Pablo en Guerreros de la arena(11/15): Dudas - Las Bolas de Pablo

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5 feb 2016

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Pablo en Guerreros de la arena(11/15): Dudas


CONTIENE:

-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

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   Pablo Chacón se encontraba aquella maƱana tomando una taza de cafĆ© en la nueva oficina de su padre quien ahora fungĆ­a como vicepresidente en la empresa de construcción.


   ā€”Y maƱana se incorpora el nuevo gerente que se encargarĆ” del Ć”rea de Otto —explicaba el seƱor Marcos reclinado en el asiento—. Es un buen amigo de Francisco y tiene experiencia.


   ā€”No entiendo por quĆ© contratar a alguien de afuera habiendo aquĆ­ gente tan buena y con esa experiencia que hablas.


   ā€”Son las reglas de juego de Francisco, el mueve las piezas como quiere. Yo tambiĆ©n lo asesoro. El nuevo gerente ha tenido buena trayectoria en EspaƱa y Argentina, lo leĆ­ en su hoja de vida.
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   ā€”Entonces que lo haga bien —torció Pablo la boca—, y no sea como Otto que como nunca se dio su capricho de presidencia huyó.


   ā€”SĆ­, pobre Otto. Ahora abrirĆ” su propia empresa, irĆ” de menos a mĆ”s.


   Pablo consultó su reloj, faltaban escasos 10 minutos para que terminara su hora laboral.


   ā€”PĆ”, ĀæquĆ© harĆ”s hoy?


   ā€”Al salir de aquĆ­ me acompaƱarĆ”s a comprar algunas verduras, ya en la noche invitĆ© a cenar a tu mamĆ” al restaurante de Simón.


   Pablo meditó.


   ā€”No puedo acompaƱarte —abandonó su asiento y su pantalón dejó de remarcar sus bolas sino para resaltar la silueta de la polla—. Hoy ya tengo compromisos.


   ā€”ĀæDe quĆ©?


   ā€”Y sĆ­, ya es tarde —comentó Pablo obviando una respuesta—, cogerĆ© un taxi y llegarĆ© a tomar una ducha, es probable que cuando llegues ya yo no estĆ©.


   ā€”ĀæTampoco irĆ”s conmigo al supermercado?


   ā€”No, padre —negó Pablo tomando ventaja, se acercó al seƱor Marcos y le dio un beso en la mejilla—. Hoy estarĆ© a contratiempo.


   ā€”ĀæPero quĆ© tienes que hacer?


   ā€”Un evento.


   ā€”Por lo menos cuidate y que te vaya bien.


   Pablo salió a toda prisa de la oficina, se dirigió a la suya y terminó de apagar los equipos electrónicos, solicitó un taxi y puso marcha a su casa. Esa noche tenĆ­a una lucha contra otro hombre, por culpa de Otto Salinas Ć©l debĆ­a cumplir con un absurdo contrato de lucha erótica, del que ya deseaba culminar. Al llegar a casa se ducho lo mĆ”s rĆ”pido posible y se preparó para la pelea. Tuvo contacto con Alfredo y Ć©l detalló que no lo podrĆ­a acompaƱar porque tenĆ­a una reunión importante con sus vecinos. Pablo usó su automóvil para ir a la sede de Guerreros de la arena.

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   Al estar en su camerino procedió a cambiarse la ropa hasta quedar con un pequeƱo bóxer. Cuando abrió la puerta para dirigirse a la arena vio arregostado contra la pared a Esteban, el dueƱo de aquella empresa.


   ā€”Esteban —saludó en tono frĆ­o Pablo.


   ā€”Quiero hablar contigo —argumentó Ć©l—. Para que por fin abras los ojos.

   ā€”No tengo tiempo, es momento de cumplir mi contrato e ir a la lucha.


   ā€”La lucha puede esperar, debes saber algo.


   ā€”ĀæQuĆ©? ĀæTerminaras mi contrato?


   Esteban suspiró y pasó a un lado de Pablo penetrando a la habitación, el muchacho lo siguió cerrando la puerta.
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   ā€”ĀæYa te he dicho que me gustas como te ves con poca ropa? —preguntó Esteban sonriendo, mirando a Pablo de pies a cabeza. Pablo cruzó los ojos y antes de que lo procediera a correr del cuarto, Esteban volvió a hablar—. Espera, a lo que vengo... De veras nunca creĆ­ que ese ser que se hace llamar tu pareja fuera tan cara de palo.


   ā€”ĀæDe quĆ© hablas, a quĆ© te refieres?


   ā€”Que es todo un descarado. La Ćŗltima batalla que tuvimos entre nosotros cuatro, fue premeditada, yo lo quise hacer asĆ­ para ver su reacción. TambiĆ©n me querĆ­a vengar por ti.


   Pablo lo miró con el rostro fruncido.


   ā€”No sĆ© de quĆ© hablas, tampoco creo que me interese mucho.


   ā€”Ɖl sigue saliendo con Jorge.


   ā€”ĀæQuĆ©?


   ā€”Desde que se conocieron aquĆ­ en la empresa siguen viĆ©ndose —aseguró Esteban, sacó su celular del bolsillo—. EstĆ”s fotos Jorge me las ha mostrado burlĆ”ndose de ti, aquel dĆ­a de nuestra batalla creĆ­ que Alfredo dirĆ­a algo, pero prefirió callar.


   Pablo comenzó a ver a travĆ©s de la pantalla del celular algunas fotos de Alfredo y Jorge, en algunas posaban normalmente, otras parecĆ­an fotos tomadas de manera improvisada, ya fuera Alfredo usando el celular, comiendo o simplemente durmiendo con el torso desnudo.


   ā€”ĀæY quĆ© te parece? —quiso saber Esteban.


   RĆ”pidamente Pablo tomó el brazo izquierdo de Esteban y lo dobló tras su espalda, el hombre comenzó a quejarse y el muchacho dominĆ”ndolo lo hizo caminar hacia la puerta del camerino, al abrirla lo sacó al pasillo.


   ā€”Me parece que me dejes en paz —casi gritó Pablo antes de cerrar la puerta, luego buscó entre sus cosas y marcó el nĆŗmero telefónico de Alfredo, sabĆ­a que ese dĆ­a era el cumpleaƱos de Jorge y luego de varios segundos Alfredo contestó, y efectivamente se escuchaba un ruido de fiesta—. QuerĆ­a saber como estabas.


   ā€”Bien —alegó la voz de Alfredo—, un poco bien.


   ā€”ĀæPor quĆ© un poco bien?


   ā€”A veces... se pone... un poco aburrido.


   ā€”Mmmm, estĆ” bien... llegarĆ© allĆ” en lo que salga.


   ā€”ĀæSĆ­? ĀæY no estĆ”s cansado? Es mejor que descanses.

   ---No, llegare alla.


   ā€”........... Bueno, estĆ” bien. Avisame cuando vengas. Ɖxito.


   Pablo culminó la llamada, se quedó un rato pensativo mirando su imagen frente al espejo, lanzó un suspiro y salió de aquella sala rumbo a la batalla.


   Al llegar retrasado por algunos minutos se encontró con su rival, un fornido hombre rubio de fuerte contextura, para Pablo tenĆ­a cara de cachondo. Luego de la presentación de contrincantes se dio por iniciada la lucha.
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   La batalla dio inicio con una fugaz patada en la abultada entrepierna de Pablo de parte del contrincante de nombre NicolĆ”s. Sus dedos desnudos se clavaron en el paquete y destriparon sus pelotas contra la pelvis.


   Pablo  gritó. Dobló las rodillas y cayó al suelo, agarrĆ”ndose a las huevas con las manos mostrando verdadera cara de dolor.


   NicolĆ”s  rĆ”pidamente siguió con otra patada en el pecho de Pablo obligĆ”ndole a caer al piso de espalda.


   Pablo  gimió y cayó arrastrĆ”ndose en el piso, se habĆ­a golpeado la cabeza y quedó con los muslos ligeramente separados.


   NicolĆ”s  estaba erguido cruzado de brazos mirando con sonrisa maliciosa al muchacho.


   Pablo  gemĆ­a moviĆ©ndose de costado en el suelo, agarrando su cabeza con una mano y los testĆ­culos con la otra.


   ā€”AsĆ­ que vos eras el favorito de Esteban —habló NicolĆ”s con un ligero acento del sur de Latinoamerica—. El famoso cojonudo, lastima, pensĆ© que vos eras mĆ”s fuerte. Tanto que oĆ­r hablar de vos sólo resultaron pavadas.


   Pablo  se mordió el labio inferior.


   ā€”Te patearĆ© el orto —dijo con amargura.


   Se puso de pie respirando con dificultad mientras hacĆ­a mueca de dolor con el rostro y masajeaba sus huevos.


   NicolĆ”s  miró a su entrepierna.


   ā€”Vos tenĆ©s los cojones de bobo.


   Pablo  lo miró fijamente.


   ā€”ĀæY tĆŗ? Parece que tienes vagina en lugar de pene.


   NicolĆ”s lanzó una carcajada, luego se agarró el paquete y lo estrujó, ciertamente parecĆ­a que tenĆ­a mucha carne y que las palabras de Pablo sólo fue un mal chiste.


   NicolĆ”s corrió sobre Pablo lo agarró de la cintura y le bajó la ropa interior haciĆ©ndole mostrar la semidura polla y sus colgantes pelotas. Pablo le clavaba robustos puƱetazos en la espalda al rubio, pero NicolĆ”s lo debilitó al tomarlo de los huevos.


   Pablo  hizo una mueca.


   ā€”Cuelgan como las pelotas de mi abuelo —sonrió NicolĆ”s  apretando con fuerza—, pero vos sos mĆ”s pibe y mas tonto.


   Pablo  gimió.


   NicolĆ”s  aplastó los testĆ­culos en su mano.


   Pablo  gimió torciendo los ojos, hubo de agarrar las muƱecas de NicolĆ”s .


   NicolĆ”s  sonrió.


   ā€”SoltĆ”, pibe. O me verĆ© obligado a hacer papilla de huevos esta noche.


   Pablo  lanzó un terrible grito.


   ā€”SoltĆ” mis manos o te los arranco.


   ā€”Ā”AAAAAAAAAHHHHH! —gritaba Pablo sin apartar las manos de la muƱeca de NicolĆ”s, que en ese momento empezaba retorcer sus hermosas gónadas.


   Los ojos de Pablo sobresalĆ­an y dejó escapar un gruƱido. NicolĆ”s dobló las pelotas como si se tratara de un trapo sucio hasta soltarle las huevas, Pablo agarró sus bolas y se desplomó en el suelo en posición fetal, gimiendo de dolor y acariciando sus gónadas adoloridas.


   NicolĆ”s se acercó a Pablo  y brutalmente lo hizo poner de pie sujetĆ”ndolo del cuello, el pobre muchacho lo miró con ojos vidriosos sin dejar de soltar sus vulnerables testĆ­culos. Enseguida el hombre lo hizo caminar de espaldas hasta situar su pie tras el talón y hacerlo caer de espaldas, Pablo cayó al suelo mirando fijamente a NicolĆ”s  con miedo en los ojos.


   NicolĆ”s se sentó sobre el torso de Pablo, haciĆ©ndole sentir sus bolas cerca del pecho y el trasero grande frente a la cara. NicolĆ”s estaba de frente a los genitales desnudos del hijo de Marcos Chacón, el hombre suspiró levantando el puƱo haciendo que Pablo se agitara antes de sentir el profundo golpe. El brazo de NicolĆ”s bajó chocando con fuerza contra su objetivo.


   Pablo  gritó embargado de dolor.


   NicolĆ”s sonrió y agarró el pene de Pablo, se mostraba tieso e hinchado, el hombre comenzó a frotarlo entre sus dedos y en pocos segundos escuchó el jadeo de Pablo al masturbarlo.


   Luego de ocho minutos de una lenta manipulacion a la polla de Pablo, el muchacho no resistió mĆ”s y perdió la batalla al entrar en eyaculación, su leche mojó la mano y brazo de NicolĆ”s saliendo el primer disparo caliente, viscoso y muy blanco.


   NicolĆ”s  se rió ante el espectacular maremoto, nunca habĆ­a visto a un hombre eyacular asĆ­. AdemĆ”s fue muy bonito como las pelotas ascendieron en el escroto.


   Pablo  gimió.


   Mirando aquel charco blanco sobre el pubis de Pablo, NicolĆ”s se inclinó para cometer una acción que no estaba prevista en aquella pelea. Abrió la boca y empezó a chupar los pegotes de semen consiguiendo que tenĆ­a un agradable sabor. Al enderezarse y limpiar su boca NicolĆ”s le guiñó el ojo a Pablo, se levantó de Ć©l pero traicioneramente le clavó el talón en las bolas, Pablo lanzó un grito y se empezó a mover de lado a lado sobando sus gónadas, mientras NicolĆ”s era proclamado el ganador ante aplausos efervescentes.


   Minutos mĆ”s tarde Pablo regresó cojeando a su camerino, allĆ­ se vistió habĆ­a perdido la batalla porque sabĆ­a que sus pensamientos estaban enfocados en la noticia que tenĆ­a de Alfredo. Cuando salió de aquella empresa pasó con su vehĆ­culo por la calle donde su pareja habitaba y no encontró casa alguna donde se celebrara alguna fiesta, Pablo dando un suspiro prefirió apagar el celular.


...


   A la maƱana siguiente Pablo estaba de muy malhumor, se levantó tarde y tuvo una discusión con su padre por el retraso tanto asĆ­ que el seƱor Marcos se marchó solo al trabajo.


   Cuando Pablo llegó a la oficina prefirió enfocarse en el trabajo hasta recibir una llamada del presidente de la empresa.


   ā€”PasarĆ© por tu oficina, Pablo —decĆ­a la voz de Francisco—. Estoy presentando la empresa al nuevo gerente del Ć”rea donde labora Lisandro.


   ā€”EstĆ” bien. AquĆ­ los espero.


   Al concluir la llamada prefirió obviar los mensajes de saludos de Alfredo, ya investigarĆ­a si en realidad tenĆ­a una relación con Jorge y de ser cierto, le darĆ­a una lección.


   Tocaron a la puerta y Pablo permitió la entrada, se quedó perplejo y estĆ”tico.


   ā€”ĀæCómo estĆ”s, Pablo? —saludaba Francisco—. QuerĆ­a presentarte a mi amigo NicolĆ”s Lombardini, lo conozco de toda la vida y sĆ© que harĆ” un trabajo estupendo con nosotros.


   
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El pulcro NicolÔs que estaba allí, vestido formalmente contrastaba mucho con el semidesnudo de la noche anterior. NicolÔs miró fijo a Pablo y con una diminuta sonrisa finalmente tendió la mano y saludó con cortesía. Pablo también sonrió y se presentó como si por primera vez viera a ese sujeto.

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