EN EL CINE Parte 3 - Las Bolas de Pablo

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3 may 2022

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EN EL CINE Parte 3

 

EN EL CINE Parte 3. (Relato corto).

 

 

CONTIENE BALLBUSTING M/M.

 

BELL

En el cine se proyecta la película LA LLORONA vs ANNABELLE, El esperado enfrentamiento de criaturas demoniacas; Por ser la última función de 11 Pm la sala de cine no tiene muchos espectadores.

 

En la parte 1  y la parte 2 Se presentaron historias ocurridas a asistentes a la función; Pero una historia mĆ”s se dio posterior a los anteriores sucesos y muy relacionada con Ć©stos previos.


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Zenón llegaba a una pequeña oficina en el Ôrea administrativa del cine, el hombre venía de la zona de comidas y traía una bolsa de hielo en la mano, apenas cerró la puerta se abrió en zipper de los pantalones, sentado en un cómodo sillón colocó el hielo sobre su ropa interior y el alivio llegó de inmediato.

 

El hombre de 30 aƱos habĆ­a sido agredido en los genitales por una pareja de gays que descaradamente aprovecharon la oscuridad y soledad del cine para un sexo oral, Zenón les llamó la atención, pero cometió el error de chantajearles, pidiendo dinero con tal de guardar el secreto…Sin mencionar que les insultó por su diferencia sexual. ..Sus testĆ­culos padecieron un brutal apretón por parte de uno de los enojados, y ahora trataba de calmar su agonĆ­a.

 

Tocaron a la puerta y al saber de quien se trataba, la abrió…

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…Era Federico, un novato asistente de 20 aƱos, Zenón lo consideraba su secuaz, y lo mantenĆ­a bajo su tutela en el trabajo.

 

Federico también tuvo su incidente en la sala de cine por llamarles la atención a unos escandalosos jóvenes; Padeció un rodillazo y mÔs, por parte de una bella chica, ayudada por su novio, quien mantuvo a Federico agarrado por detrÔs.

 

La forma de caminar de Federico era graciosa por el dolor gonadal, y tambiƩn traƭa una bolsa de hielo obtenida en el Ɣrea de bebidas y comidas.

 

Cada uno se sentó frente al otro y con los zippers abiertos depositaron el hielo en sus respectivas gónadas…comenzaron a narrar sus anĆ©cdotas.

 

Tras las narraciones cada uno comenzó a reír por la desgracia del otro, pero Zenón abrió la boca mÔs de la cuenta.

 

—Una mujer te dejó comiendo tierra, jajaja.

 

A Federico no le hizo gracias y replicó:

 

—Por lo menos a mĆ­ no fue un gay quien me dejó las bolas hechas trizas…—Era un golpe directo al orgullo machista de Zenón, la osadĆ­a del novato y dependiente suyo era intolerable!

 

—Que dijiste?—Zenón se enfadó e incorporĆ”ndose propinó un golpe de puƱo en la entrepierna de Federico, el puƱo cayó como una bomba sobre la bolsa de hielo y las sensibles bolas del novato.

 

—OOuggh!!— Federico se retorció en su asiento.

 

—Jaja, jajaja!—Le era gracioso a Zenón pues no eran sus bolas las que sufrĆ­an.

 

Trató de cachetearle como humillación, pero Federico respondió con un puñetazo descendente que hizo crujir las bolas de Zenón.

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—Yyaaaa!!!, maldición!!—El hombre juntó los muslos y acunó sus testĆ­culos, torpemente retrocedió un poco…

 

…Por unos segundos cada quien sobó sus cojones.

 

Zenón y Federico se miraron a los ojos y se lanzó uno contra el otro, querían vengar sus bolas golpeadas. A continuación empezó un forcejeo, donde los hombres intentaban pegarse en la cara, parecían bailar uno agarrado del otro, porque no lograban conectarse ningún impacto serio.

 

Zenón no esperaba tanta resistencia de su protegido y secuaz, decidió pelear sucio…

…Su rodilla derecha hizo blanco en la entrepierna de Federico, quien abrió la boca y la cerró con violencia ahogando un nuevo grito.

 

Zenón se alejó y mostró una sonrisa ante su ventaja, pero no vio el puño de Federico que tomaba camino a su ingle.

 

—Aaahhh!!!—Zenón soltó saliva con el quejido y se alejó de su rival.

 

Ambos quedaron de rodillas, para acabar en el piso retorciƩndose. Sus respectivos escrotos estaban hinchados y enrojecidos, y tanto sus testƭculos como Ɣrea inguinal, se hallaban resentidos en toda su magnitud.

Sin%20t%C3%ADtulo

Por fin pactaron la paz y cada uno se dedicó a sobar sus pelotas, las bolsas de hielo eran muy beneficiosas una vez sentados y dedicados a sus padecimientos genitales.

 

Unos minutos despuƩs tocaron a la puerta. Ninguno de los dos querƭa abrir, insistƭan y no respondƭan a la orden de seguir, pues la puerta estaba abierta.

 

Sería un cliente que se desvió de la ruta a los baños?, ésta Ôrea estaba prohibida al público y eran claras las señales de no pasar hacía allí.

 

Seguían tocando y no respondían, Zenón se levantó por fin preparando un discurso de regaño ante quien fuese el que seguía tocando.

 

Cuando el hombre abre la puerta su impresión es de miedo total, la piel se le pone blanca y los ojos se abren al mÔximo!

 

Una aparición espantosa estĆ” ante Ć©l…Es la llorona!

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La boca de la criatura sobre natural se abre pero no emite sonido, es como si quisiera devorarlo.

 

—Ay dios mĆ­o!!—Exclama el paralizado Zenón, quien retrocede a pesar de sus piernas de gelatina.

 

Pero la Llorona iba tras Ʃl, la mujer se movƭa con rapidez y extendƭa una mano queriendo alcanzar al adolorido y asustado hombre.

001

Federico también vio la amenaza, se incorporó y cerró sus pantalones, pretendía huir, pero los sucesos ocurrían en la entrada de la habitación y no había mÔs salidas.

 

El temor hizo que Zenón trastabillara y la criatura le alcanzó, la boca de la Llorona estaba a centĆ­metros del hombre, lo sostuvo de los hombros, el rostro de Zenón estaba pĆ”lido y todo su cuerpo temblaba…Ya daba su vida por terminada.

 

Fue cuando el muslo de la criatura se elevó, encajando un duro golpe de rodilla en la huevera lastimada de Zenón.

 

—AAAAAHHHhhhh!!!!!—Zenón gritó a todo pulmón, ante el duro rodillazo de la criatura sobrenatural.

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Las fuerzas dejan el cuerpo del hombre para regocijo de la criatura femenina, quien se aferra a los hombros y le hunde otro rodillazo. Las gónadas del varón suenan como nueces bajo un martillo.

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—OOUGGHH!!—El rostro del Zenón se descompone y la demoniaca fĆ©mina le suelta, cayendo Ć©ste al piso y formando un ovillo protector.

 

El salvaje acto dejó a Federico sin palabras, y ahora era su rostro el que tomaba un tono entre pÔlido y azuloso, el miedo lo poseía, la Llorona le miró y venía en su dirección.

 

Federico hizo una sondeada a sus piernas, estaban congeladas, no se moverĆ­an, el hombre recurrió a lo Ćŗltimo que puede hacer un ser humano…

 

…Suplicar!

 

Las rodillas de Federico se flexionaron y el varón cayó al suelo, enseguida comenzó a pedir clemencia.

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—Dios ayĆŗdame, por favor seƱora no me mate…

 

La criatura se detuvo ante él y comenzó a caminar de un lado a otro, parecía no decidirse a atacarle.

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Federico rezaba por ayuda divina, por fin la Llorona le dio el frente y su boca de nuevo se abrió. Era espantosa!

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La mujer retrocedió el pie y descargó un zapatazo en la entrepierna del Federico.

 

—AAAAHHhh!!!!—Federico gritó con fuerza…Quedó con la boca abierta y la quijada casi desencajada.

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El pie de la criatura retrocedió y las esferas de carne de Federico se despegaron de su pelvis, una corriente eléctrica ascendió de sus genitales al estómago y el órgano se retorció, Federico apretó la boca para contener el vómito que ascendía por su esófago.

 

—GULP!—Se escuchó cuando el contenido estomacal regresaba a su lugar de origen.

 

Federico se retorció con un gusano rastrero, agarrÔndose los testículos, mientras la criatura le pateaba la espalda, no fuerte, pero si parecía querer burlarse de él.

 

Ambos machos estaban en el suelo soportando sus dolores y soltando lÔgrimas por el intenso dolor de gónadas.

 

—Jajajajajajaja!!—Se escuchó una risa fuerte, tenĆ­a un tono masculino, provenĆ­a de la Llorona, los adoloridos observaron a la mujer y reconocieron el tono de voz.

 

—Les gustó eso, miserables?

 

La Llorona se tomó el rostro y retiró su piel!…SĆ­, se trataba de una mĆ”scara!

 

Emerge debajo la figura de Pedro, un joven empleado de 18 aƱos y quien laboraba en el Ć”rea de comidas y bebidas, era Ć©l quien les tendió una broma pesada…

006

Pedro se enteró de los malos ratos que padecieron aquellos dos y buscó hacerles una broma mĆ”s que pesada…Era una venganza esperada por dos meses.

 

A Pedro le fue fÔcil tomar un disfraz que tenían en la bodega como promoción de la actual película que se exhibía.

 

—Espero que sus huevos se recuperen, pero me la debĆ­an y Ć©sta noche me cobrĆ© a gusto…Adiós!

 

Pedro se dispuso a marchar, Zenón y Federico le querían asesinar por los golpes y el susto de muerte, pero el dolor de bolas no les dejaba moverse siquiera.

 

Pedro se marchaba aun vestido de novia y con la horrible mĆ”scara en las manos, estaba satisfecho por su ansiado desquite…

 

…Tanto Zenón como su secuaz Federico se la debĆ­an por muchas bromas pesadas previas y un constante Bullying…Incluso en una ocasión lo golpearon, amarraron y lo pintaron con maquillaje de mujer, la humillación de Pedro fue muy grande aquella vez, y esperaba la forma de un desquite a plenitud, esta noche fue su oportunidad!

 

Los dos agredidos se quedaron en el suelo por casi media hora, sus testĆ­culos latĆ­an y estallaban en sensibilidad dolorosa.

 

Por fin cada quien pudo incorporarse y marcharse a sus casas, el desquite de Pedro fue total y prƔcticamente terminaron curados por su matoneo contra el joven.

 

Para el dĆŗo, aquella noche EN EL CINE, fue para olvidar.

 

 

FIN.

 

 

***

 

 

 

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