El documento secreto (5/6): La verdad - Las Bolas de Pablo

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3 jun 2018

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El documento secreto (5/6): La verdad

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
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   Paolo se encontraba otra vez amarrado. Ocupaba una silla y sus muƱeca estaban atadas al reposabrazos, sus piernas permanecĆ­an abiertas mientras sus testĆ­culos permanecĆ­an vulnerables ante el ceƱudo Rafael.


   ā€”ĀæDónde estĆ” el documento secreto?



   Paolo recibió un duro pisotón en las huevas. El pie calzado de una pesada bota de Rafael aplastó perfectamente el gran bulto de Paolo. La punta del zapato se hundió en el suave montĆ­culo y crujió sus bolas con fuerza, aplastĆ”ndolas contra la silla.



   El ruido del pie pisando la virilidad de Paolo resonó en la habitación.



   Paolo soltó una tos, seguido por un gemido largo y gutural.



   Rafael siguió retorciendo el pie contra las gónadas del joven, provocando un gemido angustiado de su parte.



   ā€”Si quieres salir ileso de aquĆ­ dinos, Āædónde tienes el documento? No estĆ”s mintiendo.



   Armando estaba sentado mĆ”s allĆ” vistiendo sólo un calzoncillo portando una fuerte erección.



   Rafael continuó pedaleando contra las bolas de Paolo, aplastando sin piedad, haciendo que gritara lo mĆ”s inhumano que podĆ­a.



   ā€”Si nos dices nada jamĆ”s volverĆ”s a ver a tu esposa ni la follarĆ”s ni egendrarĆ”s mĆ”s asquerosos hijos como el que tienes —gruñó Rafael. Dio un fuerte pisotón, aplastando las gónadas de Paolo.



   Paolo gritó de dolor.



   ā€”Pero yo…



   ā€”A mi no me vas a engaƱar —seguĆ­a Rafael—. Lo sabes todo. Simplemente te querĆ­as aprovechar de Armando sólo porque es debil.



   Los ojos de Paolo estaban llenos de miedo.

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   Rafael bajó el pie al piso.



   ā€”ĀæDónde tienes el documento? Ā”O te juro que patearĆ© tus pelotas tan duro que estarĆ”s escupiendo esperma!



   Los ojos de Paolo se agrandaron.



   ā€”Yo…



   Rafael gruñó y golpeó con su rodilla las pelotas de Paolo, aplastĆ”ndolas entre su rótula y la silla.



   Paolo dejó escapar un gemido estrangulado.



   Una y otra vez, Rafael le golpeó las bolas pulverizĆ”ndolas.



   Paolo lloraba de dolor, gimiendo cada vez que la rodilla de Rafael fulminaba sus testĆ­culos.



   Finalmente, Rafael se alejó permitiendo a Paolo descansar.



   ā€”ĀæTe decidirĆ”s a hablar? ĀæO prefieres que haga pulpa con tus bolas?



   Paolo levantó la cara y miró a Rafael con el rostro contraĆ­do del dolor.



   Rafael se  inclinó ante Ć©l y de forma calmada le pidió que le entregara el documento, ante el silencio envolvió sus dedos con fuerza alrededor de las gónadas de Paolo y apretó tan fuerte como pudo, retorciendo y aplastando haciĆ©ndole al macho gritar de dolor.



   Hubo una inconfundible agitación dentro de la ropa interior de Paolo que Rafael no pasó desapercibida. Miró la gran erección que estaba palpitando.



   ā€”Ahora, ĀæquĆ© tenemos aquĆ­? —murmuró.



   Paolo miró hacia abajo, tenĆ­a una mezcla de dolor, vergüenza y miedo en su rostro.



   Rafael retorció las bolas de Paolo bruscamente, provocando un grito de dolor. Clavó las yemas de sus dedos en los testĆ­culos y apretó con fuerza.



   Paolo echó la cabeza hacia atrĆ”s en agonĆ­a.



   La polla de Paolo tembló dentro de sus calzoncillos, y apareció un pequeƱo punto hĆŗmedo de lĆ­quido preseminal que empapó la dĆ©bil tela de su ropa interior.



   Paolo miró hacia abajo con horror. "No", susurró, haciendo una mueca.



   Rafael continuó apretando sus bolas con toda la fuerza que pudo reunir.



   ā€”Si dices dónde estĆ” te suelto de lo contrario te castro.



   El cuerpo de Paolo convulsionó.



   ā€”En… —habló roncamente.



   Dentro de sus boxers, la polla comenzó a crisparse violentamente mientras que Rafael le daba a sus pelotas un rudo y despiadado retorcijón.



   ā€”Ā”En el aeropuerto estĆ” —afirmó Paolo en un lastimoso sollozo.



   Rafael aplastó sus cojones gordos, despiadadamente exprimiĆ©ndolos y haciendo que Paolo gimiera y jadeabara pesadamente.



   ā€”Aquel dĆ­a con miedo en el baƱo lo guardĆ© con cinta adhesiva dentro del retrete, en la tapa del tanque de agua, parte superior… Ā”Oh, sueltame! —Paolo suplicó, sus ojos se llenaron de lĆ”grimas.



   De repente, su polla disparó una gran explosión de semen dentro de su boxer, chorro tras chorro empapó lentamente la tela y bajó por su muslo.



   Paolo rompió en llanto, mientras su orgasmo violento sacudĆ­a su cuerpo, y su semen extraĆ­do a la fuerza le llegaba oloroso a la nariz.



   Rafael retiró su mano del boxer. Estaba pegajoso y cubierto de esperma. Con un gruƱido de disgusto, Rafael se limpió la mano en la cara de Paolo.


   La polla de Paolo continuó liberando su preciosa carga. LĆ”grimas corrĆ­an por su guapo rostro mientras la leche corrĆ­a por su pierna.


   ā€”IrĆ© a buscar el desgraciado USB —aseguró Rafael saliendo rĆ”pidamente.



   Armando se acomodó en la cama y mirando fijamente a Paolo dijo:



   ā€”ĀæEn decir que me estuviste engaƱando todo el tiempo? Joder. Nunca perdiste la memoria.



   Paolo clavó la mirada al piso.



   Con el rostro doblado de rabia Armando fue hasta que Paolo que enseguida comenzó a gritar desesperado seguĆ­a el acto final para sus bolas.

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