CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Luego de una ardua preparaciĆ³n Israel pudo ganarse el segundo lugar como representante a una competencia internacional de nataciĆ³n. Por ello viajĆ³ acompaƱado de Adam (su peor enemigo) y otro deportista hacia Alemania.
El trĆo de hombres compartirĆan habitaciĆ³n, un salĆ³n pequeƱo dividido por una sala, una habitaciĆ³n con tres camas separadas y un baƱo para todos.
Llegaron en horas del mediodĆa, conocieron la ciudad y la sede de la piscina donde iban a realizar las 5 pruebas en las siguientes semanas.
Descansaban exhaustos en aquella temprana hora de la noche. Adam leĆa un libro de polĆtica en su cama, el otro muchacho, Francisco, se mostraba soƱoliento sobre la cama, e Israel...
—¡JA,JA,JA! —estallĆ³ en risas Adam al ver a semejante dios griego con un licra ajustada a la parte inferior del cuerpo.
No en vano le hacĆa notar muy bien pues se pegaba a sus muslos grandes de nadador y se abultaba a la entrepierna formando un exuberante relieve carnoso. El trasero lucĆa redondo y parado. El pecho desnudo y olĆa a jabĆ³n de ducha.
—que ridĆculo —catalogĆ³ Adam
—¿ridĆculo? Tu novia no decĆa lo mismo cada vez que me la pegaba al pene.
—tranquilos muchachos, no debemos pelear. Tenemos que concentrarnos para ganar a partir de maƱana.
—pero este perro violĆ³ a mi novia —casi lloraba Adam, mientras Israel lo provocaba haciendo movimientos sugestivos con la cadera—. Eres un malnacido.
—tu novia me fascina. ¿Te contĆ© que me encanta el lunar que tiene cerca de la vagina? Siempre se lo lamo.
Adam se batiĆ³ en el aire y Francisco luchaba para sostenerlo:
—calmate Adam ¿no sientes que lo dice para fastidiarte?
Adam lo mirĆ³ con odio, mientras Israel bostezaba, entonces el hombre moreno relajĆ³ el cuerpo.
—OjalĆ” te mueras, Israel.
El nadador riĆ³ y se metiĆ³ en la cama.
—¿te puedo soltar? ¿estarĆ”s quieto? No vengo de tan lejos para verlos pelear o para perder.
—suĆ©ltame. EstarĆ© bien.
Adam se quedĆ³ tranquilo, mientras Israel ya envuelto en las colchas se quitaba el ajustado atuendo y muy probablemente desnudo girĆ³ hacia la pared para intentar dormir. Francisco se alejĆ³ de Adam y regresĆ³ a su cama, en poco tiempo se durmiĆ³. Adam se vio obligado a apagar la lampara, pero demorĆ³ horas en olvidar su ira y dormirse.
...
A la maƱana siguiente Israel dormĆa plĆ”cidamente, pues, el viaje del dĆa anterior agotĆ³ todas sus energĆas, pero, una mano furtiva le quitĆ³ de manera lenta la cobija, hasta que bajĆ³ a sus muslos.
"AsĆ que duermes desnudo desgraciado" pensĆ³ Adam.
Israel dormĆa boca arriba, con las piernas muy abiertas... su pene estaba flĆ”cido pero largo como una salchicha alemana, blanca y con unas venas que ornamentaban su desnudes. Sus cojones llenos de esperma reposaban caĆdos entre sus muslos, envueltos en un escroto de piel arrugada y vulnerable. Se habĆa depilado para la competiciĆ³n.
Adam rabioso estrellĆ³ los nudillos en aquellas orbes parecidas a 2 huevos de gallinas.
—¡AAAARRGGGG! —gritĆ³ Israel despertando sobresaltado de un tranquilo sueƱo, sintiendo el contundente golpe sobre sus testĆculos—. Fran, Fran... ayu... ayudame.
—Francisco no estĆ” aquĆ, pelotudo. AsĆ que ya veras que te sucede cuando se meten conmigo. Pero creo que eres un maricotas, porque te gusta que yo te joda —enseguida lo agarrĆ³ de las pelotas y empezĆ³ a retorcer las manos.
—¡No, por favor no! AAAAAAARRRRGGG —Israel se retorcĆa como lombriz en la cama agarrando de las muƱecas a Adam.
—Mala elecciĆ³n meterte conmigo. Y haberte acostado con mi novia. La muy perra, siempre pagĆ³ por esa traiciĆ³n —relataba apretando duro el escroto y girĆ”ndolo como un pomo, Israel se asfixiaba.
El nadador hijo de Marcos ChacĆ³n gritĆ³, mientras Adam continuaba aplastando las gĆ³nadas, sin importarle los aullidos dolorosos. El rubio arqueĆ³ la espalda localizando en la mesa de noche un adorno de madera, que no dudĆ³ en coger y estampar en la frente de Adam que retrocediĆ³ con el impacto. Enseguida se doblĆ³ agarrĆ”ndose las bolas heridas, mientras que Adam surgiĆ³ sobre su espalda como un monstruo. TomĆ”ndolo del hombro para tirarlo al suelo. Israel cayĆ³ pesadamente y se golpeĆ³ la cabeza, soltĆ³ un quejido agarrĆ”ndose la nuca, pero Adam volviĆ³ a adueƱarse de sus pelotas arrancĆ”ndole otro grito lastimero.
—¡ADAM POR FAVOR! —suplicĆ³, cada mĆŗsculo de su cuerpo estaba tenso intentando desesperadamente de alejar la mano aplastante de los testĆculos—, Aaagh Aaaaarrrrgggggg AAAAARRRTGGGHHHHHH.
—no te ha quedado en tu cerebro lleno de mierda que conmigo nadie se mete. Y menos tĆŗ. Pelotudo hijo de perra —se burlaba Adam retorciĆ©ndole los huevos, que en sus manos tronaban.
—aaaaayyyyy, COBARDE.
—el cobarde eres tĆŗ. Que por creer que por tener una carita bonita, cojeras a cualquiera. MaricĆ³n. Tus bolas son endebles —dijo y dejĆ³ en libertad a Israel.
El rubio rodĆ³ por el suelo, agarrĆ”ndose la entrepierna mientras sollozaba.
—juro, por Dios que si te vuelves a meter conmigo, pensarĆ© que eres un maldito pervertido al que le gusta que le toquen las bolas. ¡MaricĆ³n!
—la maricona eres tĆŗ —alegĆ³ Israel sentĆ”ndose lentamente para estar en guardia, pero su pene empezaba a hincharse con una repentina erecciĆ³n.
—¿que me dijiste, idiota? —preguntĆ³ Adam caminando hacia Ć©l.
Pero alguien tocĆ³ la puerta.
—amigos —era la voz de Fernando—, deben bajar a desayunar para irnos a entrenar. Los estoy esperando. Tienen 10 minutos.
—irĆ© enseguida —asegurĆ³ Adam.
—despierta de inmediato a Israel.
Adam e Israel se miraron con odio, por Ćŗltimo Adam lo volviĆ³ a amenazar y lo escupiĆ³ antes de salir de aquella habitaciĆ³n.
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