Supervulnerables IX: Defender Team - Las Bolas de Pablo

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12 may 2022

Supervulnerables IX: Defender Team

Escrito por: FabiƔn Urbina

 

Ser escritor de relatos de ballbusting no siempre es tan divertido como muchos creen. Buscar tramas nuevas, golpes creativos, reacciones excitantes y personajes originales puede provocar en cualquiera una tremenda crisis creativa.

Eso nos sucediĆ³ a Errante 9191, Zatn, FerchoMX y a un servidor, FabiĆ”n Urbina, los escritores del exitoso blog ā€œLas Bolas de Pabloā€. Lo que sucediĆ³ es que llegĆ³ el dĆ­a en que ya no tuvimos mucho que aportar. Errante 9191, el fundador del sitio, se dio cuenta por la escasez paulatina de lectores. Entonces convocĆ³ a una reuniĆ³n para presentarnos una novedosa propuesta: escribir una novela entre los cuatro.

Zatn y yo lo apoyamos, pero Fercho estaba renuente. Al final, lo convencimos y comenzamos a trabajar. SerĆ­a una novela sobre las aventuras de cuatro superhĆ©roes llamados ā€œDefender Teamā€, dedicados a proteger a la comunidad LGBT de malvados villanos rompebolas. Con episodios trepidantes, escenas homoerĆ³ticas no explĆ­citas y muchos golpes bajos, la novela quedĆ³ terminada en unos meses.

Luego tocamos muchas, muchĆ­simas puertas, hasta que, por fin, un editor aficionado al ballbusting quedĆ³ fascinado con el texto y nos dio un contrato de ediciĆ³n. Publicitada como ā€œLa primera novela de ballbustingā€, nuestra obra hizo que emergieran miles de aficionados a ese fetiche para adquirirla.

No lo podĆ­amos creer. No sĆ³lo se agotaron las primeras dos ediciones, sino que los lectores del blog se multiplicaron por cien hasta convertirlo en un sitio de culto.

AsĆ­ fue como llegamos a este dĆ­a de octubre y a esta singular convenciĆ³n, la WonderCon, un evento de superhĆ©roes con pelĆ­culas, disfraces, cĆ³mics, actores, dibujantes, juguetes y memorabilia. La editorial quiso que nos presentĆ”ramos para firmar ejemplares de la novela y nos tomĆ”ramos fotos con los fans.

El problema es que, Ā”tuvimos que ir vestidos con los trajes de nuestros superhĆ©roes! SĆ­, los chicos del Defender Team: Red Stud, Blue Hot, Green Hunk y White Hard. El delgado Errante se veĆ­a divino con su traje rojo. El atlĆ©tico Zatn lucĆ­a muy varonil de azul. Yo no me veĆ­a nada mal con mi traje verde. Pero si alguien lucĆ­a irresistible era Fercho: su traje blanco y su complexiĆ³n musculosa le daban el aire de un superhombre potente, hipermasculino e irresistible.

Ese aspecto sexy que tenĆ­amos se notĆ³ en cuanto los fans comenzaron a llegar por decenas. En pocos minutos, Ā”nuestra mesa estaba repleta de chicos que deseaban autĆ³grafos y fotos con nosotros! JĆ³venes de diferentes edades nos expresaron su admiraciĆ³n por nuestro trabajo, lo que en algĆŗn momento nos hizo derramar alguna que otra lĆ”grima de satisfacciĆ³n.

Y no faltaron las preguntas singulares: ā€œĀæPractican cada golpe antes de escribirlo?ā€, ā€œĀæQuĆ© golpe les gusta mĆ”s?ā€, ā€œĀæA quĆ© personaje de cĆ³mic quisieran deshuevar?ā€, ā€œĀæHan tenido sesiones de roshambo?ā€. Y la pregunta mĆ”s difĆ­cil: ā€œĀæAceptarĆ­an ser deshuevados ahora mismo por sus fans?ā€. Obviamente, nos negamos bajo el pretexto de que eso retrasarĆ­a la firma de ejemplares.

ā€”Ā”En mi vida dejarĆ­a que esos chicos me deshuevaran! ā€”dijo Zatn en una pausa.

ā€”Yo tampoco ā€”apoyĆ³ Erranteā€”. Una cosa es escribir los relatos y otra exponer las joyas propias a estos chicos sedientos de dolor testicular.

La actividad continuĆ³ todavĆ­a dos horas mĆ”s, pero gracias a una presentaciĆ³n de trĆ”ilers de pelĆ­culas, nuestra mesa se vaciĆ³ de repente.

ā€”Ā”Enhorabuena, chicos! ā€”dijo la representante de la Editorialā€”. Ā”Somos la mesa mĆ”s concurrida de la convenciĆ³n! Y podremos aumentar nuestros seguidores en redes sociales gracias a un amiguito que quiero presentarles.

A una seƱa, se acercĆ³ a la mesa un jovencito de unos 16 aƱos, delgado, simpĆ”tico y con el pelo largo. Sus lentes redondos le daban un aire serio y tĆ­mido.

ā€”Hola, amigos... Soy Tito... Encantado de conocerlos ā€”dijo con la vista abajo.

Los cuatro nos acercamos para saludarlo, pero Ć©l se mantuvo un poco retraĆ­do.

ā€”Nuestro amiguito quiere pedirles algo especial ā€”intervino la joven de la editorialā€”: ĀæquerrĆ­an acompaƱarlo a su casa para conocer a su hermanito? Es un chico que no puede caminar y que deseaba venir. Verlos a ustedes lo harĆ­a muy feliz.

Erranta, Fercho y yo aceptamos, pero Zatn se mantuvo reservado. No fue sino hasta que le insistimos que aceptĆ³.

ā€”Bien, Tito ā€”le dijo Erranteā€”, deja que nos cambiemos y estaremos contigo.

ā€”Ā”No, no! ā€”suplicĆ³ Titoā€”. A mi hermanito le encantarĆ­a conocerlos asĆ­ vestidos de superhĆ©roes. Ā”Se emocionarĆ­a mucho!

Sin objeciĆ³n, los cinco abordamos el auto de Fercho y nos dirigimos a la zona centro de la ciudad. Al llegar a su casa, Tito nos pidiĆ³ que no hiciĆ©ramos ruido.

ā€”ĀæMe ayudan a preparar la sorpresa? Mi hermanito quiere ser parte del Defender Team, por eso le gustarĆ­a probar quĆ© se siente salvar a sus compaƱeros.

ā€”Dinos quĆ© tenemos que hacer, y dalo por hecho ā€”le ofrecĆ­.

Tito fue por una cuerda y nos pidiĆ³ que colocĆ”ramos cuatro sillas en hilera.

ā€”ĀæPodemos jugar a que ustedes estĆ”n atados para que mi hermanito los rescate?

La propuesta nos pareciĆ³ divertida, asĆ­ que los cuatro nos sentamos en las sillas y dejamos que Tito nos atara.

ā€”Para ser tan joven ā€”afirmĆ³ Ferchoā€”, manejas muy bien los nudos, Tito.

El chico pasĆ³ la cuerda por encima de nuestro pecho y sobre las piernas y le dio varias vueltas hasta que la atĆ³ de tal manera que no podĆ­amos levantarnos.

ā€”Ahora llamarĆ© a mi hermanito... ā€”dijo Tito mientras subĆ­a unas escaleras.

ā€”AquĆ­ es cuando el villano ataca nuestras bolas ā€”seƱalĆ³ Zatn con gracia.

Todos reƭmos, pero nos quedamos serios cuando vimos que Tito bajaba la escalera vestido de negro, con el pelo desparpajado, sin sus lentes y con un gesto hostil. Cargaba al hombro una especie de caƱon que me hizo presentir algo malo.

ā€”Ā”Hola, superidiotas! Ā”No puedo creer que fuera tan fĆ”cil traerlos aquĆ­ y atarlos!

Fercho, Errante y yo no comprendĆ­amos, pero Zatn lo aclarĆ³:

ā€”Yo sospechĆ© desde que te vi actuar como el inocente nerd. AdemĆ”s, esto ya habĆ­a sucedido en el relato ā€œFiesta para unoā€: un tipo lleva con engaƱos a su casa a un superhĆ©roe para torturarle los huevos.

ā€”Ā”Si seremos idiotas! ā€”intervino Ferchoā€”. Ā”Tantos relatos que hemos escrito, y caemos como babosos en la trampa de un chamaco tonto!

Tito se acercĆ³ a Fercho y le hundiĆ³ el pie en sus enormes bolas. El pobre dio un grito ahogado y se puso a soplar sobre su paquete, como si pudiera aliviarlo.

ā€”Ā”Los traje aquĆ­ para vengarme de ustedes! ā€”explicĆ³ Titoā€”. Por su culpa, mi hermano mayor fue deshuevado salvajemente. Ɖl trabajaba animando fiestas infantiles como Superman. Pero unos adolescentes idiotas que habĆ­an leĆ­do sus relatos de superhĆ©roes lo encerraron despuĆ©s de una fiesta y lo deshuevaron hasta que mi hermano terminĆ³ con las bolas rojas e hinchadas.

ā€”ĀæY eso por quĆ© es nuestra culpa? ā€”interpelĆ© a Tito.

ā€”Ā”Si ustedes no hubieran escrito ese relato, esos chicos no habrĆ­an sabido cĆ³mo atacar a mi hermano Pedro! Por eso, cuando llegue de su entrenamiento, se vengarĆ” de ustedes... SĆ­, mi hermano juega futbol. Sus patadas son letales para los balones. Ā”ImagĆ­nense cĆ³mo quedarĆ”n sus huevos cuando Ć©l los use para practicar! Ā”Ja, ja, ja!

Mis amigos escritores y yo nos miramos con preocupaciĆ³n. Por fin sentimos lo que experimentan nuestros personajes cuando ven amenazada su hombrĆ­a.

ā€”Oye, Tito ā€”intervino Erranteā€”, entiendo que fue horrible lo que le pasĆ³ a tu hermano Pedro, pero no fue nuestra intenciĆ³n incitar a nadie. Si nos desatas, podremos compensarlo de otra maner...

ā€”Ā”CĆ”llate, Errante! ā€”gritĆ³ Titoā€”. Mi hermano me agradecerĆ” toda su vida por haberle traĆ­do a los responsables de que lastimaran su hombrĆ­a.

Lleno de ira, Tito activĆ³ el caĆ±Ć³n que traĆ­a en las manos. Con la velocidad de un rayo, una pelota de tenis se estampĆ³ contra las bolas de Errante. Y sin previo aviso, Tito tambiĆ©n disparĆ³ contra Zatn, Fercho y yo. Adoloridos, le pedimos que se detuviera, pero su expresiĆ³n de profunda satisfacciĆ³n le impidiĆ³ escucharnos. Al contrario, comenzĆ³ a cargar de nuevo el caĆ±Ć³n para otra sesiĆ³n de disparos.

De pronto, se escuchĆ³ el ruido de una motocicleta que se estacionaba en la entrada.

ā€”Ā”Es mi hermano Pedro! Ā”SĆ­Ć­Ć­! Ā”DespĆ­danse de sus huevos, superidiotas!

El ruido de la puerta al abrirse nos hizo sudar frĆ­o. Una voz varonil se escuchĆ³ como si rompiera el hielo del silencio.

ā€”Ya vine, Tito. ĀæCĆ³mo est...?

Pedro vio con sorpresa y horror la escena de la sala: cuatro treintaƱeros vestidos como superhƩroes atados y listos para perder la virilidad.

Ante nosotros se presentaba un joven muy alto, guapĆ­simo, esbelto, con cuerpo atlĆ©tico trabajado en arduas horas de gimnasio. Sus shorts holgados dejaban ver unas piernas potentes y musculosas que se encargarĆ­an de acabar con nuestras gĆ³nadas.

ā€”Ā”Tito! ĀæQuĆ© es esto? ā€”preguntĆ³ Pedro todo asustado.

ā€”Ā”Hermano! ā€”respondiĆ³ Tito con euforiaā€”. Ā”Son mi regalo para ti! ĀæNo los conoces? Son los cabrones que escriben en el blog Las Bolas de Pablo. Gracias a ellos, esos desgraciados te atacaron en la fiesta.

El semental Pedro se nos quedĆ³ viendo con gesto de furia, lo que aumentĆ³ nuestra angustia.

ā€”AsĆ­ que... ā€”preguntĆ³ā€”, Āæustedes son Errante, Fercho, Zatn y FabiĆ”n Urbina?

TraguĆ© saliva antes de responderle afirmativamente. Entonces, Pedro gritĆ³:

ā€”Ā”SĆ­Ć­Ć­Ć­! ā€”gritĆ³ con suma alegrĆ­aā€”. Ā”Mis admirados escritores! Ā”Por fin pude conocerlos! Ā”Gracias, hermanito!

Pedro nos desatĆ³ rĆ”pidamente y abrazĆ³ a cada uno con efusividad.

ā€”Ā”Siento no haber podido ir a la WonderCon! Es que tenĆ­a entrenamiento de futbol... Ā”Pero tenerlos aquĆ­ es lo mejor que me ha pasado! Ā”Por favor, firmen mi ejemplar de su novela! ā€”dijo al entregarnos una copia de Defender Team.

Los cuatro estƔbamos pasmados. Fue Zatn el que pudo articular palabra:

ā€”E... ĀæEntonces no nos golpearĆ”s los huevos?

ā€”Ā”Nooo! Ā”Nunca lo harĆ­a! Ā”Si gracias a ustedes he pasado largos ratos de diversiĆ³n con sus emocionantes relatos!

Respiramos tranquilos y nos relajamos. AsĆ­ pudimos firmar con calma el ejemplar.

Tito gritĆ³:

ā€”Ā”Pedro! ĀæNo les harĆ”s nada? Ā”Ellos incitaron a esos cabrones que te deshuevaron!

ā€”Hermanito, calma. Mis amigos escritores no tienen la culpa. AdemĆ”s, hace unos dĆ­as pude darles su merecido a esos tipos con la ayuda de dos cuates del futbol.

Tito gruĆ±Ć³ y se subiĆ³ rĆ”pidamente a su recĆ”mara.

ā€”Por favor ā€”suplicĆ³ Pedroā€”, perdĆ³nenlo. SĆ³lo querĆ­a complacerme, pero Ć©l no es malo. QuedĆ³ muy enojado con lo que me hicieron, asĆ­ que actuĆ³ sĆ³lo por el cariƱo que me tiene. Por eso les pido que no levanten cargos contra Ć©l, ĀæsĆ­?

ā€”Descuida ā€”dijo Erranteā€”, entendemos la situaciĆ³n. Incluso, esto fue una gran aventura para nosotros, Āæno es asĆ­, amigos?

Fercho, Zatn y yo lo apoyamos. Pedro sonriĆ³ aliviado y nos volviĆ³ a abrazar.

ā€”Ā”Ustedes son geniales, como lo imaginaba! Por eso, no dejarĆ© que se marchen sin darles un regalo ā€”se quitĆ³ el short holgado, una trusa y su camiseta, lo que nos permitiĆ³ ver una portentosa verga y unas pelotas viriles del tamaƱo de naranjasā€”. Amigos escritores, para compensar las molestias, dejarĆ© que cada uno juegue con mis gĆ³nadas como guste.

No habĆ­a terminado de hablar cuando Fercho le habĆ­a soltado una ligera patada. El dolor del joven semental nos excitĆ³ a todos, asĆ­ que Errante le sujetĆ³ las bolas y se las apretĆ³ con fuerza, seguido de Zatn, quien le dio dos puƱetazos leves. Luego llegĆ³ mi turno. Pero en vez de golpearlo, me hinquĆ© y le chupĆ© las naranjas, lo que le provocĆ³ un fuerte orgasmo que nos salpicĆ³ a todos.

De vuelta a casa en el auto de Fercho, Ć­bamos cansados, pero contentos. Fue el genial Errante quien rompiĆ³ el silencio.

ā€”Entonces, amigos, Āæde quĆ© tratarĆ” nuestra siguiente novela?

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