CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Pedro estaba muy ansioso desde temprano en la maƱana porque iba a enfrentarse en la pelea decisiva aquella que iba a determinar la permanencia de sus compaƱeros en la categorĆa de Guerreros en la arena.
Cuando estuvo en la empresa de luchas eróticas Esteban, su propietario y presidente le habló para que se preparase para su encuentro contra Mauro. Pedro miró una vez mÔs a su contrincante, un delgado muchacho con una serie de victorias en la sede.
Pedro no se intimidó, se quitó la ropa quedando semidesnudo y se preparo para salir a la lucha con el apoyo de sus compañeros de equipo.
Fue elogiado por los hombres en las gradas que aplaudĆan con fervor, sonrió con arrogancia cuando detalló que Mauro estaba ya preparado para la lucha, su tez clara, su atlĆ©tico cuerpo lo hacia ver rĆ”pido y sagaz en sus golpes. Usaba ropa interior amarilla que marcaba muy bien donde estaban los objetivos a faulear.
Mauro empezó a moverse alrededor de la cancha de pelea, invitando a Pedro para que diera el primer golpe. Mientras saltaba, su paquete se movĆa de arriba abajo, y Pedro lo miraba con suma tentación de reventarle las bolas a patadas pensaba que verlo quejarse de dolor en el piso serĆa divertido y excitante.
Pedro aceptó la invitación y se abalanzó sobre Mauro, lo agarró de los hombros y con el impulso ambos perdieron el equilibrio yéndose al suelo. Las piernas de Mauro se abrazaron a la espalda de Pedro mientras él entregaba puños contra cara y costillas.
Mauro intentaba bloquear los puƱos y cuando aprovechaba la oportunidad acertaba un golpe contra su enemigo queriendo respirar tambiƩn.
Pedro alcanzó la cabeza de Mauro y la golpeó contra el suelo. Seguido apartó las piernas sin ninguna dificultad y se levantó. Conteniendo el aliento Mauro recogió la pierna y lanzó la planta del pie contra la desprotegidas gónadas del luchador.
Pedro sintió explotar el dolor desde su ingle, abrió la boca sin lanzar ningún grito. Mauro se situó entre sus piernas abiertas y alzando el pie aplastó sin compasión los dos delicados huevos otra vez.
Pedro abrió desmesuradamente los ojos por el terrible dolor que lo embargó por completo.
Mauro volvió a aplastar la planta del pie contra las bolas de Pedro que de improviso empezó a llorar por el ataque doloroso.
Gimió lamentĆ”ndose por su dolor en los testĆculos. Miró con misericordia la cara de Mauro, pero no tuvo otra respuesta que mĆ”s dolor en sus bolas, se echó hacia atrĆ”s retrocediendo con las manos sujetĆ”ndose los testĆculos.
Mauro se levantó y cuando se disponĆa para atacar la sorpresa se le adelantó cuando Pedro hizo llegar a su entrepierna un rodillazo.
Mauro emitio un quejido doloroso perdiendo fuerza y agarrandose las vulnerables pelotas.
Mauro emitio un quejido doloroso perdiendo fuerza y agarrandose las vulnerables pelotas.
Pedro hizo distancia cojeando, agarrÔndose los huevos y no pudo mantenerse en pie por lo que se agachó adolorido.
āDesgraciado hijo de put ādecĆa Mauro respirando con dificultad.
Pedro fue en dirección a Mauro dĆ”ndole un rodillazo en la mandĆbula. El chico guapo se fue de bruces al suelo.
La lucha habĆa terminado, y el ganador resultó Pedro, el pĆŗblico empezó a aplaudir al ganador, que se agachó tratando de respirar y aliviar su dolor de entrepierna. Echó un vistazo a las gradas donde sus amigos con entusiasmo aplaudĆan al saber que su equipo se mantenĆa invicto en la categorĆa de Guerreros de la arena.
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