Promesas incumplidas - Las Bolas de Pablo

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26 abr 2023

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Promesas incumplidas

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Luigi Riganti era el gobernador de la ciudad y había recibido una solicitud de reunión de un importante líder social que durante semanas estuvo haciendo campaña en contra de su gobierno debido a negligencias en su zona de residencia. A pesar de las preocupaciones sobre la seguridad, Luigi decidió reunirse con él. Asistió a su comunidad siguiendo las recomendaciones de su asesora de imagen, vistió un sencillo pantalón negro y camiseta de color blanco, peinó de manera sencilla su castaña cabellera y fue al encuentro. Al principio, la discusión fue tranquila, se demandaba mayor seguridad policial para la comunidad y la regularidad en el servicio de agua porque parecían estar abandonados en la cuota de distribución.

—”No somos camellos, seƱor gobernador! —indicó con fuerza el lĆ­der social—. Ā”Queremos que se nos respete con el servicio de agua! Ā”Queremos respuestas rĆ”pidas y no promesas vacĆ­as!

Poco a poco se fue haciendo evidente que el ciudadano estaba muy enojado y no estaba dispuesto a comprometerse. La discusión se volvió cada vez mÔs tensa hasta que el líder social comenzó a hacer amenazas violentas hacia Luigi Riganti y su gobierno. La situación se volvió peligrosa y Luigi tampoco estuvo dispuesto a proyectarse como un blandengue.

—”Si usted no nos cumple en su propósito dentro de mĆ”ximo diez dĆ­as, gobernador, reunirĆ© a todos los grupos de vecinos e iremos hasta la gobernación y la quemaremos!
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—Cuando usted se atreva a eso —aseguró Luigi mirĆ”ndolo fijo—. Tenga por seguro que tomarĆ© medidas de seguridad contra ustedes, principalmente usted. EnfrentarĆ” procesos judiciales.

—”Estamos hartos de promesas incumplidas!

Pero de nuevo los comentarios de aquel líder social se volvieron mÔs cargados de violencia, prometiendo acciones bandÔlicas contra Riganti. Luigi sintiendo que no tenía mucho que hacer ahí, decidió retirarse, lo mejor era indicar a los representantes de su gestión a que tomaran las acciones correspondientes, no era su deber acudir allí con el fin de mostrarse como un político que iba directamente con el pueblo y ganar puntos políticos. Para eso estaba su tren de gobierno.

—”A dónde cree que va, gobernador! Ā”Todos son asĆ­! Ā”Se estĆ” robando el dinero del pueblo! ”¿A dónde va el presupuesto para nuestra comunidad?! Ā”Vamos a quemar la gobernación con usted dentro! Ā”Maldito ladrón!

Luigi caminaba dispuesto a irse cuando el líder social lo detuvo por el brazo, obligÔndole a girar y lanzando una patada entre las piernas, la planta de pie aplastó el protuberante bulto del gobernador, haciendo daño a sus colgantes papas.
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Luigi Riganti abrió mucho los ojos en estado de shock en lo que el dolor salía de sus bolas y se expandía por su cuerpo, emitiendo un ruido doloroso se hundió en el suelo.
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El líder social sonrió mientras el gobernador se caía sobre su espalda, y luego colocó el pie sobre el bulto del hombre para continuar con las amenazas.

—”CrĆ©ame que hablo en serio, seƱor gobernador! Ā”Usted hizo bastantes promesas cuando era candidato! Ā”Ahora cĆŗmplalas! —torció el pie contra las bolas del gobernador para acentuar una humillación adicional.

Luigi Riganti gritó cuando sus testículos se aplastaron aún mÔs. El líder social quedó un poco aturdido por el grito, y por un momento casi consideró detener su ataque. Pero tener la ventaja sobre el gobernador, era demasiado para detenerse. Ligeramente, quitó su pie del bulto del gobernador y se agachó, agarrando los tobillos de Luigi y levantÔndolos. Abrió las piernas del gobernador y miró hacia abajo, viendo las bolas perfectamente delineadas en el pantalón. Sonrió y luego pisoteó.

Luigi dejó escapar un fuerte aullido. Empezó a retorcerse, tratando de escapar del pie sobre su bulto.

—”QuĆ­tate de encima de mĆ­! —gritó dejando caer su cabeza al suelo, una sensación desagradable comenzó a llenar su estómago, mientras sus bolas continuaban aplanĆ”ndose. Cerró los ojos con fuerza y ​​se estremeció.

El líder sonrió, amando ver al gobernador con dolor de huevos. Quitó el pie de los testículos y se arrodilló entre las piernas.

—Esto es solo un indicio de lo que podemos hacer si los objetivos no son cumplidos.

Luigi se hizo un ovillo, su estómago dolía por los duros golpes que había recibido. Estaba aturdido, gimiendo de dolor y sufriendo.

El líder social llevó su mano a la entrepierna del gobernador, apoderÔndose suavemente del bulto, palpando el contorno de los huevos.

Luigi comenzó a jadear cuando los dedos se cerraron con mÔs fuerza alrededor de sus testículos, movió las piernas tratando de cubrir sus genitales.

El líder social apretó las bolas con fuerza. Después de unos breves segundos, soltó le soltó los huevos y abrió la palma de la mano y lo golpeó con fuerza sobre las gónadas.

Dejando escapar otro aullido de dolor, lÔgrimas se formaron en los ojos de Luigi, rÔpidamente se dio la vuelta y acarició su dolorida virilidad. Luchó desesperadamente por alejarse del sÔdico líder social. Respiró aliviado, sabiendo que su bulto no estaba tan accesible desde su posición, suspiró, recostÔndose en el piso boca abajo mientras gemía.

—”Alto ahĆ­! —gritó un hombre. Era uno de los tres miembros de seguridad de Luigi.

El líder social retrocedió sobre sus pasos con las manos en alto, el guardia de mayor jerarquía lo abordó mientras sus dos compañeros ayudaban a levantar al gobernador.

—¿Dónde carajos se meten cuando mĆ”s los necesito? —gruñó Luigi mientras se ponĆ­a de pie sosteniĆ©ndose las bolas.

El gobernador acudió con un traumatólogo que le diagnosticó descanso absoluto mientras la hinchazón de sus bolas bajaba, ademÔs le recetó unas tabletas para el dolor. Horas mÔs tarde, cuando descansaba en el mueble de su casa el gobernador realizó una llamada telefónica.

—¿Israel Chacón? —consultó con el celular en la oreja—. ĀæCómo estĆ”, doctor?……… SĆ­, estoy bien, casualmente por eso lo llamo directamente… Esta tarde tenĆ­a con usted consulta odontológica, no podrĆ© asistir porque —acarició con el dedo Ć­ndice sus gordas bolas lastimadas—. Tengo compromisos polĆ­ticos……… sĆ­, asĆ­ serĆ” Israel……… sĆ­, vamos a reprogramar la cita para la próxima semana, sí……… adiós.

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