HasĆ”n Abou Kheir entornó los ojos despuĆ©s de estar un tiempo inconsciente. Estaba atado de brazos un poste. Alguien lo habĆa despojado de su camisa y le habĆa dejado Ćŗnicamente el jeans. Sus pies tambiĆ©n estaban descalzos.
āĀ”SĆ”quenme de aquĆ! āgritó con potencia en su voz.
Intentó
recordar quĆ© le habĆa pasado. SalĆa de su local comercial de muebles y caminaba
a su camioneta cuando fue abordado por tres hombres encapuchados que se apearon
de un auto color negro.
āSube al
vehĆculo āle ordenó uno.
āVete a la
mierda ārespondió el moro. Intentó abrir lo mĆ”s pronto la puerta de su automóvil,
arrepintiƩndose de haber dejado su arma reglamentaria en la guantera. Uno de
sus posibles secuestradores lo tomó del hombro y él reaccionó dÔndole un puñetazo
en el rostro.
El ladrón
cayó al suelo de culo. HasÔn daba vuelta a la llave de la puerta cuando de
repente, uno de los tipos plantó desde atrÔs una patada fuerte y bien colocada
entre sus piernas, conduciendo sus bolas contra su pelvis.
āĀ”Aaaaah! āgritó HasĆ”n lleno de sorpresa abriendo los ojos y llevĆ”ndose las manos a la entrepierna doblando sus rodillas y cayendo de costado al suelo.
Uno de los
secuestradores lo levantó y le inmovilizó los brazos, fue
empujado al vehĆculo negro. Ya dentro le aplicaron un paƱo contra su rostro que
lo hizo dormir sin saber mƔs de Ʃl hasta ahora.
Un puƱetazo en la zona de la costilla hizo que HazĆ”n gruƱera. Alguien lo habĆa golpeado desde atrĆ”s. Cuando giró la cabeza, una oleada de rabia lo invadió. Ćlvaro Rouco, estaba ahĆ y lo habĆa golpeado.
āĀ”SĆ”came de
aquĆ, maldito cobarde! ālo insultó con furia.
Ćlvaro simplemente se echó a reĆr, siguió caminando y se detuvo frente a HazĆ”n. El ex esposo de Micaela vestĆa jeans y una ajustada camiseta que dejaba a la vista la potencia muscular de sus grandes brazos.
āĀæPor quĆ© me
tienes aquĆ, canalla? Ā”SuĆ©ltame, hijo de perra! ĀæQuĆ© pretendes?
Ćlvaro Rouco
simplemente cerró el puño y sacó el aire del cuerpo de HazÔn al darle un golpe
en el estómago.
āTurco de
mierda, ¿qué pretendes acostÔndote con mi mujer? ”Te vas a arrepentir, turco
mal nacido!
āMicaela no
es tu mujer, cabrón. ¿Quieres pelear? ¿Por qué no me sueltas y peleamos como
los machos?
Ćlvaro se
echó a reĆr.
āMicaela sigue siendo mi mujer. No me ha firmado ningĆŗn divorcio, hijo
de puta. AsĆ que sigue siendo mĆa.
āĀ”Pues no!
Porque ahora estÔ conmigo, cabrón. No te tengo miedo.
āĀæNo me
tienes miedo? ”Caramba! Pues serÔ hora de que me empieces a temer.
Un momento
despuĆ©s, HazĆ”n gritó a todo pulmón, justo cuando el pie de Ćlvaro se clavó en
sus delicados testĆculos.
Los huevos
de HazƔn fueron aplastados entre su pelvis y la punta del zapato de su enemigo.
āSi quieres
seguir conservando la poca hombrĆa que tienes, afeminado de mierda, serĆ” mejor
que me jures dejar a mi mujer. ¿Qué dices? Tienes para elegir. Son tus bolas o
la madre de mis niƱas.
āVete a la
mierda, maldito enfermo ālo desafió HazĆ”n levantando con mucho orgullo su
barbilla y escupiƩndolo.
Ćlvaro se
limpió la mejilla, su rostro se habĆa transformado en autĆ©ntica furia. Golpeó
varias veces a HasÔn en el estómago y lo remató con una patada en las bolas, crujiéndolas
en su cuerpo.
El hombre
chilló, seguido dejó escapar un sonido de arcadas. Ćlvaro lo vio en su desdicha
y se burló de él.
āEres un
maldito demente ācatalogó HazĆ”n cuando pudo recuperarseā, un⦠cobarde. ĀæPor quĆ©?
¿Por qué no me sueltas y te enfrentas a mà como un verdadero hombre?
āEsas no son
las palabras que quiero oĆr, turco de mierda āafirmó Ćlvaro agarrando al hombre
de los hombrosā. Te estoy dando a escoger. ĀæTe quedas con mi esposa pero sin
bolas o abandonas a mi mujer y sigues conservando ese par de pelotitas? āante
el silencio de su presa, levantó la rodilla y asestó un golpe brutal a los
repletos testĆculos de HasĆ”n.
Las cejas
del descendiente de Ć”rabes se levantaron y sus ojos se cruzaron mientras gemĆa
de dolor, con la cara empapada de sudor. QuerĆa que le soltaran las manos y
retorcerse en el suelo agarrƔndose las bolas.
Ćlvaro lo
observó con sus oscuros ojos.
āĀ”No quiero
pensar que estƔs decidido a renunciar a tus bolas para quedarte con mi mujer,
hijo de puta! Ā”Si es asĆ, te va a ir muy mal! ācon su mano se apoderó de los
esfĆ©ricos órganos de HasĆ”n y retorció sus testĆculos, haciendo que HasĆ”n
chillara de dolor.
āĀæPiensas
renunciar a tus huevos por quedarte con mi mujer, maricón? āreclamó Ćlvaro con
los ojos brillantes de furia.
HasÔn gimió
con una mueca dolorosa.
Ćlvaro soltó
sus huevos, pero negó con la cabeza y le dio un rodillazo en las bolas,
haciendo que HasƔn gritara y colapsara de dolor.
āSi esa es
tu opción, te juro por tu AlÔ que te voy
a castrar, maldito āblasfemó Ćlvaro, totalmente furioso. Con su mano volvió
a agarrar las bolas del Ɣrabe.
HasÔn inhaló
profundamente.
Ćlvaro
sonrió de forma malvada. Jugó con las bolas de HasÔn durante un par de segundos
apretƔndolas con la yema de sus dedos.
āĀ”TĆŗ ganas,
hijo de puta, pero suĆ©ltame por AlĆ”! ārogó HasĆ”n.
āĀæQuĆ©? āa
Ćlvaro se le iluminó la cara por la sorpresa, al instante dejó de torturar las
bolas del capturado.
āĀ”Me alejarĆ© de Micaela, pero dĆ©jame los huevos!
Ćlvaro se
echó a reĆr.
āSabĆa que
eras un cobarde. Ja, ja, ja. ”Micaela es mucha mujer para alguien como tú!
Turco de la chingada.
HasĆ”n clavó la vista al suelo, respirando con dificultad. Enseguida Ćlvaro le desató los brazos, el moro se fue de lleno al suelo, acariciando sus doloridas gónadas.
āFalta algo,
cabrón ādijo Ćlvaroā, te alejarĆ”s de mi mujer, pero hay algo mĆ”s āal instante
se escuchó el sonido de la cremallera de su pantalón bajar.
HasĆ”n subió la mirada entregando un vistazo lleno de odio. Frente a Ć©l estaba la gorda y erecta polla de Ćlvaro, era blanca, llena de venas y cabezona, chorreante de lĆquido preseminal, su dueƱo la apuntó contra su boca.
āSi quieres salir con vida de aquĆ, chĆŗpame
la verga, Ɣrabe de mierda.
āĀæQuĆ©
quieres enfermo? āse quejó HazĆ”nā. Ā”Me voy a alejar de Micaela!
Furioso
Ćlvaro lo tomó de los cabellos y los haló levantando su cara.
āĀ”Que me chupes el pene si quieres irte con vida, puto!
HasÔn miró a
Ćlvaro y abrió la boca.
āSi me
muerdes el pene o algo parecido āamenazó Ćlvaroā, te arrancarĆ© los huevos y la
salchicha con un cuchillo de sierra afilada.
Ćlvaro se
burló, inhaló profundamente y golpeó con su polla la lengua de HasÔn.
La boca del
vendedor de muebles se cerró alrededor de la polla carnosa de Ćlvaro y comenzó
a chuparla.
La mano
derecha de HasĆ”n subió por la pierna de Ćlvaro y agarró sus bolas. Cerró la
mano con fuerza, haciendo que Ćlvaro inhalara con Ćmpetu y retomara una amenaza:
āSi me haces
daño, te voy a arrancar las pelotas, Ôrabe de mierda. ”No estoy jugando!
Resignado,
HasĆ”n obedeció liberando los fuertes testĆculos, a su suerte se vio forzado a
lamer las bolas de ex deportista.
Por momentos
Ćlvaro lo tomaba de los cabellos y empujaba la nuca adelante y atrĆ”s, su barra
carnosa y cabezona se deslizaba por completo en la boca de HasƔn, no le
importaba sentir de vez en cuando los dientes inexpertos del Ɣrabe sobre su
pene, se divertĆa humillĆ”ndolo.
De repente,
HasĆ”n se atragantó cuando su boca se llenó con el jugo cremoso de Ćlvaro.
Los ojos de
Ćlvaro se pusieron en blanco cuando experimentó el Ć©xtasis de su orgasmo y su
pene escupĆa galones de leche en la boca del Ć”rabe.
HasÔn tosió
y se atragantó, tragando el semen salado de su enemigo.
Finalmente
el orgasmo de Ćlvaro cesó, con un gemido se echó hacia atrĆ”s, su polla hĆŗmeda
se deslizó fuera de la boca de HazÔn, que expulsó aire, baba y semen.
Mientras
estaba ocupado en escupir, el Ć”rabe recibió una patada en los testĆculos de
parte de Ćlvaro.
āĀ”AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY!
āĀ”Nunca mĆ”s
volverƔs a follarte a mi mujer!
HasÔn agarró
sus bolas, cayó de costado, acurrucÔndose.
Ćlvaro volvió
a burlarse. Se plantó a un lado de HasÔn, con su polla brotando gota tras gota
de semen espeso que aterrizó en la cabeza del Ôrabe. Cuando terminó, se metió
la polla flÔcida en el pantalón. Se subió la cremallera y miró a HasÔn. Metió
la mano entre las piernas del Ôrabe, abrió su cremallera y sacó su dura polla
junto con sus grandes bolas para que quedaran en el suelo.
Ćlvaro le
guiñó un ojo a HasÔn.
HasƔn lo
miró fijamente, confundido.
Ćlvaro
levantó el pie y pisoteó los testĆculos del Ć”rabe, aplastando los dos
vulnerables huevos debajo de la suela de su zapato. AtacƔndolos brutalmente.
HazÔn gritó
de dolor y su pene comenzó a temblar violentamente.
Ćlvaro
torció el pie y sonrió, aplastando las bolas de HasÔn con toda la fuerza que
pudo reunir.
HasÔn chilló
y se retorció cuando su polla estalló con chorros agresivos de semen que
crearon un charco considerable en el suelo.
Ćlvaro
sonrió y levantó el pie, permitiendo que HasÔn se acurrucara como una pelota.
āSi quieres
me denuncias, moro de mierda. Pero quiero que en tu declaración aparezca la inolvidable mamada que me diste,
”JA, JA, JA, JA!
Ćlvaro se
dio la vuelta y salió por la puerta iba a pedir que en cuestión de minutos sus
secuaces entraran a la habitación y se llevasen a HasÔn.
En pocas horas HasĆ”n iba a ser liberado y se irĆa completamente derrotado a su casa. Se sentĆa sucio y como un poco hombre.
Le dolĆa todo el cuerpo, pero en especial las bolas, era como si hubiesen sido atropelladas por una aplanadora.
Caminaba con las piernas abiertas mientras sus gónadas enrojecidas estaban hinchadas, asĆ estarĆan por varios dĆas mĆ”s.
TendrĆa que por su bien alejarse de Micaela, usó su celular para bloquear todo contacto con la mujer, no iba a denunciar a Ćlvaro, y someterse a la humillación de declarar que le tuvo que chupar la pija. Maldijo durante horas a Ćlvaro.
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