Guerreros: Miguel Salcedo vs Carlos Troconis - Las Bolas de Pablo

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2 dic 2022

Guerreros: Miguel Salcedo vs Carlos Troconis




Carlos estaba muy emocionado de enfrentarse al famoso Miguel Salcedo. Lo esperaba sobre el cuadrilƔtero vistiendo una tanga de color rojo.

 

Miguel subiĆ³ al ring sintiĆ©ndose imponente. Su paquete se movĆ­a de un lado a otro. Estaba descalzo y le dirigĆ­a una mirada de arrogancia a su rival.

 

Si tĆŗ no lo penetras, el te cojerĆ” a ti —le anunciĆ³ El PatrĆ³n—. AdemĆ”s recuerda que entre el pĆŗblico estarĆ” tu fan nĆŗmero uno, se pondrĆ” muy triste si alguien te folla.

 

Al sonido de la campana la lucha iniciĆ³, Miguel comenzĆ³ con un golpe de antebrazo en los gruesos pectorales de Carlos, empujĆ”ndolo contra las cuerdas.

 

No le dio tregua y comenzĆ³ con una serie de golpes de antebrazo en el pecho y rematĆ³ con una fuerte patada en las bolas de su rival.

 

—¡Aaaaay! —gritĆ³ Carlos con los ojos muy abiertos, enseguida se doblĆ³.  

 

Miguel lo tomĆ³ del cabello y lo azotĆ³ con dos fuertes bofetadas en la cara.

 

Lleno de dolor por sus palpitantes bolas, Carlos continuĆ³ doblado, sobĆ”ndose los huevos con las manos.

 

MIguel lo abandonĆ³ y se subiĆ³ sobre las cuerdas gritando hacia el pĆŗblico:

 

—¿Puede alguien traer a un hombre para que luche conmigo?

 

cross body slam
Cuando saltĆ³ de las cuerdas y puso su pie en la lona fue atacado por un rejuvenecido Carlos que le dio un cross body slam. Miguel cayĆ³ aturdido.

 

Carlos para no regalarle tiempo de recuperaciĆ³n, se girĆ³ para sentarse sobre sus grandes pectorales. Golpeando con los puƱos a ambos lados de la cabeza de Miguel.

 

ApartĆ³ el culo de los pectorales de Miguel agarrĆ”ndolo del cabello. Lo obligĆ³ a ponerse de rodillas, frotando su polla contra la cara del apuesto luchador.

 


—AsĆ­ es como debes estar, mamando —se burlĆ³ Carlos doblando el bĆ­ceps, luego lo hizo poner de pie, empujando su cara hacia abajo en una llave de cabeza, aplastĆ”ndola con sus musculosos brazos, apretando contra sus abdominales.

 

Furioso desde que le frotĆ³ la verga en la cara, Miguel levantĆ³ a Carlos con la fuerza de sus brazos y lo hizo caer sobre su rodilla. Lastimando su espalda.

 

Carlos emitiĆ³ un fuerte grito de dolor con la espalda arqueada sobre la rodilla de Miguel. Cuando cayĆ³ sobre la lona se retorciĆ³ de agonĆ­a.

 

Llave de cangrejo
Miguel se echĆ³ a reĆ­r, tomĆ³ las extremidades de Carlos y le aplicĆ³ una llave de cangrejo, sentĆ”ndose sobre su espalda.

 

—AAAAAAaaaaaarh —gritaba Carlos con la espalda dolorida. Su abultada entrepierna quedĆ³ expuesta al aire rebelando una dura erecciĆ³n.

 

—RĆ­ndete, hombre —se burlĆ³ Miguel—, es lo mejor para ti —soltĆ³ una de sus piernas y metiĆ³ la mano dentro de la tanga, apoderĆ”ndose de la polla.

 

—¡Hijo de puta! —gritĆ³ Carlos sintiendo que un hilo de presemen saliĆ³ de su pene para lubricar los dedos de Miguel.

 

A Miguel Salcedo no le importĆ³, solo le aplicĆ³ una fuerte bofetada en las bolas.

 

¡¡¡MIS BOLAS!!! VAS A PAGAR POR ESTO, HIJO DE PUTA

 

—Quiero que te rindas, es la mejor soluciĆ³n para ti. —le frotĆ³ el pene que volviĆ³ a chorrear mĆ”s lĆ­quido preseminal y despuĆ©s volviĆ³ a golpearle las bolas.

 

Carlos gritĆ³ de dolor al sentir el golpe en sus palpitantes bolas, repletas de su jugo de macho. Por su rostro se deslizaron lĆ”grimas por el dolor en su espalda arqueada y el castigo sufrido en sus pelotas. Sus manos se clavaron en la lona, desesperado por intentar acercarse a las cuerdas. Miguel intentĆ³ poner resistencia, pero Carlos se aferrĆ³ a la cuerda inferior, se vio obligado a soltarlo del agarre.

 

llave de bulldog
Tras ser liberado, Carlos respirĆ³ profundamente, acomodĆ³ su erecciĆ³n dentro de la ropa interior y me dio un masaje a sus doloridas bolas. Se preparĆ³ para el contraataque cuando Miguel Salcedo venĆ­a a por Ć©l. CerrĆ³ los brazos alrededor de su cabeza y lo empujĆ³ a la lona con una llave de bulldog.

 

El rostro de Miguel Salcedo sonĆ³ muy duro con el impacto, dejĆ”ndolo momentĆ”neamente aturdido.

 

—Es hora de la revancha, engreĆ­do de mierda —anunciĆ³ Carlos,  sentĆ”ndose en la parte baja de su espalda, levantĆ³ los brazos de Miguel por encima de sus rodillas, aplicĆ”ndole una llave de camello. FrotĆ³ una mano sobre sus glĆŗteos desnudos y le regalĆ³ una palmada, luego deslizĆ³ su mano entre los muslos y envolviĆ³ los dedos alrededor de las bolas, dĆ”ndoles un apretĆ³n y un giro.

 

—¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!!! —gritĆ³ Miguel.

 

—La venganza es dulce —afirmĆ³ Carlos. Lo soltĆ³ de los testĆ­culos y llevĆ³ ambas manos alrededor de sus pectorales, frotĆ³ los dedos en sus pezones duros y arqueados.

 

—¡Aaaaah, ay! Voy a acabar contigo.

 


Haciendo uso de su fuerza Miguel se defendiĆ³ dĆ”ndole un codazo directo en la cara, se soltĆ³ y saltĆ³ hacia las cuerdas. Siendo detenido por Carlos que lo agarrĆ³ de los tobillos, intentando empujarlo al centro del ring.

 

—¡No lo harĆ”s, hijo de puta! —negĆ³ Miguel, le dio una patada en la mandĆ­bula.

 

Carlos rodĆ³ por la lona, quejĆ”ndose de dolor. Miguel Salcedo se inclinĆ³ sobre Ć©l, encerrando su cabeza con una llave de tijera, forzando su cara en los glĆŗteos. ApretĆ³ fuerte con el objetivo de asfixiarlo. El bulto en la trusa de Miguel comenzĆ³ a revelarse grande y bulboso.

 

AumentĆ³ la presiĆ³n forzando la cara de Carlos mĆ”s profundamente en sus nalgas.

 

Carlos atacĆ³ a golpes los muslos de Miguel, intentĆ³ separarlos. Se estaba debilitando por la falta de aire. Se movĆ­a desesperado agotando sus fuerzas. El pene y sus bolas se perfilaban en la tanga como una segunda piel.

 

Los gemidos ahogados de Carlos se volvieron mƔs dƩbiles.

 

Miguel mantuvo el apretĆ³n hasta que no lo escuchĆ³ volver a quejarse. Lo tomĆ³ de los pezones y los retorciĆ³ con fuerza. No hubo reacciĆ³n por parte de Carlos, asĆ­ que lo soltĆ³ con cuidado y se puso de pie de un salto. Carlos estaba mareado con los ojos muy abiertos dando bocanadas de aire. Miguel lo tomĆ³ de las piernas y lo arrastrĆ³ hasta la esquina del cuadrilĆ”tero. AtĆ”ndolo al poste, dejando sus muƱecas envueltas entre las cuerdas y sus piernas abiertas y los tobillos atados a la cuerda inferior a cada lado de la esquina.

 

—¿QuĆ© vas a hacer ahora, mi rey? —se burlĆ³ Miguel.

 

—¡DesĆ”tame si sabes lo que te conviene —gritĆ³ Carlos dando una sacudida para recuperar sus sentidos.

 

Miguel Salcedo se echĆ³ a reĆ­r. AgarrĆ³ la pretina de su ropa interior y la deslizĆ³ por sus piernas. Mostrando a todos una furiosa erecciĆ³n goteando lĆ­quido preseminal.

 

—Si sabes lo que te conviene, vuelve a colocarte el calzĆ³n —rugiĆ³ Carlos.

 

Miguel Salcedo lo agarrĆ³ del cabello, estirĆ”ndolo hacia atrĆ”s. Al mismo tiempo comenzĆ³ a penetrarlo.

 

Aaaah —se quejĆ³ Carlos sintiendo el dolor palpitar en su trasero.

 

Miguel se echĆ³ a reĆ­r. SacĆ³ casi entera su gruesa verga y la volviĆ³ a meter de golpe. Sus gordos y repletos testĆ­culos chocaban contra las nalgas de Carlos, que gritaba de dolor.

 

Miguel volviĆ³ a repetir el movimiento de sacar y meter su polla por segunda vez forzĆ”ndola mĆ”s adentro de lo que debĆ­a. Lo agarrĆ³ de los hombros y lo penetrĆ³ con fuerza.

 

Carlos gritĆ³ mĆ”s fuerte, excitando por mĆ”s a su guerrero rival.

 

Miguel continuĆ³ taladrando el trasero hasta que  introdujo la polla profundamente en el culo y dejĆ³ escapar un gemido de placer eyaculando todo el contenido caliente de sus bolas.

 

Cinco grandes chorros de jugo varonil innundaron las entraƱas de Carlos, sus gemidos se hicieron fuertes y profundos.

 

La espesa y cremosa leche de Carlos tambiĆ©n saliĆ³ disparada de su polla aterrizando en el poste de acero del cuadrilĆ”tero.


Miguel Salcedo levantĆ³ ambos brazos en seƱal de victoria. Siendo ovacionado por el pĆŗblico. SaliĆ³ del cuadrilĆ”tero dejando a Carlos golpeado y atado. Una gran sonrisa de triunfo se dibujaba en el rostro del ganador.


Actualizada la ficha de personajes de Guerreros con: Fernando Almeida clic aquĆ­ para leer.

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