Rivales (5/8): El juicio de Vladimir - Las Bolas de Pablo

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29 jun 2018

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Rivales (5/8): El juicio de Vladimir

CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   ā€”ĀæQuĆ© pasa aquĆ­? —preguntó el entrenador Vladimir cuando entró a la zona de vestuarios donde Israel, Adam y otro grupo de hombres habĆ­an tenido una discusión.



   ā€”Estaba poniendo los puntos sobre las ies —dijo Israel acercĆ”ndose lentamente al entrenador.


   ā€”ĀæA quĆ© te refieres, Chacón?

   ā€”Adam, fue el responsable del robo que me hicieron, lo hizo para ir Ć©l al campeonato. Ya lo ha hecho antes.
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   ā€”No tienes pruebas, cabrón —rugió Adam terminando de amasar sus testĆ­culos.

   ā€”ĀæTienes pruebas, Israel? —interrogó Vladimir mirĆ”ndole de arriba a abajo.

   El apuesto rubio se rascó la nuca y arrugó la cara mientras el entrenador echó un rĆ”pido vistazo a su entrepierna, donde su virilidad se abultaba en su traje de baƱo como la de muchos hombres ahĆ­. Levantó la vista hacia el rubio y supo que lo atrapó mirĆ”ndole su prominente bulto.

   ā€”No tengo pruebas, entrenador —indicó Israel—, pero sĆ© que Ć©l lo mandó a hacer, siempre ha actuado de esa manera tan cobarde.

   ā€”ĀæQuĆ© dices a todo esto, Adam? —quiso saber Vladimir.

   ā€”Yo no hice nada, entrenador, ese idiota no tiene pruebas. Habla sin fundamentos. Dice calumnias como siempre. DeberĆ­a demandarlo.

   ā€”ĀæDemandarlo? —repitió con duda Vladimir esbozando una sonrisa malvada—. AsĆ­ que actuarĆ© como la ley aquĆ­, serĆ© un juez.

   ā€”ĀæUn juez, Vladimir? No entien…

   E Israel se vio interrumpido cuando recibió una poderosa patada en las desprotegidas bolas de parte de Vladimir que lo elevó en el aire y lo hizo caer al suelo batiĆ©ndose como lombriz quejĆ”ndose del terrible dolor testĆ­cular que lo dominaba. TenĆ­a ambas manos agarrando sus repletos huevos de semen.

   ā€”Ā”AY, AY, AY!

   Adam sonrió con malicia y a Vladimir le brillaron los ojos.

   ā€”TĆŗ —seƱaló a un nadador que apenas tenĆ­a tres semanas de haber ingresado en el selecto club de natación—, bĆ”jate y chupa la polla de Israel.

   ā€”ĀæQuĆ©, entrenador? —preguntó el deportista incrĆ©dulo.

   ā€”Lo que oĆ­ste —corroboró Adam—. Ya has escuchado al juez Vladimir, obedĆ©celo o tu cupo en el club serĆ” aprovechado por otro.
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Jorge

   El resignado joven desocupó su lugar levantĆ”ndose y mostrando que algo en su ropa interior comenzaba a crecer.

   ā€”Ustedes dos sujeten al demandante —ordenó Vladimir a Patricio y Ramiro.

   ā€”Israel es mi amigo.

   ā€”ĀæSĆ­? Yo tambiĆ©n tengo al hijo de un amigo que quiere entrar al club. Vamos a darle tu puesto.

   Patricio tuvo que incorporarse a un lado de Israel junto a Ramiro que sin hacer mayor fuerza lograron apartar las manos de Israel de su entrepierna.

   ā€”Esto, Chacón —determinó Vladimir—, es para que aprendas a no hacer acusaciones sin pruebas.
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   El nadador arrodillado frente a Israel liberó su polla del traje de baƱo. Revelando tambiĆ©n un buen par de grandes bolas colgantes. El muchacho llamado Jorge miró la polla gorda de Israel y se pasó la lengua por los labios.

   Adam se acercó al grupo para contemplar en primera fila, Jorge todavĆ­a parecĆ­a dudar de lo que iba a hacer frente a todos.

   ā€”Cuando no hay pruebas, Āæel demandado puede hacer una contrademanda? —preguntó Adam con un brillo maligno en los ojos.

   ā€”SĆ­ —respondió con cinismo Vladimir.

   ā€”Entonces yo te contrademando por injuria, Israel.

   Acto seguido Adam clavó un pisotón devastador contra las bolas de Israel que perdieron su ovalada forma al chocar con el piso.

   Los ojos de Israel se abrieron y dejó escapar un gruƱido de sorpresa e incredulidad. Hubiera querido retorcerse y quejarse en el piso pero ambos brazos los tenĆ­a sujetados.

   ā€”Ā”AY, AY, AY, AY! AHHHHH, AHHHH, MIS BOLAS! AHHHHHH!

   Vladimir lo miró estaba cautivado de ver al guapo atleta y semental retorcerse del lamentable dolor emanado de sus grandes testĆ­culos.
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   Israel pasó a un estado mĆ”s calmado. Estaba jadeando y haciendo una mueca arrugando su atractivo y rectangular rostro. SentĆ­a que el dolor de cojones subĆ­a a todo su cuerpo y le revolvĆ­a el estómago.
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   ā€”Siempre serĆ”s un engreĆ­do con bolas dĆ©biles —se rió Adam—. Entiende tambiĆ©n que tus tontos huevos son un imĆ”n entretenidos para los golpes.

   ā€”Se queja de lo lindo —admitió Vladimir que ya no tenĆ­a pena en ocultar su erección.

   Jorge se levantó y dijo:

   ā€”No quiero chuparle la polla prefiero patearle los cojones —echó su pierna hacia atrĆ”s y pateó a Israel en las bolas. No fue una patada dura, pero fue suficiente para hacer que se lamentara a gritos del dolor de cojones, los sentĆ­a palpitar.

   ā€”AquĆ­ no harĆ”s lo que tĆŗ quieras —indicó Vladimir con voz frĆ­a—. AsĆ­ que arrodillate y sĆ”cale la leche a Chacón con tu boca o serĆ”s tĆŗ el que estĆ© ahĆ­ acompaƱandolo.

   Jorge gruñó.

   Israel soltó un gemido de dolor.

   ā€”Por favor, muchachos, sueltenme. Deseo agarrar mis bolas y acurrucarme.

   Ramio emitió una sonora carcajada y Patricio sintió pena.

   Adam interpuso su pie entre Jorge e Israel y deformó otra vez sus bolas al pisarlas contra el frĆ­o piso de losa.

   Las grandes pelotas crujieron.

   Los ojos de Israel se hincharon y dejó escapar una tos ronca.

   ā€”Ā”AHHHHHH! Ā”Mis huevos! —gimió deseando doblarse o acurrucarse para llorar.
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   Con eso, Adan pateó los huevos de Israel con toda la fuerza que pudo reunir. El empeine de su pie descalzo conectó con el escroto haciendo un ruido sordo.

   Los ojos de Israel se cruzaron y dejó escapar un gemido angustiado.

   ā€”Estoy esperando tu mamada, Jorge —regañó Vladimir.

   ā€”SĆ­, seƱor, estoy a punto.

   ā€”Adam, quitate de ahĆ­, todos queremos ver la mamada de una perra a otra.

   Varios muchachos rieron y Adam obedeció apartandose.

   Jorge se acomodó y agarró las pelotas grandes y llenas de Israel y apretó con fuerza, haciendo que el macho gritara de dolor.

   Acercó su rostro a los genitales y prĆ”cticamente los olió, era un buen aroma. Sus labios saborearon la cabeza sonrosada. Bajó hasta que su nariz tocó el pubis de Israel.
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   AsĆ­ comenzó el juego follando la polla.

   Israel jadeó mientras empujaba su polla dentro y fuera de la boca de Jorge.

   A su vez apretó los cojones de Israel como si de ellos fuera a hacer zumo o jugo de naranja, limón o quizas lefa.

   Pero pese a todo Israel continuaba follando la boca de Jorge, pensaba que si acababa pronto lo liberarĆ­an.

   Comenzo a jadear, su atractivo rostro brillaba de sudor. Jorge a su vez babeaba escupiendo lĆ­quido preseminal que salĆ­a por su boca entreabierta.

   Israel abrió la boca para decir algo, pero todo lo que exclamó fue un grito penetrante cuando alguien de los nadadores le pisó las pelotas.

   Jorge descansó un momento, tragó saliva y metió la polla en su boca.

   Los gemidos amortiguados de Israel resonaron en el vestuario.

   DespuĆ©s de un rato, Jorge sacó la erecta verga de su boca.

   Israel estaba sin aliento.

   El entrenador Vladimir se habĆ­a bajado el pantalón y empezó a masturbarse en dirección al macho en el piso, varios de los muchachos estaban sorprendidos.

   ā€”ĀæQuĆ© miran? Ā”AcompaƱenme! Llenen a este arrogante de leche, que quede cubierto por todos nosotros.

   Hubo mezclas de risas y algunos temerosos de futuras represalias contra sus cojones se unieron en torno al entrenador Vladimir.

   Israel gimió de dolor y placer cuando Jorge regresó a chuparle la larga polla. 

   Jorge aumentó el ritmo de la follada bucal.  Haciendo que Israel jadeara cada vez mĆ”s fuerte. No lo vio venir pero tuvo un puƱetazo de Jorge que dejó caer sobre sus bolas y lo hizo gritar de dolor y querer doblarse mĆ”s no pudo.

   De nuevo Jorge seguĆ­a chupando la verga y ni siquiera apartó la cara cuando esta empezó a derramar cubriĆ©ndole la garganta con una capa de semen.

   Israel gruñó mientras descargaba lo que parecĆ­a un galón de esperma, rebasando por completo la boca de Jorge.

   Los ojos de Jorge parpadearon violentamente cuando se atragantó con el sabor del semen de Israel.
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   Finalmente, el orgasmo del macho en el piso se calmó. Estaba respirando pesadamente y su polla goteaba leche. GemĆ­a y gruƱƭa de dolor, cubierto del esperma que le llovia de Vladimir y se fusionaba con el sudor de su cuerpo.

   ā€”Levanten al contrademandado —sentenció Vladimir.

   Medio sin fuerzas Israel fue levantado sintiendo sus cojones pesar y que palpitaban con fuerza.

   Vladimir lo miró con fiereza y Adam se colocó detrĆ”s de Ć©l, tenĆ­a la expresión viva con un rastro de malicia y diversión.

   Israel miraba a los dos hombres frente a Ć©l muy nervioso.

   ā€”ĀæQue quieren? Ya dejenme no harĆ© nada…

   ā€”No hasta que aprendas a acusar con pruebas y no como lo has hecho con el pobre, Adam.

   ā€”Perdón, entonces —atinó a decir un Israel exhausto.

   Adam camino hacia adelante y envolvió sus manos los desnudos genitales de Israel, apretando sus bolas. Ɖste se tensó apretando la mandĆ­bula haciendo un grave esfuerzo por contener un enorme grito de dolor. Su polla latió de nuevo resucitando. Echó la cabeza hacia atrĆ”s sin poder procesar por mĆ”s tiempo su dolor de bolas de parte de su peor enemigo. Lanzó un fuerte grito que fue sofocado por varias risas.

   ā€”Ā”MIS BOLAS, ah, maldito!

   Un nuevo chorro de presemen brotó de su polla a tiempo que su cuerpo se sacudĆ­a.

   ā€”Quita tus manos —ordenó Vladimir.

   Adam obedeció y se apartó dejando que Vladimir estrellase con la rodilla un aplastante y devastador golpe a los cojones de Israel.

—”””AAAAAAARRRRRGGGGGG, AAAARGGGGG!!!

   Israel lanzó un gritó agónico.

   Al precioso semental empezaban a salirle lĆ”grimas de los ojos.

   Adam y Vladimir disfrutaban del terrible dolor que le causaban.

   Esta vez Vladimir pateó los grandes huevos de Israel.

   ā€”Ā”””ARRRGGG... MIS BOLAS... MIS BOLAS... AAAAAYYYYYY!!!

   Vladimir alcanzó a entregar siete patadas seguidas a las bolas de Israel, que sentĆ­a un dolor de infierno en sus gumaros como si estuvieran a punto de reventar como cĆ”scaras para siempre.

   ā€”AAAAAHHHHHH. YA, YA, MIS PELOTAS.

   ā€”Jorge —pronunció suavemente Vladimir.

   Y no hubo de obligarlo, Jorge se arrodilló ante Israel y abrió la boca sobre su polla chupando con maestrĆ­a.

   DespuĆ©s de varios minutos de intenso placer Israel intentó contenerse. Pero no pudo mĆ”s y de forma masiva brotó esperama producto de su segundo orgasmo. Un pegote de leche llenó la garganta de Jorge, estaba espeso y caliente, como recien hecho por sus bolas fauleadas.

   Cuando todo literalmente acabó Vladimir ordenó que lo soltasen, Israel se fue abajo con el cuerpo baƱado en sudor.

   Jorge se sentó chupĆ”ndose los labios, era un sabor exquisitamente delicioso.

   Vladimir habló.

   ā€”Yo, Israel, declaro inocente a Adam de toca culpa —y despuĆ©s se dirigió a los nadadores—. Lo que sucede en los vestuarios se queda oculto aquĆ­, no creo que alguno de ustedes quiera ceder su puesto a un nuevo nadador, Āæeh? —seguido se echó a reĆ­r.

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