Proyecto Elite (7/?): confesiones y sexo en el sauna - Las Bolas de Pablo

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2 abr 2018

Proyecto Elite (7/?): confesiones y sexo en el sauna


CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL

   David luego del suceso de su secuestro estaba molesto. EntrĆ³ al interior de la casa de equipo protestando pero algunos seguĆ­an durmiendo u otros estaban en el interior de sus habitaciones. El primero que saliĆ³ de su cuarto con los gritos fue RenĆ©:


   —¿QuĆ© te pasa David? —saliĆ³ preguntando.



   —No me gusta que me hagan eso —gritaba el hombre— sabĆ­an que yo no derramarĆ­a ni una gota de semen aquĆ­ por placer.



   —¿Y quĆ© te hicieron?



   —Alguno de ustedes me lo hizo.



   —jajaja, que caliente, David, jajaja —se burlaba Lucas— . ¿QuiĆ©n te lo hizo? ¿Que te hizo? jajaja.



   David cerrĆ³ la boca apretando sus labios y se fue directo al baƱo sin decir ni una palabra. AllĆ­ dentro se miro en el espejo recordando los impulsos que sintiĆ³ cuando lo retuvieron, aquella rica estimulaciĆ³n rĆ”pida, el paquete, los masajes a su verga y bolas. EmpezĆ³ a sentir la excitaciĆ³n en ese momento, su miembro crecĆ­a y endurecĆ­a.



   —Ya David serĆ” mejor que te calmes —se dijo—, o uno de los cardenales o de los iguanas te hizo eso pero no lo va a decir. No vas a sacar ni una palabra del que fuera o los que fueran. Pero deberĆ­as estar atento para que no se repita



   TardĆ³ unos minutos aseĆ”ndose en el baƱo.



   Los integrantes de la casa fueron a desayunar, entre ellos: Lucas, RenĆ© y Carlos. Miguel nunca salĆ­a de la habitacion y MatĆ­as se la pasaba durmiendo o haciendo alguna actividad rara en su habitaciĆ³n.



   Cuando David se integrĆ³ al grupo en la cocina ya parte de la comida habĆ­a sido preparada.



   —Finalmente, David, ¿quĆ© rico te hicieron? —se burlĆ³ Lucas.



   David sonriĆ³, tomo cafe y respondiĆ³:



   —No te importa.



   —jajaja asĆ­ seria de rico —expresĆ³ el muchacho.



   Continuaron desayunando en silencio pero pronto el mutismo se rompiĆ³ por una pregunta de Carlos:



   —RenĆ© ¿estĆ”s preocupado por si te eliminan?



   —SĆ­ y no —respondiĆ³ el luchador de pancraxio masticando y tragando su desayuno—. En realidad Miguel en los concursos no participa, serĆ­a muy bueno que el eliminado resultase Ć©l, aunque los votos son tan inesperados que podrĆ­a resultar eliminado yo. Y no quisiera serlo, asĆ­ como estĆ”n muchos de ustedes. Quiero ganar esta competencia



   —Pero eso es difĆ­cil jaja —reia Lucas—, es mucha la competencia.



   —Todo es rudo, Ć©stas reglas se ponen cada vez mĆ”s interesantes —hablaba David— a quien se le ocurre obligarnos a votar entre nosotros mismos... ¿dĆ³nde queda la amistad y el grupo que somos?



   —No es eso, David —negĆ³ Carlos—, esto es supervivencia... supervivencia de grupo, el mĆ”s dĆ©bil pierde y el mĆ”s hĆ”bil gana, esa es la regla fundamental.

   —Entonces somos un vehĆ­culo —dijo RenĆ©— un vehĆ­culo para ayudar a ganar a uno de nosotros. Suponte que me usaron para descargar mi semen en aquel vaso y que mi reto funcionĆ³ y ganamos pero tarde o temprano serĆ© yo un posible eliminado.


   —AsĆ­ es —terminĆ³ de decir Carlos— podremos ser un vehĆ­culo para el ganador.



   A continuaciĆ³n paso algo que los ahĆ­ reunidos jamĆ”s hubiera pensado. Al comedor se integrĆ³ Miguel, mostrando parte de su cuerpo negro y fuerte. Dejando ver con su ajustada ropa la silueta de su paquete.



   —¿CĆ³mo estĆ”n? ¿Y mi desayuno?



   —¿Tu desayuno?



   —SĆ­, siempre alguno de ustedes me lo prepara y lo lleva a mi habitaciĆ³n pero hoy decidĆ­ salir.



   —¿Por quĆ©?

Miguel


   —Para aprovechar mis Ćŗltimos dĆ­as en el edificio, lo sĆ©. Y bueno ya pensĆ© mucho y resulta que lo que pasa en estos bloques queda entre las paredes.



   —¿A quĆ© te refieres con eso?



   —Ja, ja, ja. A nada —terminĆ³ riendo Miguel sentĆ”ndose con los reunidos.



   —Lo confieso, yo preparo el desayuno, tu desayuno —indicĆ³ Lucas haciendo el trabajo.



   —¿Por quĆ© no compartĆ­as con nosotros,  Miguel?



   —No lo sĆØ, quizĆ”s por miedo. Son cosas que no quisiera recordar. Es que hice tantas para llegar aquĆ­.



   —¿CĆ³mo quĆ©? —quiso saber David.



   —Piensa en todo los culos que tuve que coger y que me cogieran.



   —Ja, ja, ja. Todos pasamos por eso —reconociĆ³ RenĆ©.



   —Bueno pero... ya pensĆ© todo y sĆ© que serĆ© yo el expulsado y decido compartir estos Ćŗltimos dĆ­as con ustedes.



   —¿Y no quisieras participar en un reto caliente?



   —ja, ja, ja. RenĆ© crĆ©eme que no.



   —¿Y cĆ³mo es tu semen? —preguntĆ³ Lucas—. ¿Desde cuando no te masturbas? ¿CĆ³mo expulsas tu lĆ­quido? PodrĆ­as ser un rival duro o ¿no?



   —jajaja, Puede que mi semen siempre salga espeso jajaja de ese que te jalas y se te pega en toda la verga y la mano.



   Continuaron riendo y charlando. Miguel era un macho tranquilo y todos respetaron su decisiĆ³n de irse del edificio pero aun todo no estaba decidido, todo lo decĆ­a el voto pero unos como Lucas no querĆ­an que el zambo se retirara de la competencia. 



   Terminaron de desayunar y cada uno se distancio para hacer sus quehaceres.



   Como fue el caso de Carlos que se encontrĆ³ a escondidas con GerĆ³nimo. Hablaban sobre la vida despuĆ©s del reallity, GerĆ³nimo alegaba ya sentirse casado



   —¿Pensaste las cosas? —le preguntĆ³ Carlos.



   —Un poco... siempre, siempre hay un problema.



   —SĆ­ pero ya te dije. AllĆ” fuera nadie sospecharĆ­a nada tu continuarĆ­as con tu esposa y yo... con mis novias y nadie opinarĆ­a de nosotros.



   —No te quiero compartir.



   —¡Ah! ¿Pero yo si te debo compartirte?



   —jajaja... recuerdas que siempre discutĆ­amos por ello.



   —SĆ­ y otras cosas te llevaron a terminar con la relaciĆ³n.

Geronimo


   —Y tĆŗ te fuiste del paĆ­s... como te extraƱƩ, Guille, hasta que esto nos volviĆ³ a unir.



   —¿QuĆ© dices?



   —¿QuĆ©?



   —Nos volviĆ³ a unir... ¿Ya estamos juntos? jajaja



   —Yo quiero pero... y despuĆ©s del proyecto Elite, ¿quĆ©? ¿Que tal si al final tĆŗ y yo despuĆ©s quedamos como los sobrevivientes de nuestros equipos y debemos eliminarnos?



   —No me importarĆ­a, te dejarĆ­a ganar —reĆ­a Guillermo acariciando y besando la cara de GerĆ³nimo.



   —No quiera tener ese reto contigo.



   —Oye no te preocupes por eso, GerĆ³nimo —pedĆ­a Carlos—. Solo piensa que si estamos aquĆ­ juntos otra vez, es por algo y es porque debemos seguir uno con el otro, asĆ­ tan simple.



   GerĆ³nimo sonriĆ³ y le beso en la boca.



   —Me amas aĆŗn lo sĆ©. Y quieres estar conmigo todavĆ­a. Soy el que te gusta —reĆ­a Carlos.



   —Es cierto —decĆ­a GerĆ³nimo parĆ”ndose del asiento en el sauna—. Ven por mi.

Carlos


   Con tan solo levantarse del suelo a Carlos se le hizo visible la gran erecciĆ³n que tenia se le marcaba su grueso pene e la ropa interior blanca que cargaba, abrazĆ³ a GerĆ³nimo para besĆ”rlo, tocarlo y arregostarle el miembro. Carlos llevĆ³ a GerĆ³nimo contra la pared. Le quitĆ³ el bĆ³xer mojado GerĆ³nimo y le dio la vuelta, detallĆ³ las nalgas de su pareja: levantadas y redondas. Y con la posiciĆ³n de los dos pilares empezĆ³ a penetrar lentamente a GerĆ³nimo. MovĆ­a sus caderas hacia su culo sintiendo como las nalgas daban acceso a su pene.



   El sudor empezaba a brotar del fuerte pecho de Carlos.



   —MĆ”s duro, Carlos, mĆ”s duro —pedĆ­a GerĆ³nimo en medio del placer.



   —Yo mucho te he amado —confirmaba Carlos.



   SeguĆ­a moviĆ©ndose contra GerĆ³nimo, la posiciĆ³n cĆ³moda era perfecta para ambos, GerĆ³nimo arrecostado sobre la piedra siendo follado por el vergudo Carlos.
   
   Minutos mĆ”s tarde ambos sintieron una sensaciĆ³n caliente era el semen de Carlos que culminĆ³ su faena agotado yendo a descansar sobre un banco.

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