Cambiando la rutina - Las Bolas de Pablo

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6 ene 2018

Cambiando la rutina

Escrito por: ZATN
Contiene Ballbusting M/M y Sexo M/M.

   Juan y Camilo, son un matrimonio  desde hace 6 meses, durante su periodo de novios tuvieron una interesante vida sexual, pero ahora que formalizaron su relaciĆ³n y viven bajo un mismo techo, La intimidad se ha vuelto algo rutinaria, sobre todo para Camilo.

   Juan por su parte ha notado que su vida diaria es repetitiva, pero no se queja y es feliz de compartir apartamento con quien ama y con quien desea seguir viviendo.

   Y llega el dĆ­a en el que Juan se acerca en la cama a su pareja pidiĆ©ndole intimidad, pero la cara de aburrimiento de Camilo le dice todo.

   “Que te ocurre?”

   “Lo siento pero es que nuestra intimidad me aburre, perdĆ³name pero ya no puedo callarlo… debĆ­a confesarlo”.

   Ante lo devastador que sonaba la confesiĆ³n de su pareja, Juan  quiso animarlo proponiendo algĆŗn cambio… En parte tenĆ­a razĆ³n, siempre era lo mismo, besos, caricias, y penetraciĆ³n anal por parte de Juan la mayorĆ­a de las veces (dado que Camilo siempre fue bastante pasivo en la cama).

   “Entonces que quieres?, hare lo que tĆŗ quieras… ¿te la chupo?, ¿o me la chupas?”.

   “Chupar no”.

   “Pero siempre te ha gustado chupĆ”rmela, Camilo”

   “Si pero ya me aburriĆ³, ademĆ”s eso lo hacemos de dĆ­a, de noche es la penetrada”.

   “Entonces asĆ­ cambiamos… me la chupas de noche”.

   “No… ademĆ”s me lave los dientes, y no quiero sabor a semen mezclado con crema dental”. 

   Juan le expresa lo preocupado que estĆ” al oĆ­rlo hablar asĆ­ y teme que su matrimonio fracase tan rĆ”pido.

   Camilo le tranquiliza un poco: “No te preocupes, te amo, y te amarĆ©… nunca me alejarĆ© de ti”.

   Juan decide dejar asĆ­ el asunto esa noche, era un problema la intimidad, pero por lo menos los sentimientos de su pareja hacĆ­a el no habĆ­an cambiado.

   Pronto ambos esposos tomaron sueƱo.

   El dĆ­a siguiente Juan (que cĆ³mo siempre sale primero al trabajo que su pareja) se despide con un beso bastante frio en los labios de Camilo… PasarĆ” todo el dĆ­a con la idea de cĆ³mo cambiar la rutina de su intimidad… Ah, cĆ³mo desea hacerle el amor a Camilo… tanto asĆ­ que gran parte del dĆ­a la pasa con una erecciĆ³n que debe esconder en el trabajo.

   Esa Noche al legar a casa no tiene ninguna idea nueva, luego de ver la televisiĆ³n se va a la cama con Camilo, a quien le parece observar una fugaz sonrisa.

   En la cama y ya desnudos, Camilo le mete conversaciĆ³n:

   “PerdĆ³name”.

   “Perdonarte?, porque?”.

   “Te mentĆ­ ayer… si estoy cansado de la rutina, pero desde hace unos dĆ­as he tenido una idea sobre como innovar nuestras noches, pero…”

   “Entonces porque no la dijiste ayer… que idea es?… que quieres hacer?, harĆ© lo que quieras Camilo”.

   “Es que no es algo muy fĆ”cil de exponer, y primero debĆ­a dejarte claro el asunto de la monotonĆ­a que siento en nuestras relaciones”.

   “Ah ya entiendo, pero di entonces que has pensado”.

   “Te repito que no es fĆ”cil de exponer… es algo bastante extraƱo, pero me ha llamado la atenciĆ³n… y mucho… pero no sĆ© si lo aceptarĆ”s”.

   “AceptarĆ© lo que sea Camilo, pero dilo de una vez!”.

   “No!, Primero promĆ©teme que no te enfadaras con esto… promĆ©temelo”.

   “Prometo que no me enojarĆ©!… no importa lo que sea… aceptarĆ© hacer eso contigo, te lo juro mi amor”.

   Camilo le pide a su amado se coloque encima suyo, Intrigado por lo que planea su pareja, Juan se coloca sobre este, esperando por fin saber de quĆ© se trata.

   “Por favor no te molestes Ok, lo prometiste”.

   “Si ya lo sĆ©… ¿que hago ahora?”.

   “No te muevas!, Juan perdĆ³n esto!”.

   Camilo levantĆ³ la rodilla con fuerza entre los muslos de su pareja, estrellando su rotula contra los colgantes y descuidados huevos de Juan.

   “AAAHHHHHH!!!”. GritĆ³ Juan  al sentir sus huevas ser comprimidas, instintivamente trato de quitarse de encima de su “agresor”, pero Camilo con una amplia sonrisa, le retuvo y estampillĆ³ un nuevo rodillazo en sus gĆ³nadas, haciĆ©ndole chillar nuevamente.

   “AAAYYYYYYY!!!!!”. Expresada el pobre Juan, quien al ser liberado por su pareja, rodaba sobre la cama y caĆ­a pesadamente al suelo, de inmediato ubicĆ”ndose en posiciĆ³n fetal.


   Camilo se levantĆ³ de la cama, jadeante… se hallaba excitado, todo lo opuesto a su adolorido hombre. 

   Juan no sabĆ­a quĆ© hacer, el dolor que sentĆ­a en las pelotas era lo peor de su vida, en su mente sĆ³lo alcanzaba a preguntarse, por que Camilo le habĆ­a lastimado en su parte mĆ”s sensible.

   Camilo, viendo a su amado con expresiĆ³n de sufrimiento, le quiso pedir perdĆ³n por faulearlo, pero la excitaciĆ³n era demasiada para contenerse, sin pensarlo mĆ”s se arrodillĆ³ ante Juan y le quitĆ³ las manos de la entrepierna, Ć©ste no sabĆ­a que pretendĆ­a Camilo… y no tenĆ­a fuerzas para resistĆ­rse!

   “PerdĆ³name cariƱo, pero es que vi esto en televisiĆ³n y no he podido sacĆ”rmelo de la cabeza”.

   Camilo ahora con el pene de su pareja en las manos, comienza a estimularlo, los intentos de Juan por cubrir su adolorida Ć”rea eran en vano… Camilo se topaba con la falta de reacciĆ³n en el pene de su hombre, con tanto dolor a Juan no le interesaba excitarse.

   Pero Camilo no se darĆ­a por vencido, ahora usarĆ­a sus labios. La chupada que tanto habĆ­a denegado hacerle a Juan en las noches ahora era una realidad… el dolor era intenso en las huevas de su pareja, pero el estĆ­mulo oral al glande pronto hizo efecto.

   El miembro viril se irguiĆ³ dejando boquiabierto a Camilo, quien recostĆ³ a Juan contra el piso, y se sentĆ³ desnudo sobre esa maravillosa polla… cada centĆ­metro ingresĆ³ en su ano con una lentitud pasmosa, y cuando llegĆ³ al tope de los huevos, comenzĆ³ el movimiento del excitado Camilo.

   El sube y baja alrededor de esa vara de carne caliente le generaban gemidos intensos, mientras en su dolor, Juan estaba mĆ”s y mĆ”s confundido, pero lo que si notaba era que el placer le llegaba y en algo aliviaba su tormento testicular… mĆ”s pronto que tarde tambiĆ©n disfrutĆ³ de la acciĆ³n.

   El cosquilleo en la punta del glande y en el frenillo, se hicieron incontenibles, y estallĆ³ en un mar de esperma.

   Camilo detuvo su movimiento quedando sentado en el pene de su pareja, recibiĆ³ toda la carga de semen, como si fuera un enema intestinal… SĆ³lo entonces se levantĆ³, escurriendo leche por la cara interna de sus muslos.

   “PerdĆ³n por servirme sin permiso, pero no podĆ­as ni hablar, ademĆ”s sĆ© que terminaste gozĆ”ndolo y eso me hace muy feliz… tambiĆ©n lo goce mucho, gracias Juan”.

   Juan estaba atĆ³nito y sin palabras… el placer pasaba, y el dolor de los huevos le regresaba, un quejido de su parte hizo bajar la cabeza a Camilo, quien de nuevo le pidiĆ³ perdĆ³n.

   Juan le hizo seƱas de dejarle solo un rato, y Camilo saliĆ³ de la habitaciĆ³n rumbo al baƱo.

   En la mente de Juan las cosas al fin empezaban a tener sentido… pegarle en los huevos era lo que su amado Camilo habĆ­a visto en la televisiĆ³n, y era su forma de romper la rutina; Causar dolor a su pareja!, le habĆ­a excitado, y de quĆ© extraƱa forma!… Por eso le hizo prometer que no se enfadarĆ­a con lo le hiciese. Pero como no enfadarse si le causa un terrible dolor, y golpeĆ”ndole en sus partes nobles.

   Camilo estaba mal de la cabeza… eso era sadomasoquismo, a algunos le ha de gustar eso, pero la verdad a Juan no le gustaba… el dolor en sus huevas le decĆ­a que eso no estaba bien, ademĆ”s excitarse de lastimar a su pareja… que rayos tenĆ­a en la cabeza Camilo!!!

   Juan temĆ­a que si reprendĆ­a a su amado por su conducta, terminase la relaciĆ³n de los dos… por ahora no le reclamarĆ­a nada… no querĆ­a perderlo, pero tampoco querĆ­a volver a sentir ese dolor…
…Su esperanza era que ya habiendo practicado esa extraƱa experiencia, Camilo decidiese dejarla… ¡Si!… eso era lo mĆ”s conveniente; Entonces  decidiĆ³… no le reclamarĆ­a a Camilo, pero si expresarĆ­a algunas opiniones, sutilmente le tratarĆ­a de influenciar para no volver a poner en prĆ”ctica esos golpes.

   Para alegrĆ­a de Juan, cuando Camilo saliĆ³ del baƱo tenĆ­a una cara de mĆ”ximo arrepentimiento. Y ante de poder entablarle conversaciĆ³n su apenada pareja se arrodillaba y le expresaba:

   “PerdĆ³n… no debĆ­ golpearte tan fuerte… debĆ­ decirte lo que querĆ­a hacer, fui un miserable al proceder sin que supieras de que se trataba…”. Las cosas iban mejor para Juan.

   “…Pero es que sabĆ­a que no aceptarĆ­as... ¡Oh!, pero que hice?, perdĆ³name Juan no lo hare de nuevo…. no quiero que sufras, no pasara otra vez!”.

   Feliz por las disculpas de Camilo, Juan le perdonĆ³ todo y se besaron.

   Desde ese dĆ­a, Camilo estaba mĆ”s entusiasmado, su vida sexual volviĆ³ a lo de siempre y el tema de golpear bajo, no surgiĆ³ de nuevo, incluso durante las relaciones nocturnas Camilo siempre tenĆ­a una sonrisa, aun con actos repetitivos y monĆ³tonos; El tema estaba superado y la pareja estaba nuevamente en el camino de la felicidad completa.

   Unos quince dias despuĆ©s de ese suceso, Juan llegĆ³ como a las 6 de la tarde a casa, Camilo habĆ­a salido antes de su trabajo y siempre descomplicado, se hallaba sin ropa en la cocina preparando la cena;  Al verlo por detrĆ”s y de forma picaresca, Juan decidiĆ³ comenzar la diversiĆ³n antes… en silencio de desnudĆ³, se aventurĆ³ a tocarle el trasero a su amado, quien viĆ©ndose sorprendido solo pudo sonreĆ­r, al tiempo que derramaba el cafĆ© que preparaba.

   Los dos se besaron frente a frente, y Juan le preguntĆ³ sobre su dĆ­a a Camilo, quien con una sonrisa… le enterrĆ³ un rodillazo en los testĆ­culos.
   “UUUUUUUHHHHH!!!”.  ExclamĆ³ Juan al sentir sus huevos ser aplastados, de inmediato se doblĆ³, y tras una terrible debilidad, terminĆ³ de rodillas intentando proteger sus huevas.

   “PerdĆ³n… Pero ya no me podĆ­a aguantar”. ExpresĆ³ Camilo, jadeante de la excitaciĆ³n.

   TocĆ”ndose la verga, el hombre  respiraba por la boca del goce.  

   “No sabes cuĆ”nto me gusta verte indefenso… verte ahĆ­ tirado, agarrĆ”ndote los huevos… me encanta verte tan dĆ©bil, mi querido Juan!”.

   Camilo en su excitaciĆ³n empujĆ³ a Juan, dejĆ”ndole tendido en el suelo para acceder mĆ”s fĆ”cil  a su flĆ”cido pene, el cual con unas simples lamidas pronto se levantĆ³; Cuando estuvo a plenitud, el hombre se empalĆ³ asĆ­ mismo en el palo encebado de su agredida pareja.  

   Su ano se dilatĆ³ ante tan gruesa vara de carne, y jadeĆ³ a mĆ”s no poder. 

 “AAAAAaaaahhh!!”. Gritaba Juan, Cuando Camilo se sentĆ³ por completo sobre su ingle, lastimando un poco sus sensitivas y enrojecidas huevas.

   Juan no podĆ­a soportar el dolor y le suplicĆ³ a Camilo se levantase, pero su pareja en medio de una agitada respiraciĆ³n, le pedĆ­a perdĆ³n y rogaba aguantase un poco mĆ”s… Hasta que se corriera dentro de Ć©l. 

   Y al rato Juan se corriĆ³! su espeso esperma resbalĆ³ por su pene empapĆ”ndole los huevos, mientras Camilo, con los ojos torcidos del gusto, se levantaba un poco dejando salir ese nuevo enema que le impregnaba la entraƱas.

   Tras la acciĆ³n  Juan quedĆ³ de medio lado tirado, mientras Camilo una vez mĆ”s se mostraba arrepentido y no paraba de disculparse; DecidiĆ³ acostarse espalda con espalda contra su adolorida pareja, el cual no dirĆ­a nada mĆ”s.

   Al dĆ­a siguiente Juan decidiĆ³ hablar.

   “Que pasĆ³ anoche?, prometiste que no lo harĆ­as otra vez”.

   “Te pido perdĆ³n una vez mĆ”s, no pude evitarlo, esto de golpear en los huevos me descontrola!... SĆ© que es un problema, te juro que harĆ© todo lo que este en mi persona para evitar que ocurra...  no quiero perderte, y sĆ© que lo que estoy haciendo acaba con nuestra relaciĆ³n….. Snif”.

   Camilo rompiĆ³ en llanto y fue cobijado por Juan quien valorĆ³ lo sincero que era su pareja… estaba ante algo que Camilo tal vez no podrĆ­a arreglar sĆ³lo.

   Juan se fue al trabajo, pensando en que tal vez tendrĆ­an que recurrir a ayuda profesional, pero luego de pensarlo un rato decidiĆ³ que no… era un asunto de pareja, y entre los dos lo solucionarĆ­an…

   El recordar el llanto de Camilo le aguĆ³ los ojos; PerderĆ­a a Camilo si no encontraban una soluciĆ³n a su problema.

   En el trabajo no pudo concentrarse, fue al baƱo y mientras orinaba comenzĆ³ a recordar las dos experiencias dolorosas que habĆ­a tenido. Mientras la orina salĆ­a de su pene, sintiĆ³ una extraƱa sensaciĆ³n… algo que nunca habĆ­a sentido antes, Juan quedĆ³ asombrado y casi de piedra ante un pensamiento que se alojaba en su cerebro, y al que no podĆ­a darle crĆ©dito.

   Esto que acababa de pensar… podrĆ­a salvar su matrimonio?, y a que lugares le podrĆ­a llevar si hacĆ­a caso a esa perturbadora idea.

   CerrĆ³ su pantalĆ³n y siguiĆ³ pensativo con lo que habĆ­a en su cabeza…repentinamente sonriĆ³… habĆ­a encontrado la soluciĆ³n de todos sus problemas en casa.

   Al llegar a Ć©sta, Juan ingresa hasta la habitaciĆ³n, allĆ­ esta su amado quien le saluda con entusiasmo… Como Camilo estĆ” desnudo, Juan tambiĆ©n se quita todo; Parece que esta noche Camilo quiere acciĆ³n… pero al acercarse los ojos de su pareja llaman la atenciĆ³n de Juan… En ellos se nota extrema ansiedad…. ya lo puede anticipar.

   “Me vas a pegar otra vez en los huevos verdad?”.

   “Oh Juan no lo digas asĆ­… me duele el alma de pensar que no te gusta… que me dejarĆ”s por este gusto  que ahora maldigo... perdĆ³name… Todo el dĆ­a he intentado no pensar en lo que pasĆ³ ayer… pero mientras mĆ”s lo intentaba esconder, mĆ”s intenso se volvĆ­a el pensamiento”.

   Pero lo que no esperaba Camilo es que Juan caminase hacia Ć©l, le colocase los brazos a ambos lados  del cuello y acercĆ”ndose a su la cara… 
…Le dijera: “PĆ©game en las bolas”. Al tiempo que abrĆ­a un poco los muslos, dejando vĆ­a libre a su virilidad.

   “Pero que acabas de decir?”.

   “Que me faulees”.

   El rostro de Camilo era de pura confusiĆ³n…

   “Estas seguro??”.

   “MĆ”s que nunca”.

   “Acaso tĆŗ?”.

   “SĆ³lo hazlo Camilo!”.

   “AAAHHHHHH!!!!!!!”. Gritaba Juan al sentir en las huevas  la sĆ³lida rĆ³tula de Camilo.

   Una vez mĆ”s estaba de rodillas, pero en su mente habĆ­a algo fijo… reconocĆ­a ahora lo que sentĆ­a en sus Ć”reas viriles; Un cosquilleĆ³ en su glande, era el preludio de una naciente erecciĆ³n… entonces era cierto lo que por un momento imaginĆ³ en el baƱo del trabajo… Estaba gustĆ”ndole esto de los golpes bajos. 

   Camilo estaba pensativo mientras su pareja denotaba gran sufrimiento; ObservĆ³ el pene erguido entre las piernas de su hombre, y quedĆ³ asombrado.

   “¿Se te parĆ³?... eso significa que…”. 

   Conteniendo el dolor, y esforzĆ”ndose por articular, Juan expresĆ³: “AsĆ­… asĆ­ es... me… me gustĆ³!”.

   “Que alivio, por un momento me sentĆ­ terrible de pensar que te sacrificabas por darme gusto… no querĆ­a eso, no querĆ­a que hicieras algo que no quisieras”. 

   “TĆŗ siempre me has conocido… no hago algo si en realidad no me gusta, y en cuanto a esto… admito que es algo enfermo en mi opiniĆ³n… pero no puedo negar cierto gusto”.

   “AĆŗn no lo creo, entonces si te gusta?”.

   “Al principio no me habĆ­a dado cuenta… pero hoy mientras orinaba en el trabajo, tuve una erecciĆ³n mientras recordaba cuando me golpeaste… y fue increĆ­ble… tuve que aceptar que mi cuerpo reaccionaba contento al recordar ese dolor”.

   “Oh como te amo Juan”.

   Camilo se arrodillĆ³ ante el adolorido Juan y le besĆ³ en la boca.

   “Entonces esto arregla todo mi Juancito”.

   “AsĆ­ es… Ayyy, ahora serĆ” una prĆ”ctica que nos guste a ambos… pero si te pido ir, poco a poco”.

   “Claro que sĆ­!, Oh Juan, soy la persona mĆ”s feliz del mundo… Gracias, gracias!”.

   Los besos de Camilo en la frente y mejillas de Juan no pararon por mĆ”s de un minuto, para finalizar en la boca de su amado.

   Ahora vendrĆ­a el mejor sexo que hubieran tenido desde que se conocieron… y un sexo que se repetirĆ­a cada vez mĆ”s… Combinando golpes bajos que excitaban a la pareja, y erecciones potentĆ­simas que traĆ­an un placer infinito.

   La relaciĆ³n entre los dos se fortaleciĆ³ mucho mĆ”s, y ahora son mĆ”s felices de lo que nunca creyeron posible.


Fin.

Gracias 
Comentarios a   zatniktiel@hotmail.com
  

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