Ingresar al equipo de fútbol - Las Bolas de Pablo

Lo más nuevo

30 abr 2023

Ingresar al equipo de fútbol

Giuseppe Riganti siempre había sido un gran aficionado al fútbol. Desde pequeño soñaba con jugar en un equipo de alto nivel y, ahora que estaba en la universidad, quería hacer realidad su deseo uniéndose al equipo universitario de fútbol. Giuseppe es un joven alto y delgado, de unos 1.85 metros de estatura. Tiene el cabello castaño, que le cae en mechones sobre la frente. Sus ojos son marrones y expresivos, y su rostro es anguloso y definido. Tiene una sonrisa encantadora que ilumina su cara, y una actitud amistosa que lo hace fácil de llevar.


Sin embargo, había un problema: uno de los integrantes del equipo, un muchacho llamado David, se oponía firmemente a la idea de que Giuseppe se uniera al grupo universitario de fútbol. David es un joven de estatura media, de unos 1.75 metros. Tiene el cabello corto y oscuro. Sus ojos son azules y penetrantes, y su rostro es anguloso y definido como el de Giuseppe. Tiene una actitud confiada que puede ser interpretada como arrogante por algunos, pero también es un jugador talentoso y astuto en el campo.


—¿Por qué no quieres que me una al equipo? —lo increpó Giuseppe una tarde en el campus universitario.


—Porque no eres lo suficientemente bueno —respondió David sin rodeos. 


—¿Cómo lo sabes si nunca me has visto jugar? —preguntó Giuseppe, tratando de mantener la calma. 


—Lo sé por tu aspecto. No pareces un jugador de fútbol —dijo Luca con desdén—. ¿Por qué mejor no llevas tu blanco trasero al grupo de etiqueta y protocolo de la universidad? ¡Muñeco de torta!


Giuseppe se sintió molesto por las palabras de David, pero no se dejó intimidar. Sabía que tenía habilidades para el fútbol y estaba decidido a demostrarlo.


—¿Por qué no me das una oportunidad? —propuso.


David esbozó una sonrisa.


—Si quieres tu puesto, ganatelo. Lucha conmigo por él.


Giuseppe suspiró con exasperación.


—Está bien, luchemos. 


—Pero te advierto que no te tomaré en cuenta para el equipo a menos que demuestres que eres bueno. 


Giuseppe aceptó el desafío y se comprometió a mostrarle a David lo equivocado que estaba sobre sus habilidades como jugador de fútbol. Le sonrió a su amigo mientras se quitaba la camisa, mostrando deliberadamente su torso,


El cuerpo de David no era de ninguna manera inferior, por el contrario, le encantaba pasar tiempo en el gimnasio, ejercitándose y moldeando su figura. Dibujó una sonrisa en su rostro mientras se bajaba los pantalones, revelando sus calzoncillos azul marino, y adoptando una pose, tratando de mantenerse firme.


—¿Tienes miedo de perder, Riganti?


Giuseppe soltó una carcajada y respondió a la pose de David con una de las suyas, flexionando los músculos mientras le lanzaba una sonrisa confiada. 


—Me verás en el equipo de fútbol. Y como el capitán.


Por un tiempo, se pararon uno frente al otro, haciendo poses mostrando con orgullo sus músculos. Ambos se veían hermosos en calzoncillos.


El primero en intervenir fue Giuseppe que estrelló el puño en la abultada entrepierna de David, haciéndolo jadear de dolor y conmoción. Sus ojos se abrieron y perdieron el foco.


—¡Ooooooorg!


Como nunca había recibido una paliza sin devolver el golpe, David echó el pie hacia atrás y lo envió entre los muslos de Giuseppe. Chocó con el paquete abultado con un golpe resonante, lo que hizo que Giuseppe dejara escapar un gruñido de sorpresa.


—¿Cómo se siente eso, eh? Si es así, no aguantarás ni medio tiem…


Giuseppe se abalanzó sobre David, tirándolo al césped y aterrizando encima de él, hundiendo la rodilla en sus bolas.


—Mis bolas están bien —gruñó Giuseppe mientras deslizaba su mano en los calzoncillos de David, envolviendo sus dedos alrededor de las gónadas antes de apretarlas con toda la fuerza que pudo reunir—. Son tus huevos los que me preocupan.


El rostro de David se arrugó de dolor. 


—Vete a la mierda —gruñó entre dientes—, nunca estarás en el fútbol universitario, cara de Ken —agarró el brazo de Giuseppe, tratando de alejarlo de sus testículos, pero parecía que sólo estaba empeorando las cosas—. No tienes la fuerza para ser un jugador —insistió a pesar de que su rostro estaba contraído de agonía.


Giuseppe mantuvo firme su agarre.


David aulló de dolor, sus dedos se clavaron en el brazo de Giuseppe, mientras los dedos del hijo de italianos se clavaban en las delicadas membranas de sus carnosos huevos. Echó la cabeza hacia atrás, soltando los brazos de Giuseppe, chillando de dolor.


Giuseppe Riganti continuó amasando las bolas de David.


—Vete a la mierda, Rigantii. No entrarás al equipo de fútbol—juró David, con los ojos llorosos sintiendo sus huevos ser aplastados. Estaba buscando desesperadamente una salida a su dolorosa situación y la encontró justo frente a él: el bulto de Giuseppe estaba al alcance de su mano, su contenido rebotaba y se movía mientras su dueño estaba completamente enfocado en la ingle de su oponente—. ¡Vete a la mierda! —y se apoderó de las gónadas de Giuseppe con ambas manos.


La expresión facial de Giuseppe cambió en un santiamén. Pasó de confiado y arrogante a alarmado, y luego instantáneamente a horrorizado, cuando David comenzó a maltratar su hombría con ambas manos, tomando cada testículo en una palma pulverizando de lleno su hombría, clavando su pulgar en ambos testículos.



—¡AAAAAaaaaaay! —chilló Giuseppe como un hombre lobo herido.


Los dos sementales estaban en posición 69, ambos gritando de dolor, apretando y aplastando los testículos de su oponente con las manos, amasándolos y retorciéndolos, provocando todo tipo de ruidos entre ellos.


—¡Vete a la mierda tú! —gritó Giuseppe con la mano firme en los huevos de David.


—¡Vete a la mierda tú! —replicó David, con el rostro contraído por el dolor—. ¡No estarás en mi equipo de fútbol!


Ambos se apretaban los huevos como si sus vidas dependieran de ello, pero sorpresivamente, David consiguió ventaja, ya que se las arregló para aplastar a Giuseppe contra el suelo y se sentó sobre él, sus rodillas inmovilizaban sus brazos contra el césped, su culo se colocó sobre la cara de Giuseppe: amortiguando sus gritos.


—Ahora quiero que te vayas de aquí y dejes esa estúpida idea de estar en nuestro grupo —gritó David mientras golpeaba las bolas de Giuseppe una y otra vez, más y más fuerte.


Giuseppe quiso gritar, pero tenía a su rival sentado en su cara.


—¿Lo cumplirás? ¿Te vas a ir? —quiso saber David, envió su puño hacia abajo sobre los huevos de Giuseppe, machacando sin piedad sus bolas—. ¡Solo dí que sí y todo habrá terminado!


Giuseppe dijo algo que no se le pudo entender.


—Solo dilo —afirmó David, bajando su puño sobre las bolas de Giuseppe.


—¡Hey, ustedes dos! ¡Separense!


Un hombre rubio y atractivo se acercó a ellos, vestía de negro y usaba un maletín. David lo conocía porque lo había visto dando clases en la facultad de Economía.


—¡Separense!


David obedeció levantándose sobre Giuseppe que se quedó tendido en el suelo agarrándose los testículos con dolor.


—Disculpe, profesor Chacón —dijo David.


—¿Qué pasa aquí? —preguntó Pablo Chacón mirando la pobre escena.


David se encogió de hombros.


—Este idiota cree que con su cara de niño puede ingresar al equipo de fútbol y no es así.


—¡David, ya hablaremos después! —Pablo se inclinó a un lado de Giuseppe—. Hey, ¿estás bien?


Giuseppe gimió y afirmó muy lentamente con la cabeza.


3 comentarios:

  1. Es una lástima que las bolas de Pablo ya se va a terminar... Pero primero introduces a Giussepe, un personaje que ahora amo y su pelea contra David es una de las mejores peleas del blog, breve pero muy buena, amo el ballbusting mutuo especialmente cuando los modelos están bien buenos y están tan determinados de convertir sus huevos en huevos revueltos... Para luego nunca verlo otra vez, ni una revancha contra David donde lo haga hacer venirse de lo mucho que le rompe los huevos... Bueno, buenísima historia, errante, qué lastima que Pablo la tuvo que detener antes del clímax (literalmente)

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario. Las políticas de google con los comentarios para adultos me obliga a abandonarlo. ¿Ya conoces el nuevo sitio? https://historiasdeballbusting.wordpress.com/ Si tu petición sigue en pie, por qué no publicar nuevas historias de Giussepe a futuro. Muchas gracias.

      Borrar
  2. Giuseppe esta bien bueno, lastima que David nunca le saco la leche con sus puñetazos rompe huevos :(

    ResponderBorrar

Pages