-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
—¿EstĆ”s preparado? —preguntĆ³ una linda rubia que parecĆa sacada de un cuento de hadas. Su cabello era ondulado y del color del oro ademĆ”s de sus profundos ojos azules.
DarĆo afirmĆ³ con la cabeza. Era el dĆa del juego elemental y varios de sus compaƱeros estaban en ellos y a Ć©l le habĆa correspondido esa guapa muchacha que le donĆ³ la primera erecciĆ³n de la hora. El hombre tenĆa el cuerpo semidesnudo tapado sus genitales con una corta ropa interior su cuerpo era fibroso y con hermosos mĆŗsculos de gimnasio.
El atractivo hombre miembro del elemento Tierra se acostĆ³ sobre un banco, dos personas se acercaron hasta Ć©l y le amarraron los brazos de forma que su espalda quedĆ³ apoyada en el respaldo y sus piernas arqueadas, separadas y dejando su objetivo vulnerable. Enseguida una nueva erecciĆ³n creciĆ³ en su ropa interior.
El pie de la muchacha conectĆ³ con la entrepierna de DarĆo, aplastando el prominente bulto y golpeando sus testĆculos contra su cuerpo.
Los ojos de DarĆo se hincharon y comenzĆ³ a toser
—¡Ay, mis bolas! —gimiĆ³.
—¡Ay, mis bolas! —gimiĆ³.
La hermosa rubia lo mirĆ³ hacer una mueca y gemir de dolor.
—Que bello —comunicĆ³—. Si te haces el fuerte te prometo que tendremos sexo al finalizar el juego, papacito.
DarĆo la mirĆ³ con una expresiĆ³n de dolor en el rostro.
—¿Dijiste quĆ©?
—Que quiero esa polla dentro de mi.
La bella mujer subiĆ³ la pierna estrellĆ”ndola en las gĆ³nadas del hermoso DarĆo haciĆ©ndole gritar de dolor.
El macho representante del elemento Tierra se retorciĆ³ como lombriz.
—¿Quisieras ver como lamo tu pene, cierto? Imagina trasladando mi lengua por tu verga venosa… chupando como helado la cabeza de tu polla…
—Oh…
La erecciĆ³n sobre DarĆo estaba levantando su ropa interior como una carpa de circo.
La mujer riĆ³ y plantĆ³ otra patada dura en la entrepierna de DarĆo, crujiendo sus huevos y provocando un gemido angustiado.
—Quisiera verte botar ese manantial de leche blanco ahĆ guardado. Quiero verte eyacular a borbotones y tragarmela o pasarmela por la cara.
SonriĆ©ndo malĆ©volamente la rubia pateĆ³ los cojones de DarĆo con toda la fuerza que pudo reunir.
El cuerpo de DarĆo convulsionĆ³ y lo dejĆ³ soltar un grito.
La guapa muchacha se inclinĆ³ sobre DarĆo y levantĆ³ la rodilla antes de estrellarla entre los muslos del macho, embistiendo sus jugosos testĆculos en su cuerpo y haciendo que gritara de dolor.
—¡Ay, mi Dios!
La chica sonriĆ³ y metiĆ³ la rodilla contra la entrepierna una vez mĆ”s.
Otra y otra vez su rodilla colisionĆ³ contra los huevos de DarĆo.
—Quiero ese pedazo de carne en mi boca —dijo la rubia mirando la gran erecciĆ³n del guapo macho.
La modelo riĆ³ y pateĆ³ la entrepierna lo mĆ”s fuerte que pudo.
DarĆo gritĆ³ hinchando sus ojos y las venas del cuello.
Otra patada dio en el blanco y aplastĆ³ las gĆ³nadas de DarĆo, haciĆ©ndolo chillar en agonĆa.
Y su polla entrĆ³ en erupciĆ³n dentro de sus calzoncillos.
La muchacha observĆ³ la erecciĆ³n de DarĆo con una expresiĆ³n fascinada en su rostro. La cabeza rosa palpitaba debajo de la endeble tela bombeando un lote tras otro de cremoso semen empapando los calzoncillos originando una super mancha hĆŗmeda que crecĆa cada vez mĆ”s con cada sacudida.
Ella levantĆ³ la pierna y pisoteĆ³ con fuerza las huevas de DarĆo, aplastĆ”ndolas y haciendo que el hombre se sintiera dolorido y miserable mientras su orgasmo continuaba dominando su cuerpo.
La rubia volviĆ³ a pisotear las gĆ³nadas de DarĆo dentro de su hĆŗmedo y pegajoso calzoncillo, sacĆ”ndole un gemido angustiado y haciendo que su atractiva cara se arrugase de dolor.
Finalmente, el orgasmo cesĆ³ y quedo jadeando pesadamente, haciendo muecas de dolor mientras su cuerpo brillaba en sudor.
—Debes tener la polla sucia de leche, veamos si te la puedo limpiar con la boca —la rubia quitĆ³ la ropa interior dejando al descubierto la polla gordita baƱada y pegajosa de su jugo.
DarĆo dejĆ³ escapar un gemido.
La mujer enfocĆ³ sus ojos en los dos grandes e hinchados testĆculos que colgaban dentro del escroto de DarĆo.
Los ojos del macho se agrandaron.
—No, por favor no lo hagas…
El pie de la rubia conectĆ³ con las huevas maltratadas de DarĆo y despues las volviĆ³ a patear.
Los gritos de DarĆo llenaron la habitaciĆ³n entre tanto sus bolas eran pateadas como balones de fĆŗtbol
DarĆo gritĆ³, chillĆ³ y gimiĆ³ de dolor cuando sus grandes cojones fueron aplastados por su guapa torturadora que sĆ³lo se encargaba de excitarlo verbalmente porque nunca tendrĆa sexo con Ć©l.
La modelo se acercĆ³ junto a Ć©l y sonriĆ³. CerrĆ³ su mano izquierda alrededor de las gĆ³nadas de DarĆo, apretando con fuerza.
La boca del hombre se abriĆ³ y dejĆ³ escapar un grito penetrante.
ComenzĆ³ a retorcerse sobre el banco de dolor y en contraste su polla se levantaba llena de venas y furiosa.
La muchacha estaba sonriendo, apretando las bolas matando los espermas del macho.
La respiraciĆ³n de DarĆo se acelerĆ³ y sus gritos subieron mĆ”s y mĆ”s hasta que su pene soltĆ³ un gran y espeso lote de leche que surcĆ³ el aire y aterrizĆ³ en la cara de la rubia tambiĆ©n hubo otras que fueron hasta su cabello.
DarĆo estaba gritando. Su orgasmo pareciĆ³ durar una eternidad, ya que la bonita rubia se asegurĆ³ de ordeƱarlo hasta la Ćŗltima gota.
Finalmente, las bolas de DarĆo estaban vacĆas, y su abdomen estaba mojado y repleto de una laguna de semen.
La mujer soltĆ³ sus bolas.
DarĆo se quedĆ³ respirando pesadamente, con los ojos cerrados, la boca abierta y la cara contraĆda de dolor.
La chica se levantĆ³ y agarrĆ³ los pies de DarĆo, separando sus piernas.
DarĆo dejĆ³ escapar un gemido, faltaban pocos minutos para que su prueba terminara y las pelotas le dolĆan enormemente.
—Por favor, no, no lo hagas, me duelen, me rindo.
La rubia lo observĆ³ decepcionada dejando caer sus piernas. Se acercĆ³ a una pared y pulsĆ³ un interruptor haciendo sonar una alarma que amortiguĆ³ los gemidos del desdichado participante. Indicaba que se habĆa rendido en el juego.
—Que decepcionada me tienes, varĆ³n —dijo antes de irse y cerrar la puerta.
Dos hombres penetraron a la habitaciĆ³n soltando a DarĆo de sus ataduras, Ć©l se acurrucĆ³ por un momento sosteniĆ©ndose las bolas con ambas manos.
—Me duelen, me duelen —decĆa.
Quince minutos despuĆ©s logrĆ³ salir cojeando de la habitaciĆ³n, al salir de ella lo primero que hizo fue observar en la pantalla de un televisor en el pasillo los resultados del juego del dĆa: el elemento FUEGO, METAL y otros se coronaban en el primer lugar al acumular 3 puntos por no rendirse en el juego, Ć©l hizo que su elemento Tierra retrocediera al segundo puesto mientras que de Ćŗltimo estaba el elemento HIELO. Con dos puntos porque Freddy se habĆa rendido la vez anterior y hoy.
—Es el eliminado —sonriĆ³ DarĆo sintiendose aliviado y con renovada energĆa.
CaminĆ³ en direcciĆ³n a la sala general donde estaban todos los miembros de los elementos. ConsiguiĆ³ a Freddy con la cara doblada y con el Ć”nimo caĆdo.
DarĆo se carcajeĆ³ en su cara.
—Que vergĆ¼enza, Freddy —decĆa—. Eres tan grande y fuerte pero no puedes resistir golpes a las bolas. A legĆ¼as se ve que eres 100% esteroides.
Freddy entornĆ³ los ojos como si con ellos pudiera eliminar a DarĆo, rĆ”pidamente llevĆ³ su pie contra los huevos del participante, aplastando sus bolas doloridas e hinchadas en su cuerpo.
DarĆo gimiĆ³ roncamente, llevando sus manos a las bolas, doblando las rodillas y despuĆ©s cayendo de culo al piso sin poder mantenerse.
La cara desanimada de Freddy cambiĆ³ con una amplia sonrisa. Varios de sus compaƱeros rieron y aplaudieron.
—No te vengas a reĆr cuando tĆŗ tambiĆ©n te rendiste, mariquita —juzgĆ³ el guapo eliminado de la tanda.
DarĆo se quedĆ³ gimiendo de dolor en el piso.
Gran historia sigue asĆ poniendo ballbusting hetero en la mayorĆa de tus historias
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