CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
—¿CuĆ”ndo fue la Ćŗltima vez que eyaculaste? —le preguntaba JosĆ© a Marcos Chacón que estaba llegando a la reunión.
—Umm —murmuró Marcos—. Hace dos dĆas, con mi esposa.
Luis levantó las cejas, desde su perspectiva Marcos era un varonil espĆ©cimen masculino el cual le gustaba horrores a pesar de ser heterosexual. Se quedó en silencio admirando los increĆbles regalos con los que Marcos fue bendecido al rellenar el bulto en su pantalón.
Para el padre de Pablo Chacón sus genitales era una cosa de pura belleza, y despuĆ©s de su pene, los dos testĆculos lucĆan perfectos y extraordinariamente gordos como gran almacĆ©n productor de semen a sus 58 aƱos de edad.
Marcos miró a sus amigos maduros. HabĆa una curiosa mezcla de orgullo, complicidad y picardĆa entre ellos. SabĆa que estaba equipado con un conjunto de órganos reproductivos que harĆan sonrojar a un semental juvenil, y estaba orgulloso de eso. Pero algo en la mirada de los amigos le dijo que tenĆan planes muy especĆficos contra Ć©l.
—Oh, Dios —susurró GermĆ”n con un rastro de burla—. Su pene se ha puesto duro dentro del pantalón, estĆ” estirando la tela.
—Justo lo que el doctor me ordenó —continuó con la burla JosĆ©. Se aclaró la garganta ajustando su entrepierna.
—Muchachos, ¿quĆ© les pasa? —quiso saber Marcos arrugando el ceƱo—. He estado pensando en distanciarme del grupo puesto que creo que la finalidad del mismo se ha perdido y...
No pudo terminar su idea porque alguien desconocido desde atrĆ”s lo golpeó con un gancho en los testĆculos, provocando un chillido agudo de Marcos que enseguido fruncio el rostro en medio del dolor. Fue cuando todos los maduros lo sostuvieron trasladĆ”ndolo a una silla donde lo amarraron a una soga con las piernas abiertas.
—VoilĆ”, Marcos, volvemos a encontrarnos —se reĆa Manuel saludando a Marcos con una risa burlona, Ć©l y Marcos habĆan tenido una actitud de competencia la temporada anterior.
Marcos gimió de dolor. Nunca hubiera esperado volverse a encontrar con Ć©l y menos ahĆ. En medio de sus piernas abiertas las bolas le colgaban frente al asiento de la silla.
Manuel hizo una risa pesada y alzó la pierna chocando la planta del pie contra las gónadas de Marcos.
Los ojos de Chacón perdieron el foco y dejó escapar un grito.
—Oh, habĆa olvidado lo divertido que es —dijo Manuel. Ahora afincando el pie contra la entrepierna de Marcos que gruƱĆa y gemĆa con el rostro contorsionado por el terrible dolor de pelotas.
Manuel puso su pie al piso y miró a Marcos con un brillo de felicidad en los ojos.
—Ese par de huevos grandes tuyos son tu perdición. ¿O me equivocó? —tomó el dibujo de sus bolas en el pantalón y las apretó con toda la fuerza que pudo reunir.
Marcos emitió angustiados lamentos.
A Manuel le costó exactamente seis minutos aplastar y torturar los testĆculos hasta que Marcos no pudo contener su jugo sexual por mĆ”s tiempo. Su pene ya erecto entró en erupción mojando el fino pantalón con un chorro de leche.
El resto de maduros aplaudieron contentos de ver como el pantalón de Chacón se empapaba por completo de semen.
Manuel se aferró a las bolas de Marcos, apretando mientras bombeaba chorro tras chorro de esperma.
—¡Exprime todo! —gritó Luis.
Manuel asintió y presionó sus pulgares en la tierna carne de los testĆculos, exprimiendo cada gota de jugo de esos enormes huevos.
Marcos gritaba con la cabeza echada hacia atrÔs, su cuerpo brillaba con sudor. Después de lo que pareció una eternidad, su orgasmo se terminó.
Manuel lo soltó y se fue a reĆr con el resto de compaƱeros.
Marcos estaba jadeando pesadamente, su cara se contraĆa de dolor, sus bolas estaban escurridas, hinchadas y magulladas, su polla se pegaba a su ropa interior cubierta de esperma.
En medio de su fuerte dolor Marcos oĆa la risa y comentarios de los demĆ”s.






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