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Ahora el relato de hoy:
CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
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Marco |
Con la eliminación de Ben, Ignacio, el forzudo atleta de pesas cayó en una notable depresión tanto asĆ que el resto de compaƱeros comenzaron a darse cuenta y crearon algunos rumores como una maƱana la conversación entre Gerónimo y Marco. El muchacho se consiguió al valiente varón que perdió el primer desafĆo cocinando en una apretada tanga que levantaba su trasero.
—No esperaba verte aquĆ —saludó ocupando una mesa para comer.
—¿TĆŗ crees que Ignacio le chupo la verga a Ben? —le preguntó Marco cuando ya habĆan tenido unos temas triviales.
—Puedo asegurarlo, ese Ignacio se le ve en la cara que es calenturiento.
—¿La sabrĆ” mamar bien?
—Si quieres le preguntas jajaja.
—DeberĆa, hombre, jajaja.
—Brother, deja de pensar en eso. La meta es ganar este reallity.
—¿Ganar? Eso es muy difĆcil, Gerónimo. AquĆ solo somos amigos durante el desafĆo y cuando ganamos; pero si perdemos nos volvemos enemigos y cada uno lucharĆ” por ganarse su puesto... ahora estoy mas aterrado con lo que dijo León.
—¿Lo del favorito?
—SĆ, los puntos que reciba un favorito por los votos del pĆŗblico. All momento que ese favorito quede como posible eliminado se revertirĆ”n contra el segundo amenazado de eliminación. ¿Crees que puedas tener puntos como favorito?
—Yo creo que sĆ. Soy un atleta Ć©lite. Reconocido en el deporte de tiro al arco.
—Entiendo. Bueno, esto para mi serĆa una buena oportunidad... 500 millones... y un contrato exclusivo.
Ambos se quedaron en silencio cuando Ignacio penetró a la cocina buscando una taza dentro de la nevera. Extrajo el envase y lo llenó de leche para servirse un cereal después salió rumbo a su habitación.
Gerónimo sonrió y le formuló una pregunta a Marco:
—¿Marco que tal el sabor de la leche del luchador de pancraxio? De RenĆ©.
—No quiero hablar de eso —negó el hombre todavĆa molesto por lo ocurrido—. EstĆ” bien... pegajosa quizĆ”s —rió—. Con nutritivos de anabólicos jajaja.
—Jajaja.
—¿Piensas que se deberĆa escoger a otro fuerte para el próximo reto?
—SĆ. Aunque da miedo pensar que clase de reto serĆ”... mira que probar semen... bueno... —se calló en seco sonriendo.
—Yo no quiero participar……… No por un tiempo.
Los dos hombres se quedaron mirando sonriéndose y sin decir nada de la erección que cada uno tenia bajo sus bóxers, ocultamente.
En el equipo de los Iguanas estaban preparƔndose casi todos juntos el desayuno.
—¿Dónde estĆ”n los panes? —preguntaba RenĆ©.
—No lo sĆ© —respondió MatĆas ajustĆ”ndose el ceƱido pantalón que parecĆa ahorcarle los genitales y las piernas—. Yo solo me encargo de las salsas
—Y yo de cocinar el sĆ”ndwich —aclaro Carlos agarrando entre sus manos varios pedazos del desayuno.
—Yo sólo sĆ© —hablaba con picardĆa David—, que los huevos los tengo abajo jajaja —y se inclinó abriendo una gaveta y extrayendo los huevos.
—Vaya, pero que huevos mĆ”s grandes y ricos jajaja —se rió Lucas pasando una mano por su propio paquete que lucĆa abultado a la vista.
Hay que aclarar que la mayorĆa de los concursantes de ambos equipos ahora andaban libremente por el edificio con ropa interior.
—De verdad, David, tĆŗ debes tener unos huevos —decĆa MatĆas cuando habĆa encontrado los panes—, ¿son grandes? ¿Y tu pinga? Ha de ser grande y robusta como tĆŗ. ¿La podemos comparar con la de RenĆ©?
—¿QuĆ©? Mi pija no tiene comparación. Soy el rey por eso ganĆ© la primera prueba.
Lucas el luchador profesional habĆa agarrado un rodillo de madera y se habĆa escabullido a tientas tras David.
—jajaja —reĆa Carlos— habla, David. ¿Nos mostrarĆas tu miembro? ¿O te gusta provocarnos con tu ropa interior que apenas cubre tu paquete? Tu salchichón.
Hubo varias risas.
—Yo jamĆ”s, aquĆ derramarĆ© semen por placer —respondió David sin poder esconder la erección que se adueñó de Ć©l—, ni mostrarĆ© mi verga... ¡sólo para un reto! Y EL RETO LO HARĆ CUANDO QUIERA no cuando ustedes me obliguen.
Lucas dijo que esa respuesta lo habĆa hecho sentir desilusionado y antes de que David pudiera darse cuenta tenĆa al luchador inclinado desde sus piernas y habĆa ubicado el rodillo entre ellas, lo subió con fuerza y lo chocó con ruido entre sus bolas. David lanzó un terrible grito cuando sintió el golpe sobre sus ovaladas huevas. Las agarró con ambas manos y cayó de rodillas lamentĆ”ndose mientras Lucas se levantaba riendo.
—Eso es para que pienses en mostrarnos tu güevo —dijo.
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David |
—No te preocupes —habló Carlos—, aquĆ hay verga, guevo para rato y sobran jajaja.
—El que sĆ estĆ” falto de eso es Miguel —se quejó MatĆas observando como David se colocaba de costado agarrando sus testĆculos—. Miguel no comparte con nosotros, dice que no es gay, y no quiere dirigirnos la palabra.
—Yo opino —dijo Lucas colocando mayonesa en los Ćŗltimos panes— que lo agarremos entre todos le partamos las bolas y lo pongamos a probar el verdadero semen de hombre.
—¡Te gusta una orgĆa!
—SĆ. Jajaja.
—¿De verdad estuviste en una?
—SĆ, soy un pecador y di y recibĆ mucho jajaja.
David murmuró algo inentendible mientras se sentaba en el piso agarrando sus gónadas. Tomó un respiro y habló:
—Y ahora con esto vuelvo a asegurar que no derramarĆ© por placer ni una gota de semen aquĆ.
Los integrantes del equipo Iguanas se prepararon el desayuno y comieron charlando y riendo, dejaron 2 sĆ”ndwich a Miguel que RenĆ© se ofreció llevar a la puerta de su cuarto. El beisbolista desde adentro le pidió que lo dejara en el piso que luego lo recogerĆa.
Alejados de las dos casas (Cardenales e Iguanas) estaba el jefe observando en un monitor la convivencia de ambos grupos pero concentrado aun mas en los unidos Iguanas.
—¿Pero que se cree David? —preguntaba el jefe—. No derramarĆ© ni una gota de semen —imitó con un voz ridĆcula—. Vamos a ver si es verdad lo que dice.
—¿QuĆ© harĆ” jefe? —pregunto León.
—Obviamente necesito de tu ayuda —le aclaró concentrando su mirada en David, su cara, su cuerpo y el paquete que se le formaba, una sonrisa de placer se reflejo en su rostro y una erección hacĆa crecer su pantalón de las fantasĆas que le provocaba cumplir mientras el fiel León se acercaba a Ć©l mirĆ”ndolo.
En el transcurso del dĆa Carlos recapacitó que le estaba dando mucho tiempo al aburrimiento y prefirió ir al gimnasio para entrenar, despuĆ©s de todo las pesas eran lo suyo. Inició la faena realizando un calentamiento, estirando las piernas; sus piernas eran de admiración: musculosas y poderosas. Encima con cada movimiento que emitĆa la tela de su ropa interior se pegaba a su falo y a sus bolas.
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Carlos |
Sus movimientos rĆtmico se detuvieron y su intento por agarrar una pesa de 10 kilos se detuvo cuando Gerónimo llegó al gimnasio.
—Hola —lo saludó con sorpresa congelante—. ¿Cómo estĆ”s? ¿EstĆ”s bien en el concurso?
—SĆ, estoy bien. A ti te debe ir de maravilla, siempre fuiste de los fuertes.
—jajaja. ¿Quieres sentarte ahĆ?
Gerónimo aceptó y juntos se acercaron a un banco. Estaban en ropa interior y se dirigian miradas escrutadoras y nerviosas. Queriendo no poner el tema de su noviazgo aƱos anteriores, pero no fue asĆ:
—¿Por quĆ© crees que estamos aquĆ? —preguntó Carlos.
—EstĆ” claro—dijo Gerónimo— por un contrato y 500 jugosos millones.
—No... Bueno, quizĆ”s —dijo Carlos viendo sus fuerte piernas— pero tambiĆ©n puede que sea para unirnos de nuevo... sabes que yo……
—SĆ. TĆŗ y yo vivimos fuertemente lo nuestro —reconoció Gerónimo— pero eso forma parte del pasado, Carlos, yo me casĆ© y…
—Y vives feliz con tu mujer en la boda del aƱo.
—No seas sarcĆ”stico.
—¿Estar aquĆ no te provoca volver conmigo y recuperar el tiempo? Todo sigue intacto por ti. Tu esposa no se enterara lo que pasa en el edificio porque lo que pasa aquĆ, aquĆ queda.
—¿Queda?... O sea me dices que si pasara algo entre los dos, solo quedarĆ” aquĆ.
—No, Gerónimo, pero, esta es nuestra oportunidad. TĆŗ y yo aquĆ.
—TĆŗ y yo aquĆ con la posibilidad que tanto tĆŗ como yo seamos los Ćŗnicos ganadores de nuestro equipo y al final nos tengamos que enfrentar... ¡no!
—No pienses en eso, Gerónimo. Y en caso de ser asĆ me dejo ganar jajaja solo me interesa ganar tu amor... mi hombre jajaja.
Gerónimo volvió a sonreĆr mirando hacia la pared. Carlos nada contestó pero se hizo el dueƱo de la situación y con una mezcla de rĆ”pida emoción llevó su mano a la barbilla de Gerónimo y le beso en la boca, beso que fue aceptado.
Continuaron besÔndose hasta que Carlos llevó lentamente a su ex pareja o ahora pareja contra el suelo, se incorporó encima de él. Un fuerte y pesado hombre sobre otro macho ambos excitados y con ajustados slips sintiendo la fuerza de los miembros como dos grandes espadas juntas. Pasando la fuerza una a otra, se continuaron besando. Pero Gerónimo paró el momento e hizo a un lado a Carlos y se levantó del suelo, éste lo miró.
—Necesito pensarlo.
—Pero... ¿Cómo, Gerónimo?
—Mi esposa, Carlos. DĆ©jame pensarlo... puede que si, pero yo no quiero que esto quede solo aquĆ en el edificio —sonrió al hombre y se marchó.
Carlos volvió a extenderse sobre el suelo metiendo su mano entre su ropa interior y tocando su erecto miembro mientras cerraba los ojos, su mano empezó a subir y bajar a través del falo.
En la noche llegó la noticia que en los próximos dĆas seria el nuevo reto llamado "El punto mĆ”s alto". Esta vez SebastiĆ”n se decidió como el representante de reto por ser de estatura alta y atlĆ©tico. En el equipo verde hubo mucha riƱa para escoger el representante finalmente por el capricho de un integrante se seleccionó como responsable a MatĆas.
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