MAGGIE WESTWOOD. 1 de 2.
Ataque Frustrado.
CONTIENE BALLBUSTING F/M y SEXO FORZADO HETEROSEXUAL.
Versión ampliada de escena ubicada en el relato EL ATAQUE DE LA VAMPIRA, Parte 1. Objetivo: El Navajas!
Tiene relación con el relato: TRAMASPENDIENTES SOBRE LA VAMPIRA
Maggie Westwood es una mujer de 20 aƱos, nacida en Corpus Cristi (Texas). La joven rubia, hija de padre delincuente y madre adicta, pasó su infancia y adolescencia en un reformatorio del estado. Al cumplir los 15 se evadió del sitio y pronto se introdujo a la vida criminalā¦
ā¦Robos pequeƱos a tiendas de abarrotes fueron sus inicios, hasta que fue arrestada en Dallas.
Una vez libre pasó la frontera a MĆ©xico, dónde no tardó en ser arrestada en el estado de Jalisco, la inexperta ladrona se vio pronto en una comisarĆa mexicana; AllĆ conoció a Robert āJackā Mennon, un policĆa corrupto que trabajaba en MĆ©xico como detective privado y muy cercano a policĆas mexicanos; Todo era una fachada de sus lazos con cĆ”rteles de la droga y mĆ”s grupos criminales.
Mennon vio potencial en la chica y le reclutó en su organización criminal. El mismo era un asesino entrenado por el legendario āCóndor de los Andesā, se dedicó por algunos meses a convertir a la joven Maggie en una asesina.
Westwood trabajó con su āmaestroā por medio aƱo, pero ya vio el momento de hacerse independiente.
Los asesinatos de la novata sicaria comenzaron a aparecer en la lupa de las autoridades, es lo que Maggie querĆa, ser famosa!, pero ella apenas iniciaba en esto del sicariato, y querĆa un atajo a la fama mundial.
En LatinoamĆ©rica La Vampira era una de las asesinas que en los Ćŗltimos meses mĆ”s ascenderĆa en fama, y tambiĆ©n estaban otros asesinos de mĆ”s edad y consolidados cómo el āGatillo de oroā y āEl pez espadaā, excelentes asesinos por contrato...Sin mencionar al Navajas, el cual al colaborar con las autoridades, paradójicamente se convirtió en el objetivo de toda la mafiaā¦Esa era la oportunidad que Maggie buscaba!
Una maƱana Maggie leĆa el periódico, sobre un intento fallido de asesinato contra El Navajas, el testigo estrella de las autoridades contra la mafia.
āQuisiera matar a ese hijuepuptaāExpresó en voz baja la gringa, quien aun no dominaba el espaƱol en algunas vulgaridades.
Y aquel mismo dĆa un aliado criminal la contactó, uno de los conocidos de Ć©ste, el lĆder mafioso Emilio Mancera necesitaba eliminar al Navajas, asĆ que su aliada Maggie podrĆa hacer el trabajo.
Maggie se entusiasmó, su atajo al éxito era una realidad.
Por la tarde, Maggie asistió a una reunión en una habitación de motel. Al entrar a la habitación 109 fue requisada por un hombre alto vestido de negro, obviamente un escolta; Le quitó su pistola y con una clara mirada de pervertido la tanteó por todo el cuerpo en busca de otras armas.
La gringa se enojó ante el descarado acto manual del sujeto, pero ahora eran los negocios lo que importaba, una vez registrada el alto sujeto le hizo señas para que avanzara, en la pequeña sala le esperaba un hombre de apellido Morales, era el enviado por Mancera para hacer el trato, ella se mantuvo de pie y el Escolta se le ubicó detrÔs, se cruzó las manos sobre el pecho y solo fue testigo de la conversación de su jefe.
āBienvenida seƱorita Westwood, veo que es cierto lo que me dijeron de ustedā¦es muy joven y bella.
āProblems, digo⦠Problemas con eso?
āMe pregunto si siendo tan joven eres una profesional capaz?
Maggie, se dio la vuelta y con velocidad le dio un golpe de karate en el cuello al alto escolta, el sujeto trató de retroceder, tosió y se llevó una mano en busca de su pistola, ésta no estaba.
āVaya, vayaāSonreĆa el jefe, quien se mantenĆa sentado en la mesa, Maggie tenĆa el arma del escolta y le apuntaba a Ć©ste justo a un par de centĆmetro de la entrepierna.
El escolta se dio cuenta del peligro a su zona privada y se quedó quieto.
āMe gustas, querida, sabes hacer el trabajo jajajaāSe regodeaba el jefeāY tĆŗ grandote, eres un imbĆ©cil.
El escolta expresaba vergüenza y a la vez cierto temor.
āYo no me mover si fuera ustedāExpresó en mal castellano la rubia, quiĆ©n puso en contacto la boca del arma contra el miembro viril del escolta.
āYa dĆ©jelo en paz, asesina, vamos a hablar de negocios.
āOkāLa mujer descendió un instante el armaāPero antesā¦āMaggie de repente levantó la pistola con fuerza, ubicada entre los muslos del escolta el cañón del arma le impactó con fuerza en los testĆculos.
āOOuggghh!!āExpresó el sujeto para de inmediato cerrar los ojos y labios tratando de soportar el padecimiento
El escolta terminó de rodillas, tomando sus bolas. Maggie buscó su arma y le dejó ahĆ.
Al llegar a la mesa le entregó la pistola del escolta al jefe, mientras ella guardaba su propia arma.
Comenzaron a charlar de negocios.
āMi patrón quiere que le rebanen el cuello, por sapo. Ese Navajas es un As con el cuchillo, pues morirĆ” por medio de Ć©ste.
Maggie asintió y respondió:
āNo haber problemo⦠No problemaāCorrigió la palabra.
Ya en su casa leyó los expedientes que le habĆan entregado sobre el Navajas, su historial en la mafia, los asesinatos, Ć©l era un experto matando, ella apenas una principiante, pero no se amilanaba.
En su currĆculum supo que el Navajas era bueno en combate mano a mano, asĆ como en el uso de la pistola, mientras usando cuchillos era simplemente excelente. Maggie se comparó, ella era buena en pistola y cuchillo, pero apenas regular en pelea a mano limpia; La palabra excelente aĆŗn no estaba en su curriculum, pero era joven, esperaba con los aƱos ser la mejor del mundo, admiraba como todos al mejor, al Cóndor de los Andes.
Al final de los documentos estaba lo que ya habĆa planeado con su contacto y aliado, sobre el cómo ingresar a la cĆ”rcel y tener acceso al restringido prisionero. Por inteligencia los mafiosos sabĆan que el Navajas con frecuencia recibĆa los servicios de diversas prostitutas, asĆ entrarĆa a la prisión, siendo una mujer bella era fĆ”cil de suplantar a una zorra de agencia, era la misma forma en que una policĆa de apellido Taylor se infiltró y le capturó, todo estaba en los expedientes.
No me extraƱaāPensaba MagieeāComo todo hombre su debilidad son sus genitalesā¦Simplemente no pueden pasar mucho tiempo sin necesitar de una mujer para hacerle el amor.
La gringa sacó una pequeƱa navaja de fibra de carbono, el instrumento era retrĆ”ctil, lo envolvió en un plĆ”stico y se lo introdujo en la vagina, asĆ introducirĆa el arma para degollar al Navajas. Caminó por la habitación con el cuerpo extraƱo adentro hasta acostumbrarse a Ć©l.
DĆas despuĆ©s Maggie ingresaba a la prisión āLA SIERRA MORENAā, no le resultó problemĆ”tico el ingresar, pasó el detector de metales como rutina y en un dos por tres estaba adentro.
Pronto la condujeron a una habitación para citas conyugales, dónde tendrĆa cierta privacidad con el exjefe de sicarios.
La āProstituta rubiaā que habĆa pedido el Navajas estaba lista para atenderlo.
El Navajas se degustó ante la rubia, y sabiendo que era gringa le pareció un bocado mÔs exclusivo.
āHello babyāSe presentó Maggie ante el semidesnudo macho, quien ya estaba en calzoncillos.
āQue bella eres, perritaāLa erección ya elevaba la ropa interior del asesino.
āQuerer divertirte?
āYa estaba ansioso querida, que te parece si comenzamos.
La gringa se quitó la ropa quedando en interiores negros, el Navajas se desnudó pronto, la joven no pudo evitar ver los dotados genitales del sicario, se le acercó y le tomó el pene.
āQuerida me gustan las monitas, te voy a dar sabroso.
āEso me gustar muchoāNo dejaba de sonreĆrle y acariciarle el pene.
āOh sĆ, sigue asĆā¦
ā Tus balls son grandes, querido.
āYa ansĆo que pruebes mi leche perra.
La rubia hacĆa su papel, buscando que se confiara el varón.
No tardó la gringa en desnudarse para ser degustada por los ojos del sicario.
Maggie recibĆa los besos del impaciente Navajas, quien le tocaba las pequeƱas y deliciosas mamas. El macho ansiaba llevarla a la cama de aquella habitación.
Mientras una mano de la mujer le acariciaba la punta del pene al macho, la otra se dirigió a su propia entrepiernaā¦Con dos dedos extrajo de su coƱo el pequeƱo artefacto envuelto en plĆ”sticoā¦se trataba de la navaja retrĆ”ctilā¦Ya fuera del plĆ”stico el arma estaba lista para ser usada.
Pero el varón se percató de la traicionera acción y dio un brinco atrÔs poniendo distancia entre sus carnes y aquel objeto mortal.
āMuere, Navajas!
La mujer se abalanzó lista a apuñalar al sicario, quien de una rÔpida patada en la mano le voló el filoso objeto. La hembra ni siquiera vio el veloz movimiento, lo único que hizo fue retroceder en un mero instinto defensivo.
No entendió cómo la habĆa desarmadoā¦Ella se consideraba buena manejando el cuchillo, cómo pudo desarmarla sin darse cuenta.
Estaba en problemas!, Ć©ste no era un tonto como el escolta que venció sin despeinarse, era consciente que no tenĆa la habilidad para enfrentar a un experto en combate mano a mano como lo era El Navajas.
TenĆa que tranquilizarse, y sobre todo pensar rĆ”pido, su enemigo no le darĆa todo el tiempo del mundo.
Observó al Navajas, claramente mĆ”s grande que ella y mĆ”s fornido, era superada ampliamente en fĆsico.
Le vino a la memoria su primer entrenamiento en defensa personal. Recordó las primeras enseñanzas bÔsicas de su instructor Mennon:
āSi te ves en inferioridad ante tu enemigo, no te desesperes, busca sus puntos dĆ©bilesā¦Los ojos, los oĆdos, la garganta, el plexo solar, las rodillas y en nosotros los hombres, los huevos! Nuestra mayor debilidadā¦Ataca esos lugares con fuerza! sin vacilación! y eso te darĆ” una ventaja, aprovecha esa ventaja, mujer!
Aplicando su entrenamiento, la mujer enseguida buscó su ventaja, miró por una fracción de segundo la entrepierna del desnudo varón.
IrĆa por el punto mĆ”s dĆ©bil en el cuerpo del Navajas, un buen golpe en sus pelotas dejarĆa al Navajas inmóvil por un rato; Eso le darĆa la oportunidad para retomar su filosa arma⦠y Ć©sta segunda vez el aturdido hombre serĆa presa fĆ”cil para ella.
Volvió a verle las pelotas, eran grandes y colgaban bastante. No era comĆŗn ver un par asĆ.
No entendĆa cómo podĆa ser el Navajas un excelente peleador mano a mano si tenĆa entre las piernas aquellas orbes tan pesadas. Con un suspensorio las tendrĆa bien recogidas, pero desnudo como ahora, sin duda le molestarĆan para moverse rĆ”pido.
Para Maggie esas bolas eran su ventaja, le convenĆan ese tamaƱo y la desnudez.
Eran un blanco fƔcil!
La rubia atacó! Con todas sus fuerzas lanzó una violenta patada contra los testĆculos de su enemigo.
āNo hay hombre que soporte una patada en los huevos, hasta el mĆ”s fuerte queda aturdido unos momentos⦠āEran las palabras del instructor que se repetĆan en la mente de la gringa, mientras su empeine ascendĆa entre los fuertes muslos del macho, rumbo a causarle el mayor dolor que puede sentir un hombre.
Pero el sicario estaba bien atento y con un Ôgil movimiento giró la cadera poniendo sus bolas a salvo, al tiempo que interceptaba la pierna de la rubia.
āOh, no no no, nada de eso querida, nada de golpes bajosā¦La Ćŗltima mujer con quien me peleĆ© me trató mal las pelotas, no mĆ”s!
La mujer estaba sorprendida una vez mĆ”s, habĆa fallado y se le venĆa el contraataque del sicario.
El macho aprovechó la pierna capturada y atrajo a la mujer hacia él, le propinó un fuerte gancho en la boca del estómago dejÔndola boquiabierta, un impacto de puño en la frente y la mujer quedó con los ojos en blanco.
La agresora yacĆa desmayada en los brazos del jefe sicario. El macho se saboreó y le tocó a gusto una teta.
āLo siento mi amor, pero desde que esa puta policĆa me atrapó ya no bajo la guardia con las mujeresā¦y menos si es una puta o finge serlo.
El sicario depositó a la mujer sobre la cama y se levantó el pene con un poco de ayuda manualā¦Con la maravillosa vista de la desmayada mujer, no tardó el pene en erguirse.
El venoso falo estaba listo y el Navajas se dispuso a hacerle el amor, tomó su grueso y duro miembro y lo pasó varias veces entre sus labios vaginales, golpeaba con su glande el clĆtoris de la desmayada. ReĆa sin parar, se saboreó y no lo pensó mĆ”s...
ā¦Colocó su pene en la entrada de la vagina y comenzó a metĆ©rsela poco a poco, metĆa la cabeza y un poco mĆ”s y lo retiraba sin sacarlo por completo y asĆ se lo iba metiendo avanzando en cada vaivĆ©n mĆ”s y mĆ”s hasta que no comió mĆ”s ansias y se dejó caer, entrĆ”ndole hasta el fondo.
El cuerpo de la gringa se movĆa al ritmo del sicario, la sostuvo por los muslos y las caderas y comenzó un rĆtmico vaivĆ©n entrando y saliendo de la cĆ”lida cueva.
El Navajas se inclinó sobre la mujer, besando los tiernos labios de la rubia, le lamĆa la barbilla, el cuello y terminó en sus pequeƱos pechosā¦Disfrutaba el acto al mĆ”ximo.
El asesino aceleró la penetración, cerciorĆ”ndose de entrar hasta el fondo, se jactaba de sentir cómo su glande chocaba contra el cuello uterino; Jadeaba cuando sus testĆculos se estrellaban contra el perineo de la fĆ©mina. Y pensar que la gringa habĆa intentado pateĆ”rselos, ahora eran los huevos del Navajas los que golpeaban las zonas privadas de ella.
El violador aceleró sus movimientos embistiéndola con mÔs fuerza
āMaldita zorra no puedo aguantar mĆ”s!!!
Apretó los dientes cuando sus pelotas ascendieron a la base de su miembro viril, el cual latĆa y comenzaba a expulsar chorros de leche caliente, El navajas contraĆa mĆ”s sus nalgas para soltar su carga de semen en lo mĆ”s profundo dentro del coƱo de la desmayada rubia.
Se mantuvo bombeando la zona hasta que saliera su Ćŗltima gota de semen.
A propósito se quedó un rato mÔs dentro, hasta que su pene comenzó a perder dureza. Por fin lo sacó y dejó chorrear la mezcla de su esperma y los fluidos de la rubia
Se quedó mirÔndola.
āPerdona que tuviera mi fiesta sin pedirte permiso, queridaā¦Pero no podĆa desaprovechar la oportunidad, desde hace una semana no cogĆa a una mujerā¦mi pene no puede vivir sin una buena vagina.
Colocó su calzoncillo y se acomodó la verga y las pelotas, recordó el intento de la fémina de faulearlo.
āEso te enseƱarĆ” a tratar bien las bolas de un macho, gringaāExpresó el Navajas, tomĆ”ndose las bolas y casi enseƱƔndolas a la inconsciente mujer.
Fue cuando por fin llamó a los guardias.
Conocido el suceso se armó el escÔndalo. Era el tercer intento de asesinato contra el sicario en menos de un mes.
La mujer fue rƔpidamente sacada del sitio y puesta bajo custodia policial.
En cierto momento interrogaron al prisionero.
āLa violaste? āLe recriminó uno de los fiscales cuando se enteraron del incidente.
āClaro que noā¦āMintió descaradamente el sicarioāNos acostamos y despuĆ©s me quiso matar!, la maldita creyó que habĆa bajado la guardia despuĆ©s de fornicar, pero le esperaba una sorpresa, Y ella tenĆa una navaja, quien sabe dónde la escondió, revisen mejor al ingresar los visitantes, inĆŗtiles! āUna excusa previamente pensada.
Por su lado, a la rubia en custodia le sucederĆan diversas cosasā¦
Tras el Navajas contar del intento de asesinato, dos guardias sacaron a la desmayada y desnuda mujer, la esposaron y llevaron cubierta por sĆ”banas rumbo a la enfermerĆa de la prisión.
Una enfermera de turno la valoró y concluyó que sólo seguĆa desmayada. Tras un instante la mujer de 50 aƱos decidió salir a fumar, dejando a los dos guardias con la capturada.
Uno de los guardias se saborea, levanta las sƔbanas y contempla el cuerpo desnudo de la gringa.
āEs bonita la mona Ć©staāEl sujeto se tocaba la entrepierna, dónde aparecĆa una erección en su pantalón.
āNo pienses eso, estĆ”s loco? āLe recrimina su compaƱero.
āCĆŗbreme, no seas maloāEl hombre se abrĆa el pantalón, listo a bajĆ”rselo.
āNo estĆ” bien!
āNo pasarĆ” nada, El Navajas se la ācomióā, nadie sabrĆ” sin otro se la vuelve a meter, estĆ” desmayada, ni ella misma se darĆ” cuenta.
El compaƱero seguĆa indeciso en permitirle el abominable acto.
āMe debes una, recuĆ©rdalo, vamos colabórame! āLe traĆa a colación cuando su compaƱero tuvo un desliz amoroso con una asistente del director de la prisión y tuvieron sexo en la propia oficina del jefe, Ć©l le ayudó a mantener el secreto.
El indeciso guardia aceptó y se volteó, caminó a la puerta, cerrÔndola y asegurÔndose de que la enfermera no volviera de repente.
El otro, el pervertido guardia, se quita el pantalón y calzoncillo, sube a la cama ubicÔndose sobre Maggie, admira una vez mÔs su desnudez y estÔ a punto de penetrarla.
āMonita, voy a disfrutar estoā¦
Es cuando Maggie abre los ojos y levanta con fuerza ambas rodillas, aplastado levemente la expuesta entrepierna del guardia. El varón se queja de dolorā¦
ā¦Pero sólo fue el inicio, pues la mujer sólo querĆa levĆ”ntalo de su cuerpo para tener espacio y a continuación enterrarle con furia su rodilla derecha en los testĆculos.
āAAAAHHHHHHHH!!!!!!! āGritó con toda su fuerza el hombre.
El nuevo golpe dejó los testĆculos del guardia mĆ”s que deformes, sintió plenamente la aguda superficie de la huesuda rodilla de la gringa.
āSon of the bitch! (hijo de puta!) āExpresó la enojada Maggie, quien para sorpresa de todos ya habĆa recobrado el conocimiento, apenas se sintió limitada de manos con las esposas a la espalda, decidió fingir inconsciencia esperando alguna oportunidad de escape.
El guardia rodó por la cama cayendo al suelo, Maggie se incorporó enfurecida, no sólo por el intento de violación del guardia, sino que sintió su cuerpo y supo que desde antes la habĆan violado, ese miserable del Navajas abusó de ella estando sin sentido. Avanzó contra el sujeto y le pateó el rostro.
De inmediato la gringa se agachó al ubicar los pantalones del guardia, en busca de las llaves de la esposas. Fue cuando escuchó movimiento tras ella, volteó y encontró al otro guardia con rostro de furia.
āCondenada putaā¦āEl sujeto sacó su bastón retrĆ”ctil y lo desplegó.
El hombre atacó a Maggie con fuerza, la rubia agachada, apenas pudo esquivar el golpe de bastón, terminando sentada en el suelo. Si estuviera libre de manos no serĆa problema vencer al sujeto.
Con la mujer en el piso, el guardia creyó que estaba indefensa, pero se equivocaba, Maggie era todo pero menos una mujer indefensaā¦Desde el suelo movió la rodilla con una velocidad impresionante, ascendiendo su pierna en un movimiento de latigazo; El pie de la gringa salió disparado entre los muslos del sujeto, aplastĆ”ndole las pelotas y haciĆ©ndoselas rebotar.
āAAAaahhhhhh!!!!āExclamó el guardia cuando tras el retiro del pie, sus cojones rebotaron volviendo a su posición natural.
Una horrible sensación subió por su vientre a estómago, provocĆ”ndole nauseas, la sensación de ārebote testicularā le llegó a la cabeza, haciĆ©ndole ver todo blanco y torcer los ojos, el bastón cayó de su mano y Ć©l se fue al suelo de rodillas.
Maggie se levantó con rapidez y propinó un rodillazo en la cara al sujeto dejÔndole tirado, la amenaza estaba neutralizada.
āAaahhh!āExpresó Maggie cuando la golpeaban por detrĆ”s, se trataba de la enfermera quien descargó el equipo de reanimación portĆ”til contra la nuca de la joven gringa.
Y es que ante el escĆ”ndalo del dolor masculino, la mujer regresó a la enfermerĆa, la puerta cerrada no fue impedimento al tener ella las llaves. Cuando observó al guardia caer al suelo despuĆ©s de la patada en los testĆculos por parte de la desnuda prisionera, y verla incorporarā¦La veterana enfermera no lo dudó dos veces y actuó!
Era una mujer que no se amilanaba ante nada, por algo trabajaba en una prisión masculina de alta seguridadā¦Tomó el pesado equipo de reanimación y todo fue oscuridad en los ojos de la detenida.
Todo fue escĆ”ndalo en adelante, pues llegaron mĆ”s testigos, encontrando a los guardias, dolidos de los testĆculos y uno de ellos sin pantalones. Las investigaciones comenzarĆan, mientras la rubia fue trasladada de inmediato a otra prisión, ahora en la capital.
CONTINUARĆā¦
***
No hay comentarios.:
Publicar un comentario