Reto Farid: prueba de conocimientos - Las Bolas de Pablo

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15 may 2022

Reto Farid: prueba de conocimientos

La camioneta conducida por Marcos ChacĆ³n se estacionĆ³ en el lugar indicado de la edificaciĆ³n donde Farid tenĆ­a un estudio fotogrĆ”fico. El menor de sus hijos varones, Pablo, lo acompaƱaba en el puesto del copiloto.

 

—PapĆ” —dijo el joven posando su brazo en el hombro de su progenitor—, deseo que ganes este reto y dejes a nuestra familia en alto.

 

Marcos ChacĆ³n sonriĆ³ con confianza y afirmĆ³ con la cabeza.

 

—GanarĆ© —tambiĆ©n depositĆ³ su mano en el hombro de su hijo.

 

Pablo afirmĆ³ con la cabeza y desviĆ³ la mirada hacia la abultada entrepierna de su padre, que al estar sentado se veĆ­a bastante agrandada y generosa. Los registros decĆ­an que de los hombres de su generaciĆ³n el seƱor Marcos tenĆ­a los testĆ­culos mĆ”s grandes.

 

—Lo bueno, papĆ” es que ya tuviste muchos hijos y no hay nada que perder.

 

—¿Nada que perder, muchacho? —Marcos se echĆ³ a reĆ­r colocando una mano protectora en su entrepierna—. ¡Mis joyas activas estĆ”n en juego!

 

Ambos familiares se echaron a reĆ­r.

 

Adentro del estudio estaba el resto de participantes. RenĆ© ChacĆ³n que se enfrentarĆ­a a su tĆ­o aguardaba en un asiento, de momento recibĆ­a la mirada recelosa de sus medios hermanos, su padre estaba cohibido y no se habĆ­a acercado a Ć©l para sembrarle algĆŗn tipo de Ć”nimos, pero BastiĆ”n lo tomĆ³ por el hombro.

 

—Estoy contento de que estĆ©s aquĆ­ —le dijo mientras la puerta era atravesada por Pablo y Marcos ChacĆ³n.

 

RenĆ© le sonriĆ³ tĆ­midamente a su tĆ­o cientĆ­fico.

 

—Tus otros hermanos son tipos buenos. Dale tiempo de conocerte, solo estĆ”n muy sorprendidos de tu inesperada apariciĆ³n, estĆ”s entre la edad de los Ćŗltimos menores y no se esperaban que existiera un hermano mĆ”s en otro hogar. Pero estoy feliz de haberte conocido, chico.

 

Cuando todo estaba preparado Farid dio inicio al reto, con la cƔmara encendida transmitƭa para las redes sociales. El segundo reto de Farid era un combate de conocimientos, explicaba que se realizarƭan 9 preguntas, quien lograra acertar las respuestas activarƭa una maquina conectada a los testƭculos del rival que los maltratarƭa.

 

RenĆ© y Marcos ChacĆ³n se quitaron la ropa sin algĆŗn tipo de pudor. Ya estaban en ajustados calzoncillos mostrando con orgullo su linaje dentro de la familia de hombres con inmensas gĆ³nadas. TĆ­o y sobrino ocuparon asiento uno al lado del otro y Bastian comenzĆ³ a atar sus brazos y piernas con cinturones de cuero.

 

—Ahora que estĆ”n atados, procedo a desnudarlos —dijo BastiĆ”n.

 

—¡Hey, hey, hey! —protestĆ³ Marcos ChacĆ³n—. Esto no estaba en el plan —sus cinturones lo retuvieron.

 

BastiĆ”n se acercĆ³ a su hermano y agarrĆ³ la pretina de su calzoncillo, aplicando toda la fuerza que tuvo le sacĆ³ el boxer por las piernas revelando una hermosa verga semi dura y un par muy grande de huevos que le colgaban entre las piernas, eran hermosos y completamente ovalados. La caucĆ”sica tez de RenĆ© se coloreĆ³ de vergĆ¼enza cuando BastiĆ”n lo desnudĆ³, su pene estaba medio duro con la cabeza mojada de su propio lĆ­quido pre seminal, el par de cojones que le colgaban entre las piernas aseguraban su puesto como descendiente del antiguo Valdemar ChacĆ³n.

 

BastiĆ”n envolviĆ³ los escrotos en una pequeƱa mĆ”quina que parecĆ­a una caja, la cual guardĆ³ los testĆ­culos y fue cerrada con un tornillo que hizo que Marcos inhalara fuertemente. Al igual que RenĆ©, una furiosa erecciĆ³n emergiĆ³ de su miembro, apuntando a su cara, rezumando lĆ­quido preseminal que creĆ³ un pequeƱo charco en su cuerpo bronceado. Con 60 aƱos tenĆ­a una excelente propociĆ³n muscular, siendo un abuelo muy sexy.

 

Cuando BastiĆ”n terminĆ³, agarrĆ³ el control remoto y se lo entregĆ³ a Farid.

 

Horacio, Dereck y GastĆ³n (los medios hermanos de RenĆ©), mostraron con orgullo unas pancartas, pero en apoyo al tĆ­o Marcos con deseos denigrantes de destrucciĆ³n para las bolas de RenĆ©.

 

Sosteniendo una hoja Farid comenzĆ³:

 

—¿QuiĆ©n fue Gustavo de Suecia?

 

RenĆ© cerrĆ³ los ojos.

 

Los labios de Marcos se movieron rƔpidamente con una respuesta.

 

—Fue un PrĆ­ncipe de Suecia y Noruega.

 

—AsĆ­ es —afirmĆ³ Farid. PresionĆ³ un botĆ³n en el control remoto.

 

Un ruido chirriante sonĆ³ de la mĆ”quina alrededor de las bolas de RenĆ© que comenzĆ³ a gritar a todo pulmĆ³n. Su rostro se contorsionĆ³ de dolor y su pene se contrajo.

 

Farid esperĆ³ hasta que los gritos de RenĆ© se convirtieron en un doloroso gemido. —NĆŗmero dos: ¿QuĆ© fue la ResoluciĆ³n de 1930 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas?

 

RenĆ© cerrĆ³ los ojos de nuevo.

 

Y el inteligente Marcos fue mƔs rƔpido.

 

—Fue una resoluciĆ³n que acordĆ³ prorrogar el mandato de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre que atravesaba un momento de crisis.

 

—Correcto —afirmĆ³ Farid.

 

—¡Mierda! —gritĆ³ RenĆ©. Luego aullĆ³ de dolor cuando Farid presionĆ³ el botĆ³n, lo que provocĆ³ que los anillos dentro del cubo se apretaran alrededor de sus bolas.

 

—NĆŗmero tres: ¿QuiĆ©n fue el ganador del Gran Premio de IndianĆ”polis de Motociclismo de 2013?

 

—¡Marc MĆ”rquez! —gritĆ³ Marcos, rĆ”pido como un tiro—. Es mi tema favorito, no me pierdo ni una competiciĆ³n.

 

—¡Mierda! —repitiĆ³ RenĆ©.

 

Con descaro se oyĆ³ la risa de sus hermanos.

 

—Respuesta correcta —dijo Farid y presionĆ³ un botĆ³n nuevamente.

 

RenĆ© dejĆ³ escapar un gemido agonizante. Todos los mĆŗsculos de su cuerpo se contrajeron e hizo una mueca y gimiĆ³ mientras su pene se contraĆ­a violentamente, dejando escapar un abundante lĆ­quido pegajoso de presemen.

 

—Pobre, muchacho —sonriĆ³ Marcos, girando la cabeza para ver a RenĆ© retorcerse de dolor.

 

—NĆŗmero cuatro —se preparĆ³ Farid—. ¿QuĆ© es el Distrito de Ciudad Alta?

 

—¡Lo sĆ©! —gritĆ³ RenĆ© al fin—. Es uno de los cinco distritos en los que se divide el municipio de Arucas en la Gran Canaria.

 

Marcos gimiĆ³ con anticipaciĆ³n.

 

—Respuesta incorrecta —dijo Farid—, no es el municipio Arucas, sino Las Palmas, asĆ­ que lo siento, no puedo darte el punto —presionĆ³ el botĆ³n, haciendo que RenĆ© gritara con desespero cuando sus huevos fueron aplastados dentro del cubo de metal. Por la expresiĆ³n de su rostro, sufrĆ­a un dolor constante, los anillos de metal se clavaban en sus carnosas gĆ³nadas.

 

—Joder —gimiĆ³ RenĆ©, la cabeza de su gorda polla rebotaba arriba y abajo sobre sus abdominales contorsionados. Su cuerpo brillaba de sudor y un pequeƱo charco de lĆ­quido preseminal goteaba de la punta de su pene. Su rostro estaba rojo y sudoroso, tenĆ­a los ojos cerrados con fuerza y ​​la boca abierta de par en par.

 

—NĆŗmero cinco —dijo Farid con calma mientras RenĆ© gemĆ­a de dolor—. ¿DĆ³nde estĆ” LĆ©ry?

 

—¿En Francia? —se adelantĆ³ RenĆ©.

 

—¿No estĆ”s seguro? —protestĆ³ Marcos al sentir su voz.

 

Farid sonriĆ³. —Francia, es correcto.

 

RenĆ© suspirĆ³ aliviado.

 

Farid presionĆ³ un botĆ³n, haciendo que la mĆ”quina se ajustara alrededor de las inmensas bolas de Marcos ChacĆ³n, haciendo que el guapo seƱor gritara de dolor.

 

RenĆ© gimiĆ³. VolviĆ³ la cabeza, haciendo una mueca de dolor, mirando a Marcos, que gemĆ­a y sollozaba.

 

—Que felicidad —graznĆ³ RenĆ©, con los ojos llenos de lĆ”grimas—. ¡SĆ­!

 

—NĆŗmero seis —continuĆ³ Farid—. ¿DĆ³nde estĆ” el Distrito de San Marcos de Rocchac?

 

—Distrito… —dudĆ³ Marcos con unas gotas de sudor en su frente y el pecho agitado, momentĆ”neamente apretaba los dientes por su dolor de huevos—. ¿En PerĆŗ?

 

Farid lo mirĆ³ fijamente.

 

RenƩ sollozaba de dolor, su dura polla se movƭa violentamente, apuntando a su cara. Tenƭa los ojos cerrados.

 

—AsĆ­ es —dijo Farid y presionĆ³ un botĆ³n.

 

RenĆ© gritĆ³ a todo pulmĆ³n sintiendo las paredes de la mĆ”quina apretarse alrededor de sus bolas. 

 

—¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mis huevos!

 

Tanto Marcos como Pablo sonrieron de simpatƭa mirando a RenƩ luchar contra los cinturones de cuero, con el cuerpo erguido y la cara roja como un tomate.

 

RenĆ© los observĆ³ a todos a travĆ©s de las lĆ”grimas en sus ojos.

 

—NĆŗmero siete —dijo Farid con calma—. ¿DĆ³nde estaba la Provincia de Valledupar?

 

—¿DĆ³nde? —susurrĆ³ RenĆ©.

 

RenĆ© y Marcos tenĆ­an los ojos cerrados. SentĆ­an un gran dolor, todos sus mĆŗsculos estaban flexionados, mientras gemĆ­an, gruƱƭan y se retorcĆ­an en sus asientos. Intentaban rebuscar en todos sus pensamientos para salvar sus bolas.

 

—Carajos, espera un momento —susurrĆ³ RenĆ©, pensĆ”ndolo mucho.

 

—Fue una divisiĆ³n administrativa y territorial de la RepĆŗblica de la Nueva Granada —dijo Marcos lentamente, con los ojos cerrados.

 

RenĆ© lo mirĆ³.

 

Marcos sonriĆ³.

 

—Correcto —dijo Farid—. Eres muy inteligente, ChacĆ³n. ¿Tienes crecidos los huevos y el cerebro tambiĆ©n? Ja, ja, ja —lanzĆ³ una mirada apreciativa a la inmensa hombrĆ­a de Marcos. PresionĆ³ un botĆ³n, lo que provocĆ³ que el cuerpo de RenĆ© saltara.

 

RenĆ© dejĆ³ escapar un grito espeluznante, su cuerpo se sacudiĆ³, sus ojos se cerraron con fuerza, varias lĆ”grimas bajaron por su rostro, mientras sus testĆ­culos eran brutalmente aplastados dentro de la caja de metal. Su polla se retorciĆ³ violentamente.

 

—¡MaldiciĆ³n! —gritĆ³—. ¡MaldiciĆ³n! ¡Mierda!

 

Su pene se retorcĆ­a incontrolablemente. De repente, una enorme rĆ”faga de semen saliĆ³ disparada de la punta de la cabeza color rojo brillante de su polla, estampĆ”ndose justo en su cara.

 

—¡Carajos! —gritĆ³ RenĆ© en lo que sus huevos hirviendo descargaron su esperma caliente y pegajoso.

 

Cuerdas de leche blanca y espesa volaron por el aire, cubriendo el rostro contorsionado por el dolor de RenƩ, sus pectorales musculosos y sus abdominales relucientes quedaron manchados de su propio jugo varonil.

 

RenĆ© no dejĆ³ de gritar. La mĆ”quina estaba apretando sus testĆ­culos.

 

—NĆŗmero ocho —gritĆ³ Farid. —¿QuĆ© es Thaton?

 

Marcos y RenƩ tuvieron dificultades para concentrarse en especial por los gritos del mƔs joven.

 

—¡Es una localidad del Estado Mon, en el sureste de Birmania! —gritĆ³ Marcos—. ¡Tienen muy buena arquitectura ahĆ­!

 

La voz de RenĆ© se quebrĆ³, convirtiendo sus gritos en chillidos roncos.

 

Farid asintiĆ³ y presionĆ³ un botĆ³n.

 

RenĆ© gimiĆ³ de dolor, mientras la mĆ”quina se apretaba alrededor de sus torturados testĆ­culos.

 

La gorda polla de RenĆ© se estremeciĆ³ y estallĆ³ con otro potente jugo de semen que aterrizĆ³ en todas partes, en su cuerpo y en el suelo, incluso en la rodilla de Marcos.

 

—Vamos, pobre muchacho —gritĆ³ Marcos—. ¡Terminemos esto!

 

Farid se encogiĆ³ de hombros. —EstĆ” bien, la Ćŗltima: ¿QuĆ© fue el Tratado de Bruselas de1948?

 

—¡El Tratado de Bruselas de 1948 fue firmado entre Francia, el Reino Unido, Luxemburgo y otros paĆ­ses y fue lo que dio origen a la UniĆ³n Occidental.

 

—¡Eres un crack, Marcos ChacĆ³n! —gritĆ³ Farid con orgullo.

 

Farid presionĆ³ un botĆ³n, lo que hizo que RenĆ© abriera mucho los ojos. JadeĆ³ por aire mientras sus testĆ­culos eran aplastados dentro del despiadado dispositivo. Sus ojos se cruzaron y sus labios temblaron cuando otra carga de esperma saliĆ³ disparada de su polla.

 

Finalmente, Farid presionĆ³ otro botĆ³n y, con un silbido, las mĆ”quinas se aflojaron.

 

RenĆ© recuperĆ³ su voz y chillĆ³ de dolor mientras Marcos gemĆ­a.

 

RĆ”pidamente, Farid desatĆ³ a los dos desventurados sementales, permitiĆ©ndoles colapsar en el suelo, agarrĆ”ndose las bolas.

 

RenĆ© se mecĆ­a de un lado a otro, con las manos atrapando sus testĆ­culos, con los ojos cerrados con fuerza, mientras Marcos se acurrucaba en posiciĆ³n fetal, sollozando suavemente.

 

—Con esto el equipo de La experiencia obtiene el primer punto y empata con La renovaciĆ³n —afirmĆ³ Farid.

 

—Parece que el bastardo no heredĆ³ nuestra inteligencia —sonriĆ³ Dereck, uno de los medios hermanos de RenĆ©.

 

—No digas asĆ­ —regaĆ±Ć³ Wilcar, su padre.

 

Muchas lƔgrimas corrƭan por el rostro de RenƩ. Seguƭa sosteniendo sus pelotas rojas e hinchadas. Estaba decepcionado de su inteligencia, desde el colegio era considerado un estudiante brillante.

 

—El siguiente reto consiste en un juego de Roshambo —informĆ³ Farid—. Escojan al mejor, no solo tiene que ser resistente sino que tambiĆ©n debe saber patear.

 


Todos los concursantes se miraron unos con otros y se tocaron sus bolas en seƱal de protecciĆ³n. 

 

Entre los jĆ³venes Jean afirmĆ³ ser muy bueno con las patadas, pero GermĆ”n afirmĆ³ ser el mĆ”s fuerte.

 

En el equipo de los veteranos Willcar asegurĆ³ ser un excelente jugador de fĆŗtbol y fĆŗtbol americano, pero Bernardo asegurĆ³ saber patear testĆ­culos, a muchos ladrones que pretendieron robarle los dejĆ³ humillados en el suelo dolido de los huevos.

 

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