CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
La culpa es mĆa, lo sĆ©. Pero es que nunca me gustaron las matemĆ”ticas, y si escogĆ esta carrera universitaria es porque ya he estado en otras tres casas de estudios sin concluir carrera alguna.
En esta carrera de IngenierĆa MecĆ”nica, una se encuentra a cualquier tipo de hombre. Como es el caso del profesor Manuel, un sujeto joven, experto en nĆŗmeros y sobretodo creĆdo. MĆ”s de una vez me hizo quedar en ridĆculo en plena clase y, Ā”es que odio las matemĆ”ticas!
Y bueno, su materia terminó con una nota desastrosa que manchó mi historial acadĆ©mico. DebĆa arreglar aquello, la cuestión sucedió en la Ćŗltima semana del perĆodo acadĆ©mico, donde los profesores envĆan los resultados a otras instancias para que sea cargado al sistema de la universidad.
āDebe haber una manera, profesor āagregue lanzando el anzuelo.
āBueno Carmen, creo que sĆ hay solución āindicó Ć©l.
Perfecto, sabĆa que me habĆa mirado mi escote. El Prof. Manuel terminó diciendo:
āLa solución la podemos encontrar el jueves en mi casa āescribĆa la dirección en un pedazo de papelā, ahĆ veremos como arreglamos estas notas.
Yo fingĆ sorprenderme.
āĀæEn su casa? ĀæQuĆ© podemos hacer ahĆ?
āYa te he dicho... conseguir un resultado a tu desbarajuste de notas āme miró con sus ojos aceitunadoā. SerĆ” fĆ”cil.
Me mordĆ los rojos labios mientras sabĆa que Ć©l me comĆa con el pensamiento. Al fin me despedĆ y salĆ del aula moviendo mi cuerpo mĆ”s que una gelatina.
Ya el jueves llegué a su casa, me recibió en la sala y me ofreció una copa de jerez.
āĀæY, entonces, Carmen. Tienes novio?
āOh, no profesor. Tengo ya mucho rato sola.
āĀ”QuĆ© pena! Y, Āæpor quĆ© no congenias con los nĆŗmeros?
āNo lo sĆ©, parece que usted es el difĆcil. PasĆ© todas mis materias excepto la suya.
Manuel sonrió, y se puso de pie.
āPara eso estĆ”s aquĆ. Para ponĆ©rtelo fĆ”cil. Hoy pasas tu materia. De una manera fĆ”cil. Sólo tienes que cooperar. Ademas, las materias que pasaste fue a duras penas.
Y ahĆ estaba como todo macho, ya lo sabĆa, tendrĆa que chuparle la polla como al viejo profesor de MecĆ”nica automotriz o dejar que me chupara las tetas como el director que impartĆa Fisica I.
āĀæY......... Y, quĆ© debo hacer profesor?
āGolpear mis cocos.
āĀæQuĆ©?
Vaya proposición mĆ”s rara me hacĆa este tipo. Ćl repitió y afirmativamente tenĆa que pegarle en los testĆculos.
Hizo que olvidara la copa y que me levantara del mueble, abrió las piernas como si abriera el contacto con sus testĆculos.
Manuel usaba una camiseta gris ajustada que dejaba ver su pecho liso y atlĆ©tico, aunque sus pezones parecĆan erectos.
Puse la mano sobre el hombro de Manuel, estaba extrañado ante la situación, mi profesor estaba pasado de erecto.
Con decisión subà la robusta rodilla entre las piernas del profesor Manuel, estrellando sus bolas contra su pelvis, sentà el rudo contacto e hice que el matemÔtico soltara un ronco grito.
RetrocedĆ unos pasos asombrada con el gran dominio que podĆa tener sobre un hombre con tan sólo un golpe en sus genitales. Admiraba su reacción, el profe Manuel estaba doblado, con la mano en la entrepierna.
Aquello al profe le encantaba, tenĆa aƱos deseando sĆ”dicamente que alguna de sus guapas alumnas le reventara las bolas.
āĀæTerminamos, profesor?
Ćl demoró un momento de silencio.
āNo... ahora es que falta āafirmó con voz tensa.
Tomó cerca de minuto y medio para que Manuel se enderezara. La cara la tenĆa colorada e indico que lo volviera a golpear. No lo dude ni por un momento, si con eso iba a pasar su materia, podĆa hacerlo millones de veces. Respirando profundo pateĆ© las pelotas en el abultado jeans del profesor. Mi empeine chocó con los huevos lechosos de Manuel, embistiĆ©ndolos contra su cuerpo, aplanandolos en la cadera.
Manuel lanzó un aullido grave y cayó de rodillas, agarrÔndose las bolas.
Me asustĆ© y traguĆ© saliva, nunca antes me habĆa atrevido a pegarle en los testĆculos a un pibe. Pobre gónadas las de aquel tipo, tan lindo y tan raro, mira que dejar que le destrocen asĆ su hombrĆa. Hubiera preferido ir a la cama con Ć©l, todo fuera por aprobar o probarlo.
āNo te preocupes, estoy bien... Vamos por otro golpe. Para la mĆ”xima puntuación.
Estaba incrƩdula.
āĀæSeguro?
āĀ”SĆ!
"Este si sigue asĆ, no tendrĆ” hijos" pensĆ©.
Manuel preso de dolor, se puso de pie. Arrugó la frente, mientras sus mejillas estaban sonrosadas.
Con un golpe audible producto de una violenta patada mi sandalia chocó con los huevos de Manuel aplastandolos tan duro que el desgraciado profesor gritó, moviendo la campana de la boca.
Asombrada, dĆ un paso atrĆ”s y sonreĆ quizĆ”s de los nervios. Manuel se desplomó en el suelo sin quitar la mano de sus huevos. Pero cayó al suelo retorciĆ©ndose, gimiendo de dolor, a tiempo que se mecĆa hacia adelante y atrĆ”s.
āĀæEstĆ” bien, profesor?
āEstoy... per... perfecto.
Manuel continuarĆa tendido en el suelo, gimiendo en su mundo de dolor y cubriendo su entrepierna, con los ojos bien cerrados, ya aquello era suficiente, debo contarles que pasĆ© su materia con la mĆ”xima puntuación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario