Viviendo en trio (5/5): El cierre de la relacion - Las Bolas de Pablo

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19 abr 2019

Viviendo en trio (5/5): El cierre de la relacion


CONTIENE:
SEXO HOMOSEXUAL
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Pablo ascendĆ­a los pisos de un bonito hotel por medio de un ascensor de vidrio, la duda no lo dominaba, se sentĆ­a tranquilo y relajado en contraste con el preocupante mensaje de whatsapp que recibiĆ³ de David horas antes:


Pablo, quiero que hablemos tĆŗ y yo muy seriamente. Si de verdad te interesa nuestra relaciĆ³n acude al hotel FrontĆ­n esta tarde al salir de tu trabajo. De igualmente si no quieres asistir puedes hacerlo, no te sientas presionado. Todo estarĆ” bien.


   Pablo tocĆ³ la puerta de la habitaciĆ³n que le habĆ­an indicado y fue recibido por David que tenĆ­a una amplia sonrisa.


   —Viniste —le dijo dejĆ”ndolo pasar.


   Pablo lo saludĆ³ con un beso y un abrazo.


   —¿Por quĆ© no habrĆ­a de venir? Me invitaste tĆŗ. Pero no sĆ© si aquĆ­ me citas para follar o terminarne.


   David se riĆ³ cerrando la puerta. Juntos ocuparon un sofa donde se dieron suaves caricias. Llegado un punto David se tornĆ³ mĆ”s serio y preguntĆ³:


   —Si usamos una balanza, ¿quĆ© sientes por mĆ­ y quĆ© sientes por Eddy?


   Pablo alzĆ³ las cejas, vaya pregunta.


   —Pues, a ti te amo, estoy dispuesto a soportar tus berrinches, problemas, cariƱos, bonitos gestos. A Eddy tambiĆ©n lo estoy empezando a querer mucho. Los tres estamos muy bien en nuestra relaciĆ³n.


   David afirmĆ³ con la cabeza y se rascĆ³ la nuca.


   —Y... ¿si te pido que lo despidamos del departamento lo harĆ­as?


   Pablo volviĆ³ a alzar la ceja, en verdad sentĆ­a igual cariƱo por los dos hombres y sin embargo sabĆ­a muy bien que David era su esposo.


   —Wow, David. Yo lo podrĆ­a hacer, pero quiero saber por quĆ© quieres tomar esa decisiĆ³n.


   —Porque no sĆ© si en un futuro el trĆ­o afecte a nuestra relaciĆ³n original. Acepto que en un principio fui yo el de la idea pero es mejor que caduque. Te quiero sĆ³lo para mĆ­, es mejor asĆ­. No te quiero compartir con nadie.


   Pablo se riĆ³ y lo beso diciĆ©ndole halagos.


   —Y tĆŗ sabes que un principio Eddy me gustĆ³ mucho pero tambiĆ©n tuve miedo de perderte y te confesĆ© que lo conocĆ­. Me sorprendiĆ³ mucho cuando quisiste conocerlo y llevarlo a casa. Me gustĆ³ tu atrevimiento y tambiĆ©n me gusta que tengas la fuerza y el gesto de decirme que lo despachemos para vivir en pareja, como siempre. AceptĆ³ tu propuesta. Fue buena la experiencia de tres y tuvimos armonĆ­a.


   —SĆ­ fue muy buena pero prefiero retornar a dos, quizĆ”s a futuro pero por ahora quiero que volvamos a ser David y Pablo. Sin culos poderosos y caras de caballo.


   Pablo se echĆ³ a reĆ­r satisfecho de lo vĆ­vido y dispuesto a retornar a la vida en pareja.


   —Te amo, Pablo. Que cursi me pongo.


   Ambos rieron y se propinaron caricias.


   David colocĆ³ su mano sobre la de Pablo mientras abordĆ³ sus labios con un largo y dulce beso. A Pablo el pollĆ³n se le habĆ­a erecto, lo tenĆ­a tieso y tan grande que levantaba la costura del pantalĆ³n. De igual forma Pablo metĆ­a mano por el cuerpo de su esposo, le sacĆ³ la camiseta y se lanzĆ³ a comerle los pezones, sintiendo un rico gusto, conocĆ­a que los pezones de David era una de sus zonas mĆ”s sensible, lo estaba doblegando con mordisquitos y pequeƱos lametones.


   David fue bajando besando a Pablo en todo su torso hasta desabotonar su jean, meter la mano dentro y sacar la gruesa polla y metiĆ©ndola en su boca hasta la base.


   EmpezĆ³ a realizar un delicioso sexo oral sacĆ”ndole gemidos a Pablo quien tambiĆ©n tuvo ganas de lamer el de su esposo. Como pudo lo despegĆ³ de su grueso miembro. Le dio suaves caricias hasta quedar de frente a la pequeƱa pero gruesa y cabezona polla de David.


   Estaba hĆŗmeda de la cantidad de presemen que largaba y sin esperar ni un segundo Pablo bajĆ³ a engullirla.


   Se esmerĆ³ en lamer la piel del prepucio y descapullĆ”ndola lentamente lamĆ­a tanto el frenillo como el agujero por el que esperaba se lanzase toda la leche que tuviese acumulada en los gordos cojones que se calzaba. David bufaba de sĆ³lo experimentar aquella rica mamada.


   Acto seguido y en medio de besos Pablo acomodĆ³ a David sobre la cama haciendo que se colocara a cuatro patas. AllĆ­ le estimulĆ³ el ano y despuĆ©s apuntĆ³ su pollĆ³n contra el trasero.


   A David le fascinĆ³ sentir como el pene se iba abriendo poco a poco estaba disfrutando como nunca.


   Pablo terminaba de clavar la Ćŗltima parte de su pollĆ³n de golpe haciĆ©ndole acelerar la respiraciĆ³n a David y apretar los labios para no gritar de gusto.


   Pablo penetraba a tope.


   Fue un delicioso momento de placer entre gemidos, jadeos, gritos. El climax fue abordado cuando David empezĆ³ a eyacular como una fuente y Pablo tambiĆ©n le baƱaba las entraƱas con su esperma.


   Se quedaron tendidos sobre la cama descansando y regalĆ”ndose cariƱos. Se fueron a la ducha donde tuvieron otra tanda de placer hasta llegar al departamento donde encontraron a Eddy.


   Los tres se sentaron a hablar donde Pablo y David ponĆ­an el punto y fin a la convivencia en trĆ­o. Fue una decisiĆ³n difĆ­cil y dura para Eddy finalmente debĆ­a aceptarla porque la relaciĆ³n inicial era del matrimonio. Antes de salir y empacar sus cosas pidiĆ³:


   —Quiero que me deshueven esta Ćŗltima vez.


   El matrimonio se dio miradas y cedieron. Haciendo que el fuerte espĆ©cimen de macho se quedara sin calzoncillos.


   Pablo guiĆ±Ć³ un ojo a Eddy y mirĆ³ su entrepierna, agarrando tentativamente su pene por la cabeza y levantĆ”ndolo para tener una buena vista de sus llenos testĆ­culos.


   Eddy inhalĆ³ bruscamente.


   Pablo le sonriĆ³. Sin una palabra, llevĆ³ la rodilla hacia arriba entre las piernas de Eddy, sonando las huevas en su cuerpo y haciĆ©ndolo gemir de dolor.


   —Fascinante —indicĆ³ David que ya tenĆ­a una carpa en el Ć”rea de su entrepierna.


   Eddy se doblĆ³, gimiendo miserablemente hasta no poder mantenerse en pie y quedar arrodillado en el suelo, cubriendo sus genitales maltratados.


   Pablo agarrĆ³ el cabello de Eddy y lo levantĆ³ de un salto.


   Eddy gritĆ³.


   —Hey, suelta mi...


   David lo silenciĆ³ con una patada fuerte en su ingle aplastando sus testĆ­culos como tortillas. Despues flexiono sus biceps para demostrar su fuerza.


   Eddy dejĆ³ escapar un graznido gutural, abriendo mucho sus ojos.


   —CĆ”llate —dijo Pablo alegremente cuando Eddy se doblĆ³ de dolor.


   La mano de Pablo se deslizĆ³ por detrĆ”s de los muslos de Eddy, sus dedos se envolvieron alrededor de las preciosas bolas.


   —¡Oh! —gimiĆ³ Eddy mientras sus huevos fueron aplastados por la fuerte mano de Pablo.


   David le sonriĆ³ a su esposo—. Amor, ¿Crees que puedes levantarlo por sus bolas?


   La cara de Eddy se arrugaba de dolor.


   —Amor, que idea tan nefasta —se riĆ³ Pablo, ignorando las frenĆ©ticas protestas de Eddy—. ¡Me gusta!


   David enfocĆ³ la mirada en el dolor en el rostro de Eddy mientras Pablo apretaba su agarre alrededor de las manzanas del fornido hombre, levantando su mano bruscamente, tirando de sus gĆ³nadas hacia arriba.


   Eddy dejĆ³ escapar un chillido estrangulado. Estaba en la punta de sus pies, con el cuerpo muy doblado, las manos tratando de apartar las muƱecas de Pablo y detener el dolor.


   David se echĆ³ a reĆ­r—. Vamos, dĆ©jame ayudarte.


   Se parĆ³ junto a su esposo y envolviĆ³ sus manos alrededor de la entrepierna de Eddy que dejĆ³ escapar un chillido ininteligible cuando los dos hermosos hombres lo levantaron del suelo por sus cocos.


   Pablo cayĆ³ de rodillas y golpeĆ³ el codo en la entrepierna de Eddy aplastando sus huevos hinchados contra su cuerpo, haciendo que gritara expulsando todo el aire de sus pulmones.


   —¡Hazlo de nuevo! —dijo David.


   Otro golpe de codo provocĆ³ un gemido agudo de Eddy.


   Pablo sonriĆ³ y apretĆ³ el puƱo, golpeĆ”ndolo contra las bolas de Eddy como un martillo.


   Eddy gimiĆ³ en agonĆ­a.


   David y Pablo rieron mientras Eddy gemĆ­a de dolor.


   David se dedicĆ³ a sacudir el miembro del profesor hasta que su pene estuvo completamente duro, mientras que Pablo golpeĆ³ las pelotas con la palma de su mano.


   En cuestiĆ³n de segundos, la polla de Eddy estaba dura como roca. Acto seguido Pablo y Eddy lo colocaron en un posiciĆ³n antinatura e incĆ³moda logrando que la cabeza bulbosa de su pene entrara  entre los deliciosos labios del desafortunado Eddy mientras soltaba un grito ahogado de protesta. Sus ojos se abrieron de par en par, sus labios se envolvieron alrededor de su propia polla mientras dejaba escapar gruƱidos de protesta.


   Los esposos se dedicaron a golpearle las bolas con la punta del pie una y otra y otra vez.


   AsĆ­ los cojones de Eddy se contrajeron y sus mejillas se hincharon cuando su boca se llenĆ³ de su semen salado.


   Los esposos se rieron, golpeando las pelotas de Eddy mientras su polla soltaba chorro tras chorro de semen en su boca.


   El esperma cremoso corrĆ­a por las comisuras de los labios de Eddy. Y se atragantĆ³ con su polla, tosiendo un torrente de semen que cubriĆ³ su rostro.


   Los esposos se levantaron, se abrazaron y besaron. A tiempo que la polla de Eddy se le escapĆ³ de su boca, lanzando chorros de esperma volando por todo el lugar.


   Se acurrucĆ³ en forma fetal, cubierto de semen y gimiendo de dolor, escuchando los besos hĆŗmedos y gemidos de aquella pareja que se adoraba.

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