Noche de accion con el patron - Las Bolas de Pablo

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21 ene 2018

Noche de accion con el patron

ESCRITA POR: ZATN

CONTIENE  BALLBUSTING F/M y SEXO HETEROSEXUAL.

ESTE RELATO ES CONTINUACIƓN DE PILLADA POR EL PATRƓN.

   En la primera parte, Ana MarĆ­a, una criada que labora en la casa de los MartĆ­nez, es sorprendida tocĆ”ndose Ć­ntimamente, Mientras chatea con un hombre vĆ­a redes sociales; Su patrĆ³n Don Miguel va a despedirla, cuando la mujer por accidente le propina un puƱetazo en los testĆ­culos…
…Para su fortuna, Don Miguel termina demostrando un escondido gusto por recibir golpes bajos, y acordando una mejora econĆ³mica, La criada golpea los testĆ­culos, al tiempo que realiza una felaciĆ³n a su PatrĆ³n.
  
   DespuĆ©s de lo acontecido en la habitaciĆ³n de Ana MarĆ­a, la criada se pasĆ³ toda la noche pensativa, A su patrĆ³n Don Miguel le gustaba que le pegaran en las bolas.

   RecordĆ³ la reacciĆ³n de su patrĆ³n al darle ese rodillazo, del que por un instante creyĆ³ que le dejarĆ­a sin poder tener herederos.

   TendrĆ­a algo que ver ese gusto de su jefe con el divorcio de su esposa hace mĆ”s de un aƱo?...pero tenĆ­a entendido que la mujer le fue infiel, o tal vez la mujer quiso buscarse a un hombre de gustos mĆ”s “normalitos”…En fin no podrĆ­a saber eso esta noche, para maƱana obtendrĆ­a mĆ”s informaciĆ³n… se fijĆ³ ese objetivo.

   SimultĆ”neamente se dedicĆ³ a recordar el pene de su jefe en la boca Y su mano acariciando esas adoloridas bolas, misma mano con la que ahora se tocaba el clĆ­toris, jadeando sin parar, mĆ”s de un orgasmo sintiĆ³ Ana MarĆ­a ese resto de noche.

   AmaneciĆ³ y la empleada se levantĆ³ temprano, pues ni siquiera tomĆ³ sueƱo, despuĆ©s de 7 am, DoƱa Gertrudis la nana, llevĆ³ a los niƱos a sus diferentes escuelas en el auto. Ahora estaban ella y el patrĆ³n solos en casa, ya que la nana se pasarĆ­a el resto del dĆ­a en asuntos personales, no regresando hasta recoger a los niƱos al salir de la escuela.

   Pero cuando la criada tocĆ³ en la puerta del estudio de su jefe, Don Miguel le impidiĆ³ ingresar.

   “No entres estoy ocupado”. Don Miguel trabajaba esa maƱana en casa, como sucedĆ­a en ocasiones y cuando pasaba no permitĆ­a ninguna interrupciĆ³n.

   Solo unas  3 horas despuĆ©s  la criada tuvo permiso del patrĆ³n para ingresar.

   “Si Ana MarĆ­a, que deseas?”.

   “Quisiera que hablĆ”ramos de lo de anoche”.

   “Anoche?...a que te refieres?, a la cena?”. La actitud del patrĆ³n incomodĆ³ a la criada que fue directa al punto.

   “Me refiero a lo que pasĆ³ en mi habitaciĆ³n”.

   Don Miguel puso cara seria, se levantĆ³ del asiento del despacho y avanzĆ³ hacia la mujer. Ana MarĆ­a sonrĆ­o… ahora sĆ­ tendrĆ­a respuestas de su patrĆ³n.

   “A que te refieres?, que pasĆ³ en tu habitaciĆ³n, no entiendo”.

   Ana MarĆ­a frunciĆ³ el ceƱo… que acaso este cuarentĆ³n se estaba haciendo el tonto?, o es que ya le habĆ­a alcanzado el Alzheimer a los 40 aƱos. Le causo escozor el pensar que era tan tacaƱo que fingĆ­a no recordar para no pagarle el bono prometido.

   “AsĆ­?... no se acuerda de estoooooo!”. La criada cerrĆ³ el puƱo derecho, y con Ć”nimo, lo lanzĆ³ en forma de recto descendente contra la entrepierna de su PatrĆ³n, hundiĆ©ndose en el bulto de sus gĆ³nadas.

   “UUUFFFFFF!!!”. ExclamĆ³ Don Miguel  quien se doblĆ³ un poco, al tiempo que colocaba una mano en la entrepierna, y la otra en el muslo, buscando mantener el equilibrio.

   “OOh siiii!!!!, claro que lo recuerdo”.

   “Se estaba haciendo el tonto!”.

   “Pues la verdad, SĆ­!…querĆ­a que te enojaras un poco y me refrescaras la memoria a las malas”.

   “Pero que pervertido es usted jefe!…Pero entonces si me cumplirĆ”, usted me prometiĆ³ algo”.

   “No te preocupes que si cumplirĆ©, de hecho ya te hice un cheque, pero dame un instante para tomar algo de aire dulzura”.

   La criada entendiĆ³ y decidiĆ³ cambiar el tema… bueno, mĆ”s bien profundizar el tema y saber las respuestas a aquellos interrogantes que llevaba en la cabeza desde la noche anterior.

   “PatrĆ³n… Por favor cuĆ©nteme desde cuando le gusta esa prĆ”ctica… que es bastante fuerte!”.

   “Hace unos 5 aƱos, un amigo me invitĆ³ a una fiesta, mi esposa estaba de viaje, y yo estaba urgido de mujer, Ɖl sabĆ­a eso y contratĆ³ mujeres de compaƱƭa; AhĆ­ me preguntĆ³ si conocĆ­a eso de pegarse ahĆ­, yo nunca lo habĆ­a hecho, pero me convenciĆ³ de intentarlo…
…Acepte asĆ­ que instruyĆ³ a la mujer de compaƱƭa para que me diera una muestra, Ć©l ya desde hace tiempo lo practicaba con ellas, y asĆ­ empezĆ³ el asunto”.

   “La mujerzuela le pegĆ³, y le gustĆ³”.

   “Al principio era terrible, pero esa mujeres saben cĆ³mo tramarlo a uno, y me quedĆ³ gustando”.

   “Y usted lo hacĆ­a con su seƱora?”.

“Si… a ella al principio le pareciĆ³ muy enfermo, pero un dĆ­a de aniversario, cĆ³mo regalo me complaciĆ³, y se acostumbrĆ³”.

   Ana MarĆ­a se contuvo de preguntar si esos gustos terminaron molestando a la seƱora, a tal punto de divorciarse, o la separaciĆ³n no tuvo nada que ver… la criada considerĆ³ mejor no tocar ese punto, y continuĆ³:

   “Sabe algo Don Miguel, no me ha disgustado el dejarle mĆ”s indefenso que un niƱo chiquito, asĆ­ que…puedo hacerlo de nuevo si usted lo desea”.

   Ana MarĆ­a recalcĆ³ bajo quĆ© condiciones participarĆ­a en  lo pervertidos juegos de su patrĆ³n.

   “Don Miguel, ya ayer se lo dije, estoy urgida de dinero…y estoy dispuesta repetir esa experiencia ya mismo…pero usted ya sabe lo que debe darme en reciprocidad”.

   Una gran sonrisa en la cara del patrĆ³n contagiĆ³ a Ana MarĆ­a, que espera desde ahora una constante fuente de ingresos extras.

   “Pues bendita urgencia que tienes de dinero, porque me conviene y bastante”.

   Don Miguel fue a su escritorio y sacĆ³ de debajo de un libro un papel, entregĆ”ndoselo a la criada.

   Los ojos de Ana MarĆ­a se abrieron de par en par al ver que era un cheque con una buena suma de dinero… sin hacer buenos cĆ”lculos, era un 20% de su sueldo mensual, y dado por lo acontecido en su cuarto la noche anterior.

   “Uyyyy, Gracias Don Miguel!”. ExpresĆ³ la criada, mientras besaba las mejillas de su patrĆ³n.

   “Ya, ya, cĆ”lmate, te tengo otro bono si vienes a mi cuarto maƱana en la noche”.

   “MaƱana?, no hoy?”. Ana MarĆ­a tenĆ­a muchas ansias de ver mĆ”s cheques en su mano.

   “MaƱana, pues esta noche llegarĆ© tarde por un asunto del trabajo, pero maƱana estarĆ© libre desde la 6 pm…claro que nos veremos despuĆ©s que todos se hayan ido a dormir”.

   “Cuente conmigo Don Miguel!… le voy a dejar los huevos de corbata!”.

   El patrĆ³n veĆ­a  alejar a la criada, que brincaba de entusiasmo como una colegiala.

   Todo el dĆ­a transcurriĆ³ para Ana MarĆ­a rĆ”pidamente, quien no veĆ­a llegase ya la noche de maƱana para ganar mĆ”s dinero, pero al analizar mejor el asunto, no pudo dejar de pensar en que volverĆ­a a ver el grueso pene de su patrĆ³n… Seguro le pedirĆ­a chupĆ”rselo una vez mĆ”s, y si pedĆ­a algo mĆ”s?... pues lo complacerĆ­a, despuĆ©s de todo, hacĆ­a tanto no tenĆ­a un verga en su coƱo… ya extraƱaba sentir una.

   Y llegĆ³ la noche deseada; Ana MarĆ­a habĆ­a planeado bien la jornada, y ante las indicaciones previas de su jefe, apareciĆ³ pasada las 11, pm ante la puerta de la habitaciĆ³n del patrĆ³n; Por los fuertes sonidos que de seguro saldrĆ­an de la habitaciĆ³n de Don Miguel no habĆ­a problema, pues esta se hallaba bastante alejada de los cuartos de sus hijos y de la nana.

   La  criada vestĆ­a un body negro de tirantes, con un blue jean ceƱido, el patrĆ³n se morĆ­a de ansias por verla desprenderse del jean. El jefe estĆ” complacido con lo que ve y lo que vendrĆ”, viste unos bĆ³xeres oscuros, denotando de inmediato una erecciĆ³n incipiente.

   Una vez dentro la mujer, Don Miguel observa la vista trasera de su empleada. Sin poder evitar darle una nalgada sobre ese llamativo blue jean, Ana MarĆ­a sonrĆ­e complacida, serĆ” una noche de fuertes emociones.

   “Don Miguel, veo que quiere acciĆ³n por todos lados, con su gustito pervertido, y en la cama conmigo, pero esperarĆ” a que me quite el pantalĆ³n?”.

   “No creo aguantar tanto cariƱo”.

   “Entonces es mi deber frenarlo un poco… quietito travieso!”.

   Y sin su patrĆ³n verlo venir, la mujer le da un rĆ”pido manotazo en la entrepierna, que hace retroceder al cuarentĆ³n.

   “UUffff….. AsĆ­ me gusta…. directa al punto… a mi punto dĆ©bil”.

   Ana MarĆ­a se quitĆ³ el blue jean mostrando lo perfecto que le quedaba el body en su regiĆ³n pĆ©lvica.

   El patrĆ³n queda boquiabierto con la muchacha, aguantando sus ganas de tomarla por las caderas y hacerle mil cosas sexuales.

   “Entonces Don Miguel, estĆ” listo para esta noche?... No se le olvide que me deberĆ” un nuevo bono extra de sueldo… Y espero sea mĆ”s generoso si llegamos a intimar”.

   “Pues espero eso, y tendrĆ”s un bono extra sobre el bono extra prometido… y te lo habrĆ”s bien ganado querida muchacha…”.

   El hombre se queda estĆ”tico, mientras la criada le baja la ropa interior, con sus prendas en los tobillos, el hombre levanta un pie para deshacerse por completo del estorbo, pero es sorprendido por un nuevo manotazo a las ahora desnudas gĆ³nadas…
…El latigazo hace trastabillar al varĆ³n, quien cae al piso sentado con los genitales expuestos.

   “Vamos…patĆ©amelos!”.

   Ana MarĆ­a puede ver plenamente los desprotegidos testĆ­culos… estĆ”n mĆ”s que listo para ser pateados.

   “No… no quiero ser llamada traicionera, arriba, dame el frente para caparte condenado pervertido”.

   El lenguaje rudo tambiĆ©n hacia su parte, y el jadeante Don Miguel obedeciĆ³ ansioso; Viendo reaccionar un poco su pene… mĆ”s adelante le llegarĆ­a el turno de que tuviera acciĆ³n, por lo pronto el patrĆ³n intenta controlar su erecciĆ³n… Cuando estĆ© satisfecho de golpes bajos, le harĆ” el amor a la criada… serĆ” una noche perfecta para Ć©l… y sabe que para ella tambiĆ©n, pues desde esa noche cuando la pillo, es mĆ”s que obvio que la empleada desea una verga en su interior.

   Con esfuerzo Don Miguel se incorporĆ³, y apenas sintiĆ³ la mano izquierda de la criada tocar su hombro, colocĆ³ a toda prisa sus manos atrĆ”s, en el preciso momento en que la rodilla de Ana MarĆ­a entraba en contacto Ć­ntimo con sus huevas.

   “AAAhhhhhh!!!”. Gritaba el patrĆ³n ante tan firme fauleada, la empleada no tuvo la menor consideraciĆ³n al oĆ­rle gritar, la vez anterior habĆ­a tenido algo de temor por la fuerza usada, pero ahora impactaba con mĆ”s naturalidad, aunque no a plena potencia… No querĆ­a dejarle estĆ©ril, y ademĆ”s mesurando su fuerza, podrĆ­a dar mĆ”s  golpes bajos, aumentando la perversiĆ³n en su degenerado patrĆ³n.

   “AAArrrrgggg!!”. Expresaba Don Miguel, cuando una vez mĆ”s la rĆ³tula femenina aplanaba sus cojones, dejĆ”ndole una vez mĆ”s tirado.

   Ana MarĆ­a hizo un pausa dejando asĆ­ recuperar a su patrĆ³n, la mujer jadeaba de la excitaciĆ³n… ver a su jefe tan adolorido causaba un efecto pervertido en ella, estaba ansiosa de golpearle los huevos una vez mĆ”s… acaso se estaba metiendo en estos temas pervertidos?.

   “Arriba Don Miguel… sea hombre y demuestre su fuerza… usted puede soportar mĆ”s”. ExpresĆ³ la joven quien se retiraba el suave calzado que llevaba... ahora serĆ­an sus pies los agresores.

   “Veo que te estĆ” gustando esto dulzura”. ExpresĆ³ el adolorido patrĆ³n cuyo pene brincaba de la excitaciĆ³n.

   Era una clara verdad… Ana MarĆ­a se estaba tramada en esto de dar golpes bajos… y seguirĆ­a haciĆ©ndolo.

   Don Miguel logra ponerse en pie, y ganar tono muscular, plantĆ”ndole al frente, con los brazos a ambos lados; Sin cubrir mĆ”s la lastimada zona… una leve abertura en sus muslos, es la seƱal de que estĆ” listo para mĆ”s… RecibirĆ” los pies de la criada!

   “Eso quieres?... pues eso tienes!”.

   Ana MarĆ­a lanza su patada!, certeramente conecta las huevas del patrĆ³n, las esferas viriles del hombre son zarandeadas con violencia, mientras el semi erecto pene se bate de arriba abajo golpeando Ć©ste tambiĆ©n con su revote las sensibles gĆ³nadas.

   “AAAAAHHHHHH!!!”. Grita Don Miguel  ante el fuerte impacto, con el pie la criada desencadenĆ³ una mayor fuerza de choque lastimando considerablemente su hombrĆ­a.

   A pesar del intenso dolor el pene del patrĆ³n seguĆ­a en crecimiento, mientras el sujeto ampliaba su base de sustentaciĆ³n para evitar colapsar al suelo por tercera vez... Pero la criada no le iba a dar tregua, y ya preparaba una nueva patada.

   “UUUHHHHHHHGGGG!”. Se quejĆ³ el hombre con el continuado impacto, con un leve brinco asimilĆ³ el golpe, aun conservĆ”ndose en pie. 

   Y faltaba mĆ”s!, Ana MarĆ­a reunĆ­a mĆ”s fuerzas… sentĆ­a excitaciĆ³n al patear, y una leve decepciĆ³n al no haber tumbado a su jefe con ese segundo impacto del pie…vendrĆ­a la mĆ”s potente patada que pudiera dar.

   Don Miguel la vio venir, y apretĆ³ los mĆŗsculos logrando erguirse plenamente:

   “Ven! Dala con todo!”.

   PLAMP!, el pie Ana MarĆ­a se estrellaba de pleno en el escroto de su patrĆ³n, quien abrĆ­a la boca al mĆ”ximo gritando un “AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!”.

   Las comprimidas huevas del varĆ³n le causaron un corrientazo desde su ingle al estĆ³mago, haciĆ©ndole toser espesa saliva, mientras sus piernas de aspecto gelatinoso, no soportaban su propio peso, y el hombre caĆ­a sentado en el piso.

   Don Miguel se agarrĆ³ los huevos, y se retorcĆ­a con violencia… Ana MarĆ­a se asusta un instante, pero la sonrisa en los labios de su patrĆ³n y la erecciĆ³n en la entrepierna la calman…

   La mujer piensa:

   - Vaya que debe estar acostumbrado a ser golpeado allĆ­, soporta ya bastante castigo, si fuera un hombre normal, segura ya lo hubiera dejado de hospital, y sin herederos!

   Luego de la intensa patada Ana MarĆ­a decide que ya ha tenido suficiente de esta peculiar y extraƱa conducta sexual...y ya es hora del clĆ”sico sexo, aprovecharĆ” el erecto pene de su patrĆ³n…despuĆ©s de todo, ella estĆ” ya bastante hĆŗmeda en el coƱo, y ya quiere desahogarse.

   La mujer ayuda a incorporar al hombre, quien parece que estĆ” de acuerdo con la pausa; Pronto esta recostado en la cama, con la mujer a su lado, quien con habilidad manual, no dejarĆ” que esa gruesa verga descienda…la mantiene potente, mientras Don Miguel retoma un poco mĆ”s de energĆ­as para lo que viene.

   Pero tambiĆ©n hay tiempo para las enrojecidas huevas de su patrĆ³n, eso sĆ­, con suma delicadeza las masajea, ganĆ”ndose muchos “Gracias” por parte de Don Miguel, quien a pesar de sentir como le arden por dentro, no deja de gozar….

   AdemĆ”s esos masajes revitalizan al hombre… su instinto viril ahora estĆ” mĆ”s que elevado…
…Es lo que ella quiere!, quiere a un patrĆ³n en toda su potencia, que le haga el amor con pasiĆ³n y fuerza, desde hace tanto no tiene una verga adentro, y quiere que se la meta hasta el fondo.

   Los abundantes lĆ­quidos que emergen de la uretra masculina le dice a la mujer que estĆ” listo para la acciĆ³n; Mientras ella con rapidez se despide del body negro, mostrĆ”ndole al patrĆ³n su maravillosa desnudez. Don Miguel se centra en el empapado coƱo de su empleada, quien inicia el contacto Ć­ntimo con pasionales besos con su jefe.

   El milagrosamente recuperado patrĆ³n se coloca sobre la criada, quien ya tiene las piernas abiertas, con un leve movimiento de pelvis, el grueso miembro del varĆ³n invade la cueva femenina…
“Aahhhhhh”. Ana MarĆ­a se queja…la cabeza del pene de su jefe es muy gorda, y se le ha quedado atrancada. Tras unas maniobras por parte del hombre, el glande ingresa por completo… y luego con un firme empuje… le sigue el resto del tronco peneano.

   La empleada parece pletĆ³rica al tener esa gorda verga en su hĆŗmedo coƱo, el choque de los huevos contra la entrada femenina la arranca un aullido a Don Miguel, quien sin embargo, embate las Ć”reas intimas de la mujer con potencia.

   Se entabla un ritmo sexual concadenado, donde el varĆ³n empuja cada vez mĆ”s, mientras la dama recibe todo el placer, y empapa con sus jugos la verga y las huevas de su patrĆ³n. La empleada tuvo su primer orgasmo… extraƱaba esa sensaciĆ³n!,  desde hacĆ­a tiempo no tenĆ­a un hombre que la hiciese sentir mujer…y hoy se desahogaba.

   Pronto cambian de posiciĆ³n sexual, Ana MarĆ­a con los muslos flexionados sobre el tronco, y un Don Miguel de medio lado metiendo su verga sin pausa, la criada aporta tambiĆ©n con sus contracciones vaginales, y sus hĆ”biles manos, que acarician las huevas de su patrĆ³n.

   Por largo tiempo Don Miguel perfora su coƱo sin piedad, Ć©l tambiĆ©n deja notar que extraƱaba una buena mujer, una con quien desbocarse y mostrar todo su instinto animal.

   Ambos sudorosos no paran de jadear y probar todas las posiciones sexuales…Las patas de la cama  sufren ante tanta y vigorosa actividad.

   El momento de Ć©xtasis estĆ” cerca, y en medio de su goce, la empleada le tiene una sorpresa a su jefe.

   “Me vengo… me vengo”. ExpresĆ³ Don Miguel, y esa era la seƱal para que actuase la criada, quien dejĆ³ de acariciar los huevos de su patrĆ³n, para con su mano izquierda tomar todo el saco escrotal desde su base debajo del pene, y apretar con todas sus fuerzas.

   “AAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!”. GritĆ³ Don Miguel sintiendo su hombrĆ­a ser comprimida en el momento justo de la eyaculaciĆ³n… Con una potencia inusitada, el esperma saliĆ³ disparado contra el fondo vaginal de la joven, quien jadeo al sentir tremendo chorro caliente en su interior.

   Don Miguel tronĆ³ los dientes, conteniendo un nuevo grito, mientras mĆ”s y mĆ”s semen se le escapaba a presiĆ³n de las huevas…. El rudo apretĆ³n de Ana MarĆ­a continuaba, queriendo hacerle sacar la Ćŗltima gota de esperma… Solo tras un montĆ³n de disparos blancos, la mujer le soltĆ³ las gĆ³nadas.

   De inmediato el patrĆ³n se saliĆ³ de su interior, y quedĆ³ de medio lado en la cama sobando sus estrujadas huevas.

   Ana MarĆ­a gozĆ³ como nunca un polvo, se hallaba jadeante y casi sin respiraciĆ³n, mordiĆ©ndose los labios por el nuevo orgasmo que ese chorro de esperma le hizo experimentar.

   Viendo a su adolorido pero sonriente patrĆ³n, la mujer le preguntĆ³:

   “Le gusto la sorpresita Don Miguel?”.

   “UUyyyy… me encantoooo!, un ataque traicionero siempre es maravilloso”.

   Pasaron unos minutos y Don Miguel tomĆ³ sĆ”banas.

   Me disculparĆ”s pero quedĆ© exhausto… tengo ganas de un sueƱito.

   Ana MarĆ­a tambiĆ©n estaba algo cansada y le habĆ­a cogido gusto a las sĆ”banas, pero hizo ademan de levantarse de la cama para dejar dormir a su jefe.

   “Pero no te vayas cariƱo, duerme un rato conmigo, que quiero sentir una mujer a mi lado”.

   “Le agradezco la invitaciĆ³n… tambiĆ©n quedĆ© cansada… fue muy rico lo que me hizo sentir”.

   Por la mente de Ana MarĆ­a no pasaba ya el tema econĆ³mico, era un hecho que el patrĆ³n le cumplirĆ­a con el dinero, cĆ³mo lo habĆ­a hecho hasta entonces… A la criada le importaba ahora el descansar… las sensaciones de esta noche la habĆ­an excitado en realidad, y bastante!… recordaba cada momento, cada golpe bajo que el dio, y cada penetrada a su coƱo… Ana MarĆ­a en realidad habĆ­a disfrutado de la perversiĆ³n e intimidad con Don Miguel.

   La pareja durmiĆ³ plĆ”cidamente. Ya cerca de las 4 am, Ana MarĆ­a abriĆ³ los ojos, no estaba obligada a iniciar sus labores del servicio domĆ©stico tan temprano el dĆ­a de hoy, no despuĆ©s de la extenuante noche con Don Miguel, pero era su costumbre corporal levantarse tan temprano.

   DecidiĆ³ regresar a su habitaciĆ³n, por un instante se quedĆ³ viendo a Don Miguel, se le acercĆ³ y le dio un tierno beso en los labios; Sinceramente habĆ­a disfrutado de su pene… y estaba segura que su cuerpo no se contentarĆ­a con lo sucedido anoche… NO!, de ahora en adelante se acostarĆ­a con Ć©l cada vez que pudiera… No reprimirĆ­a mĆ”s a la mujer deseosa de sexo que habitaba en su interior…
…Y cĆ³mo hacerlo si tenĆ­a  a un macho deseoso y pervertido a su entera disposiciĆ³n, un macho que la buscarĆ­a a cada rato para satisfacer su pervertido deseo por golpes bajos, e intimidad desenfrenada… Ahora eran dos asuntos relacionados… cada vez que se citaran, le devastarĆ­a las huevas a puntapiĆ©s, para despuĆ©s cabalgar su gorda polla…
…Ana MarĆ­a  y Don Miguel serĆ­an amantes de ahora en adelante. Ya se marchaba la empleada, cuando el hombre despertĆ³ debido al beso.

   “Ya te vas?, que, quĆ© hora es?”.

   “Pronto va a amanecer, siga durmiendo patrĆ³n”. La mujer se acercĆ³ y acariciĆ³ el cabello del varĆ³n para relajarlo y devolverle al mundo de los sueƱos.

   “Sabes bien que esto de anoche va a pasar mĆ”s y mĆ”s, verdad?”.

   “Claro patrĆ³n, y usted sabe que cada vez como anoche, me ganarĆ© ese bono que usted me ha prometido”.

   Ana MarĆ­a no querĆ­a parecer demasiado deseosa por placer carnal, y siempre tendrĆ­a la excusa de hacerlo por dinero… Un motivo inicial, que ahora era la pantalla para aceptar tener esas pervertida pero deliciosas jornadas con su jefe.

   Retomando el sueƱo, Don Miguel balbuceĆ³: “Claro que te cumplirĆ©… siempre te cumplirĆ©… eres maravillosa y lo que te dĆ©, siempre te habrĆ”s ganado con mĆ©ritos”.

   El patrĆ³n cerrĆ³ los ojos y la criada abandonĆ³ la habitaciĆ³n.

   Los sucesos de esta historia de dos partes, solo serĆ­an el inicio de una pervertida relaciĆ³n, entre empleada y jefe… Una relaciĆ³n que mezclaba dolor y placer, y que llevarĆ­a a ambos a goces sin fin.

Fin.

Gracias
Comentarios a   zatniktiel@hotmail.com

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