DISPUTA ENTRE CAMIONEROS.
CONTIENE BALLBUSTING M/M.
El gremio de camioneros es un grupo muy unido, sus protestas sindicales y huelgas son muy temidas por el gobierno pues entre ellos la unidad es casi absoluta, son casi una cofradĆa…
…Pero no deja de haber disputas entre miembros.
Michael RodrĆguez es un camionero de 29 aƱos, relativamente nuevo en el negocio, aunque ha conducido toda su vida.
Michael entrĆ³ a la fraternidad de conductores al hacerse amigo de Ramiro Vidal, un conductor de 38 aƱos y con influencia en el sindicato de transportadores…De hecho era de los mejores y admirado en la rama sindical.
La gente se reĆa de Ramiro por su cabeza calva, un sinfĆn de bromas se hacĆan, pero a Ramiro no le molestaban, todo era confianza.
La reciente amistad entre Michael y Ramiro avanzĆ³ rĆ”pidamente, sobre todo en las muchas fiestas los fines de semana, era comĆŗn entre los camioneros el compartir tragos con sus colegas.
Pero Michael pronto desarrollĆ³ un sumado interĆ©s a la amistad con Ramiro…Y ese interĆ©s era SofĆa, la esposa de su calvo colega.
SofĆa de 28 aƱos estaba casada con Ramiro desde hace un aƱo, sin hijos aĆŗn. Eran una de las parejas que mĆ”s llamaban la atenciĆ³n en las reuniones del sindicato.
Michael quedaba impactado con la mujer, muy abierta en sus charlas y extremadamente coqueta, si bien guardaba las apariencias frente a su esposo, cuando el sindicalista la dejaba sola unos momentos en las reuniones, la dama no tardaba en buscar conversaciĆ³n con otros hombres; Ramiro ya habĆa pasado buenos momentos conversando con ella, su instinto le decĆa que no era mujer para un hombre tan calmado y recto como Ramiro, era una mujer fogosa y esperaba alguna vez tener una oportunidad con ella.
Ramiro tenĆa problemas con SofĆa, la mujer se enojaba con Ć©l constantemente por problemas Ćntimos y le sacaba de la habitaciĆ³n, El camionero no era el fogoso y apasionado dirigente sindical en su casa, ni en su cama, allĆ mandaba SofĆa y con sus ultimĆ”tum le obligaba a salir del cuarto y dormir en otra habitaciĆ³n…Le negaba frecuentemente el sexo y Ramiro no podĆa hacer nada.
La falta de sexo con su esposa ya le tenĆa desesperado, con frecuentes erecciones que debĆa bajar con duchas frĆas, aun en las instalaciones del sindicato.
Un dĆa Ramiro le cuenta a Michael sobre el distanciamiento con su esposa SofĆa, ocultĆ”ndole por vergĆ¼enza que ella redujo sus contactos Ćntimos con Ć©l al mĆnimo.
El colega se muestra inicialmente sorprendido, Ramiro tenĆa fama de mujeriego, y aun asĆ tenĆa lĆos en casa?
El amigo le aconseja ser mĆ”s dominante, a muchas mujeres y en opiniĆ³n de Michael (aunque no se lo dijo asĆ a Ramiro) a una del tipo de SofĆa le gustan los machos fuertes y que se imponen con un carĆ”cter impulsivo.
Ramiro entiende el consejo, pero es incapaz de ponerlo en prƔctica, su actitud cohibida con su altiva y seductora esposa le impide avanzar en lo expresado por su amigo.
Una maƱana en la cabina de su parqueado camiĆ³n, Ramiro recuerda lo sucedido la noche previa:
—Ya estoy harta de esta situaciĆ³n!, ya te dije que no lo haremos esta noche, ahora sal de aquĆ!—SofĆa exigĆa la salida de su esposo del cuarto.
—Pero SofĆa no seas asĆ…
Por primera vez Ramiro decidiĆ³ mostrarse mĆ”s fuerte de carĆ”cter y se negĆ³ tajantemente a salir, retando a su esposa…Pero ella no se amilanĆ³.
—O te vas a dormir afuera o en el sindicato se enterarĆ”n que el gran sindicalista no puede dominar ni a su propia esposa!
—No harĆ”s eso, por favor—Ramiro sintiĆ³ pĆ”nico, su reputaciĆ³n de sindicalista bravo e implacable era su imagen.
SofĆa vio su expresiĆ³n, ya la esperaba!...SabĆa bien que el temor a verse dĆ©bil ante el pĆŗblico era la debilidad de su marido, ella lo tenĆa en sus manos y se aprovechaba.
—Quieres que se enteren que el gran Ramiro, no tiene los cojones para imponerse a su esposa?, vaya que se reirĆan de ti.
Ramiro pareciĆ³ querer reclamar algo, pero se retractĆ³, cederĆa como siempre a su mujer. SofĆa sonriĆ³ al verlo retroceder y reforzĆ³ su punto.
—Me vas a decir algo?, AtrĆ©vete y les contarĆ© como eres en la cama, se enterarĆ”n de todo!
El esposo se veĆa sin salida.
—Salte ya, salte!—SofĆa estirĆ³ el brazo indicĆ”ndole la puerta para que se fuera.
—Te he cumplido en la cama, SofĆa—Fue un tenue reclamo de Ramiro.
—Ja!, no tienes entre las piernas lo que se necesita ni para llenar tus calzoncillos, mucho menos para llenar la vagina de tu esposa!
Esas frases golpearon en verdad el orgullo del marido. Derrotado, Ramiro debiĆ³ ceder y salir de la habitaciĆ³n.
SofĆa se jactaba y reĆa. El amenazar a su esposo era como tenerlo cogido de las huevas, sĆ³lo debĆa apretar un poco y Ramiro siempre se darĆa por vencido.
Un portazo tras Ć©l finalizĆ³ la discusiĆ³n.
Volviendo de su recuerdo, Ramiro veĆa el paisaje desde su camiĆ³n.
PorquĆ© SofĆa no podĆa ser como MarĆa, su primera esposa. Ella era tan reservada, incluso muy religiosa y se entendĆa bien con Ć©l, pero MarĆa se fue al pillarlo en una infidelidad y nunca volviĆ³…Si sĆ³lo SofĆa fuera mĆ”s calmada.
La erecciĆ³n regresĆ³ y Ramiro se sacĆ³ los pantalones, se comenzĆ³ a masturbar en la cabina, el macho estaba desesperado porque hacĆa dĆas no eyaculaba.
La actividad manual fue rĆ”pida y brutal, el pene escupiĆ³ con violencia todo el semen acumulado en sus bolas.
Por fin sintiĆ³ alivio y retomĆ³ sus pensamientos ante los lĆos maritales.
DĆas despuĆ©s…
Esa maƱana en un parqueadero de camiones, Michael observa a SofĆa despedirse de Ramiro, quien estĆ” por arrancar su vehĆculo…Denota los movimientos de cadera de la seductora mujer. El joven camionero se quita los pantalones quedando en calzoncillos, el bulto en su prenda Ćntima es grande y crece, el hombre se palpa los genitales…
…Idealiza en poder intimar con ella, pero es la esposa de su compaƱero Ramiro, la mano de Michael soba toda su polla y bulto de bolas, tendrĆ” que buscarse una prostituta para satisfacer este deseo desbocado...
…Pero las cosas parecĆan cambiar…
…A lo lejos SofĆa se aleja del camiĆ³n de Ramiro, —El cual se marcha a trabajar— y al divisar al contento Michael, le envĆa un saludo. El camionero nota que la mujer le sonrĆe…Le sonrĆe de una forma picaresca!
SofĆa toma rumbo al camiĆ³n de Michael, quien aceleradamente toma sus pantalones y los ubica encima de sus piernas y pelvis.
La dama planta una corta charla. El hombre se mantiene adentro esperando que la conversaciĆ³n sĆ³lo se limite a saludos y la mujer se marche, serĆa penoso ser encontrado con los pantalones fuera de lugar…
…Pero la mujer no pasa desapercibido el nerviosismo del Michael y su posiciĆ³n algo incĆ³moda, se asoma a la cabina y nota los pantalones sueltos. El rostro de Michael le confiesa que acaba de ser pillado.
—Conduces sin pantalones?—SofĆa se divierte incomodando al apenado varĆ³n.
—Es el calor que hace.
—Lo que tĆŗ digas…Pero sabes algo, me han hablado de ti, Michael.
—Y que te han dicho?—Ahora era el hombre quien sonreĆa ante las claras insinuaciones de la mujer.
—Me han dicho muchas cosas buenas de ti.
El asunto era demasiado obvio y el contento Michael abriĆ³ la puerta.
—Le gustarĆa subir a mi camiĆ³n, seƱora SofĆa?—Era clara la intenciĆ³n de la mujer por subir, y Michael se la puso fĆ”cil.
—Me das permiso?, sĆ© que la cabina de un camionero es como su casa y sĆ³lo dejan subir a quien ellos quieren.
—Por eso te invito, pero no sĆ© si aguantarĆ”s el calor que habrĆ” con los dos aquĆ—El camionero reĆa y la mujer se contagiĆ³.
SofĆa entrĆ³ al vehĆculo y se entretuvo jugando con los pantalones sueltos del Michael, mientras este arrancaba para ubicarse en un sitio mĆ”s solitario.
Minutos despuĆ©s, SofĆa estaba dedicaba en cuerpo y alma al pene erecto de Michael.
Recostado en la parte trasera de la cabina del camiĆ³n, un sudoroso Michael jadeaba sin cesar ante los chupones de la mujer a sus 23 centĆmetros de verga gruesa.
La mujer frota sin parar la sensible piel del tronco con sus labios, mordisqueaba el glande y ensalivando toda la polla del macho.
—Que gorda la tienes… Y tiene muchas venas, que linda es—La desnuda SofĆa era feliz chupando un pene asĆ.
—Basta, no quiero todavĆa!—Michael la detuvo, la tomĆ³ con violencia (lo que fascinĆ³ a SofĆa) para depositarla sobre la amplia silla del camiĆ³n. El macho procederĆa a penetrar la deliciosa vagina de la esposa de su compaƱero camionero.
SofĆa gemĆa con fuerza ante los embates de la cadera y verga del camionero, que no era su esposo.
—Hace tiempo no me cogĆan asĆ!!!!—La mujer en cuatro se movĆa al ritmo del macho, sus pequeƱas tetas se meneaban con violencia.
Michael acelerĆ³ el empuje y SofĆa se corrriĆ³, no tardĆ³ en salir a presiĆ³n el abundante esperma del camionero, se la dejĆ³ adentro hasta que ella recibiera la Ćŗltima gota.
Al terminar los amantes reposaban, SofĆa mantenĆa el contacto con el falo del Michael, el cual en reposo era de 14 centĆmetros.
—TĆŗ si eres un hombre—SofĆa no dejaba de sonreĆr.—TenĆan razĆ³n…
—Quien?
—Algunas me habĆan dicho que tenĆas tremenda verga…y era verdad.
No eran pocas las mujeres del Ć”mbito camionero, empleadas del sindicato o relacionado, con quien Michael se habĆa acostado…Y vaya que eran malas para guardar secretos.
Pero las frases de la mujer le dejaron un interrogante al camionero.
—Que no te va bien con Ramiro en la cama? Incluso le decimos actor porno.
SofĆa se mostrĆ³ aburrida al oir de su esposo.
—Actor porno? Bah!, Ramiro la tiene pequeƱa—La mujer decĆa la intimidad de su marido sin rubiruzarse.
—En verdad?,—Se sorprendiĆ³ Michael— No creĆ eso de Ć©l, tiene muchos apodos…Le dicen El calvo de brazzer, El tres patas, El macho man.
—El tres patas?, ja!,no me hagas reir, la de Ramiro es pequeƱa…—SofĆa mirĆ³ al techo del camiĆ³n y aclarĆ³—En verdad tiene la polla normalita, no le pasa de 14 cm…Eso no es suficiente para mi!, yo quiero un hombre de verdad, y he escuchado que tu lo eras, y ahora lo compruebo bien—SofĆa le lamĆa todo el tronco del falo en reposo, aĆŗn con rastros de esperma, hasta llegar al glande y darle un beso en la punta.
—Ramiro no tiene las bolas para satisfacer a una mujer como yo…Pero tu sĆ, querido—SofĆa sostuvo los cojones de Michael, eran grandes y calientes al tacto—Tu sĆ que tienes los cojoneees!—La contenta mujer los sopesaba, aun se sentĆan pesados, tenĆa leche acumulada y ella querĆa mĆ”s.
Con la actividad oral de la fĆ©mina no tardĆ³ el pene de Michael en volver a pararsele y retomaron la acciĆ³n. Esa maƱana el camionero le llenĆ³ la vagina a la promiscua dama.
Michael estaba muy feliz al saber que SofĆa estaba decepcionada con su hombre y venĆa con todo por un nuevo macho , uno con un buen pene, y el suyo en reposo tenĆa el tamaƱo del de su marido en erecciĆ³n, Ramiro no tenĆa oportunidad ante Ć©l, su nuevo rival.
SofĆa estarĆa con un hombre que si la satisfaciera, en adelante lo buscarĆa siempre a Ć©l.
Pero en esta sociedad y mĆ”s fĆ”cilmente en gremios y grupos cerrados, —incluido el de camioneros—los chismes corren a una velocidad que ni FLASH les puede alcanzar.
Una noche en el parqueadero de camioneros, Ramiro estaba bajando de su camiĆ³n, tuvo un viaje largo llevando una carga y ahora esperaba descansar. Una mujer se le acercĆ³, la reconociĆ³ al saludarla, era la chismosa esposa de un compaƱero del sindicato, tras el saludo la mujer se prestĆ³ a alejarse, sin duda su marido tambiĆ©n andaba en el lugar.
—Cuidado Ramiro, abre los ojos! se estĆ”n cogiendo a tu mujer—Dijo al alejarse.
Ramiro la volteĆ³ a ver y la seƱora le observĆ³ con rostro de afirmaciĆ³n y advertencia, en ningĆŗn momento detuvo su marcha.
—Un colega camionero tuyo… —La mujer desapareciĆ³ del sitio y fue en busca de su esposo, pronto una sonrisa adornaba su cara, su trabajo como portadora de chismes estaba hecho una vez mĆ”s.
Esa noche el camionero se la pasĆ³ pensando en el claro chisme transmitido, una vez mĆ”s SofĆa le dejĆ³ fuera de la habitaciĆ³n, y mientras dormĆa en un cuarto aledaƱo planeĆ³ que hacer.
A la noche siguiente habĆa una reuniĆ³n del sindicato, todos los miembros debĆan asistir, a Ramiro le tocaba dar un corto discurso e instĆ³ a SofĆa a ir, la mujer aceptĆ³ de inmediato, deseaba ver a Michael y buscarĆa de alguna manera intimar con Ć©l allĆ mismo.
Ramiro ya estaba mĆ”s convencido de la infidelidad, de cuando acĆ” SofĆa no se quejaba por esas reuniones nocturnas del sindicato?, el marido siguiĆ³ el plan trazado.
La reuniĆ³n sindical fue aburrida y Ramiro dio su discurso al pleno de miembros, las esposas de muchos asistieron y para des estresarse se reunĆan a charlar entre ellas, SofĆa no tardĆ³ en lanzar miradas a Michael quien ya planeaba fornicar con ella, sĆ³lo hacĆa falta la excusa para que SofĆa se deshiciese de su marido…
...y fue Ramiro quien tendiĆ³ su trampa, adujo una fuerte jaqueca para marcharse temprano de la reuniĆ³n, SofĆa no cabĆa de la dicha ante la indisposiciĆ³n de su esposo, ella de inmediato planteĆ³ su planeada excusa.
—Me quiero quedar con Claudia y MĆ³nica, hace tiempo no hablo con ellas.
—Claro, como tĆŗ quieras, ademĆ”s no recuerdo la Ćŗltima vez que te integraras tanto en una de estas reuniones—Ramiro dejaba listo el asunto, se ausentarĆa pero no perderĆa de vista a su mujer y asĆ descubrir al camionero traidor.
Y asĆ tras la reuniĆ³n, SofĆa y Michael fueron a un Ć”rea solitaria de las instalaciones, habĆa algunas habitaciones en el sitio; Afuera Ramiro esperaba la salida de SofĆa para seguirla, pero apareciĆ³ nuevamente la mujer que anteriormente le habĆa advertido de la infidelidad. La muy chismosa estaba al tanto de lo que sucedĆa esa noche.
—Si esperas a que SofĆa salga para descubrir con quien se acuesta, estĆ”s perdiendo el tiempo, ella estĆ” allĆ” adentro, y le estĆ”n dando duro, jajaja.
Ramiro enrojeciĆ³ de la ira, para alegrĆa de la chismosa.
—Quieres saber con quiĆ©n se acuesta? Te lo puedo decir.
Pero la calma volviĆ³ al marido y respondiĆ³.
—No!, yo mismo descubrirĆ© quien es cuando salgan. —No le darĆa el gusto a esa chismosa mujer, ademĆ”s era su problema personal y no la querĆa cerca.
La mujer le mirĆ³ indiferente, querĆa aparentar ahora que no interesaba, cuando en verdad era una chismosa consumada.
—Te agradezco la informaciĆ³n, mujer, pero te ruego que te marches.
La mujer se fue, en verdad querĆa quedarse pero tampoco le convenĆa que cuando todo se hiciera pĆŗblico ella fuera expuesta como la madre de las chismosas; Era una dama cizaƱera, le gustaba crear conflicto, pero no que fuera identificada como una chismosa de temer, porque asĆ no confiarĆan en ella.
La mujer se alejĆ³ con su permanente sonrisa…Los chismes estaban lejos de acabar, porque ella ademĆ”s conocĆa un secreto del propio Ramiro.
El sindicalista se mantuvo afuera del lugar, pensĆ³ bien las cosas, si armaba un lĆo adentro del edificio todo serĆa pĆŗblico por los guardias o por las cĆ”maras de seguridad, y no tardarĆan todos en saber sobre sus problemas Ćntimos con SofĆa, lo mejor era esperar a que salieran y en la calle serĆa la confrontaciĆ³n de los traidores.
SofĆa saliĆ³ sola del edificio, la vio rozagante y muy feliz, se aferraba a su bolso meneando las caderas de forma sensual. El verla salir sola alterĆ³ el plan de Ramiro, creyĆ³ que lo mejor era no reclamarle allĆ, los confrontarĆa por separado, primero le darĆa su merecido al traidor que seguĆa adentro y al regresar a casa, echarĆa a SofĆa a la calle.
La esposa no tardĆ³ en llegar a la avenida y detener un taxi, la infiel se marchĆ³ del sitio.
Marchada la esposa, Ramiro ingresĆ³ a la edificaciĆ³n, le romperĆa al cara al traidor, ya no importaba tanto si lo pillaban las cĆ”maras porque serĆa para todos un problemas de camioneros que se resolviĆ³ al interior del edificio.
Y vio a Michael abotonĆ”ndose la camisa y camino a la salida, pero ahora el sindicalista le obstruĆa el paso. El joven camionero quedĆ³ impactado al encontrarse con Ramiro, su expresiĆ³n confirmĆ³ que Ć©l era el amante de SofĆa.
El enfado en Ramiro era total, Michael era un traidor, lo creĆa su amigo y saliĆ³ quitĆ”ndole a su mujer; Esa SofĆa tambiĆ©n era culpable, ella sin duda aceptĆ³ sin duda los avances de Michael, tantas noches que le negĆ³ el sexo para terminar acostĆ”ndose a gusto con otro hombre, traidora!
Ante el intento de explicaciĆ³n por parte de Michael, Ramiro respondiĆ³ con un golpe al rostro que le silenciĆ³ la excusa que planteaba.
—Maldito traidor!, te enseƱarĆ© a no meterte con la mujer de otro.
Otro golpe hizo mella en Michael, aunque el joven camionero antepuso el brazo recibiendo allĆ el impacto.
Ramiro avanzaba contra su rival con Ćmpetus y con fuego en los puƱos, mientras el oponente sĆ³lo retrocedĆa.
Ramiro le golpeĆ³ una vez mĆ”s con un fuerte puƱetazo de derecha al rostro, Michael retrocediĆ³, seguĆa tratando de calmar a su amigo, pero el sindicalista enviaba mĆ”s y mĆ”s puƱetazos, el joven respondiĆ³ al fin con un golpe, bien resistido por Ramiro.
—Por favor Ramiro cĆ”lmate, yo lo lamento.
—Vete al diablo, maldito!
Otro golpe dio en Michael y Ć©ste se cansĆ³ de recibir impactos, pasĆ³ al ataque…
…Ante un puƱetazo del sindicalista, Michael interpuso un brazo, bloqueando el golpe de Ramiro y contraatacĆ³ con un puƱo a la quijada, el joven camionero era mĆ”s Ć”gil y aventajaba a Ramiro en forma de pelear y contundencia.
El impacto dio en plena barbilla del sindicalista, quien lo sintiĆ³ en todo el cuerpo, sus piernas temblaron.
El hombre tratĆ³ de soportar la inestabilidad pero terminĆ³ de rodillas; Michael supo que tenĆa la ventaja, pero se sentĆa culpable por traicionar a su compaƱero de profesiĆ³n y volviĆ³ a intentar razonar con Ć©l.
El esposo sabĆa que estaba en desventaja, pero se negaba a ceder ante las peticiones de paz, tenĆa que darle una lecciĆ³n a ese canalla, simultĆ”neamente alzĆ³ un instante la mirada y se encontrĆ³ con el bulto genital de Michael a poco menos de un metro.
Eso le enfureciĆ³, recordando que acababa de fornicar con su esposa, y usĆ³ su pene y bolas para darle placer a la traidora de SofĆa…Sus bolas, se centrĆ³ en ellas…Le harĆa pagar!
Ramiro se levantĆ³ con rapidez y lanzĆ³ un manotazo para alejar a Michael, enseguida atacĆ³! El sindicalista lanzĆ³ a toda prisa una fuerte patada contra los genitales de su ex amigo.
El zapato de Ramiro aplastĆ³ brutalmente las pelotas del joven camionero.
—AAAhhh!!!!—GritĆ³ Michael, para alegrĆa del sindicalista.
El rival se doblĆ³ a la mitad, mientras se agarraba desesperdamente las bolas.
Michael sintiĆ³ mucho dolor, no sĆ³lo por lo sensible del Ć”rea, sino que tras el sexo prohibido con SofĆa, las huevas del joven camionero estaban medio vacĆas.
Ramiro se le vino encima a rematarlo, le dio dos puƱos en la cara, Michael aun doblado le daba la espalda y buscaba alejarse.
Sus huevas transmitĆan mucho dolor, las sentĆa encendidas como luces de neĆ³n.
En medio del dolor, el joven camionero tuvo pensamientos diversos, desde una intensa ira ante el golpe bajo y traicionero de Ramiro, hasta lamentarse por hacerle el amor a la esposa del hombre…No por que no la deseara, sino por que aquel acto le dejĆ³ mĆ”s sensibles las huevas…sin duda su semen y resistencia gonadal se habĆan ido con la mujer.
Michael cayĆ³ por fin de rodillas, Ramiro cesĆ³ su ataque para insultarle por su traiciĆ³n.
Ahora le mente de Michael se centrĆ³ en un punto, el desquite! A pesar del sufrimiento gonadal, el joven descuidĆ³ sus huevas para usar sus manos e ir con todo contra Ramiro.
Con velocidad Michael lanzĆ³ un golpe de puƱo a la ingle de Ramiro, los nudillos del joven camionero acertaron en el saco escrotal del sindicalista, para que de inmediato el puƱo opuesto se hundiera tambien en la masa genital de su atacante…Ćste Ćŗltimo como un gancho ascenderte que aplastĆ³ las gonadas .
Fueron dos impactos seguidos muy devastadores para los huevos de su ex amigo.
—AARRgghh!!!—RugiĆ³ Ramiro ante los dos golpes a sus partes nobles. Su rostro se descompsuso con el dolor que subĆa a su cerebro.
Las bolas de Ramiro parecieron atrofiarsele por un instante, transmitiendo aun mas dolor.
—Malditooooo!...AAAiiiiii!!!—El dolor abrumaba al sindicalista, quien se tambaleaban con las manos entre las piernas, acunando sus bolas, que ahora estaban mĆ”s pequeƱas que nunca.
Ramiro no pudo mantenerse en pie y cayĆ³ al suelo para ubicarse en posiciĆ³n fetal, estaba vencido.
Con su rival incapacitado, Michael tuvo tiempo de sobarse las bolas y ponerse en pie. AvanzĆ³ hacĆa el acurrucado macho pero ya no tenĆa odio en su rostro, la victoria era suya!... Esos dos golpes bajos se los habĆa dado de forma efectiva.
Ramiro sĆ³lo balbuceaba quejas de dolor, no podĆa hacer nada mĆ”s.
—Lo siento amigo, pero tĆŗ te lo buscaste, adiĆ³s!—Michael se alejĆ³ cojeando con una mano en las bolas.
Ramiro tardarĆa un buen rato en poder levantarse.
Tras el enfrentamiento, Michael tomĆ³ rumbo a la casa de Ramiro, le contĆ³ a Sofia sobre la pelea y que ya su esposo sabĆa todo…La mujer no lo pensĆ³ dos veces para primero sobarle los testĆculos a su amante y para minutos despuĆ©s alistar las maletas…
…Michael tambien planeĆ³ que hacer, sabido de que el sindicalista harĆa que lo despidieran por tamaƱa traiciĆ³n a un colega camionero, debĆa irse a otro lugar, y lo harĆa con su amante.
Ambos se marcharon de la ciudad para iniciar una nueva vida juntos. En poco tiempo los amantes formalizaron su relaciĆ³n.
Y que pasĆ³ con Ramiro?
El sindicalista se sintiĆ³ devastado por las traiciones de su esposa y su amigo, estuvo deprimido por algunos dĆas, pero su apetito sexual volvĆa a ser intenso y necesitaba como desahogarse de todo.
Decepcionado de las mujeres, Ramiro se rindiĆ³ a un oculto deseo que siempre tuvo…El gusto por los hombres.
Algunos rumores de que Ramiro era bisexual fueron desestimados hace tiempo, incluso se decĆa que algunos gays practicantes a camionero, terminaron chupĆ”ndosela al sindicalista…Ćste muy agradecido les ayudĆ³ a obtener sus camiones e ingreso al sindicato, todo era un secreto entre ellos.
Pero a pesar de ser sutiles rumores, su anterior esposa MarĆa lo confirmĆ³, pues le sorprendiĆ³ con un hombre en la cama, ante esto la puritana mujer se marchĆ³ del hogar.
Ahora Ramiro decide aceptar sin mĆ”s cohibiciones su gusto por los hombres…Ahora estĆ” disfrutando con un joven de rodillas ante Ć©l, degustĆ”ndole la erecta polla de 14 centĆmetros.
Pero lo que no sabĆa era que alguien les espiaba!
Se trataba de la siempre chismosa mujer que le informĆ³ de la traiciĆ³n de SofĆa. La mujer de nombre Carlota, se fascinaba ante el nuevo chisme, aunque ella ya tenĆa indicios desde hace tiempo sobre ese gusto secreto de Ramiro.
Carlota tendrĆ” su propio relato a futuro, llamado: La Reina del Chisme. Que se publicarĆ” en 3 partes.
FIN.
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