BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
—¿AsĆ que puedo hacer lo que quiera? —peguntĆ³ Colin con la voz llena de emociĆ³n.
—Lo que quieras —indicĆ³ Tobias—, siempre que sea doloroso. Ese es el objetivo de este entrenamiento.
Colin se riĆ³, no podĆa esperar a tener en sus manos la famosa polla y pelotas de TTobias que tranquilamente le pidiĆ³ que lo golpeara para hacerse mĆ”s fuerte y resistente.
—Va a ser doloroso —se riĆ³ Colin rascĆ”ndose un ojo. Era guapo, de tez morena y con el cuerpo fuerte. SĆ³lo vestĆa con un holgado short. LlevĆ³ la mirada hacia aquellas dos bolas gordas que colgaban entre las piernas de su amigo, con una deliciosa polla de cabeza bulbosa—. EstĆ”s decidido a ser el mejor hĆ©roe de la SAP.
—AsĆ es —afirmĆ³ TobĆas. Estaba suspendido del techo, colgando boca abajo incapaz de mover sus extremidades.
—Buena polla —sonriĆ³ Colin masajeando el carnoso pene mientras juguetonamente golpeaba las grandes huevas de TobĆas con la palma de su mano, haciĆ©ndolas rebotar entretanto el hĆ©roe aullĆ³ de dolor.
TobĆas jadeĆ³ en medio de su dolor.
—No te preocupes —negĆ³ con calma Colin—. No voy a fracturarte la polla sĆ³lo quiero que estĆ©s preparado de la tortura que puede hacerte un villano si estĆ”s capturado.
—Es lo que quiero. Estar preparado.
Colin pasĆ³ un dedo arriba y abajo por la torturada polla de TobĆas haciendo que se pusiera dura. ApretĆ³ el puƱo y golpeĆ³ las bolas tan fuerte como pudo.
Suspendido desde el techo, el cuerpo de TobĆas se moviĆ³ de un lado a otro mientras gritaba en agonĆa.
—¡Tienes una gran polla!
TobĆas soltĆ³ un suave gemido que parecĆa ser dolor y placer a partes iguales.
—QuĆ© linda y dura polla —susurrĆ³ Colin con diminutas gotas de malicia.
TobĆas cerrĆ³ los ojos.
—Apuesto a que a las chicas les encanta este trozo de carne —continuĆ³ Colin, escupiendo en sus palmas y sacudiendo la palpitante polla con ambas manos.
ComenzĆ³ a sacudir la polla de TobĆas.
—TĆŗ querĆas entrenar y que te preparara pero esto te harĆ” sentir mejor.
Colin le daba masajes a la polla gorda y carnosa de TobĆas como un profesional, y Ć©sta palpitĆ³ de emociĆ³n.
—¿Ves? —le dijo suavemente—. El dolor se ha ido ahora, ¿verdad?
TobĆas afirmĆ³ moviendo la cabeza y cerrando los ojos sin esperar que segundos despuĆ©s Colin iba a clavar un puƱetazo en sus frĆ”giles bolas e hiciera que su cuerpo se sacudiera de dolor mientras gritaba.
Colin soltĆ³ una risita y golpeĆ³ las gĆ³nadas de TobĆas una y otra vez, haciendo que saltara con cada contusiĆ³n.
—Pobre, TobĆas —se riĆ³ Colin con un aire de maldad.
PasĆ³ los dedos por las bolas del hĆ©roe, acariciĆ”ndolas con suavidad.
—Tus pobres pobres balones deben doler tanto.
SacudiĆ³ la polla con una mano mientras acariciaba sus testĆculos hinchados con la otra.
El pene de TobĆas palpitaba y goteaba presemen que corrĆa por su cuerpo envuelto. Su respiraciĆ³n se acelerĆ³ y Colin notĆ³ que sus bolas se levantaban dentro de su escroto.
AsĆ, continuĆ³ acariciando la polla hasta que aparecieron los primeros signos de orgasmo.
—Joder, sĆ —susurrĆ³—. ¡Drena una buena carga para mĆ, semental!
TobĆas estaba jadeando pesadamente, sus ojos se cerraron, su cara estaba del color de un tomate maduro.
Colin sonriĆ³ mientras un chorro espeso de crema salada brotaba de la polla de TobĆas, aterrizando contra su barrilla.
Colin dio un paso atrĆ”s y sonriĆ³.
Con el orgasmo de TobĆas a toda velocidad, atacĆ³ sus pelotas con un fulminante puƱetazo donde intervinieron sus robustos nudillos.
La voz de TobĆas se convirtiĆ³ en un tono bruscio y estrangulado cuando el placer de su orgasmo se mezclĆ³ con un dolor increĆble.
El puƱo se movĆa de lado a lado y sus cojones se contraĆan chorreando con una rĆ”faga de semen espumoso que llovĆa sobre Ć©l, cubriendo su cara contorsionada por el dolor en una capa gruesa de esperma pegajosa.
Su salsa de semental corriĆ³ por sus fosas nasales, llenĆ”ndolas hasta el borde y haciendo que el hĆ©roe bufara y tosiera. RodĆ³ sus ojos hacia su cabello.
Colin se echĆ³ a reĆr descaradamente de ver a TobĆas gruƱendo y gimiendo, con la cara cubierta de semen.
—Siempre quise tener la oportunidad de fastidiar las bolas de Super hombre —confesĆ³ el morenazo alegremente vieron quejarse del dolor al hĆ©roe—. Y de comprobar que soy mejor heroe que tu.
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