Reto Farid 6: Nutball

El sexto reto de Farid consistía en un juego de nutball, los participantes designados estaban preparados para iniciar, sentados en el suelo y a punto de jugar.

 

Gaspar era el elegido por el equipo La Experiencia, era el padre de Lucas Chacón y de otra tanta manada de hijos, de profesión bogado, tez blanca y cabellos negros. Tuvo el primer lanzamiento y golpeó a su oponente de lleno en las bolas.

 

Martín Fernández Chacón dejó escapar un gruñido angustiado entre dientes. Era el atractivo joven designado por el equipo La Renovación, de tez morena y abundantes cabellos oscuros. Al ser descendiente de una mujer Chacón sus testículos eran menos grandes que la de el resto de sus primos, sin embargo resaltaban más que la del promedio de hombres fuera de la familia.

 

Cuando Gaspar se burlaba de su hazaña, sus huevos fueron aplastados por un golpe perfecto de la pesada pelota de béisbol. Dejó escapar un gemido de dolor.

 

—Es tu turno —dijo Martín con impaciencia tras escuchar los lamentos de dolor de Gaspar por casi tres minutos.

 

—Sí… sobrino… ay, es que me diste en los dos —afirmó Gaspar, entonces le lanzó la pelota a Martín con desgana, golpeándolo en la rodilla.

 

—¡¿Entonces, Gaspar?! —reprochó Bastian con ira al observar la falla.

 

Martín respondió con un golpe preciso que fulminó las dos bolas de Gaspar.

 

El abogado graznó con fuerza.

 

—Es bastante obvio que mi triunfo está cerca —celebró Martín abriendo con orgullo las piernas y sopesando sus gordas pelotas en sus manos.

 

Con el rostro contraído de dolor, Gaspar disparó la pelota de béisbol a los testículos del joven.

 

Conectó con un ruido sordo, haciendo que Martín gruñera de dolor.

 

Sin tiempo para lamentarse, Martín tomó represalias con un pelotazo que se estrelló contra las gordas gónadas de Gaspar y las pisó como tortillas, quitándole el aire de los pulmones y provocándole un gemido de angustia.

 

A continuación ambos comenzaron a golpearse una y otra vez, maltratándose los huevos el uno contra el otro con toda la fuerza que podían reunir. Los miembros de cada equipo animaban a sus elegidos, incitándolos, vitoreando y aplaudiendo salvajemente cada vez que una de las gónadas recibía un golpe.

 

Después de un rato, tanto Gaspar como Martín empezaron a sudar. Sus caras estaban rojas y gotas de sudor mojaban sus cuerpos desnudos.

 

Martín disparó la pelota de béisbol a la entrepierna de Gaspar, golpeando sus testículos de lleno.

 

El señor trató de ocultar su dolor, pero sus ojos se llenaron de lágrimas mientras jadeaba por aire. Haciendo un fuerte esfuerzo para reunir fuerzas, lanzó la pelota de béisbol a las partes nobles de Martín, anotando un golpe perfecto y clavando sus pelotas en su cuerpo.

 

Martín emitió un rugido enojado. Haciendo acopio de todas sus fuerzas, lanzó la pelota de béisbol entre los muslos de Gaspar Chacón.

 

Los ojos del abogado se abrieron cuando sus delicadas ciruelas fueron aplastadas contra su cuerpo. Su cuerpo se tensó. Sus ojos temblaron y su mandíbula se abrió.

 

Martín se rió entre dientes.

 

Gaspar sonrió y se frotó los testículos con dolor. Hizo una mueca y asintió lentamente calculando con un ojo cerrado la puntería hacia los cojones del morenazo a pocos metros de él y atacó sin piedad con toda la fuerza que pudo reunir.

 

Martín gritó de dolor cuando la pelota de béisbol le aplastó brutalmente las gónadas. Al instante hizo una mueca de lamento y agarró la pelota de béisbol disparándola a los cojones de Gaspar, maltratando los dos grandes testículos en su cuerpo y haciéndolo gritar de agonía.

 

Gaspar agarró la pelota de béisbol, gimiendo, tratando de concentrarse en la huevera de su contrincante.

 

El señor abogado disparó la pelota de béisbol en la entrepierna de Martín, golpeándolo en los huevos y arrancándole un gemido agudo.

 

Martín hizo una mueca de dolor, agarrándose las bolas.

 

—¡Mis pelotas, mis pelotas! —gritaba desesperadamente, estaba en el suelo de medio lado dando vueltas sin detenerse—. ¡Mis pelotas, mis pelotas! ¡Me rindo, me rindo!

 

Hubo señales de derrota y decaimiento en el grupo de La renovación. Pablo se hundió de hombros y negó con la cabeza.

 

Los miembros del grupo La experiencia estallaron en vítores y aplausos cuando Gaspar alzó los brazos en señal de victoria.

 

—De esta forma el equipo La experiencia sube a 4 puntos contra 2 del grupo de jóvenes —resumía Farid para la cámara—. Aún quedan dos retos para terminar, el próximo evento es una competencia de esperma… así como lo oyen. El último en derramar su carga será el perdedor y se llevará un terrible castigo y además perderá la oportunidad de otorgar un punto de más para su equipo.

 

—Esta podría ser mi oportunidad —susurró Bastián a su hermano Marcos—, parece que solo es una paja.

 

Marcos miró a su hermano y le frotó el hombro, conocía perfectamente la ultra debilidad testicular de Bastián. Miró a Wilcar y supo que tampoco había participado anteriormente. Iba a ser una decisión difícil, principalmente por la última advertencia de un terrible castigo.

 

En el equipo de La Renovación quiénes todavía no habían participado en un desafío eran Bernardo y Héctor.