Adios a mi esclavitud

Escrito pot: ZATN

Contiene Ballbusting F/M.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.

   Escuchan eso?, son los gritos de dolor de mi esposo, acabo de patearle justo donde a los hombres más les duele… en los huevos!.

   Soy Samanta Mitchell y le di esa fuerte patada en los testículos, porque se lo merecía!

   El maldito se lo ha ganado con creces!, desde que nos casamos hace 6 meses, no paraba de gritarme y humillarme, su rutina diaria incluía denigrarme cada vez que podía, y más de una vez en frente de sus amigos.

   Me sentía cohibida ante él, después de todo es él quien trae el dinero a casa y me lo echaba siempre en cara; En el hogar solo era su esposa, aquella que debía hacer lo que él dijera y cuando lo dijera.

   No podía negarme ni decir nada fuera de lugar, porque más de una vez me callaba de una bofetada.

   El canalla me obligaba a acostarme con el cada vez que le placía, sin preguntarme siquiera si estaba de acuerdo esa noche; No!, el solo me arrastraba a la cama y me violaba a gusto.

   No detenía su salvaje embestida hasta correrse en mi interior, y el canalla era capaz de continuar toda la noche si estaba bebido, ahí era más animal que nunca y menos aún le importaba mi sufrir.

   Ya no me sentía una mujer, solo era un juguete para él; Peor!, era una esclava, y creía que siempre lo sería.

   Pero me rebelo!, me rebelo ante sus imposiciones machistas. Y es mi turno de devolverle los golpes que me ha dado.

   Con solo un golpe ha sido suficiente, una amiga que siempre me insto a liberarme de su yugo, me aconsejaba que lo pateara en las bolas para que me respetara. Sin importar lo fuerte que sea, me decía, terminará tirado y retorciéndose como un caracol.

   Ella exponía que un dolor de ese calibre jamás lo olvida el hombre y así le haría tenerme miedo, pues no querría que le volviese a lastimar allí.  

   Siempre le respondía que no quería herirlo, ese lugar es muy delicado en los varones y más en él al ser un hombre de atributos grandes; por eso me preocupaba el causarle un daño serio.

   Además temía mucho, pues daba por hecho que si le lastimaba, él sé vengaría, y al final me iría mucho peor a mí!. 

   También tenía en mente el hecho de que… y si por golpearlo en las bolas el ya no pudiera tener hijos?, me sentiría culpable de causarle ese mal.

   Aunque ahora que lo pienso no habría mucha diferencia, él nunca ha querido tener familia, me imponía que debía tomar píldoras anticonceptivas, jamás se le paso por la cabeza ponerse un condón; No!, debía ser sólo yo la que evitara el embarazo, era otra forma de abuso y dominancia de su parte.

   Pero me harté, su última agresión a mi rostro mientras me humillaba una vez más, fue la gota que derramó la copa de la furia en mí. Sentí en mi interior como la ira reprimida superaba el límite y respondí. 

   Respondí como mi amiga me dijo, centre la mirada en sus partes, en ese prominente bulto que siempre se evidencia en sus pantalones; el miserable se mostraba confiado en que una vez más esta tonta recibiría los golpes y llorando se iba a doblegar ante su voluntad, por eso no vio venir la patada.

   Balanceé la pierna hacia atrás, tomando impulso con todas las fuerzas de mi ser.

   Y le descargue una tremenda patada contra el blanco que me había propuesto…mis zapatos deportivos chocaron fuerte, rápida y certeramente contra sus huevos.

   Esos huevos que le conozco mejor que su madre, el maldito se jactaba siempre de ser muy macho, de tener las pelotas grandes, y en realidad lo eran, las tiene enormes y le encanta que se las consienta, cada noche debía sobarle, besarle y hasta lamerle las bolas.

   Me sentía repugnante al tener que lamérselas, me hacía parecer una prostituta.

   El maldito de seguro gozaba al verme como una cualquiera; pero no tenía opción, debía hacerlo!… hasta hoy jamás hubiera pensado en oponerme a su voluntad.

   Te las acaricie todo este tiempo como siempre pediste, pero hoy no habría más caricias, no!, no te lameré las bolas nunca más!, hoy les tocó un buen golpe a ese par de grandes y colgantes cojones.

   Conozco bien tu debilidad esposo mío!, tantas veces las tuve en mis manos y en mi boca… se todo de ellas!, se lo grande y delicadas que tienes las pelotas y por eso sé que ahora sufres como ningún hombre en el mundo. 

   Hoy chillas como niña, ahora no te jactas de tenerlos grandes, verdad?, tus malditos huevos fueron tu perdición, infeliz!.

   Si no puede tener hijos por ese patadón que le di, pues merecido se  lo tiene!, traer hijos al mundo de ese miserable sería un crimen; por el bien de esos posibles niños, es mejor evitarles tener un mal padre, a diferencia de mí que no pude evitar tener un mal esposo.

   Ahora disfruto verlo caer al suelo del patio agarrándose las huevas, mientras se retuerce del dolor, con el rostro pálido, sudando a montones y trasbocando saliva espesa y blanca.

   Jamás creí que pudiera hacerle  tanto daño con un solo golpe.

   Es reconfortante  el hecho de que cuando se reponga, tendrá que admitir que lo lastimé, su dominada esposa le dejo en el suelo, comiendo tierra.

   Siempre creyéndote  el macho y el fuerte?, pues con un solo golpe te vencí!, apuesto que eso le hará mucho daño a tu orgullo, no te parece?.

   Fui una completa estúpida al no patearte esas grandes huevas la primera vez que me levantaste la mano. Debí superar mis temores y defenderme desde el principio como me aconsejo mi amiga.

   No perderé más mí tiempo viendo tu espectáculo de dolor en el suelo. Me voy de la casa!, no soy tonta para quedarme hasta cuando te recuperes y entonces me muelas  a golpes.

   Esta vez te cogí desprevenido, simplemente no esperabas resistencia de mí; pero para la próxima te cubrirás bien las huevas.

   El dolor te hizo aprender una buena lección, nunca maltratar ni subestimar a una mujer, ni loco me darás la oportunidad para que te vuelva  a patear las bolas.

   Así que querido esposo no me verás más!, Adiós maldito!, Aunque la verdad si nos veremos, solo que ante un Juez y con abogados de por medio.

   Por fin se acabó mi esclavitud, he roto las cadenas de su opresión!; Patearle duro en las pelotas me ha liberado!; ahora soy una mujer libre, libre como el viento!.

   A futuro no sé qué pasará, pero con renovadas esperanza sueño con un nuevo e inexplorado camino, uno lleno de felicidad!, Es un nuevo horizonte!.

Fin.

Gracias. 

Comentarios a   zatniktiel@hotmail.com

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Esclavitud