El descuento de Marcos Chacón - Las Bolas de Pablo

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14 ago 2022

El descuento de Marcos Chacón



A última hora de la tarde, el refrescante aroma del café tostado llenó de energía al concurrido restaurante. Existía una mezcla de dulce olor a pasteles de clase mundial, creando un aroma seductor que atraía a clientes y turistas del paraje. Cada mesa estaba llena de conversaciones animadas mientras los invitados disfrutaban de su delicioso dulce.

 


Junto a la ventana, dos hombres conversaban de negocios, uno dispuesto a vender aquel magnífico resort a orillas de la playa y el otro era un arquitecto retirado que años atrás se dedicó a la construcción de ese establecimiento, diseñado a su antojo y profesionalismo podía ser su capricho para días de descanso y negocios. Era un hombre de 60 años, con cabello canoso y rostro afeitado atractivo y bondadoso. Vestía una ajustada camisa de tono vino y pantalón oscuro, era evidente que Marcos Chacón a su edad todavía estaba extremadamente bien formado, llenando su atuendo con músculos abultados.

 

Algunos de los asistentes al café miraron a los importantes caballeros. Desconociendo que la conversación de los dos pondría en juego el futuro de la estructura cuando el comprador asumiera una nueva administración.

 

De momento Marcos Chacón se enderezó en el asiento, su rostro tomó un rictus serio y sostuvo la taza de café, probó su contenido para luego meditar. Dio una respuesta afirmativa moviendo la cabeza y enseguida los dos caballeros se levantaron de la mesa.

 


El vendedor era alto, esbelto con varias canas en su cabeza. Caminó fuera del restaurante con Marcos Chacón a su espalda. Se dirigieron a lo largo de un pasillo hasta llegar a una habitación. El vendedor de nombre Victor hizo una señal con la cabeza a los empleados que custodiaban la puerta, ellos le abrieron el paso y cerraron cuando los hombres ingresaron a la pieza.

 

Era una habitación vacía.

 

—Aquí estamos —anunció Victor con una sonrisa descarada, golpeando juguetonamente a Marcos en la entrepierna con el dorso de la mano.

 


Marcos Chacón dejó escapar un gruñido y se dobló de dolor. El motivo por el que accedió a ingresar a la habitación fue porque el vendedor del resort propuso hacerle una rebaja en la venta si aceptaba recibir varios golpes en las bolas, la cuál Chacón afirmó.

 

Victor se plantó frente a Marcos y se rió entre dientes. —Iremos por un 5% de descuento en el valor de la venta del resort.

 

—¿5% de la venta? ¿Te has vuelto loco, Gallup? Mis bolas no…

 

Marcos fue interrumpido por una fuerte patada en los huevos que inmediatamente lo puso de rodillas, aullando de dolor.

 


—¿Consideras 5% de descuento muy poco? —interrogó Victor con una sonrisa sádica en su rostro—. ¿Crees que mi resort es una baratija? Es el mejor de la zona... Bueno, hombre, seré condescendiente... Déjame pensarlo… ¿7% de descuento en el valor de la venta?

 

—Vete a la mierda —gruñó Marcos, agarrándose las bolas.

 

—¿Un descuento más? —preguntó Victor—. ¿O no te hago ningún descuento en la venta de mi magnífico resort?

 

Marcos se levantó, gimiendo y agarrándose las doloridas bolas.

 

—¡Aparta esas manos, viejo!

 

Marcos gimió. Cerró los ojos y llevó sus manos detrás de la espalda.

 

Una vez más, el pie calzado de Victor chocó contra los inmensos testículos de Marcos Chacón, aplanándolos contra su cuerpo.

 

El apuesto varón gritó a todo pulmón y cayó de rodillas, respiró profundamente y se volvió a levantar.

 

Victor se acercó a él, lo agarró de la camisa y de un solo golpe la rasgó exponiendo los duros abdominales del señor Marcos.

 

—¿Qué haces, hombre? ¿Te has vuelto loco?

 

Victor se echó a reír.

 

—No te preocupes, hay bastantes camisas mejores que esa en la tienda. Te regalaré una además del 10% de descuento en la venta del inmueble.

 


Victor comenzó a deslizar sus dedos por el pecho y abdomen de Marcos, robándole de vez en cuando algún bajo gemido. Después de un rato, su mano se movió hacia abajo, enfocándose en las piernas de Marcos. Victor comenzó a palpar la musculosa pierna derecha del comprador. Ofertando el 20% de descuento si se dejaba abrir el pantalón, lanzando un gemido, Marcos accedió que Victor le abriera el cinturón y bajó su pantalón, dejando al descubierto el pene flácido y sus grandes testículos colgantes.

 

Victor levantó la polla de Marcos contra sus abdominales para que sus gordos huevos colgaran libremente entre sus muslos.

 

Los ojos de Marcos estaban muy abiertos y llenos de terror mientras miraba su entrepierna.

 

El puño de Victor chocó contra el escroto de Chacón, acompañado por un grito ahogado de Marcos. Antes de que pudiera reaccionar el vendedor del resort asestó otro golpe que hizo crujir el par de gónadas.

 

Una y otra vez, Victor golpeó la preciosa virilidad de Marcos Chacón, provocando todo tipo de ruidos divertidos, excitantes y dolorosos.

 

Luego de una rutina de dolorosos golpes, fue una patada muy precisa la que finalmente noqueó a Marcos.

 

Deformó perfectamente sus dos grandes huevos, clavándolos en su cuerpo y aplanándolos.

 

Los ojos de Marcos se cruzaron y rodaron hacia su cabeza mientras dejaba escapar un largo gruñido.

 

Victor le permitió acurrucarse en posición fetal.

 

—Si te levantas, estoy dispuesto a considerar un 30% de descuento en la venta total de mi resort.

 


Marcos escuchó y gimió de dolor, luego de casi un minuto se levantó, aturdido. Desnudo, con la polla cogiendo erección apuntando al techo.

 

Frotándose las manos, Victor asestó una última patada en los testículos hinchados, magullados y desnudos de Marcos Chacón.

 

El sonido de su zapato chocando contra el escroto de Marcos Chacón resonó en la habitación. Dejándole los testículos molidos.

 

Marcos dejó escapar un gemido profundo y cayó al suelo, revolcándose.

 

Victor aplaudió con una sonrisa y una grosera erección que levantaba la tela de su pantalón.

 


—¡Felicitaciones, Marcos! —aplaudía—. Desde hoy estaré muy feliz viviendo en Australia con mi familia sabiendo que mi resort quedó en muy buenas manos. Trato hecho te venderé mi adorado palacio con un 30% de descuento.

 

Marcos Chacón se dedicó a gemir de dolor, sosteniendo sus pelotas.

 

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