SEXO HETEROSEXUAL
Marcos ChacĆ³n contemplaba el paisaje ante sus ojos, la brisa marina chocaba contra el pecho abierto de su camisa, descansaba reclinado en un asiento escuchando al mar. Alejada estaba su esposa que a veces lo miraba.
Ćl estaba feliz, meses atrĆ”s estuvo a punto de divorciarse de ella por una absurda y tonta aventura. Se distanciaron por mucho tiempo llegando al punto de ser enemigos, por fortuna lograron superar sus problemas y recuperar el amor.
—¿QuĆ© pasa, amor? —dijo Marcos con una mirada pĆcara.
—No lo sĆ© —negĆ³ Jenny peinĆ”ndose el cabello—, no me hubiera gustado dejar a los muchachos solos en casa.
—Oh, Dios, Yenny, no creo que te preocupes por eso. No son unos niƱos que van a quedarse solos estamos hablando de adultos, todos, Jenny, Lucas, Israel. Ven aquĆ y no te preocupes.
—Ya deberĆamos volver, Marcos.
—No, Yenny, no digas eso, yo la estoy pasando rico aquĆ.
Yenny suspirĆ³.
—Mi amor, ¿por quĆ© no vienes acĆ” y la pasamos genial? Ven, aquĆ —Marcos ChacĆ³n empezĆ³ a palparse la entrepierna mirando de forma sugestiva a su mujer que no pudo rechazar la invitaciĆ³n.
Yenny saliĆ³ de la comodidad de su asiento y se acercĆ³ a donde Ć©l estaba, posĆ³ sus manos en sus hombros y tras el escalofrĆo inicial de sentir piel con piel, empezĆ³ a bajar hacia su pecho hasta colocarse de rodillas ante Ć©l.
Sin que los labios rompieran aquel placentero silencio, sus manos se acercaron a la entrepierna y Marcos torpemente respondiĆ³ levantĆ”ndose levemente del asiento. Cuando le quitaron el pantalĆ³n Yenny bajĆ³ la cabeza reposando la mejilla sobre su polla. El calor empezĆ³ a darle vida a la virilidad. DeslizĆ³ sus manos por las piernas hasta llegar hasta donde antes estaba su cabeza y empezĆ³ a acariciar suavemente el tronco... los grandes huevos... Marcos cerrĆ³ los ojos abrumado por el placer que sentĆa al ser acariciado de aquella forma.
La seƱora Yenny comenzĆ³ a pajearlo despacio y con suavidad. Bajaba y subĆa ambas manos presionando con firmeza. Rozaba con la punta de sus dedos el capullo embadurnado de lĆquidos preseminales. Yenny se pasĆ³ la lengua por los labios dotĆ”ndolos de brillo y despuĆ©s se inclinĆ³ para introducir la rĆgida carne madura en su boca.
Jugaba con su lengua a la vez que chupaba. No se limitaba a acariciarle la polla con sus labios. Marcos se agarrĆ³ al reposabrazos cerrando los ojos recibiendo otra mamada espectacular de su mujer.
No durarĆa mucho tiempo asĆ y los escalofrĆos que recorrĆan su cuerpo le avisaban que su trabajo estaba a punto de concluir. Poco a poco, intentĆ³ separar su cabeza de Ć©l pero la esposa apartĆ³ sus manos y acelerĆ³ el ritmo y la intensidad de sus movimientos, mientras le bombeaba la polla a ritmo entre su boca y su mano. Marcos gimiĆ³ y de pronto... explotĆ³. Con la cabeza en el regazo, su esposa mamaba y mamaba a cada contracciĆ³n del pene. El semen se derramaba poco a poco en su garganta.
Cuando ya pasaron los Ćŗltimos espasmos Yenny mantuvo su boca abrazando el largo pene y acabĆ³ pasando su lengua por la punta para recibir las Ćŗltimas gotas de leche. EsperĆ³ unos segundos con la cabeza agachada sobre Ć©l y sĆ³lo se oĆan los jadeos de Marcos y el sonido del mar.
Marcos ChacĆ³n sonriĆ³ tiernamente a su mujer mientras ella se limpiaba el mentĆ³n, Ć©l le pasĆ³ el Ćndice por el labio recogiendo un poco de su semen, aĆŗn asĆ se metiĆ³ el dedo a la boca y chupĆ³.
Su esposa despuĆ©s lo besĆ³, cuanto lo amaba.
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