abusador arrodillĆ”ndose entre sus piernas separandolas con violenciaā. AyĆŗdame āel moreno acudió a separar los brazos de Douglas que se aferraba a sus bolas. Luego, el abusador agarró el despejado escroto y torturó los gordos cojones con ayuda de las dos manos.
El rostro de Douglas cambió a blanco acompañado con un grito silencioso.
El calvo seguĆa mirando como se acentuaba cada testĆculo en la palma de la mano que los estrujaba y en sus pensamientos imaginaba como serĆa aquel salvavidas desnudo.
Los pulgares desafiaban la forma de cada bola.
āAaaaaaaaaaaaaahhhhh āgemĆa Douglas abriendo la boca.
Los dedos empezaban a temblar haciendo la fuerza de un alicate.
Douglas grito sintiendo el terrible dolor que emanaba de sus huevos revolviendole la parte baja del estómago.
Por último, el abusador soltó el escroto y movió sus manos en el aire activando la circulación. Se levantó y su amigo soltó a Douglas dejando que se colocara en posición fetal llorando como una nena.
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