Alimañas de la noche 2 (5/5): El capitán del mal - Las Bolas de Pablo

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23 mar 2019

Alimañas de la noche 2 (5/5): El capitán del mal

Parte 3/3
CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Tres meses después del feroz ataque al galpón la ciudad de Biloba había vuelto a la más sana paz, los ejércitos de Ky malignos se habían reducidos y los benévolos trabajaban de la mano de la policía ayudando como un brazo más del organismo. Era un grupo secreto para el humano común siendo parte del departamento de crímenes sobrenaturales. Quien estaba a cargo de ese departamento era Bruno que tras una fuerte depresión volvió al organismo con la frente en alto asumiendo su nueva vida como Ky, si es que podía considerarse vida tras su muerte en el galpón.


   Rómulo lo transformó como un intento vano para dejarlo con lo que podía denominarse vida. Los dos tomaron distancia pues Bruno no lo perdonaba por su transformación pero una llamada telefónica hizo que se contactaran pudiendo limar sus asperezas y tender un lazo de amistad sin posible retorno de romance.



   —Son muchas las cosas que debo asumir en esta nueva etapa —aseguró a través del teléfono Bruno.



   Víctor colaboraba para la policía al departamento de casos sobrenaturales estaba dispuesto a asumir las nuevas líneas de investigación. Su temperamento cruel había menguado desde que su existencia en este mundo fue salvada por un Ky benévolo desde entonces el grueso hombre de mirada salvaje se mostraba cordial con los no vivos.



   —Perdonaste a Iván por tu muerte y no a Rómulo por tu transformación —indicó una noche el oficial al borde de su escritorio. Vestia una ajustada camisa blanca y las pistolas le colgaban a ambos lados.



   —Es distinto —discutió Bruno. Que hacía un gran esfuerzo en contenerse y no saltar sobre los hombres para robarle el semen y poder obtener energías—, Iván estaba bajo los efectos de una pócima que entregó aquella bruja del sur. Estaba hechizado y continuaba obedeciendo a Nojh.



   —Maldito Nohj hay que dar con él. No quiero que vuelva con un ejército potente.



   —Estaremos muy preparados. A propósito aquí está el informe de la bruja que preparaba las pócimas al más fuerte de los Ky.



   Bruno tendió a su compañero una carpeta que contenía el informe de localización de esa mala mujer.



   —Le volaremos los sesos a esa maldita —catalogó Víctor leyendo detenidamente.



   Bruno sacó de su gaveta una manzana que prefirió comer, cualquier alimento calmaba su hambre, como una droga, sin embargo, era el semen lo que saciaba su apetito. Comenzó a degustar la fruta y todavía no había desarrollado su habilidad como Ky.



   —Ya va a caer la noche —indicó Víctor.



   —Noches de paz sin descanso —afirmó Bruno.



   Lejos de la estación de policía Gino se apoyó contra la pared, inhalando profundamente. El joven cerró los ojos y suspiró.



   Era la primera vez en mucho tiempo que salía a una fiesta nocturna en la ciudad de Biloba y la estaba pasando muy bien con sus amigos. Tomó un momento para ir al baño para descansar y vaciar la vejiga.



   También había salido con una pistola de balas de oro que su padre le había prestado en caso de que el mal lo acechara.



   Entró al cubículo del baño y orinó, seguido se lavó las manos y sacó su celular del bolsillo que vibraba con una llamada era su padre Iván que se recuperaba tras un tiempo de reposo medico para el cuerpo y alma.



   —¿Todo está bien? —fue la primera pregunta del señor.



   —Sí, no hay ningún peligro o no se ha presentado.



   —Gino, no quiero que llegues tan tarde.



   —Papá, es la primera vez que salgo en un siglo y no quiero perderme de nada. Estuve mucho tiempo encerrado por culpa de esas criaturas perdiendo mi juventud.



   —Lo sé pero también me preocupo.



   —No soy un niño. Me sé cuidar. Al fin y al cabo sólo quieren mi leche y si me transforman seré benévolo.



   —¡Esas no son bromas, Gino!



   —¡JAJAJA! Descuida, papá. Me se cuidar no soy un crío.



   —Volvemos a lo mismo. Eres mi hijo y me preo...



   En ese momento hubo un arrebato y un golpe por lo que Gino sintió un ruido en la llamada.



   —¿Papá, estás bien?



   —...



   —¿Papá? No se oye nada...



   No hubo ninguna respuesta en la voz de Iván sin embargo Gino escuchó otro tono desde lejos.



   —Volvemos a encontrarnos, Iván.



   Gino se quedó sorprendido.



   —¿Papá, qué pasa?



   A su vez se oyó una respuesta de Iván y no se comunicaba precisamente con su hijo.



   —Así que aquí estás, maldito. Vienes para que te mate.



   —Vengo por ti.



   —¡PAPÁ!



   Gino salió de inmediato y desesperado del baño con el celular en la mano asustado de lo que pudiera pasar.



   Al otro extremo de la ciudad Iván se encontraba cara a cara con Nohj, el policía estaba en su habitación muy erguido mirando a su enemigo, hablaba por celular con su hijo cuando le arrebataron el celular. Estaba con el delicioso y fuerte pecho desnudo y un ajustado pantalón que se ceñía a su cintura y muslos. Miraba sin miedo al más fuerte de los Ky.



   Nohj por su parte estaba ahí para nutrirse quería el semen de Iván, él junto a su hijo eran los mejores portadores de esperma de la ciudad.



   —Dame tu leche y nadie saldrá herido —dijo con descaro el aborrecible Nohj.



   —Una bala de oro es la que te puedo dar —aseguró Iván.



   —¿Vas a cooperar o será necesario transformarme en mujer para que me llenes de semen? Bastante que te gozaste a Jessica.



   —Maldito. ¡Eres despreciable!



   —¡Jajaja!



   El celular de Iván continuaba en el suelo transmitiendo la comunicación y la pelea que se estaba iniciando a Gino.



   Nohj agarró ventaja y le dio un puñetazo en la cara a Iván empujándolo al suelo.



   Iván se sorprendió por el rápido ataque de Nohj, y trató de evitar sus golpes furiosos y aleatorios. Fue sorprendido en su encuentro y sabía que su arma reposaba al borde de la cama.



   Rodaron por el suelo. Nohj atacó agresivamente a Iván con golpes en la cara y el estómago, e Iván trató desesperadamente de zafarse y correr por su arma para poner fin a la vida del Ky.



   Ambos gruñían y jadeaban.



   —Si me das tu semen nada malo te ocurrirá —Nohj gruñó y golpeó los abdominales de Iván—, puedes ser mi donador y todos estaremos bien. Tendrás el poder, para eso naciste —el siguiente golpe aterrizó en el musculoso brazo de Iván.



   Iván intentó agarrar a Nohj.



   Ambos empezaban a sudar, sus cuerpos fuertes se frotaban entre sí.



   Nohj sintió que los genitales de Iván se golpeaban contra su mano, por lo que su polla se endurecía de inmediato.



   Nohj rugió y golpeó su codo contra las costillas de Iván.



   Iván tosió y empujó a Nohj, frotándose un costado.



   Respiraban pesadamente, queriendo recuperar el aliento.



   Iván gimió.



   Nohj lo interrumpió con una patada que conectó con su rodilla.



   Iván dejó escapar un grito.



   —¡Desearás no haber venido! —gritó, levantando el pie y enviándolo directamente entre los muslos de Nohj.



   La punta del zapato de Iván chocó con el bulto en los pantalones de Nohj, aplastando sus huevos y sacando el aire de sus pulmones.



   La mandíbula de Nohj cayó y soltó un gemido. Sus ojos se abrieron de par en par con expresión de absoluta sorpresa, dolor y conmoción en su rostro.



   —¡Mis bolas! —susurró Nohj, doblándose lentamente.



   Iván de los años de experiencia como policía, continuó con una serie de movimientos que hicieron que Nohj gruñiera y gimiera de dolor hasta derribarlo en el suelo.



   Nohj estaba acostado de espaldas, inmovilizado por el peso de Iván.



   Ambos sudaban profusamente.



   Iván estaba a horcajadas sobre Nohj, y sus entrepiernas se tocaban.



   Ambos tenían una erección.



   Sus ojos se encontraron.



   Nohj tragó saliva.



   Iván dejó escapar un gruñido enojado. Una y otra vez, aplastó con el pie en la entrepierna del Ky.



   Nohj estaba gritando, gimiendo y chillando de dolor en lo que Iván causaba estragos en sus preciosas gónadas.



   Finalmente, Nohj se dobló, agarrando su entrepierna, su rostro se doblaba de puro dolor.



   Iván lo miró. Y retrocedió para ir a buscar la pistola en la cama. Se acercó al más poderoso de los Ky y puso el pie sobre su cara, apoyando la cabeza en el suelo.



   Nohj dejó escapar un gemido miserable.



   —Te fulminaré tal cual lo hizo el arcángel Miguel. Murió tanta gente por tu culpa que hoy te toca a ti. Desaparecerás.



   De repente, Nohj agarró el pie de Iván, lo tiró hacia un lado y clavó sus dientes en su tobillo.



   Iván gritó de dolor y sorpresa. Pisó a Nohj, haciéndole soltar el pie y emitir un gruñido de angustia.



   Iván negó con la cabeza y le dio una patada en las costillas, haciéndole gritar de dolor.



   —Deseo nunca más verte caminar sobre la faz de la tierra —declaró pateando a Nohj en el costado, haciéndole gritar de dolor y volcarse.



   Con un apriete del gatillo retumbó en la sala un cañonazo y una bala de oro perforó la frente de Nohj, la alimaña lanzó un terrorífico grito que penetró hasta el oído más valiente y torció los ojos mientras su cuerpo serpenteó en el suelo agrietando los poros y llenándose de llamas. Iván retrocedió en alerta mirando como aquella aborrecible bestia era consumida en llamas hasta reducirse a cenizas.



   Al fin toda raíz del mal terminaba e Iván empezaba a tranquilizarse llenándose de paz. El capitán del mal era derrotado.



   Iván retrocedió sobre sus pasos mirando el fuego hasta que sólo se consumió quedándose como cenizas.



   Al poco tiempo Gino ingresó al departamento y con más prisa llegó a la habitación consiguiendo a su padre sentado en la cama. El muchacho sostenía la pistola en la mano en caso de defensa.



   —¿Qué pasó, papá? ¿Estás bien?



   Iván detalló a su hijo con la mirada posteriormente sonrió.



   —Lo destruí, ya todo acabó. No quedó nada de él.



   —¿Qué dices? ¿Era Nohj?



   —Sí. Ya no queda nada de él. Es ceniza.



   Gino rió y se acercó a su padre dándole un abrazo y explicando lo asustado que se había ido al departamento.



   —Ya esto acabó. Destruimos a las alimañas, tengo que avisar a los demás —Iván dio una última palmada de felicitación a su hijo y salió de la cama para recoger el celular en el suelo marcando una llamada a Bruno. Espero hasta rendirse por no tener respuesta y miró a Gino—. Que raro, no contesta.



   —Es un poco tarde, quizás está durmiendo.



   —Llamaré a Víctor.



   Iván consultó el número del otro compañero de policía pero recibió un mensaje de Bruno y no pudo contener la risa.



   —¿Qué ocurre? —preguntó Gino.



   —Bruno me envió un whatsapp escribiendo que no pudo responder porque está en medio de una conversación romántica con Rómulo.



   Gino también se echó a reír. Y su padre estableció contacto con Víctor, se le oía contento hablando con el policía. El joven lanzó una mirada de repulsión a esas cenizas y sin embargo se sentía contento y en paz al saber que la raíz del mal se había extinguido.

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