La venganza de los ex (8/10): El divocio de David - Las Bolas de Pablo

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6 jun 2018

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La venganza de los ex (8/10): El divocio de David

CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
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   Aunque Pablo estaba ocupado en la sala de estar del departamento de su esposo no tenĆ­a mĆ”s opción que escuchar la conversación que este iba a tener con su exesposa vĆ­a webcam. Pablo estaba a un lado del salón ocupado en los quehaceres de su empleo estaba alejado del lente de la cĆ”mara aunque Ć©l sĆ­ podĆ­a observar la pantalla del computador.


   David por su parte se dedicaba a charlar con su pequeƱo hijo por medio de la internet, el niƱo vivĆ­a al otro lado del continente pero esa entretenida charla de padre e hijo se vio interrumpida cuando Gladys la rubia ex esposa de David ingresó en la conversación.



   ā€”Hola, David, Āæcómo estĆ”s?



   David se sorprendió por microsegundos era la primera vez en mucho tiempo que tenĆ­a una conversación con su ex. Pudo reaccionar de manera natural.



   ā€”Hola, Gladys. Bi… bien, Āæy tĆŗ?

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   Pablo echó un rĆ”pido vistazo a la cĆ”mara al percatarse del quiebre nervioso de David. Se trataba de una guapa rubia tenĆ­a cierto aspecto angelical aunque si se tornaba ruda podĆ­a ser peligrosa y eso lo sabĆ­a por algunas historias que le contó David. No habĆ­a duda que el niƱo habĆ­a heredado la mayorĆ­a de los rasgos del papĆ”. La mujer a travĆ©s de la computadora explicó que se sentĆ­a bien pero…



   ā€”Necesito hablar contigo.



   ā€”ĀæSĆ­? Eh… estĆ” bien, sĆ­, estĆ” muy bien…



   Se escuchó que Gladys pidió cariƱosamente a su hijo que buscara a su abuela para que la ayudara a hacer algo, Ć©l se despidió de su padre y salió de escena.



   ā€”David, sĆ© que el niƱo no ha tenido el mayor contacto contigo y en parte he sido culpable. Las veces que has venido no son suficientes para estrechar ese lazo padre e hijo.



   ā€”ĀæQuĆ© dices, Gladys? Davidcito y yo tenemos una buena relación.



   ā€”Lo sĆ©, David, pero tanto tĆŗ como yo sabemos que no es suficiente, ĀæestĆ” bien? —David meneó la cabeza—. SĆ© que a parte de todo tu tiempo quieres estar al lado del niƱo y verlo crecer, no puedo quitarte por mĆ”s ese derecho.



   ā€”Entiendo. ĀæQuieres que lo vaya a buscar para traer a AmĆ©rica?



   ā€”No, David —Gladys se acomodó el cabello con las manos—, lo he estado pensando y regresarĆ© para allĆ”. No pasarĆ© mĆ”s tiempo en EspaƱa, al final creo que la patria termina llamando a una y extraƱo muchas cosas por allĆ”, familia, amigos, lugares y mi verdadero trabajo. En unos meses estarĆ© de vuelta y tendrĆ”s a junior contigo tambiĆ©n —ambos emitieron una risa de simpatĆ­a. David despuĆ©s le explicó lo feliz que estaba con la noticia. Finalmente Gladys se atrevió a preguntar—. Esa personita con la que vives, Āæno tendrĆ” problemas en tener a David ahĆ­?

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   SintiĆ©ndose aludido Pablo levantó una ceja y echó otro vistazo a la pantalla con aire de arrogancia. David soltó una risa de nervios y le dirigió a Ć©l una mirada amistosa por lo que Gladys comprendió que esa personita estaba ahĆ­ cerca.



   ā€”No, te equivocas. Por ningĆŗn motivo el tendrĆ” problemas, es muy cariƱoso con los niƱos, mi esposo, tiene sobrinos e incluso uno de ellos tiene la edad de David.



   ā€”Ah pues que bien —alegó Gladys con ninguna emoción—, ya verĆ© cuando llegue si es asĆ­. Yo sĆ© que tĆŗ estarĆ”s emocionado con el niƱo en casa.



   ā€”AsĆ­ serĆ” —corroboró David afirmando emocionado con la cabeza.



   Tuvieron una corta y trivial conversación donde la mujer alegó que regresarĆ­a aproximadamente en un mes. Cuando la videollamada culminó David se notaba feliz aunque tambiĆ©n tenĆ­a un diminuto aire de preocupación. Pablo abandonó sus trabajos y se acercó a su esposo:



   ā€”AsĆ­ que yo soy una personita, Āæeh? —se rió y le dio un fuerte abrazo—. Me emociona mucho que tengas ya a tu hijo aquĆ­ por largo tiempo y lo veas crecer —le dio un beso—. Pero su madre parece que no me tolera, Āælo crees?



   David hizo una sonrisa mostrando los dientes:



   ā€”SĆ­. Creo que te odia, que raro.



   ā€”ĀæSeguirĆ” resentida contigo?



   ā€”Lo no sé… TenĆ­a mucho, muchĆ­simo tiempo sin hablar con ella. Cuando apareció ahĆ­ en principio me sorprendĆ­. Siempre me he comunicado es con su madre.



   ā€”ĀæTe seguirĆ” amando? Ā”Oh, no, David!



   David se rió y abrazó a Pablo.



   ā€”Me debe odiar y es mi opinión.



   David continuó acariciando la nuca de Pablo mientras apoyaba su barbilla sobre su hombro. A su memoria llegó aquel dĆ­a en el que prĆ”cticamente Gladys lo habĆ­a sacado del closet ante amigos, clientes, parientes y cercanos en su propio gimnasio.



   ā€”ĀæPOR QUƉ? ĀæPOR QUƉ LO HAS HECHO? —le gritaba David en su despacho despuĆ©s del bochornoso espectĆ”culo en el salón aquel dia—. ĀæCƓMO TE ATREVES A DEJARME ASƍ ANTE TODOS?



   ā€”POR LA MISMA RAZƓN CON LA QUE TÚ ME HAS QUERIDO VER LA CARA DE ESTÚPIDA ESTE TIEMPO.



   ā€”ĀæCƓMO PUDISTE? Ā”SOY EL PADRE DE TU HIJO! —David la sostenĆ­a de las muƱecas y la asĆ­a con fuerza. Estaba realmente violento—. NO TENƍAS DERECHO.



   ā€”ĀæDERECHO? ĀæY TÚ? ĀæA QUIEN IBAS A SEGUIR ENGAƑANDO. Ā”SUƉLTAME!



   ā€”TE VAS A ARREPENTIR, GLADYS, NADIE ME HUMILLA DE ESTA MANERA.



   ā€”Ā”TE HE DICHO QUE ME SUELTES! A PARTIR DE HOY PODRƁS IRTE A CULEAR CON ESE QUE HACƍAS LLAMAR TU MEJOR AMIGO. VE Y LOGRALO, NADA TE DETIENE, MARICOTA! QUE ME SUELTES, ME LASTIMAS —verdaderamente David oprimĆ­a con fuerza las muƱecas de la que todavĆ­a era su esposa, no se dio cuenta que sus ojos se llenaban de lĆ”grimas—. Ā”SUELTAME, DAVID, QUE ME SUELTES!



   Sin saber como, David sintió un profundo dolor que provenĆ­a de su ingle.

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   Con un fuerte grito el macho dio un salto en el aire cuando Gladys impactó su rodilla en contra de sus bolas.



   Los dos grandes cojones habĆ­an sido aplastados con la fuerza de la rótula de la pequeƱa y rubia mujer.



   Por instinto David la soltó y retrocedió uniendo sus rodillas. Se agarró las bolas respirando pesadamente, gruƱendo y gimiendo de agonĆ­a, su rostro estaba doblado de dolor. Sus bolas palpitaban tras perder la ovalada forma con el impacto.

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   Gladys le dirigió una mirada de odio.



   Y regresando al presente David se habĆ­a puesto pensativo por lo que Pablo lo miraba con preocupación:



   ā€”ĀæPor quĆ© tan callado? —le preguntó.



   ā€”Estoy recordando la vez en la que ella me sacó del closet —respondió David—. Gladys descubrió unos mensajes que yo tenĆ­a con Jean, para ese momento la relación entre nosotros pasaba por un mal momento porque Ć©l me reprochaba haber tenido un hijo con ella.



   ā€”ĀæComo dio Gladys con esos mensajes?



   ā€”No lo sĆ©. Supongo que hurgarĆ­a mi celular mientras me baƱaba. La hermana de ella es tĆ©cnico reparando equipos supongo que le habrĆ” enseƱado trucos para burlar las claves porque hasta dió con unas fotos privadas que yo tenĆ­a con Ć©l. Esas fotos fue las que proyectó en la reunión del gimnasio con mis amigos.



   ā€”Supongo la pena que pasaste con todos —aseguró Pablo acariciando la barbilla del fortachón.



   ā€”Pos sĆ­. Pero no la culpo actuó vengandose de forma magistral.



   ā€”Ā”Y que magistral la condenada!



   Ambos se rieron.



   Pablo cerró los ojos y le dio un beso en los labios a David finalmente le dijo:



   ā€”Pero ahora estĆ”s conmigo.

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