ESCRITA POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING M/M.
CONTIENE BALLBUSTING M/M.
La familia Braganza fue la casa que reinó Portugal desde 1640 hasta inicios del siglo XX; Cuenta una leyenda que cierto dĆa un joven venció en una partida de billar al Duque de Braganza, quien de mal humor, en vez de pagar su deuda le dio un puntapiĆ©. En represalia, el joven luego de convertirse en fraile, le lanzó una maldición segĆŗn la cual ningĆŗn hijo primogĆ©nito varón de la real dinastĆa vivirĆa lo suficiente para heredar el trono del padre. De hecho, fue exactamente lo que ocurrió desde entonces en todas las generaciones de los Braganza, sin excepción hasta 1889, luego de casi 250 aƱos.
AquĆ se narra en detalle aquel suceso de leyenda.
NOTA: Al final en el Anexo se expone la genealogĆa de la Casa Braganza, evidenciando cada monarca portuguĆ©s y su primogĆ©nito quien no llegó a suceder a su padre.
Francisco da Silva era un joven de 18 aƱos hijo de MatĆas da Silva, comerciante y adinerado del pueblo de Santarem en Portugal. El chico era un dolor de cabeza para el padre, quien le querĆa pero era necesario enseƱarle buena disciplina, por ello Francisco fue enviado al seminario de SantarĆ©m donde se preparaba para ser cura. AllĆ aprendió la filosofĆa y hablar con fluidez el FrancĆ©s, Pero el chico es muy descarriado, en tiempo libres se escapaba a jugar en las tabernas al billar y a cortejar jovencitasā¦era todo un conquistador de criadas y mozas de la región.
Un dĆa se peleó con el rector y maestro de la disciplina del seminario, incluso retĆ”ndole a las trompadas, cosa a la que el religioso no se animó; Luego de la rencilla y temiendo una paliza correctiva de su enojado padre, escapó a Lisboa.
Apreciaba a su progenitor, pero la vida de cura no llenaba al libertino Francisco, ya despuĆ©s de pasar un tiempo en Lisboa, se reconciliarĆa con su viejo y le plantearĆa dejar el seminario e involucrarse en los negocios familiares.
Los dĆas siguientes Francisco se lo pasó en diversos sitos, apostando y jugando al billar, era muy bueno en el juego y ganaba con frecuencia, por supuesto no descuidaba el asunto de las mujeres, con quienes gastaba gran parte de sus ganancias.
Pero llegó un fatĆdico dĆa que cambiarĆa su vida.
En aquel billar de mejor reputación se hallaba una gran comitiva, el Duque de Braganza estaba departiendo con sus amigos, al Duque le gustaba en ocasiones fraternizar con el populacho y hoy era ese dĆa.
Juan de Braganza, (1604-1656) VIII Duque de Braganza, era hijo de Teodosio de Braganza y Avis VII Duque de Braganza y de su mujer Ana de Velasco y Girón.
Era candidato para ascender al trono de Portugal, solo habĆa un inconveniente, la nación peninsular era gobernada por EspaƱa en ese momento.
En la taberna se hallaba con su esposa DoƱa Luisa Francisca de GuzmĆ”n (1613-1666) habĆa contraĆdo matrimonio con el Duque el aƱo pasado y ahora se encontraba en un avanzado embarazo.
La dama se acerca al joven retador y habiendo escuchado que el muchacho era hĆ”bil en el billar le susurró al oĆdo: āDeje ganar algunos juegos a mi marido, se torna bastante iracundo cuando pierdeā.
āPerdóneme mi seƱora pero eso no es justo, jugare y ganarĆ©!ā.
E inició el duelo, en donde Francisco demostró la fama de buen jugador, que lo hacĆan una celebridad en la ciudad; A medida que el juego avanzaba las derrotas del Duque le hacĆan estallar en rabietas, llegando incluso a romper el palo de juego.
āCĆ”lmese mi Duque y le doy la revanchaā.
Pero el rival interpreto esto como una burla, y tan inflamado estaba su enojo que insultó a su retador.
Francisco no se dejó maltratar y empezaron los gritos entre ellos, testigos del sitio buscaron calmar la situación y Francisco cedió, pero el Duque en su ira no se calmó y retó a pelear al joven, ante la mirada de todos Francisco aceptó⦠él no se acobardaba ante nadie, asĆ fuera el Duque de Braganza se darĆa en las narices con Ć©l.
Ante la situación digna de la peor taberna del estrato mĆ”s bajo, el Duque ordeno a su esposa retirarse, la fina dama sabĆa que no era ese su lugar, y estaba hasta la coronilla de las rabietas de baja ralea de su marido. Pronto la seƱora fue escoltada a casa por un amigo del Duque.
DetrĆ”s de la taberna se encontró Francisco con el Duque, el joven no se amilanó ante la actitud bravucona del noble, pero lo que no contaba era con la intervención de los acompaƱantes de su rival⦠cuando se dio cuenta, uno de los amigos y escoltas del Duque ya le habĆa tomado de las manos y se las inmovilizó tras la espalda.
Francisco se quejó ante tamaƱa cobardĆa⦠eran tres contra Ć©l, sin mencionar al Duque, un hombre vino hacia el con intención de golpearlo, pero Francisco le recibió con un puntapiĆ© en la entrepierna.
El hombre se quejó y de inmediato retrocedió tomĆ”ndose la hombrĆa⦠del dolor en los testĆculos no se repondrĆa tan pronto.
Francisco luchó con quien le retenĆa por detrĆ”s, pero el agarre era firme, y no se alertó ante el avance de un tercer agresor, quien le conectó un fuerte puƱetazo en la quijadaā¦
ā¦Atontado, Francisco escupió sangre y fue entonces cuando el Duque tomo el turno de atacar, la agresión al joven fue con brutalidad y fuerza⦠una sólida patada devastaba los huevos del muchacho. Quien grito ante tal dolor.
El fuerte calzado habĆa causado gran trauma y sufrimiento a una Ć”rea desprotegida y sensible. Francisco apretó los dientes, intentando resistir el ardor severo que se generaba en su bajo vientre.
Tras la patada el Duque se jactó de la patética condición del agredido, una bofetada al mareado chico le hizo escupir otro paquete de sangre.
Juan de Braganza querĆa mĆ”s castigo, bajó la mirada a la entrepierna del chico ante Ć©l y con una leve sonrisa incrustó su rodilla en el Ć”rea viril ya lastimada.
Los testĆculos de Francisco quedaron aplastado ante la gruesa rodilla del duque. El muchacho ya no era una amenaza, el hombre tras Ć©l le liberó dejĆ”ndole caer por fin al suelo.
ā¦Pero la ira del Duque no se aplacó ahĆ y remató al caĆdo con una andanada de puntapiĆ©s, en todas partes de su cuerpoā¦Francisco estaba tan aturdido que no podĆa ya defenderse, y fue cuando Juan con toda la saƱa elevó su fino calzado y lo descargó contra la entrepierna temporalmente expuesta del vencido rival.
El pisotón llevaba todo el peso del Duque, la fuerza fue tremenda aplastando toda el Ć”rea escrotal, la presión causada fue obviamente mĆ”s dada contra un testĆculo⦠lo que le provocó daƱo en esta gónada, lisiĆ”ndosela para toda la vida.
El joven gritó con toda la energĆa de sus pulmones, se retorció un instante para luego perder el sentido. Francisco habĆa sido vĆctima de un cruel ultraje.
Pasaron varios dĆas para que el joven Francisco se recuperara de la paliza recibida; El mĆ©dico que le atendió hizo buscar al padre del joven, trasladĆ”ndolo a su pueblo natal, cuando por fin el muchacho quiso retomar sus actividades, el medico en una de sus visitas le dio la mala noticia.
El severo trauma en los genitales, habĆa daƱado uno de los testĆculos del joven, y no se podĆa tener certeza que el otro funcionase bien, asĆ que sus posibilidades de tener descendencia eran muy pocas.
Francisco se deprimió esos dĆas, Don MatĆas trataba de animar al muchacho pero decidió darle el tiempo que necesitara para aceptar la noticia.
Un dĆa de aquellos, el hijo visitó el negocio de su padre, buscando hablar en privado y seriamente con su progenitor.
āHe llegado a una decisión⦠voy a ser curaā.
Don Juan quedó azorado ante lo dicho, no le presionó, y de hecho el pidió estuviese seguro de su futuro, el hijo recalcó su decisión aduciendo que el daƱo en sus testĆculos, tal vez no le podrĆa dar hijos si llevaba una vida con una esposa, y en la vida religiosa era irrelevantes el tener Ć”reas viriles Ćŗtiles o daƱadasā¦.
ā¦Y asĆ el joven Francisco da Silva regresó al seminario, y al cabo de unos aƱos ya era un fraile de la comunidad Franciscana.
AƱo 1640
1640 fue un aƱo de rebeliones en la penĆnsula ibĆ©rica, el pueblo portuguĆ©s se levantó en armas contra la Corona EspaƱola bajo el liderazgo del Duque de Braganza, apoyado por la Francia de Luis XIV.
Juan VIII Duque de Braganza, logro la victoria y pronto seria coronado rey; Los sucesos polĆticos no fueron ajenos a los oĆdos del fraile Francisco da Silva, quien mantenĆa rencor hacĆa el Duque por el daƱo que le causó⦠anhelaba ajusticia y para obtenerla decidió ir a la capital en busca de su agresor.
Luego de una corta búsqueda puede hallarlo en una taberna, donde se encontraba rodeado de su séquito, ante la presencia del fraile, el Duque inicialmente no le reconoce⦠Francisco se identifica, logrÔndolo que su atacante le recuerde.
āAsĆ que te volviste fraile eh?ā
āNo tuve de otra, aquella vez me malogró los genitalesā.
El duque se sorprendió ante lo dicho, pero no sintió el menor arrepentimiento y se jactó del daño causado.
āMe alegro de tu herida eterna, eso te pasa por enfadar a Juan de Braganza, futuro rey de Portugalā.
Francisco querĆa cogerlo a golpes, pero era imposible, el bellaco estaba rodeado de varios guardianes y no querĆa terminar recibiendo otra paliza, ademĆ”s era un religioso ahora y un pleito lo sacarĆa de su actual oficio, y no querĆa eso⦠pero el fraile venĆa preparado con algo y le maldice:
āOs maldigo Juan Duque de Braganza y próximo Rey de estĆ”n nación⦠ningĆŗn hijo primogĆ©nito varón de la real dinastĆa vivirĆa lo suficiente para heredar el trono del padre, de esta mala manera serĆ©is castigado por el mal que me causaste!ā.
El Duque rompió en carcajadas, asĆ como algunos testigos. Francisco se retiró del sitió, en Ć©l se notaba una leve sonrisa⦠comprendĆa que habĆa cobrado venganza a su manera.
En medio de las risas, hubo un par de acompaƱantes de Duque que no rieron. Estos siendo de mayor edad le advirtieron al Duque de lo terrible de una maldición sobre su casa, y mĆ”s iniciando Ć©l una dinastĆa reinante⦠la maldición de un fraile no era para tomarse a la ligera.
Tras secar las lĆ”grimas de tanto reĆr, Juan de Braganza, no presto atención a las advertencias y dió el asunto por concluido.
El fraile volvió a su hogar, dejando a un Juan sonriente e incrĆ©dulo ante la supuesta maldición de la que creĆa era imposible de suceder, su hijo ya nacido Teodosio un dĆa le llegarĆa a suceder en el trono de Portugal.
Pero la maldición se cumplió, desde entonces en todas las generaciones de los Braganza.
Juan serĆa coronado rey de Portugal unos meses despuĆ©s, con el nombre de Juan IV de Portugal, su hijo varón primogĆ©nito Teodosio nacido en 1634, cómo prĆncipe heredero de Portugal se creyó sucederĆa al padre, pero fallecerĆa a los 19 aƱos en 1653; El rey portuguĆ©s en el entierro de su hijo, recordó la maldición dada por el joven fraile, se sintió desgraciado, si sólo le hubiera tomado en serio, si tan solo le hubiera tratado bien, o se hubiese disculpado por el daƱo que le causó⦠pero era muy tarde ya, El rey entro en depresión por el fallecimiento de su primer varón y fallecerĆa 3 aƱos despuĆ©s.
Su segundo varón Alfonso le sucedió, antes de morir contó a su nuevo heredero la maldición que sufrirĆa Ć©l y todos los demĆ”s monarcas portugueses⦠todo por su culpa!.
Fin.
Gracias
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
ANEXO
Ćrbol genealógico de la Familia Braganza. Padres y sus primogĆ©nitos varones fallecidos antes de su progenitor.
Juan IV de Portugal (en portuguĆ©s, JoĆ£o IV de Portugal) (Vila ViƧosa, 18 de marzo de 1604 - Lisboa, 6 de noviembre de 1656) tambiĆ©n conocido como Ā«el Rey MĆŗsicoĀ», fue el VIII duque de Braganza y el primer rey de la dinastĆa de Braganza.
Descendencia
⢠Teodosio, nacido el 8 de febrero de 1634, vivió 19 años, falleciendo el 13 de mayo de 1653.
Alfonso VI de Portugal, apodado el Victorioso, (24 de agosto de 16431ā - 12 de septiembre de 1683)
No tuvo descendientes.
Pedro II de Portugal, apodado el PacĆfico, (Lisboa, 26 de abril de 1648 - AlcĆ¢ntara, 9 de diciembre de 1706), regente y rey de Portugal.
Con la reina MarĆa Francisca de Saboya-Nemours. Tuvieron una hija:
⢠Isabel Luisa (1669-1690).
Con su segunda esposa, el matrimonio tuvo seis hijos:
⢠Juan (1688), PrĆncipe de Brasil, Duque de Braganza;
Juan V de Portugal, apodado el MagnƔnimo (Lisboa, 22 de octubre de 1689 - Lisboa, 31 de julio de 1750).
De su matrimonio tuvo seis hijos:
⢠BÔrbara (1711-1758), casada con Fernando VI de España, sin descendencia.
⢠Pedro (1712-1714), prĆncipe de Brasil, murió en la infancia.
JosĆ© I de Portugal, apodado el Reformador, (6 de junio de 1714 - 24 de febrero de 17771ā
El matrimonio tuvo cuatro hijas:
⢠MarĆa Francisca (1734-1816), que heredarĆa el trono portuguĆ©s como MarĆa I
MarĆa I de Portugal (Lisboa, 17 de diciembre de 1734 - RĆo de Janeiro, 20 de marzo de 1816)
Descendientes
⢠JosĆ© Francisco (1761-1788), como heredero recibió el tĆtulo de duque de Braganza y prĆncipe de Brasil; Murió debido a la viruela. Sin sucesión.
Juan VI de Portugal (Lisboa, 13 de mayo de 1767 - Lisboa, 10 de marzo de 1826)
De su matrimonio tuvo nueve hijos, a saber:
1. MarĆa Teresa de Braganza (1793-1874), princesa de Beira.
2. Francisco Antonio de Braganza (1795-1801), prĆncipe de Beira y duque de Braganza.
Pedro I de Brasil y IV de Portugal (12 de octubre de 1798-24 de septiembre de 1834)
Sus hijos:
⢠MarĆa de la Gloria (1819-1853), princesa de Gran ParĆ” y futura reina de Portugal, con el nombre de MarĆa II. Se casó dos veces y tuvo descendencia.
⢠Miguel (1820).
MarĆa II de Portugal (RĆo de Janeiro, 4 de abril de 1819 - Lisboa, 15 de noviembre de 1853), reina de Portugal
Descendencia
⢠Pedro (1837-1861).
El descendiente de MarĆa II, Luis I de Portugal, apodado el Popular (Lisboa, 31 de octubre de 1838 - Cascais, 19 de octubre de 1889), si tendrĆa un primogĆ©nito varón que le sucederĆa, fue su hijo Carlos I de Portugal (Lisboa, 28 de septiembre de 1863 - id., 1 de febrero de 19081ā), aquĆ terminarĆa por fin la Maldición.
***
No hay comentarios.:
Publicar un comentario