La camioneta conducida por Marcos Chacón se estacionó en el lugar indicado de la edificación donde Farid tenĆa un estudio fotogrĆ”fico. El menor de sus hijos varones, Pablo, lo acompaƱaba en el puesto del copiloto.
—PapĆ” —dijo el joven posando su brazo en el hombro de su progenitor—, deseo
que ganes este reto y dejes a nuestra familia en alto.
Marcos Chacón sonrió con confianza y afirmó con la cabeza.
—GanarĆ© —tambiĆ©n depositó su mano en el hombro de su hijo.
Pablo afirmó con la cabeza y desvió la mirada hacia la abultada entrepierna
de su padre, que al estar sentado se veĆa bastante agrandada y generosa. Los
registros decĆan que de los hombres de su generación el seƱor Marcos tenĆa los testĆculos
mƔs grandes.
—Lo bueno, papĆ” es que ya tuviste muchos hijos y no hay nada que perder.
—¿Nada que perder, muchacho? —Marcos se echó a reĆr colocando una mano
protectora en su entrepierna—. ¡Mis joyas activas estĆ”n en juego!
Ambos familiares se echaron a reĆr.
Adentro del estudio estaba el resto de participantes. RenĆ© Chacón que se enfrentarĆa a su tĆo aguardaba en un asiento, de momento recibĆa la mirada recelosa de sus medios hermanos, su padre estaba cohibido y no se habĆa acercado a Ć©l para sembrarle algĆŗn tipo de Ć”nimos, pero BastiĆ”n lo tomó por el hombro.
—Estoy contento de que estĆ©s aquĆ —le dijo mientras la puerta era
atravesada por Pablo y Marcos Chacón.
RenĆ© le sonrió tĆmidamente a su tĆo cientĆfico.
—Tus otros hermanos son tipos buenos. Dale tiempo de conocerte, solo estĆ”n
muy sorprendidos de tu inesperada aparición, estÔs entre la edad de los últimos
menores y no se esperaban que existiera un hermano mƔs en otro hogar. Pero
estoy feliz de haberte conocido, chico.
Cuando todo estaba preparado Farid dio inicio al reto, con la cƔmara encendida
transmitĆa para las redes sociales. El segundo reto de Farid era un combate de
conocimientos, explicaba que se realizarĆan 9 preguntas, quien lograra acertar
las respuestas activarĆa una maquina conectada a los testĆculos del rival que
los maltratarĆa.
RenĆ© y Marcos Chacón se quitaron la ropa sin algĆŗn tipo de pudor. Ya estaban en ajustados calzoncillos mostrando con orgullo su linaje dentro de la familia de hombres con inmensas gónadas. TĆo y sobrino ocuparon asiento uno al lado del otro y Bastian comenzó a atar sus brazos y piernas con cinturones de cuero.
—Ahora que estĆ”n atados, procedo a desnudarlos —dijo BastiĆ”n.
—¡Hey, hey, hey! —protestó Marcos Chacón—. Esto no estaba en el plan —sus cinturones lo retuvieron.
BastiÔn se acercó a su hermano y agarró la pretina de su calzoncillo,
aplicando toda la fuerza que tuvo le sacó el boxer por las piernas revelando
una hermosa verga semi dura y un par muy grande de huevos que le colgaban entre
las piernas, eran hermosos y completamente ovalados. La caucƔsica tez de RenƩ
se coloreó de vergüenza cuando BastiÔn lo desnudó, su pene estaba medio duro
con la cabeza mojada de su propio lĆquido pre seminal, el par de cojones que le
colgaban entre las piernas aseguraban su puesto como descendiente del antiguo
Valdemar Chacón.
BastiĆ”n envolvió los escrotos en una pequeƱa mĆ”quina que parecĆa una caja,
la cual guardó los testĆculos y fue cerrada con un tornillo que hizo que Marcos
inhalara fuertemente. Al igual que René, una furiosa erección emergió de su
miembro, apuntando a su cara, rezumando lĆquido preseminal que creó un pequeƱo
charco en su cuerpo bronceado. Con 60 aƱos tenĆa una excelente propoción
muscular, siendo un abuelo muy sexy.
Cuando BastiÔn terminó, agarró el control remoto y se lo entregó a Farid.
Horacio, Dereck y Gastón (los medios hermanos de RenĆ©), mostraron con orgullo unas pancartas, pero en apoyo al tĆo Marcos con deseos denigrantes de destrucción para las bolas de RenĆ©.
Sosteniendo una hoja Farid comenzó:
—¿QuiĆ©n fue Gustavo de Suecia?
René cerró los ojos.
Los labios de Marcos se movieron rƔpidamente con una respuesta.
—Fue un PrĆncipe de Suecia y Noruega.
—AsĆ es —afirmó Farid. Presionó un botón en el control remoto.
Un ruido chirriante sonó de la mÔquina alrededor de las bolas de René que
comenzó a gritar a todo pulmón. Su rostro se contorsionó de dolor y su pene se
contrajo.
Farid esperó hasta que los gritos de René se convirtieron en un doloroso
gemido. —NĆŗmero dos: ¿QuĆ© fue la Resolución de 1930 del Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas?
René cerró los ojos de nuevo.
Y el inteligente Marcos fue mƔs rƔpido.
—Fue una resolución que acordó prorrogar el mandato de la Fuerza de las
Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre que atravesaba un
momento de crisis.
—Correcto —afirmó Farid.
—¡Mierda! —gritó RenĆ©. Luego aulló de dolor cuando Farid presionó el botón,
lo que provocó que los anillos dentro del cubo se apretaran alrededor de sus
bolas.
—NĆŗmero tres: ¿QuiĆ©n fue el ganador del Gran Premio de IndianĆ”polis de
Motociclismo de 2013?
—¡Marc MĆ”rquez! —gritó Marcos, rĆ”pido como un tiro—. Es mi tema favorito,
no me pierdo ni una competición.
—¡Mierda! —repitió RenĆ©.
Con descaro se oyó la risa de sus hermanos.
—Respuesta correcta —dijo Farid y presionó un botón nuevamente.
René dejó escapar un gemido agonizante. Todos los músculos de su cuerpo se
contrajeron e hizo una mueca y gimió mientras su pene se contraĆa
violentamente, dejando escapar un abundante lĆquido pegajoso de presemen.
—Pobre, muchacho —sonrió Marcos, girando la cabeza para ver a RenĆ©
retorcerse de dolor.
—NĆŗmero cuatro —se preparó Farid—. ¿QuĆ© es el Distrito de Ciudad Alta?
—¡Lo sĆ©! —gritó RenĆ© al fin—. Es uno de los cinco distritos en los que se divide el municipio de Arucas en la Gran Canaria.
Marcos gimió con anticipación.
—Respuesta incorrecta —dijo Farid—, no es el municipio Arucas, sino Las
Palmas, asĆ que lo siento, no puedo darte el punto —presionó el botón, haciendo
que RenƩ gritara con desespero cuando sus huevos fueron aplastados dentro del
cubo de metal. Por la expresión de su rostro, sufrĆa un dolor constante, los
anillos de metal se clavaban en sus carnosas gónadas.
—Joder —gimió RenĆ©, la cabeza de su gorda polla rebotaba arriba y abajo
sobre sus abdominales contorsionados. Su cuerpo brillaba de sudor y un pequeƱo
charco de lĆquido preseminal goteaba de la punta de su pene. Su rostro estaba
rojo y sudoroso, tenĆa los ojos cerrados con fuerza y la boca abierta de par
en par.
—NĆŗmero cinco —dijo Farid con calma mientras RenĆ© gemĆa de dolor—. ¿Dónde
estƔ LƩry?
—¿En Francia? —se adelantó RenĆ©.
—¿No estĆ”s seguro? —protestó Marcos al sentir su voz.
Farid sonrió. —Francia, es correcto.
René suspiró aliviado.
Farid presionó un botón, haciendo que la mÔquina se ajustara alrededor de las inmensas bolas de Marcos Chacón, haciendo que el guapo señor gritara de dolor.
René gimió. Volvió la cabeza, haciendo una mueca de dolor, mirando a
Marcos, que gemĆa y sollozaba.
—Que felicidad —graznó RenĆ©, con los ojos llenos de lĆ”grimas—. ¡SĆ!
—NĆŗmero seis —continuó Farid—. ¿Dónde estĆ” el Distrito de San Marcos de
Rocchac?
—Distrito… —dudó Marcos con unas gotas de sudor en su frente y el pecho agitado, momentĆ”neamente apretaba los dientes por su dolor de huevos—. ¿En PerĆŗ?
Farid lo miró fijamente.
RenĆ© sollozaba de dolor, su dura polla se movĆa violentamente, apuntando a
su cara. TenĆa los ojos cerrados.
—AsĆ es —dijo Farid y presionó un botón.
René gritó a todo pulmón sintiendo las paredes de la mÔquina apretarse
alrededor de sus bolas.
—¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mis huevos!
Tanto Marcos como Pablo sonrieron de simpatĆa mirando a RenĆ© luchar contra los cinturones de cuero, con el cuerpo erguido y la cara roja como un tomate.
René los observó a todos a través de las lÔgrimas en sus ojos.
—NĆŗmero siete —dijo Farid con calma—. ¿Dónde estaba la Provincia de
Valledupar?
—¿Dónde? —susurró RenĆ©.
RenĆ© y Marcos tenĆan los ojos cerrados. SentĆan un gran dolor, todos sus
mĆŗsculos estaban flexionados, mientras gemĆan, gruƱĆan y se retorcĆan en sus
asientos. Intentaban rebuscar en todos sus pensamientos para salvar sus bolas.
—Carajos, espera un momento —susurró RenĆ©, pensĆ”ndolo mucho.
—Fue una división administrativa y territorial de la RepĆŗblica de la Nueva
Granada —dijo Marcos lentamente, con los ojos cerrados.
René lo miró.
Marcos sonrió.
—Correcto —dijo Farid—. Eres muy inteligente, Chacón. ¿Tienes crecidos los
huevos y el cerebro tambiĆ©n? Ja, ja, ja —lanzó una mirada apreciativa a la
inmensa hombrĆa de Marcos. Presionó un botón, lo que provocó que el cuerpo de
RenƩ saltara.
René dejó escapar un grito espeluznante, su cuerpo se sacudió, sus ojos se
cerraron con fuerza, varias lƔgrimas bajaron por su rostro, mientras sus
testĆculos eran brutalmente aplastados dentro de la caja de metal. Su polla se
retorció violentamente.
—¡Maldición! —gritó—. ¡Maldición! ¡Mierda!
Su pene se retorcĆa incontrolablemente. De repente, una enorme rĆ”faga de
semen salió disparada de la punta de la cabeza color rojo brillante de su
polla, estampƔndose justo en su cara.
—¡Carajos! —gritó RenĆ© en lo que sus huevos hirviendo descargaron su
esperma caliente y pegajoso.
Cuerdas de leche blanca y espesa volaron por el aire, cubriendo el rostro
contorsionado por el dolor de RenƩ, sus pectorales musculosos y sus abdominales
relucientes quedaron manchados de su propio jugo varonil.
RenĆ© no dejó de gritar. La mĆ”quina estaba apretando sus testĆculos.
—NĆŗmero ocho —gritó Farid. —¿QuĆ© es Thaton?
Marcos y RenƩ tuvieron dificultades para concentrarse en especial por los
gritos del mƔs joven.
—¡Es una localidad del Estado Mon, en el sureste de Birmania! —gritó
Marcos—. ¡Tienen muy buena arquitectura ahĆ!
La voz de René se quebró, convirtiendo sus gritos en chillidos roncos.
Farid asintió y presionó un botón.
René gimió de dolor, mientras la mÔquina se apretaba alrededor de sus
torturados testĆculos.
La gorda polla de René se estremeció y estalló con otro potente jugo de
semen que aterrizó en todas partes, en su cuerpo y en el suelo, incluso en la
rodilla de Marcos.
—Vamos, pobre muchacho —gritó Marcos—. ¡Terminemos esto!
Farid se encogió de hombros. —EstĆ” bien, la Ćŗltima: ¿QuĆ© fue el Tratado de
Bruselas de1948?
—¡El Tratado de Bruselas de 1948 fue firmado entre Francia, el Reino Unido,
Luxemburgo y otros paĆses y fue lo que dio origen a la Unión Occidental.
—¡Eres un crack, Marcos Chacón! —gritó Farid con orgullo.
Farid presionó un botón, lo que hizo que René abriera mucho los ojos. Jadeó
por aire mientras sus testĆculos eran aplastados dentro del despiadado
dispositivo. Sus ojos se cruzaron y sus labios temblaron cuando otra carga de
esperma salió disparada de su polla.
Finalmente, Farid presionó otro botón y, con un silbido, las mÔquinas se
aflojaron.
RenĆ© recuperó su voz y chilló de dolor mientras Marcos gemĆa.
RÔpidamente, Farid desató a los dos desventurados sementales, permitiéndoles colapsar en el suelo, agarrÔndose las bolas.
RenĆ© se mecĆa de un lado a otro, con las manos atrapando sus testĆculos, con los ojos cerrados con fuerza, mientras Marcos se acurrucaba en posición fetal, sollozando suavemente.
—Con esto el equipo de La experiencia
obtiene el primer punto y empata con La
renovación —afirmó Farid.
—Parece que el bastardo no heredó nuestra inteligencia —sonrió Dereck, uno
de los medios hermanos de RenƩ.
—No digas asĆ —regañó Wilcar, su padre.
Muchas lĆ”grimas corrĆan por el rostro de RenĆ©. SeguĆa sosteniendo sus pelotas rojas e hinchadas. Estaba decepcionado de su inteligencia, desde el colegio era considerado un estudiante brillante.
—El siguiente reto consiste en un juego de Roshambo —informó Farid—.
Escojan al mejor, no solo tiene que ser resistente sino que tambiƩn debe saber
patear.
Todos los concursantes se miraron unos con otros y se tocaron sus bolas en
señal de protección.
Entre los jóvenes Jean afirmó ser muy bueno con las patadas, pero GermÔn
afirmó ser el mÔs fuerte.
En el equipo de los veteranos Willcar aseguró ser un excelente jugador de
fĆŗtbol y fĆŗtbol americano, pero Bernardo aseguró saber patear testĆculos, a
muchos ladrones que pretendieron robarle los dejó humillados en el suelo dolido
de los huevos.
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