Guerreros de la arena (3/3) - Las Bolas de Pablo

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6 abr 2019

Guerreros de la arena (3/3)


CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Pedro estaba muy ansioso desde temprano en la maƱana porque iba a enfrentarse en la pelea decisiva aquella que iba a determinar la permanencia de sus compaƱeros en la categorĆ­a de Guerreros en la arena.


   Cuando estuvo en la empresa de luchas erĆ³ticas Esteban, su propietario y presidente le hablĆ³ para que se preparase para su encuentro contra Mauro. Pedro mirĆ³ una vez mĆ”s a su contrincante, un delgado muchacho con una serie de victorias en la sede.



   Pedro no se intimidĆ³, se quitĆ³ la ropa quedando semidesnudo y se preparo para salir a la lucha con el apoyo de sus compaƱeros de equipo.



   Fue elogiado por los hombres en las gradas que aplaudĆ­an con fervor, sonriĆ³ con arrogancia cuando detallĆ³ que Mauro estaba ya preparado para la lucha, su tez clara, su atlĆ©tico cuerpo lo hacia ver rĆ”pido y sagaz en sus golpes. Usaba ropa interior amarilla que marcaba muy bien donde estaban los objetivos a faulear.



   Mauro empezĆ³ a moverse alrededor de la cancha de pelea, invitando a Pedro para que diera el primer golpe. Mientras saltaba, su paquete se movĆ­a de arriba abajo, y Pedro lo miraba con suma tentaciĆ³n de reventarle las bolas a patadas pensaba que verlo quejarse de dolor en el piso serĆ­a divertido y excitante.



   Pedro aceptĆ³ la invitaciĆ³n y se abalanzĆ³ sobre Mauro, lo agarrĆ³ de los hombros y con el impulso ambos perdieron el equilibrio yĆ©ndose al suelo. Las piernas de Mauro se abrazaron a la espalda de Pedro mientras Ć©l entregaba puƱos contra cara y costillas.



   Mauro intentaba bloquear los puƱos y cuando aprovechaba la oportunidad acertaba un golpe contra su enemigo queriendo respirar tambiĆ©n.



   Pedro alcanzĆ³ la cabeza de Mauro y la golpeĆ³ contra el suelo. Seguido apartĆ³ las piernas sin ninguna dificultad y se levantĆ³.  Conteniendo el aliento Mauro recogiĆ³ la pierna y lanzĆ³ la planta del pie contra la desprotegidas gĆ³nadas del luchador.



   Pedro sintiĆ³ explotar el dolor desde su ingle, abriĆ³ la boca sin lanzar ningĆŗn grito. Mauro se situĆ³ entre sus piernas abiertas y alzando el pie aplastĆ³ sin compasiĆ³n los dos delicados huevos otra vez.



   Pedro abriĆ³ desmesuradamente los ojos por el terrible dolor que lo embargĆ³ por completo.



   Mauro volviĆ³ a aplastar la planta del pie contra las bolas de Pedro que de improviso empezĆ³ a llorar por el ataque doloroso.



   GimiĆ³ lamentĆ”ndose por su dolor en los testĆ­culos. MirĆ³ con misericordia la cara de Mauro, pero no tuvo otra respuesta que mĆ”s dolor en sus bolas, se echĆ³ hacia atrĆ”s retrocediendo con las manos sujetĆ”ndose los testĆ­culos.



   Mauro se levantĆ³ y cuando se disponĆ­a para atacar la sorpresa se le adelantĆ³ cuando Pedro hizo llegar a su entrepierna un rodillazo. 

   Mauro emitio un quejido doloroso perdiendo fuerza y agarrandose las vulnerables pelotas.


   Pedro hizo distancia cojeando, agarrĆ”ndose los huevos y no pudo mantenerse en pie por lo que se agachĆ³ adolorido.



   —Desgraciado hijo de put —decĆ­a Mauro respirando con dificultad.



   Pedro fue en direcciĆ³n a Mauro dĆ”ndole un rodillazo en la mandĆ­bula. El chico guapo se fue de bruces al suelo.



   La lucha habĆ­a terminado, y el ganador resultĆ³ Pedro, el pĆŗblico empezĆ³ a aplaudir al ganador, que se agachĆ³ tratando de respirar y aliviar su dolor de entrepierna. EchĆ³ un vistazo a las gradas donde sus amigos con entusiasmo aplaudĆ­an al saber que su equipo se mantenĆ­a invicto en la categorĆ­a de Guerreros de la arena.

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