Las bolas de Pablo - Las Bolas de Pablo

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3 ene 2018

Las bolas de Pablo

Con esta publicacion se abre la temporada de historias de sexo y ballbusting 2018. El blog hoy esta cumpliendo 7 aƱos.

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


   —Feliz cumpleaƱos, mi amor —felicitĆ³ David a Pablo, llevĆ³ su pierna hacia atrĆ”s y pateĆ³ con fuerza a las bolas de Pablo. Su pie se estrellĆ³ contra la ingle aplanando el bulto que se le hacĆ­a en la ropa interior de su esposo y haciĆ©ndolo gemir de dolor.


   Pablo  tosiĆ³, frotĆ”ndose la entrepierna.

   —Ah, gracias, romĆ”ntica manera de felicitarme.

   David se riĆ³.

   Era 4 de enero y todavĆ­a seguĆ­an de vacaciones en la casa de campo en esa maƱana estaban solos y la tenĆ­an a su merced.

   En cuestiĆ³n de segundos, Pablo se habĆ­a recuperado y tomarĆ­a represalias contra los cojones de David.

   El pie de Pablo viajĆ³ por el aire y chocĆ³ entre las piernas del guapo moreno, su empeine hizo saltar al hombre sintiendo sus bolas ser aplanadas.

   David soltĆ³ un gemido gutural, echĆ³ la cabeza hacia atrĆ”s y se arrodillĆ³, agarrĆ”ndose la entrepierna y meciĆ©ndose de un lado a otro haciendo muecas de dolor.

   —Hay mis bolas, seguro me quitaste la posibilidad de ser papĆ” otra vez.

   Pablo que cumplĆ­a ese dĆ­a 27 aƱos se riĆ³.

   —Con un hijo te sobra y basta no dejarĆ© que uses tu pene en una vagina, antes te lo corto a la mitad.

   DespuĆ©s de lo que pareciĆ³ una eternidad, David se levantĆ³, su rostro seguĆ­a contorsionado de dolor e ira.

   Pablo separĆ³ las piernas y llevo los brazos tras la cabeza. RecibiĆ³ una patada cruel, dura e implacable en los huevos que lo levantĆ³ del suelo y lo hizo gemir de dolor.

   David lo observĆ³ mordiĆ©ndose el labio y formando una erecciĆ³n en su ropa interior como una carpa de circo.

   Pablo  pudo recuperarse bastante rĆ”pido.

   David separĆ³ las piernas y mirĆ³ a Pablo  con una mezcla de miedo.

   Pablo  sonriĆ³ y enviĆ³ el pie contra los muslos de David. Su empeine colisionĆ³ perfectamente con las grandes bolas de su esposo.

   Los ojos de David se agrandaron y gritĆ³ desde lo mĆ”s alto de sus pulmones yĆ©ndose al suelo, rodando, agarrĆ”ndose las bolas, sus piernas pateaban salvajemente.

   —¡MIS BOLAS, MIS BOLAS, AY MIS PELOTAS!

   Pablo en el fondo agradeciĆ³ que estaban solos en casa y que no tenĆ­an vecinos cercanos.

   DespuĆ©s de dos minutos, David se calmĆ³ y se sentĆ³ en el suelo haciendo una mueca de dolor. Treinta segundos despuĆ©s se levantĆ³ y se frotĆ³ las gĆ³nadas.

   —Se acabĆ³ —dijo—. Pasaremos a otra etapa, el cumpleaƱero del dĆ­a eres tĆŗ.

   —¿A quĆ© te refieres, David?

   El musculoso hombre sacĆ³ del armario una cuerda con la que atĆ³ los brazos de Pablo.

   Un par de minutos mĆ”s tarde, Pablo estaba atado a la cama, sentado sobre su trasero, con las piernas separadas formando de manera descarada sus bolas en la ropa interior.

   David llevĆ³ la pierna hacia atrĆ”s y pateĆ³ las huevas de Pablo  con toda la fuerza que pudo reunir. Su pie se estrellĆ³ contra el bulto prominente aplastĆ”ndolo provocando un grito fuerte en su esposo.

   Inmediatamente David enviĆ³ otra dura patada entre las piernas de Pablo, haciĆ©ndolo toser.

   Pablo hizo una mueca mientras su pene se volvia tieso entre su ropa.

   David levantĆ³ el pie y pisoteĆ³ con fuerza las bolas de Pablo, aplastĆ”ndolas una y otra vez, pulverizando aquellas grandes y gordas gĆ³nadas de Pablo, haciĆ©ndolo gritar con los ojos cerrados.

   David apartĆ³ el pie de aquellas suculentas pelotas.

   —¿Quieres que continĆŗe? —preguntĆ³.

   A lo que Pablo afirmĆ³.

   David se parĆ³ entre las piernas abiertas de su esposo levantĆ³ el pie y clavĆ³ el talĆ³n en el precioso paquete de Pablo .

   Pablo soltĆ³ un grito desesperante. Y David volviĆ³ a pisotear con su talĆ³n las bolas de Pablo una y otra vez como si las quisiera convertir en purĆ© de papas.

   La cara de Pablo estaba roja como un tomate y su cabello rubio estaba mojado en sudor. Sus ojos completamente abiertos reflejando la agonĆ­a en la tortura de David.

   David se frotĆ³ la entrepierna estaba la mar de excitado. Se inclinĆ³ sobre Pablo y susurro seductoramente sobre su oido.

   —SerĆ” mejor que vayamos terminando —lo comenzo a desatar—, todavĆ­a falta que te la chupe y que tĆŗ me bajes esta terrible erecciĆ³n, quiero cumplir todos mis planes sexosos antes que tu familia vuelva.

   Pablo sonriĆ³ y exclamĆ³ un gemido doloroso frotĆ”ndose las huevas.

   Una vez mĆ”s David le deseĆ³ feliz cumpleaƱos y lo volviĆ³ a besar.

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