Legionarios (1/5): el suero del placer - Las Bolas de Pablo

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20 ene 2022

Legionarios (1/5): el suero del placer



Historia original de ArthurHero, con ligeras modificaciones hechas por mĆ­.


Ernesto Acosta es fuerte como el hierro. Tiene un abdomen sĆ³lido con mĆŗsculos de acero. Como superhĆ©roe adoptĆ³ el nombre de Dante. Es un ex miembro de la Defensa AntiaĆ©rea y Fuerza AĆ©rea Revolucionaria de Cuba, ahora residenciado en la Ciudad de GaĆ©lica. Tiene ojos color avellana y piel oscura. Su edad es 32 aƱos, de cabellos cortos y estatura alta.

  

Caesar (conocido por la ciudadanƭa como el hƩroe Aquiles), camina de un lado a otro en el laboratorio. Dante, por su parte, estƔ nervioso. Sabe que es hora de luchar. El tiempo ha llegado. Caesar toma la palabra:

 

—Esto no es cualquier entrenamiento. Puedes resultar herido.

  

No hay otra opciĆ³n —afirma Dante—, me pondrĆ© el traje.

  

Su vestimenta se caracteriza por un traje azul y rojo con finas lĆ­neas, una mĆ”scara roja cubre su rostro.

  

—Estoy nervioso —susurra Caesar—. El enemigo es cruel, se trata de AndrĆ³geno, el villano se nutre de la testosterona. De ahĆ­ su nombre. Bebe semen una vez al dĆ­a para mantenerse enĆ©rgico. Secuestra a los hombres mĆ”s fuertes, como deportistas y quienes acuden al gimnasio para ordeƱarlos hasta dejarlos secos. DesarrollĆ³ un suero que permite que un hombre produzca mucho semen. DespuĆ©s de ordeƱarlos durante una hora, los abandona en lugares abandonados. La mayorĆ­a de sus vĆ­ctimas se sienten avergonzadas y no acuden a las autoridades.

 

Dante afirma con la cabeza, durante meses ha sido el enemigo nĆŗmero uno de AndrĆ³geno. Este villano siempre ha sido peligroso porque le gusta ver a los hombres musculosos sufrir.

  

—No vayas solo, Dante —suplica Caesar—. Esto no es cualquier cosa. Al menos ve con Ares.

  

Ares se trata de un aliado de Dante en su lucha contra el crimen. Es alto, caucĆ”sico y sus mĆŗsculos derriban cualquier pared. Los dos empezaron combatiendo el crimen callejero; posteriormente, contra los villanos de Ciudad GaĆ©lica.

 

Dante comenzĆ³ a ser muy lucrativo, realizar apariciones en revistas y eventos fitness le llenĆ³ los bolsillos, era muy extrovertido y le encantaba la atenciĆ³n. Ares sintiĆ³ que Dante estaba atrayendo demasiada atenciĆ³n en el ojo pĆŗblico y ganĆ”ndose tambiĆ©n el odio de los villanos. El hĆ©roe Ares se retirĆ³ de los Legionarios abandonando su carrera como superhĆ©roe. La defensa de la ciudad recayĆ³ en Dante y Aquiles.

 

—Ciudad GaĆ©lica no puede tener a AndrĆ³geno secuestrando gente —comentĆ³ Dante—. Es peligroso y si no lo enfrento vendrĆ” a por ti.

 

—Puedo defenderme —dijo Caesar.

 

Caesar tiene 21 aƱos y es el protegido de Dante. Cuerpo delgado y con la complexiĆ³n de un nadador. Se incorporĆ³ a Legionarios como un fanĆ”tico de la tecnologĆ­a. Es alto y desarrollĆ³ su alias de hĆ©roe como Aquiles. Llevaba un traje rojo. Dante no querĆ­a arriesgarse a que Caesar, lo acompaƱara en esta misiĆ³n.

 

Dante entrĆ³ en otra habitaciĆ³n del labotatorio donde estaban los trajes. El suyo le quedaba como una segunda piel. Elaborado con una super microfibra que parece lĆ”tex. La vestimenta acentĆŗa su musculatura y Aquiles mira con asombro la muda de ropa de Dante. Su trasero resalta.

 

La entrepierna de Dante estĆ” definida y abultada. Tiene un frente anatĆ³micamente correcto que se adjunta al traje. El alcalde RomĆ”n una vez se quejĆ³ cuando Dante recibiĆ³ la llave de la ciudad en un evento luciendo una actualizaciĆ³n de su traje que no dejaba nada a la imaginaciĆ³n en cuanto a sus dotes masculinas. La entrepierna de su traje no ofrecĆ­a protecciĆ³n.

 

Aunque Dante no estĆ” erguido, su virilidad sobresale. Aquiles le ofrece un par de herramientas que le sirven de armas, ademĆ”s de un telĆ©fono inteligente.

 

—Bueno, estĆ”s listo —dice Aquiles.

 

Los dos se abrazan y Dante le frota la cabeza.

 

—EstarĆ© bien —asegura.

 

—Coge la moto —dice Aquiles—. Si no tengo noticias tuyas, recurrirĆ© a Ares.

 

¡No! HarĆ© esto rĆ”pido.

 

30 minutos despuĆ©s Dante llega al muelle de Ciudad GaĆ©lica, un lugar donde va a parar toda la basura; penetra por un pequeƱo orificio para sorprender a AndrĆ³geno. El hĆ©roe asume que AndrĆ³geno probablemente estĆ” ordeƱando a un hombre musculoso. SegĆŗn la ubicaciĆ³n, inteligencia y los datos de Aquiles, llega a la guarida del villano.

 

Encuentra su camino entre la penumbra. Debajo de una vieja instalaciĆ³n de basura.

 

SĆ© que estĆ”s aquĆ­, Dante —dijo AndrĆ³geno. La puerta se cierra y un reflector ilumina la sucia instalaciĆ³n de desperdicios y escombros.

 

—Acabemos con esto de una vez —dice Dante.

 


AndrĆ³geno
tiene un traje sofisticado que le ofrece
mucha protecciĆ³n, unos cuernos estĆ”n puestos sobre su casco lo que le da un aspecto diabĆ³lico. Dante depende de su velocidad para derrotarlo, sabe que no puede superar a AndrĆ³geno. Ya ha luchado contra Ć©l directamente. Como aquella vez, cuando AndrĆ³geno se abalanzĆ³ sobre Dante y tratĆ³ de clavar sus cuernos en sus abdominales. Dante pudo esquivarlo al retroceder con cautela, pero AndrĆ³geno escapĆ³. Hoy no serĆ” asĆ­, piensa el hĆ©roe.

 

AndrĆ³geno hace crujir sus nudillos y comienza su ataque, pero Dante es rĆ”pido. Se aparta del camino y bloquea sus golpes.

 

—ActĆŗas rĆ”pido —dice AndrĆ³geno. El villano salta sobre Dante.

 

El hĆ©roe hacer tropezar a AndrĆ³geno que cae y queda en el suelo.

 

Dante salta sobre su rostro y lo patea. AndrĆ³geno, aunque fuerte, comienza a sangrar por la boca. Luego sonrĆ­e. Con astucia apuƱala una aguja de punta larga sobre Dante. Es de titanio y perfora su traje. Dante continĆŗa atacando a AndrĆ³geno, sin darse cuenta de su error.

 

Una villana estƔ tambiƩn ahƭ para destruir a Dante. Es Delicia.

 

Delicia, es una mujer que se volviĆ³ loca. Es flaca y escuĆ”lida, usa botas altas. Se sitĆŗa detrĆ”s alumbrando con el foco. Dante sabe Delicia estĆ” allĆ­, y conoce que es inofensiva. Sin embargo, ella es desquiciada y retorcida. Cuando estuvo bien, fue ingeniera en productos quĆ­micos y su especialidad como villana es fabricar sueros y bebidas para noquear a los hombres. Delicia es extravagante con un maquillaje elegante.

 

—¡Que comience la fiesta! —Delicia se acerca para agarrar a Dante, pero Ć©l la patea.

 

—Ahhhh —Delicia grita mientras cae.

 

—Esto termina ahora —dice Dante.

 

—Oh, ¿sĆ­? —Delicia apuƱala una jeringa en el pectoral del hĆ©roe—. MĆ­rate, Dante. El suero estĆ” en tu sangre. PodrĆ­amos haber puesto cualquier cosa en esa aguja de titanio, pero no lo hicimos. AndrĆ³geno querĆ­a que tu sangre hirviera con un suero, pero pensĆ© que era mejor mantenerte con vida. Ja, ja, ja. Mira tu polla.

  

Dante comenzaba a sentirse sĆŗper excitado. Su polla palpitaba. El suero no estaba destinado a matarlo. QuerĆ­a excitarlo. Su bragueta apenas podĆ­a contener la carne cubana de dieciocho centĆ­metros guardada en ella. Su erecciĆ³n presionĆ³ a travĆ©s del traje. TratĆ³ de retroceder. TenĆ­a que escapar. Esta no era una pelea uno contra uno, se trataba de una trampa de AndrĆ³geno, una instalaciĆ³n de ordeƱo. Su polla rebotaba con cada movimiento.

 

¡Es la hora! —dijo AndrĆ³geno.

 

—Ten cuidado con Ć©l —anunciĆ³ Delicia.

 

AndrĆ³geno hizo retroceder al cachondo Dante contra una esquina. ComenzĆ³ a atacar al hĆ©roe con una pĆ©rtiga que Dante pudo esquivar. Sin embargo, Delicia hizo estallar una bomba de clavos, los cuales rebotaron en el traje de Dante, haciĆ©ndole bajar la guardia. AndrĆ³geno enviĆ³ la garrocha contra la entrepierna del hĆ©roe, directamente a sus bolas. Ambas visibles en el apretado traje.

 

¡Aghhhhhhhhhhhhhhhhh!

 

AndrĆ³geno excitado por la virilidad, lo golpeĆ³ una y otra vez. Dante intentĆ³ escapar, pero AndrĆ³geno lo golpeĆ³ de nuevo. La coraza del traje no estaba confeccionada para resistir golpes directos de titanio. Dante cayĆ³ al suelo y se agarrĆ³ los huevos. AndrĆ³geno se acercĆ³ y lo agarrĆ³ poniĆ©ndolo de pie. ApretĆ³ sus bolas. Luego, cerrĆ³ el puƱo.

 

Te dejarĆ© sin la posibilidad de ser padre —jurĆ³. Estaba erguido y colocĆ³ su bulto en el apretado trasero de Dante. Frotando su polla contra las nalgas del hĆ©roe.

 

Dante se retorciĆ³.

 

Delicia se acerca a ellos por lo que AndrĆ³geno agarra los brazos de Dante.

 

—Es mi turno —dice Delicia. Con una navaja rompe el traje de Dante exponiendo su torso, aprieta sus pezones y Dante gime.

 

Delicia tira del pezĆ³n izquierdo al mismo tiempo que agresivamente frota la bragueta del hĆ©roe. Entonces se arrodilla y lame la entrepierna del varĆ³n.

 

Dante se moviĆ³, pero cuanto mĆ”s lo hacĆ­a, mĆ”s tiraba AndrĆ³geno hacia atrĆ”s de su brazo. Estaba atrapado. Delicia abriĆ³ la cremallera y en cuestiĆ³n de segundos el pene bronceado quedĆ³ fuera.

 

—Es mĆ­o —susurrĆ³ Delicia—. MĆ­o. ¡Es mĆ­o!

 

Delicia empezĆ³ a lamer la palpitante polla. Primero lo hizo lento, luego rĆ”pido. A continuaciĆ³n, chupĆ³ cada testĆ­culo. Las bolas de Dante estaban regordetas y llenas de esperma. Delicia chupĆ³ y chupĆ³ la polla. El suero lo puso muy caliente. Dante eyaculĆ³ inmediatamente y AndrĆ³geno se agachĆ³ y recogiĆ³ el semen en su boca, el voraz rival se sintiĆ³ rejuvenecido. El semen tragado lo vigorizĆ³.

 

AndrĆ³geno hizo a un lado a Delicia.

 

—Rompe sus bolas —dijo Delicia. Se sintiĆ³ satisfecha al hacer que Dante se corriera. Y ahora querĆ­a ver a AndrĆ³geno castigarlo.

 

AndrĆ³geno empezĆ³ a patear a Dante en el estĆ³mago.

 

—¡Sus bolas! —insistiĆ³ Delicia.

 

AndrĆ³geno levantĆ³ a Dante por el cuello. Dante lo pateĆ³ pero fue inĆŗtil. Ahora que AndrĆ³geno habĆ­a comido su semen, la agonĆ­a estaba a punto de comenzar. AndrĆ³geno lanzĆ³ un puƱetazo en las costillas del hĆ©roe y luego lo estrangulĆ³. Dante agarrĆ³ los brazos de AndrĆ³geno para tratar de tomar aire. Sin embargo, su enemigo estaba mĆ”s fuerte, le dio golpes en los pectorales. DespuĆ©s lo hizo girar y colocĆ³ su dura polla sobre su trasero. ExprimiĆ³ el aire de sus pulmones y despuĆ©s lo dejĆ³ caer al suelo. La polla de Dante estaba dura de nuevo debido al suero.

 

Delicia se inclinĆ³, le dio la vuelta y empezĆ³ a chupar la polla de Dante.

 

El hĆ©roe la pateĆ³, lo que la hizo enfurecer.

 

Delicia tomĆ³ un ladrillo y golpeĆ³ las bolas de Dante. Estaba en estado de shock.

 

AndrĆ³geno le dio una patada a Dante en las bolas y pronto entre los dos empezaron golpear los testĆ­culos del hĆ©roe.

 

—Deja de moverte o los partiremos en diez pedazos —dijo Delicia.

 

Dante obedeciĆ³ y Delicia sacudiĆ³ su polla. El semen espoleĆ³ y AndrĆ³geno se lo bebiĆ³. Esto ocurriĆ³ durante quince minutos.

 

AndrĆ³geno estaba sexualmente tenso y querĆ­a castigar por mĆ”s tiempo a Dante.

 

Se desabotonĆ³ el pantalĆ³n y mostrĆ³ su polla de 22 centĆ­metros.

 

—Wow —dijo Delicia—. Tendremos una escena de sexo —le entregĆ³ a AndrĆ³geno un condĆ³n, el villano agarrĆ³ los glĆŗteos de Dante y los apretĆ³—. Es el mejor culo que he visto —introdujo un dedo y masajeĆ³ la prĆ³stata del hĆ©roe. Inmediatamente Ć©l eyaculĆ³ y AndrĆ³geno no dudĆ³ en tragar, sintiĆ©ndose renovado.

 

Delicia le puso el condĆ³n a AndrĆ³geno y el enemigo fue insertando su erecciĆ³n en el trasero oscuro de Dante.

 

Dante gimiĆ³ de dolor.

 

La polla de AndrĆ³geno era demasiado grande.

 

—Hacemos un gran equipo —dijo Delicia frotĆ”ndose los pechos—. FĆ³llalo mĆ”s fuerte. Hazlo gritar como una perra.

 

AndrĆ³geno se follĆ³ a Dante.

 

Cada estocada fue como el cielo para AndrĆ³geno. El trasero musculoso de Dante y su agujero apretado hacĆ­a buena sensaciĆ³n en la polla de AndrĆ³geno. El agujero virgen de Dante hizo que AndrĆ³geno tuviera que empujar mĆ”s fuerte sobre Ć©l.

 

AndrĆ³geno estaba listo para correrse. SacudiĆ³ a Dante con cada explosiĆ³n. Cuando sacĆ³ su polla del agujero, Dante sintiĆ³ alivio.

 

AndrĆ³geno le dio a Dante un fuerte abrazo de oso, lastimando sus pectorales y luego agarrĆ³ sus bolas con una mano y tirĆ³ de sus pectorales con la otra.

 

AndrĆ³geno apretĆ³ los testĆ­culos de Dante, no le importĆ³ sus ruegos de clemencia.

 

Soy tu dueƱo —afirmĆ³ AndrĆ³geno mientras soltaba al hĆ©roe en direcciĆ³n al suelo.

 

AndrĆ³geno sostuvo la polla de Dante y la oliĆ³.

 

El hĆ©roe intentĆ³ arrastrarse lejos, pero AndrĆ³geno lo levantĆ³ y lo mirĆ³ a los ojos.

 

Te voy a ordeƱar y follar otra vez.

 

Delicia aplaudiĆ³ y se riĆ³.

 

Dante, el musculoso hĆ©roe cubano fue golpeado, ordeƱado y violado. Todo una vez mĆ”s

 

En una oportunidad, Dante recuperĆ³ su orgullo y escupiĆ³ a AndrĆ³geno en la cara.

 

AndrĆ³geno inmediatamente lo arrojĆ³ al suelo y pisoteĆ³ las bolas cubanas. Dante se estremeciĆ³ por el dolor.

 

—Suficiente —dijo Delicia—. VuĆ©lvelo a ordeƱar.

 

AndrĆ³geno le dio una patada a Dante en los abdominales. Y luego agarrĆ³ su miembro viril, lo retorciĆ³ y no escuchĆ³ su lamento de dolor.

 

—Y cada vez que te vuelvas loco, te irĆ” peor.

 

Dante gritĆ³ y se echĆ³ hacia atrĆ”s. Se agarrĆ³ los genitales y se revolcĆ³ en el suelo. El hĆ©roe estaba destrozado. Cada parte de Ć©l.

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