Reto Farid 6: Nutball - Las Bolas de Pablo

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28 ago 2022

Reto Farid 6: Nutball

El sexto reto de Farid consistĆ­a en un juego de nutball, los participantes designados estaban preparados para iniciar, sentados en el suelo y a punto de jugar.

 


Gaspar era el elegido por el equipo La Experiencia, era el padre de Lucas ChacĆ³n y de otra tanta manada de hijos, de profesiĆ³n bogado, tez blanca y cabellos negros. Tuvo el primer lanzamiento y golpeĆ³ a su oponente de lleno en las bolas.

 


MartĆ­n FernĆ”ndez ChacĆ³n dejĆ³ escapar un gruƱido angustiado entre dientes. Era el atractivo joven designado por el equipo La RenovaciĆ³n, de tez morena y abundantes cabellos oscuros. Al ser descendiente de una mujer ChacĆ³n sus testĆ­culos eran menos grandes que la de el resto de sus primos, sin embargo resaltaban mĆ”s que la del promedio de hombres fuera de la familia.

 

Cuando Gaspar se burlaba de su hazaƱa, sus huevos fueron aplastados por un golpe perfecto de la pesada pelota de bĆ©isbol. DejĆ³ escapar un gemido de dolor.

 

—Es tu turno —dijo MartĆ­n con impaciencia tras escuchar los lamentos de dolor de Gaspar por casi tres minutos.

 

—SĆ­… sobrino… ay, es que me diste en los dos —afirmĆ³ Gaspar, entonces le lanzĆ³ la pelota a MartĆ­n con desgana, golpeĆ”ndolo en la rodilla.

 

—¡¿Entonces, Gaspar?! —reprochĆ³ Bastian con ira al observar la falla.

 

MartĆ­n respondiĆ³ con un golpe preciso que fulminĆ³ las dos bolas de Gaspar.

 

El abogado graznĆ³ con fuerza.

 

—Es bastante obvio que mi triunfo estĆ” cerca —celebrĆ³ MartĆ­n abriendo con orgullo las piernas y sopesando sus gordas pelotas en sus manos.

 

Con el rostro contraĆ­do de dolor, Gaspar disparĆ³ la pelota de bĆ©isbol a los testĆ­culos del joven.

 


ConectĆ³ con un ruido sordo, haciendo que MartĆ­n gruƱera de dolor.

 

Sin tiempo para lamentarse, MartĆ­n tomĆ³ represalias con un pelotazo que se estrellĆ³ contra las gordas gĆ³nadas de Gaspar y las pisĆ³ como tortillas, quitĆ”ndole el aire de los pulmones y provocĆ”ndole un gemido de angustia.

 

A continuaciĆ³n ambos comenzaron a golpearse una y otra vez, maltratĆ”ndose los huevos el uno contra el otro con toda la fuerza que podĆ­an reunir. Los miembros de cada equipo animaban a sus elegidos, incitĆ”ndolos, vitoreando y aplaudiendo salvajemente cada vez que una de las gĆ³nadas recibĆ­a un golpe.

 

DespuĆ©s de un rato, tanto Gaspar como MartĆ­n empezaron a sudar. Sus caras estaban rojas y gotas de sudor mojaban sus cuerpos desnudos.

 

MartĆ­n disparĆ³ la pelota de bĆ©isbol a la entrepierna de Gaspar, golpeando sus testĆ­culos de lleno.

 


El seƱor tratĆ³ de ocultar su dolor, pero sus ojos se llenaron de lĆ”grimas mientras jadeaba por aire. Haciendo un fuerte esfuerzo para reunir fuerzas, lanzĆ³ la pelota de bĆ©isbol a las partes nobles de MartĆ­n, anotando un golpe perfecto y clavando sus pelotas en su cuerpo.

 


MartĆ­n emitiĆ³ un rugido enojado. Haciendo acopio de todas sus fuerzas, lanzĆ³ la pelota de bĆ©isbol entre los muslos de Gaspar ChacĆ³n.

 

Los ojos del abogado se abrieron cuando sus delicadas ciruelas fueron aplastadas contra su cuerpo. Su cuerpo se tensĆ³. Sus ojos temblaron y su mandĆ­bula se abriĆ³.

 

MartĆ­n se riĆ³ entre dientes.

 

Gaspar sonriĆ³ y se frotĆ³ los testĆ­culos con dolor. Hizo una mueca y asintiĆ³ lentamente calculando con un ojo cerrado la punterĆ­a hacia los cojones del morenazo a pocos metros de Ć©l y atacĆ³ sin piedad con toda la fuerza que pudo reunir.

 


MartĆ­n gritĆ³ de dolor cuando la pelota de bĆ©isbol le aplastĆ³ brutalmente las gĆ³nadas. Al instante hizo una mueca de lamento y agarrĆ³ la pelota de bĆ©isbol disparĆ”ndola a los cojones de Gaspar, maltratando los dos grandes testĆ­culos en su cuerpo y haciĆ©ndolo gritar de agonĆ­a.

 

Gaspar agarrĆ³ la pelota de bĆ©isbol, gimiendo, tratando de concentrarse en la huevera de su contrincante.

 

El seƱor abogado disparĆ³ la pelota de bĆ©isbol en la entrepierna de MartĆ­n, golpeĆ”ndolo en los huevos y arrancĆ”ndole un gemido agudo.

 

Martƭn hizo una mueca de dolor, agarrƔndose las bolas.

 


—¡Mis pelotas, mis pelotas! —gritaba desesperadamente, estaba en el suelo de medio lado dando vueltas sin detenerse—. ¡Mis pelotas, mis pelotas! ¡Me rindo, me rindo!

 

Hubo seƱales de derrota y decaimiento en el grupo de La renovaciĆ³n. Pablo se hundiĆ³ de hombros y negĆ³ con la cabeza.

 

Los miembros del grupo La experiencia estallaron en vĆ­tores y aplausos cuando Gaspar alzĆ³ los brazos en seƱal de victoria.

 


—De esta forma el equipo La experiencia sube a 4 puntos contra 2 del grupo de jĆ³venes —resumĆ­a Farid para la cĆ”mara—. AĆŗn quedan dos retos para terminar, el prĆ³ximo evento es una competencia de esperma… asĆ­ como lo oyen. El Ćŗltimo en derramar su carga serĆ” el perdedor y se llevarĆ” un terrible castigo y ademĆ”s perderĆ” la oportunidad de otorgar un punto de mĆ”s para su equipo.

 


—Esta podrĆ­a ser mi oportunidad —susurrĆ³ BastiĆ”n a su hermano Marcos—, parece que solo es una paja.

 

Marcos mirĆ³ a su hermano y le frotĆ³ el hombro, conocĆ­a perfectamente la ultra debilidad testicular de BastiĆ”n. MirĆ³ a Wilcar y supo que tampoco habĆ­a participado anteriormente. Iba a ser una decisiĆ³n difĆ­cil, principalmente por la Ćŗltima advertencia de un terrible castigo.

 

En el equipo de La RenovaciĆ³n quiĆ©nes todavĆ­a no habĆ­an participado en un desafĆ­o eran Bernardo y HĆ©ctor.


 

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