BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL
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—¿Y tĆŗ quĆ© estĆ”s haciendo aquĆ? —se sorprendió Pablo cuando vio ingresar a su oficina a Erick un viejo conocido de Guerreros en la arena.
—Hola, Pablo —se llenó de emoción el muchacho de cabellos alborotados que se consideraba su fan. Lo saludó con un abrazo y ocupó un asiento—. Le dije al vigilante que necesitaba hablar contigo y me dejó pasar.
Pablo afirmó con la cabeza.
—¿Y en quĆ© te puedo ayudar? ¿Quieres abrir una nueva cuenta bancaria o tuvis…?
—Es ballbusting, querido Pablo.
Chacón parpadeó un par de veces sintiendo que la sola mención de la palabra le crispaba la polla.
—¿Quien?
—Otto Salinas, el que fue tu novio.
—Erick, sabes mucho sobre mi vida y a veces me das miedo.
—Te idolatro, Pablo, y si pudiera ser tu amante lo serĆa con muchĆsimo gusto, el caso es que conocĆ al viejo Otto, que estĆ” muy majo todavĆa, y me fauleó las bolas —Erick le tendió su celular donde reposaban varias fotos de Ć©l con sus testĆculos hinchados—. Y quiero tomar venganza y que seas tĆŗ quien me ayude. Mi objetivo esta temporada es: Deshuevar a Otto.
Pablo se rió con el propósito devolvió el celular a Erick sintiendo que su pito estaba tieso. Finalmente prometió ayudarlo en la misión, ballbustear a Otto.
…
Otto Salinas caminaba impaciente por su departamento esa tarde hacĆa mucho calor y ademĆ”s recibió una llamada de Pablo donde decĆa que querĆa hablar con Ć©l, limar viejas asperezas y le prometió con picardĆa tener un "final feliz" por lo que estaba esperĆ”ndolo con poca ropa un speedo blanco pegado a su impresionante paquete. Su gruesa polla y grandes bolas estaban en plena exhibición. Una camisa de tono morado pĆ”lido estaba abierta haciendo lucir su fornido pecho.
Su polla dejó de dormir y se emocionó cuando llamaron a la puerta y era la voz de Pablo.
—Otto.
Impaciente fue a abrir y cuando lo hizo se llenó de emoción. Abrió la boca para decir algo. Pero antes de que pudiera, Pablo golpeó sus testĆculos colgantes de un puƱetazo.
Otto jadeó mientras su testĆculo izquierdo se balanceaba hacia un lado, chocando contra su cojón derecho. Dejó escapar un gemido gutural mientras se doblaba, agarrĆ”ndose la entrepierna.
Pablo y Erick que salĆa a la luz se echaron a reĆr.
Ingresaron al departamento sin mirar a Otto con el rostro contraĆdo por el dolor.
—Hola, Otto —saludó Pablo—, despuĆ©s de tanto tiempo volvemos a encontrarnos.
De repente, la mano de Erick se coló entre los muslos de Pablo, rodeando con los dedos la virilidad del rubio.
Los ojos de Pablo se ensancharon y dejó escapar un grito de sorpresa cuando Etick comenzó a apretar. Las puntas sus los dedos se clavaron en la carne suave de las posesiones mÔs valiosas de Chacón, presionando profundamente provocando un gruñido angustiado de él.
A través del dolor Otto sonrió cuando Erick soltó las pelotas de Pablo.
—Espero que no los hayas matado —dijo con picardĆa acariciando sus doloridos testĆculos.
Pablo tomó la palabra:
—¡CrĆ©eme, se necesita mĆ”s que eso para matar mis huevos! ¡Mucho mĆ”s! Apenas los tocó —se rió, frotando suavemente sus bolas.
—Son grandes —comentó Erick.
SimultƔneamente, los ojos de Otto y Pablo se movieron a la entrepierna de Erick.
—Muchachos —dijo Ć©l lentamente.
De repente, Pablo y Otto se abalanzaron sobre Erick al mismo tiempo y lo arrojaron al suelo. Otto metió la mano dentro del pantalón de Erick mientras Pablo sostenĆa sus brazos.
—¡Noooooo! —gimió Erick cuando Otto encontró sus testĆculos y comenzó a apretar fuerte.
Erick logró zafarse y agarró las bolas de Pablo con fuerza buscando represalias.
—¡Suelta, suelta! —gruñó Pablo con los dientes apretados mientras Erick le exprimĆa sus gónadas.
—¡No! —gritò Erick aumentando la presión sobre las huevas de su amigo mientras sus propias bolas se comprimĆan en la mano de Otto.
Pablo gruñó.
Sus gruƱidos se hicieron cada vez mƔs fuertes a medida que el contenido de sus bolas era aplastado por su amigo.
Finalmente, aceptaron soltarse los testĆculos al mismo tiempo.
—A la cuenta de tres —avisó Otto—. Uno, dos, tres.
Se dejan ir con suspiros de alivio simultƔneos.
—Oh, se supone que esto no iba a ser asĆ —gimió Erick.
—TĆŗ comenzaste —reclamó Pablo—. Yo no era tu objetivo.
—AsĆ que era yo, ¿eh? —se divirtió Otto.
Se miraron y se echaron a reĆr.
—¿Alguna vez has pensado en volver a Guerreros de la arena? —Otto preguntó a Pablo—. TendrĆas una gran oportunidad de ganar.
Pablo se echó a reĆr.
—Hazlo, Pablo, como tu fan te lo imploro.
—Lo harĆas muy bien exprimiendo.
—QuizĆ”s a largo plazo lo haga —dijo Pablo—, esto no es un no.
Aprovechando el momento de distracción Erick pateó la entrepierna de Otto. Fue un golpe duro y sólido.
Los ojos de Otto se agrandaron y dejó escapar una tos gutural.
—No me dolió —dijo con voz tensa.
Erick se rió pero inesperadamente fue pateado en los cojones por Pablo.
—Me la debĆas desde el inicio.
La polla de Otto estaba en completa erección. Un tronco gordo, grueso, duro como una roca con una hermosa cabeza con forma de champiñón. Después de todo estaba emocionado de tener esos sementales en casa.
Erick se habĆa quedado saltando arriba y abajo agarrĆ”ndose la entrepierna.
Una sonrisa se dibujó en el rostro crispado por el dolor de Otto.
Asà el pie del señor aterrizó perfectamente entre las piernas de Pablo, golpeando sus huevos con un golpe sordo.
Los ojos de Pablo perdieron el foco y su mandĆbula se abrió mientras dejaba escapar un largo y jadeante gemido.
Otto hizo una mueca de simpatĆa pero no pudo ocultar su emoción. Su polla se crispó y un poco de lĆquido preseminal se filtró, manchando su ropa interior blanca.
Erick salió al ataque con una patada despiadada y precisa que levantó a Otto del suelo. Su boca se abrió en un grito silencioso y sus ojos se llenaron de lĆ”grimas Un enorme chorro de esperma salió disparado de su pene mientras caĆa de rodillas y despuĆ©s se iba pesadamente aterrizando al suelo sobre su culo.
—¿TodavĆa te quieres vengar de Otto? —preguntó Pablo.
—Pues sĆ —reconoció Erick—, es lo que hacemos.
—¿Y por quĆ© no lo follas? Al viejo Otto no le gusta que lo hagan, serĆas privilegiado, Erick.
El muchacho exhaló profundamente. Su pene seguĆa duro como una roca. Miró a Otto que seguĆa en el piso haciendo muecas de agonĆa. Soltó un profundo gemido.
Erick se abrió la cremallera, su pene era delgado y largo, metió la mano por la ropa interior de Otto y recogió algo del semen para extenderlo por su polla.
Luego agarró los tobillos del señor y extendió sus piernas en una amplia forma de V para alinear su polla con el agujero fruncido de Otto.
El viejo gimió.
Con la ayuda del lubricante cremoso el pene de Erick se hundió profundamente en el agujero de Otto, sus cojones hicieron contacto con su trasero.
Sin mÔs preÔmbulos, Erick comenzó a follar duro, empujando su polla dentro y fuera del estrecho culo, provocando suaves gemidos cuando su polla de Erick chocaba contra la próstata de Otto.
Erick tambiĆ©n gemĆa deliciosamente mientras se follaba al guapo seƱor.
Pablo sonrió viendo la penetración entrar y salir del apretado agujero.
Otto apretó el trasero llevando al lĆmite a Erick.
Con un largo gemido, el muchacho disparó su semen dentro del señor.
La sensación fue abrumadora. El dolor en las bolas adoloridas de Erick se mezcló con el placer de su orgasmo, y la sensación pareció durar una eternidad. Echó la cabeza hacia atrÔs, su polla atrapada en lo profundo de Otto inundaba sus entrañas de esperma.
Finalmente, Erick sacó su polla y golpeó las bolas de Otto con el dorso de su mano.
—IncreĆble —aplaudió Pablo con el pantalón lleno de su erección.
Un rastro de semen se escapaba del trasero de Otto.
Pablo aplaudió y miró sonriendo a Erick.
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