CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Sabiendo que el muchacho que lo veĆa admiraba su formidable cuerpo Jorge estaba sin camisa. Con un ajustado jeans que acentuaba el delicioso relieve de su gruesa entrepierna.
Erick se ponĆa feliz de sĆ³lo mirarlo. DespuĆ©s de fastidiarse de su relaciĆ³n con Otto poniendo punto y fin Ć©l quiso comenzar un nuevo periodo en el amor y despuĆ©s de un tiempo comenzĆ³ a salir con Jorge pero hasta el momento el guapo musculoso no habĆa pedido que formalizaran una relaciĆ³n y sin embargo demostraba interĆ©s por Ć©l.
—Quiero pedirte algo, Erick.
El joven de cabellos alborotados se llenĆ³ de emociĆ³n a tal punto que los ojos le brillaron.
—Lo que quieras, Jorge.
¿Al fin le pedirĆa que fuera su novio? ¿Su amante? ¿su esclavo? ¡Lo que fuera!
—Dime la hora.
¿Era en verdad esa tonta pregunta? No habĆa que negarlo Erick se sintiĆ³ decepcionado.
—Es... es hora de desvuevarte —declarĆ³.
Erick echĆ³ su pierna hacia atrĆ”s y le dio una patada en las bolas con toda la fuerza que pudo reunir.
El guapo Jorge conocido por su rivalidad con Pablo se doblĆ³, tosiendo y gimiendo, agarrando su entrepierna. Sus ojos temblaban.
—¿Por quĆ© lo hiciste? —susurrĆ³—. Creo que los has roto.
—¡¿CĆ³mo te atreves a hacer esa tonta pregunta?! —era un reclamo de Erick—. ¡Espero una pregunta desde hace mucho tiempo!
Erick se alejĆ³ de Jorge para dejarlo gemir de dolor.
—¿Cual es la pregunta que estĆ”s esperando?
Erick guardĆ³ silencio con una ingrata mezcla entre decepciĆ³n y furia.
—Oye, Erick —Jorge colocĆ³ sus manos sobre los hombros del muchacho y le dio un fuerte rodillazo en las bolas. Su rodilla se estrellĆ³ contra las jugosas pelotas aplastĆ”ndolas y haciendo que soltara un gruƱido de angustia. Su rostro se contrajo de dolor y apretĆ³ los dientes, tratando de mantener la compostura—. ¿Me responderĆ”s lo que acabo de formular?
Erick estaba teniendo dificultades para mantener su compostura. Su rostro estaba contorsionado de dolor. IntentĆ³ no hablar, y de sus labios solo saliĆ³ un chillido.
Jorge logrĆ³ apartar las manos que cubrĆan las pelotas y le dio una fuerte patada con la espinilla que rebotĆ³ sus gordos testĆculos.
A Erick se le quebrĆ³ la voz y cerrĆ³ los ojos en medio del profundo dolor. No tuvo fuerzas para mantenerse en pie y cayĆ³ al piso meciĆ©ndose las bolas.
Jorge se arrodillĆ³ ante Ć©l y le acariciĆ³ una mejilla.
—¿EstĆ”s bien?
Erick gimiĆ³.
—¿Me dirĆ”s que pregunta estabas esperando?
Hubo otro gemido.
—Creo saber cual era —complementĆ³ Jorge—. Siento que no es necesario que te pregunte si quieres ser mi novio —se agachĆ³ ante Ć©l y lo besĆ³ en los labios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario