DARÍO, EL CAZARECOMPENSAS. - Las Bolas de Pablo

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26 jun 2018

DARÍO, EL CAZARECOMPENSAS.

Escrito por: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.

Darío revisa el panfleto de recompensa, es ella! Mercedes Valdez de 41 años, el hombre se refería a la mujer que ingresaba a un bar local, al parecer trabajaba como camarera en el sitio, pero sobre ella pesaban varias órdenes de captura.

La mujer es buscada por hurto, asociación criminal, evasión de la justicia, y al parecer es cómplice de estafa, le espera una buena temporada de vacaciones en la sombra. 
Los crímenes los cometió en Arlington City, y para evadir a la justicia se ha mudado a esta ciudad, la recompensa ofrecida por el fiscal de Arlington es bastante alta; Pues bien, la mujer ahora está en su ciudad e ira por ella!, Darío tiene 30 años, como caza recompensas lleva 5 años de labores y se considera bueno en su oficio…

…La arrestará y conducirá a la vecina Arlington City, en unas 3 horas espera terminar este asunto y regresar a casa con su mujer.

“Hola querida, cómo va el negocio?”. Expresó Darío en el bar, a la mujer que atendía la barra.
“Que te sirvo guapo?”.
“Me gustaría me sirvieras una buena recompensa señora Mercedes Valdez”. Darío sacó el volante de -Se busca-
La mujer se mostró de inmediato nerviosa y ansiosa, Darío se abrió el saco mostrando su arma enfundada. “No intentes nada dulzura o tendremos problemas”.
La mujer se calmó y le pidió la dejara tomar su bolso, de repente dio un brinco sobre la barra y término contra el pecho de un cliente.
“Ayúdeme!, mi marido está loco…me quiere golpear!”. La mujer era buena actriz y posaba de ser la inocente mujer.
Su plan funcionó pues el hombre que la protegería, de inmediato miro con enojo a Darío, otros caballeros se prestaron a rodear al supuesto mal marido.
“DEJALA EN PAZ!!”. Se escuchó por ambos flancos del caza recompensas quien se ponía en guardia, pudo ver a la astuta fugitiva abandonar el bar por detrás, iría tras ella, no antes de aclarar las cosas ante estos enojados clientes.
Uno lanzó un puñetazo contra Darío, quien ágilmente le esquivo, “Calmados amigos, soy caza recompensas”. El hombre de inmediato saco su arma, no daría oportunidad a que alguno le conectara algún golpe, pues una vez iniciada la pelea nada la detendría.
Más de uno dudo con el arma desenfundada, pero cuando saco el volante con la imagen de la mujer, el principal defensor de la dama desvalida se dio cuenta que defendía a la persona equivocada…a pesar de que algunos seguían con ganas de pleito, la mayoría apaciguó el lugar…esa mujer los engañó y no le estorbarían más al caza recompensas.
Al salir por detrás el caza recompensas se halló en un callejón; Darío debatió entre ir hacia la calle o hacía lo profundo del callejón, en qué dirección se habría dirigida la fugitiva?, decidió ir al oscuro fondo del callejón, era más factible en su opinión, de salir a la calle abierta sería fácil verla a la distancia y siendo el más veloz la alcanzaría…Pero en el callejón se ocultaría en algún muro, o depósito de basura…
…el hombre fue avanzando lentamente…inspeccionaba cada rendija de aquella callejuela, ¿En dónde se habría ocultado?
“Donde estás Mercedes?, no tiene caso esconderse”.
En ese momento recibió un golpe de puño en un lado del rostro, la mujer efectivamente se había escondido en el callejón y viéndose casi descubierta uso la violencia como medio de escape.
Darío se alejó de su agresora, pero de inmediato dio un giro, colocándose entre su atacante y la luz del callejón, de esa manera obstruía la huida rápida de la fugitiva, el golpe no había sido muy fuerte para su resistencia y pronto dio el frente para responder… En ese instante el pie de la fugitiva era lanzado en dirección a la entrepierna del hombre, Darío reaccionó a tiempo logrando detener la patada. 


“Maldito!!”. Expresó Mercedes al ver fallar su plan y ser atrapada del pie; La mujer tenía claro que no era rival para aquel hombre y su única oportunidad en ese callejón, era sorprenderlo atacándolo rápidamente en los testículos, eso le daría tiempo para huir de él.
“Con que atacando a las pelotas eh?, eres una mujer mañosa”. Darío se molestó un poco y ahora era su turno. Tiró del pie de la mujer proyectándola contra un muro, Mercedes se golpeó un poco de frente, quiso girar ante su enemigo detrás, pero el hombre ya estaba a su espalda y con su peso le imposibilitó el voltearse.
Inmóvil ante una fuerza superior, Mercedes no tuvo más alternativa: “Ok tu ganas, me rindo!”.
Darío afloja la presión en la espalda de la fugitiva y le hace voltear, va a sacar sus esposas del cinturón cuando la mujer ataca!, la mano derecha de Mercedes exponía sus afiladas uñas contra el rostro del caza recompensas, quien reaccionó deteniéndola de la muñeca, simultáneamente la otra mano del varón sostenía la muñeca izquierda femenina, frenando la mano libre de Mercedes a centímetros de su entrepierna…

…La mujer había lanzado un ataque distractor al rostro del hombre, mientras el verdadero blanco era apretar sus testículos. Darío se enfadó mucho al ver la mano abierta de la mujer tan cerca de sus pelotas… La maldita solo apuntaba a las bolas!, primero intentó patearlo y ahora apretárselas.
“Sí que eres una traicionera!!”. El hombre apretó con fuerza las muñecas de la fugitiva haciéndola quejarse e inmovilizándola por completo.
“Me haces daño…ya, ya, déjame”. Para cuando Darío la liberó ya le había colocado las esposas al frente. La mujer con los grilletes sobaba sus muñecas, estaba algo resignada, la habían atrapado!.

Abandonan en callejón rumbo al auto del oficial de ley, quien espera no tener más contratiempos en el viaje de vuelta a ciudad donde será juzgada.
“Sube al auto de una vez”. Darío le mantenía la puerta abierta.
“Espera un poco, podemos llegar a un arreglo, no crees?”. Mercedes llevo sus manos al pecho, abriéndose un botón de la camisa exponiendo su pronunciado busto.
“Que tratas de hacer? Ten un poco de decencia y no te rebajes”.
“Vamos, un gran hombre como tú también tiene sus necesidades”. Mercedes a sus 41 años aún era una bella mujer y usaba frecuentemente su atractivo para seducir hombres, algo útil en el amor, pero mucho más para su vida de bandida.
El pene del macho reacciona, generando un leve movimiento en sus pantalones, la experimentada mujer nota el crecimiento y da por hecho que escapara de este problema.  
“Es un trato justo, te hago pasar un rato muy rico….y me dejas ir”.
Darío le sonríe y se le acerca, Mercedes se alegra, un rápido polvo con este hombre y podrá evadir de nuevo su captura… Con el hombre al alcance le va a besar pero repentinamente el caza recompensas la toma de un hombro y la empuja dentro del vehículo.
Ante la brusquedad del sujeto ella se queja: “Oye, eres tonto o qué?, acepta mis atenciones, soy muy bella no lo  niegues, se nota que se te paro un poco”.
“No soy tan fácil de engatusar, además tengo una bella esposa en casa, y con ella tengo suficiente disfrute, pero de todas maneras gracias por la oferta”.
“Idiota!”. Solo pudo decir la mujer antes de que le cerraran la puerta casi en la cara.
“Y no cometas la tontería de intentar escapar…no olvides que estoy armado, así que quédate sentadita y disfruta el viaje a Arlington City”.
En el recorrido la mujer en silencio analizaba como evadir a su guardia, aprovecharía cualquier oportunidad para escapar, de repente se topan con un accidente, el choque leve de dos taxis ha obstruido la calle… Cuando los dos taxistas se cuadran en un inminente pleito a golpes, Se oyen llamados de la gente a que no demoren más la acción, la gente de los autos alrededor pide ver sangre.
“Porque no bajas a ver la pelea?”.
“No me interesa, además no te dejare sola en el auto, se ve que eres una mujer con astucia y no te daré oportunidad de huir”.
“Jamás huiría!”. El sujeto no le cree ni por un segundo.
Desde la distancia es imposible avanzar por el trancón pero aún a la lejos se puede observar en un buen ángulo el enfrentamiento de taxistas…
…unos buenos puños son intercambiados, pero aún no hay claro ganador, aunque uno comienza a tomar la ventaja; Observado al que se ve en inferioridad Mercedes expresa:
“No entiendo por qué solo no le da en las pelotas al otro…con eso gana la pelea”. 
“Supongo que es una pelea honorable, y no quiere usar métodos tan sucios y traicioneros como tú”.
“Que esperabas?, eres más fuerte que yo, tenía que darte en las pelotas para escapar de ti”.
“Tenías que darme en las pelotas?, no querrás decir, tenías que rendirte y responder por tus delitos, criminal!”.
“Pero eso no en justo, soy inocente”.
“Claro que lo eres!...Pero tienes razón no es justo, pero con los que robaste y estafaste!, y quien sabe que más cosas”. Ante el sarcasmo y reclamos del caza recompensa, la mujer se resignó.
“Veo que te pone de mal humor el que intenten pegarte en las bolas”.
“Cómo no me va a poner de mal humor!”.
“Pero sabes, si hubiera tenido un garrote te doy con él, pero sin una ventaja conmigo tenía que darte en donde más te duela”.
“Bueno gracias por no tener un garrote, te estoy agradecido, ahora ya cállate y deja ver la pelea”.
“Está bien me callo, pero al menos abre la ventanilla que me estoy muriendo de calor”.
“De acuerdo”. Apenas unos centímetros descendió el vidrio.
“Que tacaño!, baja más el vidrio!, no seas tonto, no voy a escapar!, ni que estuvieras muerto!, que no estás aquí?, como voy a escapar estando esposada de manos…”.
Darío lo pensó un instante y bajó por completo el vidrio de la ventana, recibiendo el agradecimiento de la mujer.
No pasó un minuto de pelea cuando se escuchó:
“Oye cariño que es esto?”. Darío volteó el rostro y se encontró con el codo de Mercedes!...
…La mujer pudo maniobrar aun esposada y golpeaba en el área del oído a su captor.
“Maldii…”. El golpe en el área auditiva lo aturdió un instante, segundos más que necesarios para que la flexible mujer saliera por la ventanilla y pusiera rumbo hacia la multitud, intentando desaparecer.
Mercedes volteaba en su huida sin ver rastro del caza recompensas, mientras más corre, más pronunciada es la sonrisa en su cara…de repente al doblar en una esquina ve el auto de Darío frenar en seco justo ante ella, el conductor le apunta con el arma.
“Que creías?, que teniendo un auto no lo podía usar?, te dije que no cometieras esa tontería…”.
“Rayos!”. Mercedes pensó mal su jugada, creyó que con el trancón el auto no sería utilizable para atraparla… Pero el trancón solo impedía el avance del auto, no su movilidad hacia atrás. Darío pudo evadir el trancón desde hace mucho, pero cierta intriga le hizo quedarse a ver el pleito público…Apenas perdió de vista a Mercedes, salió del tumulto de vehículos y conociendo bien las calles de su ciudad pudo establecer una ruta para interceptar a su prisionera evadida.

Unos 20 minutos después Darío se detuvo en una gasolinera, el tanque no alcanzaría para llegar a Arlington.
“Déjame ir al sanitario un momento”. Pidió de una forma tan urgida la mujer que desde el intento de escape se encontraba esposada a su espalda.
Darío se negó inicialmente.
“Esto es tortura, caza recompensas!, tengo que ir al baño, de verdad!”.
“No puedo estar seguro de ello”.
“No me obligues a orinarme en tu auto…quieres eso?, Eh?”.
“NO te voy a quitar las esposas”.
“Eso lo sé, y no permitiré que entres al baño conmigo, para que veas que no miento ni es una excusa para escapar, te diré cómo puedo ir sin que me liberes”.
La respuesta de la fugitiva hizo confiar un poco a Darío, Según Mercedes, lo que necesitaba era que una mujer le ayudara a bajar y subir sus pantalones, y a la vista había una mujer, era quien atendía el Mini market de la gasolinera…
“Aquella mujer no se va a negar, es solo acompañarme al baño, bien claro le dejaras que ni siquiera hable conmigo, vamos acepta y déjame ir, te juro que no aguanto más…”.
Mercedes observó la entrepierna del caza recompensas, y pudo observar la abultada hombría que el guardaba.

“Vamos, además se nota que también necesitas ir al baño, a los hombres se les comienza a parar sólo de aguantar las ganas”.
“No tengo que ir”, Mentía Darío quien tenía ganas de orinar, pero podía aguantar lo suficiente, Además su miembro no estaba nada erecto, era muy bien dotado de pene.
“Entonces lo que escondes ahí es todo un monstruo…querido de seguro se te para solo con orinar”.
“Bueno ya, vamos a resolver tu asunto de una vez”. Darío la hizo salir del auto.
“Te insisto que es malo aguantar, sobre todo para los hombres, porque…”.
Mientras hablaba, el hombre la tomo de un brazo para guiarla en busca de la mujer del market…De repente Mercedes tomó desprevenido a Darío, por la cercanía se giró y pudo atacarlo enterrándole la rodilla entre las piernas, el golpe dado con fuerza levantó un poco la pelvis del caza recompensas, haciéndole quejarse y retroceder de su agresora. 

“Vez porque es malo, Jajaja, aunque la verdad no tiene nada que ver con los huevos, adiós cariño!”. La mujer no esperó más e inició su huida.
Darío se agachó, soportando el intenso dolor de sus bolas, agarraba sus cojones intentando sobarlos…

El ver alejarse cada vez más a la mujer, le hizo enojarse mucho, inspiro abundante aire, y comenzó la persecución… El movimiento de sus piernas, inicialmente torpe fue haciéndose más natural y comenzó a ganar velocidad…
…en ningún instante dejaba sus bolas al aire, una mano siempre protectora las mantenía recogidas…El caza recompensas vio una posible ruta para acortar distancias y la tomó!, Por su parte la mujer vio a un perseguidor, aceleró su ritmo y en una volteada ya no lo divisó.
“Vaya, al fin creo que deje atrás a ese tipo, que persistente Eessssssss….”. En un instante Darío aparecía frente a ella y barriéndose le hacía zancadilla, quien en plena carrera y esposada de manos se fue de boca al suelo…La mujer logró desviar su caída, colocando un hombro como amortiguación.
Tras el porrazo, la mujer se dio cuenta del hombre ante ella y sobre todo con el cañón de su arma apuntándole.
“Maldita criminal, me los golpeaste…Vaya que dolor”. Expresó un agitado Darío, quién mantenía una mano en los cojones.
“Idiota!, casi me parto la cara!”. La fugitiva se enrojeció de ira.
“Pues te lo tendrías merecido, puta”. 
Mercedes tomo un respiro y dejo por un instante su enojo. “Te recuperaste muy rápido, eres resistente!”. En ese mismo instante Darío tuvo un ataque de tos, tiene leves nauseas pero evita trasbocar. La reacción del varón obliga a la mujer a cambiar su opinión.
“Me retracto de lo dicho…Si te dolió y bastante, Jajaja”.
“Cállate maldita…Ouugh!”. Expresaba Darío quien se irguió tomo aire, reponiéndose un poco más.
“Por cierto, por lo que sentí, tienes las pelotas bastante grandes, felicidades”.
“Oh cállate!”.
“Sólo digo la verdad, es todo”.
“Vamos al auto!”. El caza recompensas la levantó una vez más del hombro, pero esta vez no fue amable. Una vez dentro, Mercedes se quedó callada esperando una nueva forma y oportunidad de escape.

El auto ya avanzaba bastante en el recorrido, cuando Darío recibió una llamada de su esposa Yolanda.
“Es tu esposa?, me la saludas”.
Mercedes empezó a hablar buscando interactuar con Darío y su mujer en altavoz; Darío replico a su esposa: “Ves lo que tengo que soportar, prefiero lidiar con un barbudo rudo y desaseado que con esta habladora”.
“Oye! Más respeto”.
Darío quitó el altavoz y habló más bajo para mantener la privacidad con su mujer.
Tras un rato de conversación, la fugitiva volvió a hablar.
“Perdón por golpearte las pelotas, sé que eso no se le hace a un hombre, y no tengo excusa”.
“Guárdate tus excusas si y déjame hablar”. Darío mantenía tapado la bocina del teléfono, no quería que su esposa se enterara de las tonterías de su fugitiva.
“Perdón, perdón…pero tengo un favor que pedir…y es en serio”.
Darío la ignoraba, pero Mercedes no dejaba de hablar.
“Mira, déjame ver a mi hijita…es que vamos a pasar cerca de mi casa, y ella está sola”.
Darío no prestaba atención pero la mujer recalcaba sobre su hijita, el hombre replicó
“Y dejas sola a tu hija en casa?”.
“Tengo que trabajar para mantenerla, además tiene 9 años y es muy lista, pero aun así, le pido a la vecina que este al pendiente siempre…Te lo ruego, déjame verla por última vez, nunca dejaran que me vea en la cárcel, y menos hay con quien llevarla”.
“No se puede, pero te presto el teléfono para que llames a tu vecina y se haga cargo de ella”.
“Ya te iba a pedir prestado el teléfono para eso, pero quiero despedirme de ella en persona, por favor”.
Darío fingió ignorarla y retomó la conversación por teléfono.
“Oye no seas malo, déjame verla… Si sigues molesto por el golpe en las pelotas te pido de nuevo disculpas, no lo vuelvo a hacer”.
“No seas hipócrita”.
“Oh vamos déjame ver a mi hijita, se llama Juanita, por favor”. La voz de Mercedes se entrecortó por un inminente llanto.
“Está bien, pero ya deja de suplicar”.
“Gracias eres un buen hombre, mira que ella es tan buena niña, es muy buena en la cocina, hace pizzas y tiene talento para las pastas”.
“Ya, Ya, me dejas hablar con mi esposa?, ya obtuviste lo que querías, ahora déjame terminar mi llamada”.
“Tu esposita puede verte allá si quiere, Juanita les preparará algo de comer….la dirección es Avenida Real # 34-78, querida te esperare allá para conocerte!”. Darío no alcanzó a tapar el auricular y su esposa escuchó la invitación dada por la fugitiva.
“Perdón cariño, esta es una loca tremenda, pero te confirmo, hare la desviación y luego si tomare la ruta 62 para Arlington City, espero estar de regreso en el menor tiempo posible”. Le comentó a su esposa
Mercedes intentaba escuchar más de la conversación, pero la distancia no se lo permitía.
“Adiós mi amor, besos”. El caza recompensas terminó la llamada.
“Que románticos, tú y tú mujercita”. 
“Compórtate estoy a un pelo de cancelar la ida a tu casa”. Mercedes guardo silencio.

El auto se parqueó frente a la casa de Mercedes.
“Quítame las esposas un rato, no dejes que mi hijita me vea así”.
“Olvídalo cariño”.
Resignada debe aceptar las condiciones de su aprehensor. Ambos salen del vehículo y se dirigen a la puerta… Ella va a timbrar, pero Darío la detiene.
“Que te pasa?, no tramo nada raro”.
“Perdón querida pero no tienes vergüenza si pides me crea eso de nuevo, además ya me cansaste, agradece que te dejó ver a tu hija, no me tientes a marcharnos de aquí... Ya te lo dije, no confío en ti”.
“Ok, cálmate…Dios, que desconfianza”.
“Desconfianza?, déjame recordar, un codazo en el oído, un rodillazo entre las piernas, que me dolió bastante por cierto…Creo que tengo suficiente motivos para desconfiar de ti”.
“Ya te pedí perdón por eso”.
“Dame la llave de la puerta, así doy un vistazo y si no hay trucos, podrás ver a tu hijita”.
“Ok, tú ganas, la llave está en mi bolsillo trasero izquierdo”.
“Dame la llave”.
“Es que no la alcanzo, estas esposas son muy incomodas…si me las quitaras un rato…”.
“Ya te dije que no!”.
“Entonces sácala tu cariño”. 
“A ver, recoge las manos, necesito espacio para sacarla”.
Incomodo por la situación, Darío introdujo su mano en el bolsillo indicado, desvió la mirada ante la tentación que era ver el agradable trasero de la criminal.

Mercedes hacía un último intento de deshacerse del custodio, esperaba tenerlo atrás de ella y bien distraído con su trasero, para poder patearlo con su talón en los testículos, pero en ningún momento Darío se mostró abiertamente expuesto de su entrepierna, la mujer se resignó a no poder faulearlo.
Al hurgar en el área era inevitable para el hombre palpar el glúteo izquierdo de la mujer.
“Cuidado con la mercancía…si no estás interesado en ella, por lo menos trátala con suavidad”.
“Déjate de tonterías!”. Expresó molesto Darío sacado por fin la llave.
Tras abrir, el caza recompensas inspeccionó la sala, no parecía hacer nada fuera de lugar, entonces la mujer ingresó.
“Recalco, que desconfiado!”.
“Sólo llama a tu hija, para irnos rápido”.
“Juanita?, Juanita dónde estás?, cariño es mami, ven a saludar, HAY VISITAS!!”.
“Espera que conozcas a Juanita, te dejara impactado!”. En ese instante Mercedes observó la entrepierna de Darío.

De repente la mujer sonrió.
“AAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!”. Grito a todo pulmón el caza recompensas.

La mirada de Mercedes se mantuvo fija en su entrepierna, detallando ahora un pesado calzado de color negro que se hundía entre los muslos del fuerte macho.

A Darío le acababan de patear los huevos por detrás, el zapato se había clavado con fuerza aplastado sus grandes cojones contra el hueso de la pelvis.
Tras retirarse el zapato, Darío se agarró las ardientes bolas quedando doblado, el hombre intentaba soportar el dolor pero era en vano…Su agonía lo llevó a derrumbarse en el piso; Detrás se podía ver a una joven y bella mujer, quien calzaba esos devastadores zapatos.

“Bien hecho Juanita, como te enseñe…Duro en los huevos!”.
En el suelo el hombre adopta la posición fetal… Sus testículos de inmediato comienzan a inflamarse, sin dejar un segundo de castigar el cerebro del macho con incesantes estímulos de dolor.
Ante una señal de Mercedes, la hija le saca el arma al caza recompensas, ahora la madre se acerca al adolorido macho.
“Perdón cariño, pero creo que te mentí!, te presento a mi hija Juanita, temo que no tiene 9 años, sino 19”.
Todo había sido una trampa, Mercedes imposibilitada para escapar del caza recompensas usaba su as en la manga, su hija Juana, en casa y haciéndole creer que se trataba de una niña, el hombre bajaría la guardia, y con la palabra clave HAY VISITAS!, la hija ya estaba prevenida que su madre se hallaba en problemas.
Juana de 19 años ya seguía los pasos de la madre, había sido arrestada en un par de ocasiones por delitos menores, pero ya era cómplice de su madre en robos y otros delitos, la muchacha caminaba a ser tan descarriada como la mamá.
“Juanita, tal vez no lo notaste por patearlo con zapatos, pero éste las tienes grandes”.
“Así?, pues peor para él mamá”.
“Exacto, peor para él, jajaja”.
Una nueva señal de la mamá, y las mujeres comienzan a patear al hombre en el suelo, puntapiés van y vienen golpeando costados, espalda, abdomen y otras áreas del acuerpado Darío… El macho cubre bien con las manos sus gónadas, las cuales son uno de los puntos favoritos para los pies de las mujeres…
…A pesar del dolor en sus manos ante los golpes, no dejara de agarrarse los cojones; El rostro también recibe ocasionales patadas, hasta que una patada directa de Mercedes en la quijada del varón le termina dejando sin sentido.
Las mujeres se habían desahogado un rato con el caza recompensas, agitadas por la actividad se mostraban jadeantes y sonrientes. Cuando finalmente se calman, Mercedes pide a su hija busque las llaves de las esposas…En ese instante suena el timbre. 
Tras la sorpresa inicial, Mercedes le hace señas a Juanita de revisar por la ventana a ver quién es; La joven arma en mano, no observa a nadie ante la puerta, pero decide abrir ésta en busca de alguien.
Mercedes pierde de vista a su hija que dio un paso afuera, luego la ve entrar de espaldas, y se asombra al observar un revolver en la boca de su hija, el cual es cargado por una mujer joven…ésta viste camisa roja y unos ajustados jeans, además de tener cara de pocos amigos.

“Quien eres tú?, deja a mi hija!”.
“Mi nombre es Yolanda, soy policía, y están arrestadas!”. La mujer se acomodaba en el cinturón el arma que acababa de quitar a Juanita y que era propiedad de Darío. 
Yolanda es policía y es la muy bella esposa de Darío, es una mujer muy preocupada por su marido, y ya en algunas ocasiones le ha apoyado en su riesgoso trabajo.

La mujer dirigió la mirada a su inconsciente esposo.
“Vaya es que un descuidado”. La mujer había observado a su marido ingresar a la casa con la detenida, y espiando por la ventana observo muy molesta como su marido era fauleado por la hija de Mercedes, no habiendo tenido tiempo de advertir a su esposo del ataque a traición, ahora era su turno de vengar a su marido.
“Eres policía?, pero no llevas uniforme, no estás en servicio, es legal que nos aprehendas?”.
“Claro que lo es, cualquier civil puede detener a una criminal como tú, pero siéndote sincera, hoy sólo soy una esposa que apoya a su esposo”. Mercedes se sorprendió al saber que se trataba de la esposa del caza recompensas, aquella con la que éste charlaba por teléfono… no sabía que ella fuera policía….pero que hacía aquí?, acaso tomo en serio la falsa invitación que le hizo a comer?.
“Quítale el arma de la boca a mi hija!, ella es inocente!”.
Yolanda le sacó el arma de la boca. “Claro que es inocente…”. En ese momento Yolanda propinó un fuerte golpe con el revolver en el rostro de Juanita, la chica cayó al suelo sin sentido.
“Maldita!!!”. Aun esposada Mercedes intenta avanzar contra ella, pero siendo de inmediato apuntada con el revolver debe retroceder.
“Adelante, ven que tengo una bala para ti”. Mercedes se aleja más, buscando calmar los ánimos.
Yolanda se dirigió a la inconsciente hija: “Eso fue por patearle los testículos a mi esposo”.
La policía ordena a Mercedes arrodillarse en el piso, la fugitiva no tiene opción. Yolanda se le acerca e inclinándose ante la criminal le dice al oído:
“Yo no soy tan buena gente con las damas como mi marido…Aunque tú para nada entras en la categoría de dama, gran perra!”. Yolanda movió el arma y descargo un cachazo contra la boca de la fugitiva dejándola en el piso.
Mercedes insulta a la mujer, mientras escupe un poco de sangre de la boca: “Me rompiste el labio, perra!!!”.

Yolanda la miro un instante, y tras una sonrisa le dio un puntapié en la cara, dejándola inconsciente. 
“Eso fue por patear a mi hombre…”.
Ahora con las criminales reducidas, Yolanda revisa a su marido, palpa de inmediato sus testículos.
“Oh querido, siempre tengo que apoyarte… Cuando me dijiste que vendrías a la casa de la fugitiva, no sé por qué, pero algo me dio muy mala espina, así que tuve que venir…y mi presentimiento estuvo en lo correcto”.
La mujer sacó de su bolsillo una envoltura, contenía una pequeña cantidad de sales para reanimar.

“Mi amor, con los hombres eres implacable, pero cuando es una mujer a quien buscas, siempre te descuidas”.
Un acercamiento de las sales a la nariz del caza recompensas, y éste de inmediato da un leve brinco, comenzando a reaccionar. Unos segundos pasan y Darío abre los ojos, encontrando a la vista a su bella esposa.
“Yolanda, que haces aquí?...Ough, ough”. El dolor le recordó que sus testículos había sido aporreados con violencia…Darío se dobla de dolor en el piso, buscando mejoría.
“Descansa amor, recibiste un golpe en tus áreas nobles”.
“Oh vaya!, me los patearon por detrás…malditas!”. Recordó lo sucedido.
“Siempre tengo que cubrir tu espalda, cariño cuando aprenderás a no bajar la guardia con un mujer”.
“Ouuugh mis bolas...El… el objetivo está en custodia?”. Darío se sobada con ahínco los testículos.
“Si, si lo está, y también su hija…de seguro siendo hija de su madre también debe tener alguna cuenta pendiente con la ley…Ahora regresa a casa y descansa, yo entregaré a esas dos”.
“Eres la mejor mi amor…y gracias por siempre cuidar de mi”.
“Es deber de una esposa cuidar de su esposo, lo dijo el sacerdote cuándo nos casamos”.
Seguidamente le besó en la frente y regaló una brillante sonrisa a su marido.


FIN.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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