EL NUEVO JUGADOR DEL MANCHESTER CITY. - Las Bolas de Pablo

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10 may 2022

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EL NUEVO JUGADOR DEL MANCHESTER CITY.

 CONTIENE BALLBUSTING M/M Y F/M.

 

 

MOUSSA NDIDI es un jugador de futbol de origen nigeriano, el joven a los 19 aƱos debutĆ³ en el segundo equipo del Chelsea de Inglaterra, era su sueƱo, pensaba en poco tiempo debutar en primera divisiĆ³n de la Premier leagueā€¦


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ā€¦Pero por algunos problemas menores de salud, el equipo decidiĆ³ venderlo al Betis de EspaƱa, Moussa aceptĆ³ su destino y entrĆ³ a la liga espaƱolaā€¦El futbolista nigeriano dio lo mejor de sĆ­ y destacĆ³ pronto...completĆ³ una temporada con muchos Ć©xitos.

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El entrenador del Manchester City, Pep Wardiola, (Primo del famoso entrenador del Barcelona FC) observo a Moussa y pidiĆ³ su contrataciĆ³n, era el volante de marca que necesitaba.

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Moussa supo del interĆ©s y su sueƱo una vez mĆ”s estaba vivo, estarĆ­a en la Premier League y en el Manchester City, el mejor equipo de los Ćŗltimos aƱos, estaba muy feliz.

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Pero de inmediato uno de sus colaboradores le advirtiĆ³ a Wardiola de los problemas de salud que Ndidi habĆ­a tenido la temporada pasada; Actualmente  Moussa se encontraba en perfectas condiciones, pero era entonces una contrataciĆ³n riesgosa, pues temĆ­an que el jugador nigeriano pudiera volver a padecer de aquellos quebrantos de salud.

 

Se decidiĆ³ entonces realizarle los exĆ”menes mĆ©dicos con el mĆ”ximo de detalle, no podrĆ­a haber duda alguna sobre la salud del jugador, si superaba la evaluaciĆ³n serĆ­a contratado. Un equipo mĆ©dico viajĆ³ a EspaƱa a realizarle los exĆ”menes en la propia sede del Betis.

 

El Ćŗnico problema para Moussa era Fernanda, su novia espaƱola desde hace 8 meses, el jugador se ennoviĆ³ con ella apenas pisĆ³ tierras ibĆ©ricas, estaba muy interesado en la mujer. El lĆ­o se dio porque Fernanda quiso acompaƱarlo a los exĆ”menes, pero el jugador se negĆ³ rotundamente, la chica se incomodĆ³ por haber sido hecha a un ladoā€¦

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 ā€¦Y todo estallĆ³ entonces! Fernanda dejĆ³ claro que todo el tiempo Ndidi anteponĆ­a el futbol a su relaciĆ³n sentimental, ella tambiĆ©n era parte de su vida y planteĆ³ un ultimĆ”tum, o la incluĆ­a mĆ”s en la toma de decisiones o se terminaba la relaciĆ³n.

 

Moussa estaba en un verdadero lĆ­o y cometiĆ³ el error de colgarle a Fernanda, ahora sĆ³lo le importaban los exĆ”menes mĆ©dicos, despuĆ©s se disculparĆ­a con ella.

 

Aquel dĆ­a el jugador llegĆ³ entusiasmado a la maratĆ³nica jornada de exĆ”menes, Moussa narrĆ³ todo lo que le practicaron:

 

 

Inicialmente me trasladaron a un laboratorio. AhĆ­ me realizaron diferentes exĆ”menes: hemograma, glicemia, colesterol, parcial de orina, coprolĆ³gico y estudios serolĆ³gicos.

 

Luego fui trasladado a otro centro mĆ©dico, donde me realizaron un ecocardiograma. Buscaban saber cĆ³mo estaba trabajando el corazĆ³n elĆ©ctricamente en base a los cambios que se registran al hacer deporte.

Esa era una de las pruebas que mĆ”s me preocupaba porque implicaba al corazĆ³n. El doctor que me atendiĆ³, me revisĆ³ detalladamente el Ć³rgano mĆ”s importante de todo el cuerpo.

 

Pasamos luego a una prueba de esfuerzo cardiaco. En este examen el objetivo es medir el flujo sanguĆ­neo hacia el corazĆ³n y encontrar, si es que hay, las Ć”reas con los daƱos. Me conectaron unos aparatos al pecho y comencĆ© a trotar sobre una mĆ”quina que medĆ­a cada una de mis pulsaciones.

 

El siguiente paso era una resonancia magnĆ©tica. Para eso fui trasladado por unas horas a un centro mĆ©dico mĆ”s especializado, donde me acostaron en una mĆ”quina para revisar todas mis articulaciones, tejidos blandos, cartĆ­lagos, ligamentos, ademĆ”s del cerebro, el otro Ć³rgano mĆ”s importante del cuerpo.

 

Los exĆ”menes concluyeron con revisiones de audiciĆ³n, vista y salud oral.

 

Finalmente lo mĆ”s importante pues era la revisiĆ³n con el mĆ©dico en jefe del Manchester City, el Dr. Wilsonā€¦ Se suponĆ­a que Ć©l analizarĆ­a todos los resultados al tiempo que evaluarĆ­a lo bĆ”sico: MediciĆ³n de presiĆ³n, peso, estatura, pero a continuaciĆ³n sucederĆ­an cosas fuera de mi imaginaciĆ³n.

 

 

El doctor Wilson ordenĆ³ a Ndidi que se quitara la ropa, el galeno se calzĆ³ los guantes y se dispuso a examinarle. Dos enfermeras bastante atractivas estaban atentas al examen del profesional.

 

Moussa no se cohibiĆ³ por la presencia de las mujeres, era un hombre bien dotado y orgulloso de su virilidad, su novia Fernanda estaba feliz de tenerle como pareja por la tremenda polla que probaba en la camaā€¦RecordĆ³ a su novia y su enojo para con Ć©l, pero ahora debĆ­a concentrarse en los exĆ”menes.

 

El mĆ©dico bajĆ³ el calzoncillo de Ndidi y su polla vio la luz.

  

ā€”EstĆ” bien armado no?ā€”BromeĆ³ el galeno ante la polla de 15 centĆ­metros en reposo del negro, las enfermeras se colorearon y sonrieronā€¦MĆ”s cuando el doctor comenzĆ³ a manipular el falo del nigeriano, al parecer para palpar toda su dimensiĆ³n.

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El doctor palpĆ³ el escroto de Moussa, era largo, muy delgado y las pelotas del negro se movĆ­an fĆ”cilmente dentro de las bolsas, el galeno afirmaba con la cabeza, cĆ³mo aprobando lo que palpaba; De repente los dedos del examinador comenzaron a apretar un testĆ­culo cĆ³mo si fueran una pinza.

 

ā€”QuĆ© hace Doc?ā€”Se apresurĆ³ a reclamar el futbolista.

 

ā€”Mantenga las manos atrĆ”s, colabore con el examenā€”Ahora la seriedad del Dr Wilson era absoluta. Las enfermeras miraban contentas lo que sucedĆ­a y murmuraban entre ellas.

 

La molestia aumentaba con la presiĆ³n y el nigeriano se movĆ­a, trataba de llevar las manos a su ingle, a lo que el doctor se las alejĆ³.

 

ā€”Manos atrĆ”s, colabore!ā€”El doctor se mostrĆ³ algo enojadoā€”ā€¦O puede olvidarse de pertenecer al Manchester City.

 

La amenaza obligo a Moussa a no volver a traer sus manos para protegerse.

 

Ahora el mĆ©dico pinzĆ³ cada hueva con ambas manos, entre el Ć­ndice y el pulgar ponĆ­an a prueba la resistencia de los testĆ­culos del negro.

 

ā€”AAAgghhh!!!ā€”Moussa apretaba los dientes tratando de aguantar el dolor de pelotas, el doctor veĆ­a su reacciĆ³n y apretaba mĆ”s fuerte, el negro mirĆ³ al techo desahogando su padecimiento con quejidos lastimeros, las enfermeras se reĆ­an de ver al africano sufrir como nadie.

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ā€”Yyoouu!!!ā€”ExhalĆ³ Moussa cuando por fin el doctor liberĆ³ sus pelotas.

 

El nigeriano enseguida se sobĆ³ los testĆ­culos, mientras el doctor se incorporaba y le daba la espalda. Al ver a las enfermeras, una leve sonrisa asomĆ³ en sus labios, a lo que las mujeres respondieron con risillas.

 

ā€”Doc y para que fue eso?ā€”Moussa casi daba brincos para aliviar el tormento de sus huevos, sentĆ­a ademĆ”s que perdĆ­a fuerza en las piernas.

 

El mĆ©dico le volviĆ³ a dar el frente, mientras se retiraba los guantes.

 

ā€”Para quĆ©?...No queremos un jugador que se desmaye en plena cancha por recibir un simple balonazo en los testĆ­culosā€¦SerĆ­a una vergĆ¼enza para el club y alarmarĆ­a a los aficionados de pasar algo asĆ­, el marketing es importante en estos tiempo, y todo escenario posible se debe valorar.

 

Ahora era el turno de las enfermeras quien por orden del Dr. Wilson debĆ­an inspeccionar mĆ”s al moreno, Ć©ste debiĆ³ contenerse para que su promiscuo falo no se elevara.

 

ā€”Suba a la camilla de rodillasā€”La mujer le ordenĆ³ y el desnudo negro cumpliĆ³.

 

Acomodado en cuatro Moussa debiĆ³ elevar una pierna, la dama le tanteaba las nalgas, el muslo y pronto le tocĆ³ la zona del perineo.

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La enfermera estaba tentada a tocarle el escroto por detrĆ”s, finalmente lo hizo cuando pasaba un dedo por su perineo hasta llegar a sus bolas, parecĆ­a una maniobra mĆ©dica pero sĆ³lo era perversiĆ³n.

 

ā€”Ahora realice flexiones (lagartijas o planchas), no pare hasta que se le ordeneā€”OrdenĆ³ la otra mujer.

 

El atlĆ©tico varĆ³n comenzĆ³ a realizar el ejercicio sobre la camilla, sus mĆŗsculos se tensionaban, mientras con disimulo las damas se saboreaba viendo las duras nalgas del nigeriano contraerse con las flexionas, una mirĆ³ un poco abajo, detallando los movimientos del pene del macho, y como el escroto del dotado negro subĆ­a y bajaba.

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Una de las enfermeras no se contuvo mĆ”s y le agarrĆ³ el escroto a Moussa.

 

El hombre se vio sorprendido y suspendiĆ³ el ejercicio, quedando en posiciĆ³n de 4.

 

ā€”ContinuĆ©ā€”OrdenĆ³ la otra enfermera.

 

ā€”Peroā€¦ā€”Quiso reclamar el africano al no ser posible moverse si le tenĆ­an agarrado del escroto.

 

ā€”No puedo.

 

ā€”QuĆ© continĆŗe! ā€”OrdenĆ³ la otra enfermera pero Moussa no se movĆ­a.

 

ā€”Querida, ensƩƱale a este negro a obedecerā€”Dijo con morbo la mujer, su colega afirmo y apretĆ³ de inmediato el escroto del jugador

 

ā€”Pero quĆ©?!!

 

Ndidi mostrĆ³ una expresiĆ³n de dolor y tratĆ³ de alguna forma liberar su escroto, las manos de la enfermera rechazaron fĆ”cilmente los intentos del macho por llegar a sus bolas.

 

ā€”No querido, ahora yo tengo el control de tus huevos.

 

Una nueva indicaciĆ³n de la otra enfermera y la mujer apoderada del escroto usĆ³ toda su fuerza!

 

Con violencia la mujer tiro del escroto de Moussa y le dio un giro brutal!

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ā€”AAAHHHHH!!!!!!!!!!!ā€”GritĆ³ el negro ante el salvaje movimiento a su escroto, el cual quedĆ³ hacia arriba, con el semirerecto falo mirando para abajo

 

La otra se saboreaba queriendo ser ella quien lastimara los cojones del negro.

 

ā€”Este negro si que tiene las pelotas grandesssssā€”La enfermera apretĆ³ los dientes y usĆ³ mĆ”s fuerza, tirĆ³ del escroto del nigeriano casi queriendo arrancarle los testĆ­culos.

 

ā€”AAAAiiiiiiii!!!!!!!!  ā€”Moussa chillaba como un animal.

 

ā€”Dale mĆ”s duro, quiero que me entregues las bolas de ese negro en mi palmaā€”Se regodeĆ³ la otra enfermeraā€¦Pero su amiga no podĆ­a hacer mĆ”s fuerza, era su lĆ­mite.

 

Moussa no soportĆ³ mĆ”s y se desmayĆ³, el inerte nigeriano yacĆ­a boca abajo sobre la camilla. Mientras la enfermera que le castigĆ³ ahora se inclinaba y le tanteaba las bolas, la otra revisĆ³ su rostro, metiĆ©ndole las manos en la boca, incluso revisando su dentadura, casi como inspeccionando a un caballo en el hipĆ³dromo.

 

Ante los gritos de Moussa el doctor Wilson retornaba.

 

ā€”Doc, el rico negro se desmayĆ³ā€”Era sarcĆ”stica la mujer, toda Ć©sta parte del examen sĆ³lo era para disfrutar del cuerpo del dotado africano.

 

ā€”SeƱoritas se han pasado, retĆ­rense mientras le reanimo y ahora disfruto yo de volver a tocar las bolas de este negrazoā€”Wilson claramente era gay.

 

ā€”QuĆ© lĆ”stima, yo tambiĆ©n querĆ­a hacerlo gritarā€”ExpresĆ³ la enfermera que no pudo castigarle.

 

Wilson le colocĆ³ boca arriba y se las comenzĆ³ a palpar, comprobĆ³ que estaban normales, el castigo de las enfermeras no le afectĆ³, aquello ya lo esperaba, el nigeriano sin duda era un negro viril y resistente allĆ” abajo.

 

El doctor realmente degusta el tocƔrselas, incluso le da un beso en el escroto y de paso a la punta del largo falo.

 

ā€”Papi, lo que me gustarĆ­a hacer contigo.

 

El nigeriano daba seƱales de reaccionar, Wilson de colocĆ³ los guantes y comenzĆ³ a actuar.

 

ā€”Dios que pasĆ³? ā€”Moussa no recordaba lo sucedido, enseguida notĆ³ el dolor en sus bolas y vio que el doctor se las tocaba.

 

Wilson palpaba el escroto de Moussa de forma profesional.


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La memoria volviĆ³ al jugador y se tomĆ³ los huevos de inmediato, le ardĆ­an mucho.

 

ā€”Esas enfermerasā€¦Ellas, ellas me apretaron los huevos!

 

ā€”Ya estoy enterado, seƱor Ndidi, y las he reprendido, pero en gran parte es su culpa.

 

ā€”Que? Como que mi culpa?

 

ā€”DĆ©jeme aclararle, me temo que usted es un hombre demasiado atractivo, y a pesar de ser profesionales ellas se rindieron a la tentaciĆ³n de tocarlo, seƱor. Seguramente usted sabe que atrae a las mujeres.

 

Moussa afirmaba, siempre habĆ­a enamorado a las mujeres con facilidad, sobre todo a las de piel blancaā€¦Fascinadas por su fĆ­sico y dotados genitales.

 

ā€”Pero porque me lastimaron?, en vez que querer chupĆ”rmela.

 

ā€”Las volviĆ³ locas temporalmenteā€¦y Supongo que esa locura les sacĆ³ su lado perverso y sĆ”dico, crĆ©ame cuando le digo que ellas son muy calmadas, tienen maridos y son reservadas en sus emociones, las conozco y hemos trabajado por bastante tiempoā€¦Usted simplemente las volviĆ³ locasā€¦Seguro fue su olor, un fuerte olor masculino.

 

El jugador no terminaba de entender pero le pareciĆ³ coherente lo expuesto por el doctorā€¦AdemĆ”s Fernanda y otras mujeres, le habĆ­an hecho notar el fuerte y rico olor que el desprendĆ­a. Eran cosas del olfato de las mujeres, ella percibĆ­an lo muy viril que era un varĆ³n.

 

La rebuscada excusa el doctor para esconder los pecados de sus enfermeras, estaba por dar resultado.

 

ā€”Eso sĆ­ seƱor Ndidi, le voy a suplicar que no cuente lo sucedido, no daƱe las carreras de mis enfermeras, que son tan buenas mujeresā€”Wilson seguĆ­a su libreto para que todos salieran indemnes por todo.

 

Moussa estaba dudoso, pero Wilson aƱadiĆ³:

 

ā€”Le confirmo que pasĆ³ los exĆ”menes, pero si guarda el secreto eliminarĆ© de mi informe la pequeƱa y antigua lesiĆ³n en su muslo, si calla, esa lesiĆ³n no existe, ni ha existidoā€¦Es algo sin importancia pero si los directivos se enteran podrĆ­an dudar de alguna forma en contratarle, ellos son muy prevenidos con su dinero.

 

Moussa no querĆ­a eso.

 

ā€”Entonces? Guarda el secreto y jamĆ”s sabrĆ”n que tuvo aquella lesiĆ³n.

 

El negro aceptĆ³ sin duda, ademĆ”s era coherente, no quedaba bien que se supiera que unas enfermeras ā€”Enloquecidas por su masculinidadā€” le apretaron las bolas hasta desmayarle, y todo durante un examen mĆ©dicoā€¦ Por dĆ³nde lo veĆ­a serĆ­a incĆ³modo.

 

ā€”De acuerdo Doc! Nada pasĆ³.

 

Wilson terminĆ³ la palpaciĆ³n, y le ofreciĆ³ unas pastillas analgĆ©sicas.

 

ā€”Bueno, ahora pĆ³ngase los interiores, ya puede irse.

 

Moussa tardĆ³ en poder levantarse y guardar sus bolas y polla en sus ropasā€¦Vaya que le dolĆ­an las pelotas.

 

Wilson saliĆ³ de la habitaciĆ³n sonriente. Analizaba:

 

ā€”Negro, como te deseo, pero serĆ” allĆ” en Inglaterra que intente probar esa rica polla, no serĆ” difĆ­cil engaƱarte con algo porque sĆ­ que eres tonto en verdad! creerte todo ese cuento de mis enfermeras, vaya ingenuo!

 

 

Por otra parte Fernanda arribĆ³ a la sede del club, se convenciĆ³ que dar un ultimĆ”tum a Moussa estaba mal y querĆ­a hacer las paces, despuĆ©s de todo se trataba del sueƱo de su novio por triunfar en Inglaterra. AdemĆ”s pensando bien las cosas, no querĆ­a perder a un hombre como Moussa, esa polla que tenĆ­a y que ella disfrutaba,ā€¦La joven sonriĆ³ por los pecadillos que cometĆ­a con aquel tremendo falo.

 

Pero minutos despuĆ©s Fernanda estaba muy seriaā€¦

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ā€¦En la entrada del club vio la salida de dos mujeres, las mismas enfermeras que asistieron al doctor en el examen a Moussa, la novia alcanzĆ³ a escuchar cuando Ć©stas conversaban y una decĆ­a en medio de las risas:

 

ā€”Vaya polla la de ese negro!

 

ā€”Y yo que querĆ­a agarrarle las bolas tambiĆ©n, serĆ” a la prĆ³xima.

 

ā€”Jajaja, amiga, quĆ© bueno que pasĆ³ los exĆ”menes, lo veremos mĆ”s seguido entoncesā€”ContestĆ³ la compaƱera muy sonrosada y feliz.

 

La escucha enfureciĆ³ a Fernanda.

 

 

Minutos despuƩs Fernanda se anunciaba y Moussa sabido de su arribo, salƭa a recibirla.

 

El moreno estaba feliz de verla, fue a su encuentro y Ć©sta le esperaba con una sonrisa, pero ocultaba su verdadera molestia, Moussa la abrazĆ³ y Fernanda levantĆ³ la rodilla de una manera brutal. La rotula de la espaƱola hizo mella en el delicado escroto del negro.

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ā€”AAAAAHHHHHHH!!!!!!ā€”Moussa se desplomĆ³ de inmediato ante su enfurecida pareja, el castigo testicular durante los exĆ”menes le dejaron muy dĆ©bil de las gĆ³nadas, y Fernanda le dio con furia.

 

ā€”Le gustĆ³ eso a tus negras bolas?, eh?...Infiel!.ā€”Fernanda querĆ­a lastimarlo en verdadā€”ā€¦QuĆ©date con tu futbol, CRETINO!ā€”Le gritĆ³ la mujer, mientras el futbolista se retorcĆ­a del dolor, y casi lloraba del dolor.

 

ā€”Que hice, Fernanda? ā€”El nigeriano daba lastima, yacĆ­a tirado y vencido.

 

ā€”JĆ³dete!ā€”Fernanda se alejĆ³ con el ceƱo fruncido, mientras su novio suplicaba para que lo ayudase.

 

La relaciĆ³n entre Fernanda y Moussa era historia.

 

Los resultados de los exĆ”menes dijeron que el jugador podĆ­a entrar al Manchester City, la transacciĆ³n se cerrĆ³ en 40 millones de euros.

 

Moussa lamento el fin de su noviazgo con Fernanda, pero ella era ya parte de su pasado, la Premier League le esperaba ahora. Eso sĆ­, siempre tratĆ³ de mantener distancia con el insistente Doctor Wilson y sus sĆ”dicas enfermeras.

 

 FIN.

 

 

***

 

 

 

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