LA REINA DEL CHISME, Parte 3 de 3.
Relato corto.
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
Relacionado con el relato DISPUTA ENTRECAMIONEROS.
Chisme.
1. m. coloq. Noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna.
Chismear.
1. intr. coloq. Hablar con indiscreción o malicia de alguien o de sus asuntos.
2. tr. coloq. Contar algo con indiscreción o malicia
En el relato DISPUTA ENTRE CAMIONEROS, se plasmó el caso del dirigente sindical Ramiro Vidal, quien con 38 aƱos, tiene problemas para satisfacer a su ardiente esposa SofĆa de 28 aƱos. Su supuesto amigo camionero Michael RodrĆguez de 29 aƱos, termina acostĆ”ndose con SofĆa, Ramiro es informado de la infidelidad por una mujer llamada Carlota y confronta a Michael, quien le vence tras una pelea. Los infieles se marchan de la ciudad tras ser descubiertos y Ramiro se rinde a sus ocultos gustos por los varones.
En las dos partes previas, Reinalda y Esther, las otras dos concursantes por el tĆtulo de LA REINA DEL CHISME, narraron sus historias. Ahora era el turno de Carlota.
Carlota avanzó al frente y observó a sus competidoras, su mirada de confianza total en su victoria sacó expresiones de enojo en sus āamigasā.
Carlota narró los sucesos del relato DISPUTA ENTRE CAMIONEROS, donde la siempre entrometida mujer se percató de la naciente relación entre SofĆa y Michael, presta a intervenir, aunque fuera sutil, se le acercó al esposo Ramiro y le advirtió sobre la infidelidad...
ā¦DespuĆ©s le indica a Ramiro que los infieles estĆ”n fornicando dentro de las instalaciones del sindicato. El hombre le agradece el dato pero le pide que se marcheā¦Con renuencia Carlota se aleja, pero estĆ” satisfecha por el ādeberā cumplido.
Mientras narraba su historia, mĆ”s de una mujer del pĆŗblico se mostró decepcionada, Carlota incluso vio el rostro de Reinaldaā¦
ā¦Sabe lo que estĆ” pensando su competidora.
āāJa!, La misma trama de mi chisme, exponer una infidelidad, estas perdida amiga Carlotaā¦Con ese chisme no serĆ”s la vencedoraāāSon los pensamientos de Reinalda.
Pero una sonrisa adorna el rostro de la que narra, dejando intrigada a Reinalda.
A continuación Carlota continúa su exposición, contando lo que sucedió con Ramiro.
āTenĆa serios indicios de que Ramiro era bisexual, y comencĆ© a seguirle, tambiĆ©n se rumoró en cierto momento de que ayudaba a principiantes del gremio camionero a obtener sus vehĆculos y membresĆas en el sindicato, a cambio de favores sexuales...
ā¦claro que tenĆa encuentros con declarados gays, y le pillĆ© en uno de sus encuentros!
El público se mostró un poco mÔs interesado en la narración.
āLe sorprendĆ y fotografiĆ© recibiendo un oral por parte de un novato conductor.
āDurante los siguientes dĆas se desfogó sexualmente con varios novatos, algunos le hacĆan orales y con otros era penetración por parte de Ramiro, y en un par de ocasiones era Ć©l, quien recibĆa el pene de otro, todo lo registrĆ© con fotosā¦Muchas las traje⦠āCarlota las sacó de su bolso y terminaron en las manos del publico
Esther la miraba sonriente y analizaba:
āāEso ya estĆ” dicho, querida Carlotaā¦Un gay que puede ser expuesto al pĆŗblico?, eso ya lo mencionĆ© yo con Vicente, el asistente del rector Hinojoza en mi chisme⦠PARTE 2
Al igual que con Reinalda, Carlota tuvo la misma reacción para con Esther, sabĆa que estaba pensando y que su chisme compartĆa el tema de un homosexual que teme ser expuesto.
Esther no dejaba de jactarse, el tĆtulo de la reina del chisme ya casi era suyo.
āāā¦Lo lamento Carlota querida, el exponer a un gay puede usarse como chantaje, pero no es un delito ser gay, y es mĆ”s, en este siglo es hasta discriminatorio juzgar a alguien por sus gustos sexualesā¦El exponer a ese sujeto Ramiro puede causarle problema entre sus amistades, pero no en su trabajo o con las autoridades, eso serĆa ilegalā¦Y nada mĆ”s pasarĆ”, porque todos dirĆ”n que se acostaron con Ć©l por gusto, no por dinero o ayudas laboralesā¦a menos claro que los tengas grabados contando ese trĆ”fico de influenciasā¦ā.
Pero Carlota aun no terminaba, y tenĆa mĆ”s de una sorpresa:
āDeben saber que estuve en peligro de muerte por mi chisme.
Todas quedaron impactadas. Carlota afirmó y comenzó a narrar:
Estaba en mi labor de fotografiar las conductas libidinosas y pecaminosas de Ramiro, cuando él me descubrió!
Un nuevo amante se la estaba chupando una noche dentro de las instalaciones del sindicato, cuando cometĆ el error de tropezar y un objeto hizo ruido al caer.
Ramiro se sorprendió y el amante al verse descubierto emprendió una veloz fugaā¦
ā¦Pero el calvo me increpó, pues me reconoció de inmediato, al verme una cĆ”mara en la mano supo que les estaba espiando y me quitó la cĆ”mara.
āDevuĆ©lvemela! āTratĆ© de recuperarla.
āMe estĆ”s espiando, chismosa de mierda, dime desde cuĆ”ndo?
Yo traté de retomar mi cÔmara y nos enfrascamos en un forcejeo, él se enojó por mi falta de respuesta y arrojó mi cÔmara lejos, para tomarme del cuello.
āContĆ©stame bruja, desde cuando me espĆas!?āEstaba fuera de sĆ, sabĆa que su secreto estaba expuesto y estaba decidido a mantenerlo.
Apretó mÔs fuerte mi cuello, me intentaba ahorcar.
Todas las mujeres quedaron impresionadas, ante la situación de peligro real a la que Carlota se expuso.
Cuando sentĆ que el apretón me cerró por completo la vĆa de aire me asustĆ© al mĆ”ximo y reaccionĆ©.
Le mandƩ un rodillazo a las huevas con todas mis fuerzas, les di fuerte!
Ćl de inmediato aflojó el agarre a mi cuello y me pude quitar sus manazas, le di un empujón y se fue para atrĆ”s.
āCof, cof, SuĆ©ltame, CABEZA DE RODILLA! āLe gritĆ© tosiendo para lograr que me entrara aire.
āBien hecho Carlota!āReaccionó mĆ”s de una del auditorio.
Me fui contra Ć©l para empujarlo de nuevo y hacerle cae al piso, ese calvo malvado se quedó allĆ mirĆ”ndome con rabia, y tomĆ”ndose sus partes nobles, le dolĆan mucho.
āMaldita putaāMe dijo, pero yo estaba ya mĆ”s calmada, y la verdad me alegrĆ© bastante por fastidiĆ”rselas.
āTe me vuelves a acercar y le digo a HĆ©ctorāExpresĆ©, tomĆ”ndome la garganta āMi marido te va a romper esa calva!
Ćl sabĆa quiĆ©n era mi esposo y mĆ”s le valĆa no volver a molestarme o se las verĆa con mi hombre.
TomĆ© la cĆ”mara y me fui. Al dĆa siguiente dejĆ© unas fotos de Ramiro en la entrada del sindicato, su secreto se supo.
Tras finalizar la narración le dieron un apoteósico aplauso a Carlota, varias mujeres se le acercaron para estrechar su mano y felicitarla.
Comenzaron las deliberaciones sobre el resultado final, era difĆcil escoger entre el chisme de Carlota y el de Esther.
Cada historia tenĆa sus fortalezas en argumentaciones. El de Esther era una verdadera acción ciudadana contra el delito, pero el de Carlota implicaba una real defensa propia ante una agresión masculina.
Pero Carlota no dejaba de sonreĆr...la mujer tenĆa un As bajo la manga para asegurarse la victoria.
āAĆŗn hay algo que no les contĆ©ā¦algo que me darĆ” el tĆtulo, pero ya!
Aquello llamó la atención de todas las presentes.
āLes contĆ© que Ramiro tenĆa actos sexuales con novatos, fuera con felación o penetrĆ”ndolesā¦Pero sólo con dos personas fue a Ć©l a quiĆ©n penetraron, y la identidad de esos dos varones, que no eran novatos sino adultos y bien entrados en aƱos, les va a impactar.
Todas querĆan saber las identidades de aquellos dos amantes de Ramiro.
āDe esos dos no le contĆ© a nadie, sólo hasta ahora se enterarĆ”n.
āYa dilo de una vez! āEstalló una mujer impaciente del pĆŗblico.
āPaciencia mis amigas, sepan que esos dos varones tienen esposas, y ellas estĆ”n aquĆ mismo.
La sorpresa fue mayĆŗscula al contar sus identidades.
āPues aquĆ estĆ”n las pruebas de que los maridos de Esther y de Reinalda, se acostaron con Ramiro.
āWOW!!! āFue la reacción general, ante semejante chisme!
Las fotos comenzaron a circular, dónde los esposo de Reinalda y Esther estaban junto a Ramiro en la entrada de moteles. Los hombres cercanos al ambiente camionero al parecer conocĆan o compartĆan los gustos del sindicalista.
Las candidatas ahora convertidas en el centro de atención vociferaron, negando todo, pero tras ver las fotos cada una decidió salir del lugar, llevĆ”ndose la āEvidenciaā. Carlota no vio extraƱo aquello, seguro se sentirĆan avergonzadas, y eso la alegraba.
Las mujeres partĆan a sus respectivos hogares con un objetivo en la mente: vengar la vergüenza sufrida!
Calmados los Ć”nimos y por insistencia de Carlota, se dio la votación. Era muy obvio el resultado: La decisión fue unĆ”nime, Carlota era la ganadora de la competencia, y el tĆtulo de LA REINA DEL CHISME era suyo.
Carlota era toda felicidad, hasta un ramo de flores recibió, le hubiera gustado una corona, pero no se fue del sitio sin una promesa de recibir una con posterioridad.
Una hora despuƩs.
Carlota regresaba a su casa, ya eran mĆ”s de las 3 de la madrugada, el taxi la dejó a una cuadra de su casa, pues no habĆa acceso mĆ”s que peatonalā¦Apresuró el paso al transitar por la larga y solitaria callejuela cercana a su casaā¦
ā¦De pronto una mujer se le acercó y le saludó, la reconoció de inmediatoā¦Se trataba de Esther. Que hacĆa allĆ? No se habĆa marchado a casa de seguro con sed de reclamo al marido?. VendrĆ” a pedirme toda la evidencia que tengo de su esposo?
Carlota enseguida vio una oportunidad de presumir su nuevo tĆtulo con la ex competidora, ademĆ”s, saber detalles sobre el destino del reclamo al marido serĆa un nuevo chisme para la Reina.
āAhora verĆ”s maldita chismosa!āEsther le descargó una sonora bofetada.
Carlota se tomó la mejilla que le ardĆa ante tan fuerte impacto, su atacante la volvió a golpear, la mujer se trató de defender pero la sostuvieron por detrĆ”s!
Era Reinalda quien la inmovilizaba.
āQue hacen? DĆ©jeme! āReclamó en vano la āReinaā.
Al parecer era un pacto entre amigas, dejaron atrÔs su enojo mutuo y se aliaron para desquitarse de Carlota, acababan de ser humilladas ante las demÔs mujeres, quedando como esposas de maridos infieles y lo peor, infieles con otro varón.
Carlota estaba sin escape posible, aquello era una emboscada! Esther y Reinalda comenzaron a golpear a Carlota a gusto y fuerza, bofetadas iban y venĆan, la mujer trató de escapar a la primera oportunidad, pero Reinalda le atravesó la pierna y su vĆctima rodó por el piso raspĆ”ndose las manos al caer al sueloā¦JamĆ”s la dejarĆan ir tan fĆ”cil.
āAy, te caĆsteāAƱadió con sarcasmo EstherāDĆ©jame ayudarte, mi reinaā¦āOtra bofetada le volteó el rostro a Carlota quien de nuevo visitaba el suelo.
āDĆ©jenla en paz!āSe escuchó una voz de hombre desde atrĆ”s.
Todas voltearon y observaron a un varón desconocido. Carlota le reconoció, era el taxista que la acababa de traer, al parecer el hombre era buena gente y se quedó esperando que su pasajera llegase a su casaā¦Al escuchar gritos y quejidos salió en ayuda de la mujer, y ahora se topaba con tamaƱo escenario.
āSon mujeres! āSe dijo en voz baja, no esperaba esto, aquellas que atacaban a su pasajera, eran asaltantes? No era muy comĆŗn aquello.
āDejen de golpearla o se las verĆ”n conmigo āExpresó empuƱando una manoā¦
ā¦Le pareció conveniente una amenaza antes de empezar a repartir golpes, eran damas las que agredĆan y a Ć©l no le parecĆa bien el pelearse con ellas, lo harĆa si no cesaban en el cobarde ataque a la mujer en el suelo.
āEntrometido!ā Se escuchó desde atrĆ”s del taxista.
āAAAAaaarrgg!!āGritó al cielo nocturno el varón cuando por detrĆ”s le pateaban con fuerza en los testĆculos.
Una tercera mujer habĆa acompaƱado a las agresoras e intervino con la presencia de taxista, fue muy afortunado para ellas que el varón no se percatase de la otra persona, incluso ni Carlota la habĆa visto.
La mujer se acercó por detrĆ”s, ubicó bien su blanco y atacó la entrepierna del taxista, nada mejor para neutralizarlo que devastarle las bolas con un puntapiĆ©ā¦Ahora el sujeto estaba en el piso en posición fetal.
Carlota vio a su defensor vencido en el suelo tomando sus testĆculos, no se pararĆa en un buen rato, estaba ahora desamparada.
Con el intruso neutralizado, Reinalda le hizo una seƱal a Esther y Ć©sta comenzó a ver en su bolso buscando algo que ya traĆa preparado.
āLa Reina del Chisme, no? āReinalda la levantaba con facilidad, Carlota no podĆa resistirāPues bien mi reina, ten tu corona, desgraciada!
Esther comenzó a aplicar un spray sobre el cabello de Carlota, Reinalda la mantenĆa bien sujeta.
āQue me estĆ”n haciendo, que es eso?āCarlota estaba demasiado asustada.
āUna corona digna para nuestra reina!āSe jactó Reinalda, cuando Esther colocaba sobre la cabeza de Carlota una colorida peluca de payaso, el spray era un pegante industrial que al acto fijó la nueva cabellera de la āReinaā.
Las risas de inmediato aparecieron en las agresoras. Y para despedirse tras su fechorĆa aƱadieron:
āNuestra asistente allĆāSeƱalaron a la tercera mujer que habĆa pateado la masculinidad del taxista, y que tenĆa un telĆ©fono en las manos.āGrabó todo, asĆ que si nos denuncias o algo, el video de la Reina con su nuevo cabello saldrĆ” publicado, ten presente que te convertirĆ”s en el hazmerreĆr de la ciudadā¦Adiós!
Carlota se quedó arrodillada en medio de un llanto casi infantil, las carcajadas seguĆan oyĆ©ndose a distancia.
Finalmente la mujer auxilió al adolorido taxista, quien se disculpó por no haber podido ayudarla.
āNo se preocupe āExpresó Carlota secando sus lĆ”grimas, fueron unas malditas a quienes conozco y me tiene un odio sin motivo alguno (Sin motivo?, claro! ahora cuĆ©ntame una de vaqueros!)
El hombre mantenĆa una mano sosteniendo sus testĆculos, pero ya podĆa caminar; Carlota vio la ubicación de aquella mano y se sintió algo culpable de que el taxista resultase tan lastimado, despuĆ©s de todo eran sus problemas los que terminaron afectando al buen samaritano.
āLe ofrezco una disculpa, por mis problemas le han lastimado en sus partes, venga a mi casa, llamarĆ© a un doctor, debe usted sentirse terrible, venga!
El taxista le agradeció pero decidió volver a su taxi. AsĆ mientras el dolido hombre regresaba a su auto, la maltratada y humillada Carlota llegaba a casaā¦Por fortuna su fiel esposo HĆ©ctor la consolarĆa.
FIN.
***
AquĆ termina la historia de La Reina del Chisme, pero decidĆ plasmar las consecuencias para los respectivos maridos de Reinalda y Esther en otro relatoā¦AdemĆ”s estĆ” pendiente tratar un suceso pasado ocurrido entre Carlota y su esposo HĆ©ctor. Todas estas tramas se acomodarĆ”n en un nuevo relato llamado: LAS CHISMOSAS Y SUS MARIDOS.
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