Noche de accion con el patron - Las Bolas de Pablo

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21 ene 2018

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Noche de accion con el patron

ESCRITA POR: ZATN

CONTIENE  BALLBUSTING F/M y SEXO HETEROSEXUAL.

ESTE RELATO ES CONTINUACIƓN DE PILLADA POR EL PATRƓN.
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   En la primera parte, Ana MarĆ­a, una criada que labora en la casa de los MartĆ­nez, es sorprendida tocĆ”ndose Ć­ntimamente, Mientras chatea con un hombre vĆ­a redes sociales; Su patrón Don Miguel va a despedirla, cuando la mujer por accidente le propina un puƱetazo en los testĆ­culos…
…Para su fortuna, Don Miguel termina demostrando un escondido gusto por recibir golpes bajos, y acordando una mejora económica, La criada golpea los testĆ­culos, al tiempo que realiza una felación a su Patrón.
  
   DespuĆ©s de lo acontecido en la habitación de Ana MarĆ­a, la criada se pasó toda la noche pensativa, A su patrón Don Miguel le gustaba que le pegaran en las bolas.

   Recordó la reacción de su patrón al darle ese rodillazo, del que por un instante creyó que le dejarĆ­a sin poder tener herederos.

   TendrĆ­a algo que ver ese gusto de su jefe con el divorcio de su esposa hace mĆ”s de un aƱo?...pero tenĆ­a entendido que la mujer le fue infiel, o tal vez la mujer quiso buscarse a un hombre de gustos mĆ”s ā€œnormalitosā€ā€¦En fin no podrĆ­a saber eso esta noche, para maƱana obtendrĆ­a mĆ”s información… se fijó ese objetivo.

   SimultĆ”neamente se dedicó a recordar el pene de su jefe en la boca Y su mano acariciando esas adoloridas bolas, misma mano con la que ahora se tocaba el clĆ­toris, jadeando sin parar, mĆ”s de un orgasmo sintió Ana MarĆ­a ese resto de noche.

   Amaneció y la empleada se levantó temprano, pues ni siquiera tomó sueƱo, despuĆ©s de 7 am, DoƱa Gertrudis la nana, llevó a los niƱos a sus diferentes escuelas en el auto. Ahora estaban ella y el patrón solos en casa, ya que la nana se pasarĆ­a el resto del dĆ­a en asuntos personales, no regresando hasta recoger a los niƱos al salir de la escuela.

   Pero cuando la criada tocó en la puerta del estudio de su jefe, Don Miguel le impidió ingresar.

   ā€œNo entres estoy ocupadoā€. Don Miguel trabajaba esa maƱana en casa, como sucedĆ­a en ocasiones y cuando pasaba no permitĆ­a ninguna interrupción.

   Solo unas  3 horas despuĆ©s  la criada tuvo permiso del patrón para ingresar.

   ā€œSi Ana MarĆ­a, que deseas?ā€.

   ā€œQuisiera que hablĆ”ramos de lo de anocheā€.

   ā€œAnoche?...a que te refieres?, a la cena?ā€. La actitud del patrón incomodó a la criada que fue directa al punto.

   ā€œMe refiero a lo que pasó en mi habitaciónā€.

   Don Miguel puso cara seria, se levantó del asiento del despacho y avanzó hacia la mujer. Ana MarĆ­a sonrĆ­o… ahora sĆ­ tendrĆ­a respuestas de su patrón.

   ā€œA que te refieres?, que pasó en tu habitación, no entiendoā€.

   Ana MarĆ­a frunció el ceƱo… que acaso este cuarentón se estaba haciendo el tonto?, o es que ya le habĆ­a alcanzado el Alzheimer a los 40 aƱos. Le causo escozor el pensar que era tan tacaƱo que fingĆ­a no recordar para no pagarle el bono prometido.
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   ā€œAsĆ­?... no se acuerda de estoooooo!ā€. La criada cerró el puƱo derecho, y con Ć”nimo, lo lanzó en forma de recto descendente contra la entrepierna de su Patrón, hundiĆ©ndose en el bulto de sus gónadas.
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   ā€œUUUFFFFFF!!!ā€. Exclamó Don Miguel  quien se dobló un poco, al tiempo que colocaba una mano en la entrepierna, y la otra en el muslo, buscando mantener el equilibrio.

   ā€œOOh siiii!!!!, claro que lo recuerdoā€.

   ā€œSe estaba haciendo el tonto!ā€.

   ā€œPues la verdad, SĆ­!…querĆ­a que te enojaras un poco y me refrescaras la memoria a las malasā€.

   ā€œPero que pervertido es usted jefe!…Pero entonces si me cumplirĆ”, usted me prometió algoā€.

   ā€œNo te preocupes que si cumplirĆ©, de hecho ya te hice un cheque, pero dame un instante para tomar algo de aire dulzuraā€.

   La criada entendió y decidió cambiar el tema… bueno, mĆ”s bien profundizar el tema y saber las respuestas a aquellos interrogantes que llevaba en la cabeza desde la noche anterior.

   ā€œPatrón… Por favor cuĆ©nteme desde cuando le gusta esa prĆ”ctica… que es bastante fuerte!ā€.

   ā€œHace unos 5 aƱos, un amigo me invitó a una fiesta, mi esposa estaba de viaje, y yo estaba urgido de mujer, Ɖl sabĆ­a eso y contrató mujeres de compaƱƭa; AhĆ­ me preguntó si conocĆ­a eso de pegarse ahĆ­, yo nunca lo habĆ­a hecho, pero me convenció de intentarlo…
…Acepte asĆ­ que instruyó a la mujer de compaƱƭa para que me diera una muestra, Ć©l ya desde hace tiempo lo practicaba con ellas, y asĆ­ empezó el asuntoā€.

   ā€œLa mujerzuela le pegó, y le gustĆ³ā€.

   ā€œAl principio era terrible, pero esa mujeres saben cómo tramarlo a uno, y me quedó gustandoā€.

   ā€œY usted lo hacĆ­a con su seƱora?ā€.

ā€œSi… a ella al principio le pareció muy enfermo, pero un dĆ­a de aniversario, cómo regalo me complació, y se acostumbrĆ³ā€.

   Ana MarĆ­a se contuvo de preguntar si esos gustos terminaron molestando a la seƱora, a tal punto de divorciarse, o la separación no tuvo nada que ver… la criada consideró mejor no tocar ese punto, y continuó:

   ā€œSabe algo Don Miguel, no me ha disgustado el dejarle mĆ”s indefenso que un niƱo chiquito, asĆ­ que…puedo hacerlo de nuevo si usted lo deseaā€.

   Ana MarĆ­a recalcó bajo quĆ© condiciones participarĆ­a en  lo pervertidos juegos de su patrón.

   ā€œDon Miguel, ya ayer se lo dije, estoy urgida de dinero…y estoy dispuesta repetir esa experiencia ya mismo…pero usted ya sabe lo que debe darme en reciprocidadā€.

   Una gran sonrisa en la cara del patrón contagió a Ana MarĆ­a, que espera desde ahora una constante fuente de ingresos extras.

   ā€œPues bendita urgencia que tienes de dinero, porque me conviene y bastanteā€.

   Don Miguel fue a su escritorio y sacó de debajo de un libro un papel, entregĆ”ndoselo a la criada.

   Los ojos de Ana MarĆ­a se abrieron de par en par al ver que era un cheque con una buena suma de dinero… sin hacer buenos cĆ”lculos, era un 20% de su sueldo mensual, y dado por lo acontecido en su cuarto la noche anterior.
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   ā€œUyyyy, Gracias Don Miguel!ā€. Expresó la criada, mientras besaba las mejillas de su patrón.

   ā€œYa, ya, cĆ”lmate, te tengo otro bono si vienes a mi cuarto maƱana en la nocheā€.

   ā€œMaƱana?, no hoy?ā€. Ana MarĆ­a tenĆ­a muchas ansias de ver mĆ”s cheques en su mano.

   ā€œMaƱana, pues esta noche llegarĆ© tarde por un asunto del trabajo, pero maƱana estarĆ© libre desde la 6 pm…claro que nos veremos despuĆ©s que todos se hayan ido a dormirā€.

   ā€œCuente conmigo Don Miguel!… le voy a dejar los huevos de corbata!ā€.

   El patrón veĆ­a  alejar a la criada, que brincaba de entusiasmo como una colegiala.

   Todo el dĆ­a transcurrió para Ana MarĆ­a rĆ”pidamente, quien no veĆ­a llegase ya la noche de maƱana para ganar mĆ”s dinero, pero al analizar mejor el asunto, no pudo dejar de pensar en que volverĆ­a a ver el grueso pene de su patrón… Seguro le pedirĆ­a chupĆ”rselo una vez mĆ”s, y si pedĆ­a algo mĆ”s?... pues lo complacerĆ­a, despuĆ©s de todo, hacĆ­a tanto no tenĆ­a un verga en su coƱo… ya extraƱaba sentir una.

   Y llegó la noche deseada; Ana MarĆ­a habĆ­a planeado bien la jornada, y ante las indicaciones previas de su jefe, apareció pasada las 11, pm ante la puerta de la habitación del patrón; Por los fuertes sonidos que de seguro saldrĆ­an de la habitación de Don Miguel no habĆ­a problema, pues esta se hallaba bastante alejada de los cuartos de sus hijos y de la nana.
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   La  criada vestĆ­a un body negro de tirantes, con un blue jean ceƱido, el patrón se morĆ­a de ansias por verla desprenderse del jean. El jefe estĆ” complacido con lo que ve y lo que vendrĆ”, viste unos bóxeres oscuros, denotando de inmediato una erección incipiente.
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   Una vez dentro la mujer, Don Miguel observa la vista trasera de su empleada. Sin poder evitar darle una nalgada sobre ese llamativo blue jean, Ana MarĆ­a sonrĆ­e complacida, serĆ” una noche de fuertes emociones.

   ā€œDon Miguel, veo que quiere acción por todos lados, con su gustito pervertido, y en la cama conmigo, pero esperarĆ” a que me quite el pantalón?ā€.

   ā€œNo creo aguantar tanto cariƱoā€.

   ā€œEntonces es mi deber frenarlo un poco… quietito travieso!ā€.

   Y sin su patrón verlo venir, la mujer le da un rĆ”pido manotazo en la entrepierna, que hace retroceder al cuarentón.

   ā€œUUffff….. AsĆ­ me gusta…. directa al punto… a mi punto dĆ©bilā€.
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   Ana MarĆ­a se quitó el blue jean mostrando lo perfecto que le quedaba el body en su región pĆ©lvica.

   El patrón queda boquiabierto con la muchacha, aguantando sus ganas de tomarla por las caderas y hacerle mil cosas sexuales.

   ā€œEntonces Don Miguel, estĆ” listo para esta noche?... No se le olvide que me deberĆ” un nuevo bono extra de sueldo… Y espero sea mĆ”s generoso si llegamos a intimarā€.

   ā€œPues espero eso, y tendrĆ”s un bono extra sobre el bono extra prometido… y te lo habrĆ”s bien ganado querida muchachaā€¦ā€.

   El hombre se queda estĆ”tico, mientras la criada le baja la ropa interior, con sus prendas en los tobillos, el hombre levanta un pie para deshacerse por completo del estorbo, pero es sorprendido por un nuevo manotazo a las ahora desnudas gónadas…
…El latigazo hace trastabillar al varón, quien cae al piso sentado con los genitales expuestos.

   ā€œVamos…patĆ©amelos!ā€.
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   Ana MarĆ­a puede ver plenamente los desprotegidos testĆ­culos… estĆ”n mĆ”s que listo para ser pateados.

   ā€œNo… no quiero ser llamada traicionera, arriba, dame el frente para caparte condenado pervertidoā€.

   El lenguaje rudo tambiĆ©n hacia su parte, y el jadeante Don Miguel obedeció ansioso; Viendo reaccionar un poco su pene… mĆ”s adelante le llegarĆ­a el turno de que tuviera acción, por lo pronto el patrón intenta controlar su erección… Cuando estĆ© satisfecho de golpes bajos, le harĆ” el amor a la criada… serĆ” una noche perfecta para Ć©l… y sabe que para ella tambiĆ©n, pues desde esa noche cuando la pillo, es mĆ”s que obvio que la empleada desea una verga en su interior.
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   Con esfuerzo Don Miguel se incorporó, y apenas sintió la mano izquierda de la criada tocar su hombro, colocó a toda prisa sus manos atrĆ”s, en el preciso momento en que la rodilla de Ana MarĆ­a entraba en contacto Ć­ntimo con sus huevas.

   ā€œAAAhhhhhh!!!ā€. Gritaba el patrón ante tan firme fauleada, la empleada no tuvo la menor consideración al oĆ­rle gritar, la vez anterior habĆ­a tenido algo de temor por la fuerza usada, pero ahora impactaba con mĆ”s naturalidad, aunque no a plena potencia… No querĆ­a dejarle estĆ©ril, y ademĆ”s mesurando su fuerza, podrĆ­a dar mĆ”s  golpes bajos, aumentando la perversión en su degenerado patrón.

   ā€œAAArrrrgggg!!ā€. Expresaba Don Miguel, cuando una vez mĆ”s la rótula femenina aplanaba sus cojones, dejĆ”ndole una vez mĆ”s tirado.

   Ana MarĆ­a hizo un pausa dejando asĆ­ recuperar a su patrón, la mujer jadeaba de la excitación… ver a su jefe tan adolorido causaba un efecto pervertido en ella, estaba ansiosa de golpearle los huevos una vez mĆ”s… acaso se estaba metiendo en estos temas pervertidos?.

   ā€œArriba Don Miguel… sea hombre y demuestre su fuerza… usted puede soportar mĆ”sā€. Expresó la joven quien se retiraba el suave calzado que llevaba... ahora serĆ­an sus pies los agresores.

   ā€œVeo que te estĆ” gustando esto dulzuraā€. Expresó el adolorido patrón cuyo pene brincaba de la excitación.

   Era una clara verdad… Ana MarĆ­a se estaba tramada en esto de dar golpes bajos… y seguirĆ­a haciĆ©ndolo.

   Don Miguel logra ponerse en pie, y ganar tono muscular, plantĆ”ndole al frente, con los brazos a ambos lados; Sin cubrir mĆ”s la lastimada zona… una leve abertura en sus muslos, es la seƱal de que estĆ” listo para mĆ”s… RecibirĆ” los pies de la criada!

   ā€œEso quieres?... pues eso tienes!ā€.
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   Ana MarĆ­a lanza su patada!, certeramente conecta las huevas del patrón, las esferas viriles del hombre son zarandeadas con violencia, mientras el semi erecto pene se bate de arriba abajo golpeando Ć©ste tambiĆ©n con su revote las sensibles gónadas.

   ā€œAAAAAHHHHHH!!!ā€. Grita Don Miguel  ante el fuerte impacto, con el pie la criada desencadenó una mayor fuerza de choque lastimando considerablemente su hombrĆ­a.

   A pesar del intenso dolor el pene del patrón seguĆ­a en crecimiento, mientras el sujeto ampliaba su base de sustentación para evitar colapsar al suelo por tercera vez... Pero la criada no le iba a dar tregua, y ya preparaba una nueva patada.

   ā€œUUUHHHHHHHGGGG!ā€. Se quejó el hombre con el continuado impacto, con un leve brinco asimiló el golpe, aun conservĆ”ndose en pie. 

   Y faltaba mĆ”s!, Ana MarĆ­a reunĆ­a mĆ”s fuerzas… sentĆ­a excitación al patear, y una leve decepción al no haber tumbado a su jefe con ese segundo impacto del pie…vendrĆ­a la mĆ”s potente patada que pudiera dar.

   Don Miguel la vio venir, y apretó los mĆŗsculos logrando erguirse plenamente:

   ā€œVen! Dala con todo!ā€.

   PLAMP!, el pie Ana MarĆ­a se estrellaba de pleno en el escroto de su patrón, quien abrĆ­a la boca al mĆ”ximo gritando un ā€œAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!ā€.

   Las comprimidas huevas del varón le causaron un corrientazo desde su ingle al estómago, haciĆ©ndole toser espesa saliva, mientras sus piernas de aspecto gelatinoso, no soportaban su propio peso, y el hombre caĆ­a sentado en el piso.

   Don Miguel se agarró los huevos, y se retorcĆ­a con violencia… Ana MarĆ­a se asusta un instante, pero la sonrisa en los labios de su patrón y la erección en la entrepierna la calman…

   La mujer piensa:

   - Vaya que debe estar acostumbrado a ser golpeado allĆ­, soporta ya bastante castigo, si fuera un hombre normal, segura ya lo hubiera dejado de hospital, y sin herederos!

   Luego de la intensa patada Ana MarĆ­a decide que ya ha tenido suficiente de esta peculiar y extraƱa conducta sexual...y ya es hora del clĆ”sico sexo, aprovecharĆ” el erecto pene de su patrón…despuĆ©s de todo, ella estĆ” ya bastante hĆŗmeda en el coƱo, y ya quiere desahogarse.
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   La mujer ayuda a incorporar al hombre, quien parece que estĆ” de acuerdo con la pausa; Pronto esta recostado en la cama, con la mujer a su lado, quien con habilidad manual, no dejarĆ” que esa gruesa verga descienda…la mantiene potente, mientras Don Miguel retoma un poco mĆ”s de energĆ­as para lo que viene.

   Pero tambiĆ©n hay tiempo para las enrojecidas huevas de su patrón, eso sĆ­, con suma delicadeza las masajea, ganĆ”ndose muchos ā€œGraciasā€ por parte de Don Miguel, quien a pesar de sentir como le arden por dentro, no deja de gozar….

   AdemĆ”s esos masajes revitalizan al hombre… su instinto viril ahora estĆ” mĆ”s que elevado…
…Es lo que ella quiere!, quiere a un patrón en toda su potencia, que le haga el amor con pasión y fuerza, desde hace tanto no tiene una verga adentro, y quiere que se la meta hasta el fondo.

   Los abundantes lĆ­quidos que emergen de la uretra masculina le dice a la mujer que estĆ” listo para la acción; Mientras ella con rapidez se despide del body negro, mostrĆ”ndole al patrón su maravillosa desnudez. Don Miguel se centra en el empapado coƱo de su empleada, quien inicia el contacto Ć­ntimo con pasionales besos con su jefe.

   El milagrosamente recuperado patrón se coloca sobre la criada, quien ya tiene las piernas abiertas, con un leve movimiento de pelvis, el grueso miembro del varón invade la cueva femenina…
ā€œAahhhhhhā€. Ana MarĆ­a se queja…la cabeza del pene de su jefe es muy gorda, y se le ha quedado atrancada. Tras unas maniobras por parte del hombre, el glande ingresa por completo… y luego con un firme empuje… le sigue el resto del tronco peneano.

   La empleada parece pletórica al tener esa gorda verga en su hĆŗmedo coƱo, el choque de los huevos contra la entrada femenina la arranca un aullido a Don Miguel, quien sin embargo, embate las Ć”reas intimas de la mujer con potencia.

   Se entabla un ritmo sexual concadenado, donde el varón empuja cada vez mĆ”s, mientras la dama recibe todo el placer, y empapa con sus jugos la verga y las huevas de su patrón. La empleada tuvo su primer orgasmo… extraƱaba esa sensación!,  desde hacĆ­a tiempo no tenĆ­a un hombre que la hiciese sentir mujer…y hoy se desahogaba.
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   Pronto cambian de posición sexual, Ana MarĆ­a con los muslos flexionados sobre el tronco, y un Don Miguel de medio lado metiendo su verga sin pausa, la criada aporta tambiĆ©n con sus contracciones vaginales, y sus hĆ”biles manos, que acarician las huevas de su patrón.

   Por largo tiempo Don Miguel perfora su coƱo sin piedad, Ć©l tambiĆ©n deja notar que extraƱaba una buena mujer, una con quien desbocarse y mostrar todo su instinto animal.

   Ambos sudorosos no paran de jadear y probar todas las posiciones sexuales…Las patas de la cama  sufren ante tanta y vigorosa actividad.

   El momento de Ć©xtasis estĆ” cerca, y en medio de su goce, la empleada le tiene una sorpresa a su jefe.
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   ā€œMe vengo… me vengoā€. Expresó Don Miguel, y esa era la seƱal para que actuase la criada, quien dejó de acariciar los huevos de su patrón, para con su mano izquierda tomar todo el saco escrotal desde su base debajo del pene, y apretar con todas sus fuerzas.

   ā€œAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!ā€. Gritó Don Miguel sintiendo su hombrĆ­a ser comprimida en el momento justo de la eyaculación… Con una potencia inusitada, el esperma salió disparado contra el fondo vaginal de la joven, quien jadeo al sentir tremendo chorro caliente en su interior.

   Don Miguel tronó los dientes, conteniendo un nuevo grito, mientras mĆ”s y mĆ”s semen se le escapaba a presión de las huevas…. El rudo apretón de Ana MarĆ­a continuaba, queriendo hacerle sacar la Ćŗltima gota de esperma… Solo tras un montón de disparos blancos, la mujer le soltó las gónadas.

   De inmediato el patrón se salió de su interior, y quedó de medio lado en la cama sobando sus estrujadas huevas.

   Ana MarĆ­a gozó como nunca un polvo, se hallaba jadeante y casi sin respiración, mordiĆ©ndose los labios por el nuevo orgasmo que ese chorro de esperma le hizo experimentar.

   Viendo a su adolorido pero sonriente patrón, la mujer le preguntó:

   ā€œLe gusto la sorpresita Don Miguel?ā€.

   ā€œUUyyyy… me encantoooo!, un ataque traicionero siempre es maravillosoā€.

   Pasaron unos minutos y Don Miguel tomó sĆ”banas.

   Me disculparĆ”s pero quedĆ© exhausto… tengo ganas de un sueƱito.

   Ana MarĆ­a tambiĆ©n estaba algo cansada y le habĆ­a cogido gusto a las sĆ”banas, pero hizo ademan de levantarse de la cama para dejar dormir a su jefe.

   ā€œPero no te vayas cariƱo, duerme un rato conmigo, que quiero sentir una mujer a mi ladoā€.

   ā€œLe agradezco la invitación… tambiĆ©n quedĆ© cansada… fue muy rico lo que me hizo sentirā€.

   Por la mente de Ana MarĆ­a no pasaba ya el tema económico, era un hecho que el patrón le cumplirĆ­a con el dinero, cómo lo habĆ­a hecho hasta entonces… A la criada le importaba ahora el descansar… las sensaciones de esta noche la habĆ­an excitado en realidad, y bastante!… recordaba cada momento, cada golpe bajo que el dio, y cada penetrada a su coƱo… Ana MarĆ­a en realidad habĆ­a disfrutado de la perversión e intimidad con Don Miguel.

   La pareja durmió plĆ”cidamente. Ya cerca de las 4 am, Ana MarĆ­a abrió los ojos, no estaba obligada a iniciar sus labores del servicio domĆ©stico tan temprano el dĆ­a de hoy, no despuĆ©s de la extenuante noche con Don Miguel, pero era su costumbre corporal levantarse tan temprano.

   Decidió regresar a su habitación, por un instante se quedó viendo a Don Miguel, se le acercó y le dio un tierno beso en los labios; Sinceramente habĆ­a disfrutado de su pene… y estaba segura que su cuerpo no se contentarĆ­a con lo sucedido anoche… NO!, de ahora en adelante se acostarĆ­a con Ć©l cada vez que pudiera… No reprimirĆ­a mĆ”s a la mujer deseosa de sexo que habitaba en su interior…
…Y cómo hacerlo si tenĆ­a  a un macho deseoso y pervertido a su entera disposición, un macho que la buscarĆ­a a cada rato para satisfacer su pervertido deseo por golpes bajos, e intimidad desenfrenada… Ahora eran dos asuntos relacionados… cada vez que se citaran, le devastarĆ­a las huevas a puntapiĆ©s, para despuĆ©s cabalgar su gorda polla…
…Ana MarĆ­a  y Don Miguel serĆ­an amantes de ahora en adelante. Ya se marchaba la empleada, cuando el hombre despertó debido al beso.

   ā€œYa te vas?, que, quĆ© hora es?ā€.

   ā€œPronto va a amanecer, siga durmiendo patrónā€. La mujer se acercó y acarició el cabello del varón para relajarlo y devolverle al mundo de los sueƱos.

   ā€œSabes bien que esto de anoche va a pasar mĆ”s y mĆ”s, verdad?ā€.

   ā€œClaro patrón, y usted sabe que cada vez como anoche, me ganarĆ© ese bono que usted me ha prometidoā€.

   Ana MarĆ­a no querĆ­a parecer demasiado deseosa por placer carnal, y siempre tendrĆ­a la excusa de hacerlo por dinero… Un motivo inicial, que ahora era la pantalla para aceptar tener esas pervertida pero deliciosas jornadas con su jefe.

   Retomando el sueƱo, Don Miguel balbuceó: ā€œClaro que te cumpliré… siempre te cumpliré… eres maravillosa y lo que te dĆ©, siempre te habrĆ”s ganado con mĆ©ritosā€.

   El patrón cerró los ojos y la criada abandonó la habitación.

   Los sucesos de esta historia de dos partes, solo serĆ­an el inicio de una pervertida relación, entre empleada y jefe… Una relación que mezclaba dolor y placer, y que llevarĆ­a a ambos a goces sin fin.

Fin.

Gracias
Comentarios a   zatniktiel@hotmail.com

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