BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Era una divertida tarde de viernes cuando el grupo de amigos decidiĆ³ salir del encierro de sus casas para reunirse en un bar para charlar. La mĆŗsica estaba interesante y las bromas tambiĆ©n.
Marcos se movĆa incĆ³modo. Sus bolas de gran tamaƱo colgaban muy bajas en su escroto, y se marcaban en la tela del pantalĆ³n por lo que habĆa pillado par de veces a Luis con la vista fija en su entrepierna.
—Deja de mirarme —decidiĆ³ comentar—, me siento como un trozo de carne.
Con ello el grupo de amigos se echĆ³ a reĆr.
La risa de German fue interrumpida bruscamente cuando JosƩ le dio un manotazo contra los genitales.
German se atragantĆ³ y tosiĆ³.
Los maduros rugieron de risa.
JosĆ© decidiĆ³ continuar con su propĆ³sito y declarĆ³.
—En ocasiones me provoca divertirme mucho con tus huevos, GermĆ”n —se riĆ³ pero en aquella ocasiĆ³n lanzĆ³ un puƱetazo a la entrepierna desprotegida de Farid que tambiĆ©n estaba a su lado.
Las mejillas de Farid se abombaron y sus ojos perdieron la concentraciĆ³n cuando sus testĆculos se aplastaron contra su cuerpo. Se tambaleĆ³ y escupiĆ³ la cerveza que bebĆa. GimiĆ³ y se doblĆ³, apretando sus gĆ³nadas.
Manuel hizo una mueca.
—EstĆ” bien, me vas a golpear en las pelotas ahora, ¿verdad?
JosĆ© sonriĆ³.
—AsĆ es.
Manuel asintiĆ³ lentamente.
—EstĆ” bien —suspirĆ³, se levantĆ³ y extendiĆ³ las piernas. CerrĆ³ los ojos y puso las manos detrĆ”s de la cabeza.
JosĆ© sonriĆ³.
—Que amable de tu parte.
Jose llevĆ³ la pierna entre los muslos de Manuel elevando al guapo deportista y haciĆ©ndolo gemir en agonĆa y doblarse, agarrando sus bolas maltratadas.
Luis mirĆ³ a Marcos que se estaba sentado en el puf con sus enormes pelotas atrapadas en el fondo de su escroto, vulnerables y expuestas.
Los dos se miraron en silencio por un momento.
—Patea sus pelotas —gritĆ³ alguien desde otra reuniĆ³n en el bar.
Marcos tragĆ³ saliva.
Sin romper el contacto visual, Luis se levantĆ³ y le dio una puƱetazo a las gigantescas gĆ³nadas de Marcos. ¡Sus nudillos hicieron contacto con su entrepierna pulverizando sus cojones!
Los curiosos desde otra mesa se rieron y otros hombres por mera solidaridad se cubrieron sus pelotas.
Marcos se quedĆ³ sin aliento.
El guapo seƱor se quedĆ³ paralizado mientras el dolor se registraba en su cerebro y su cara se arrugara de dolor. Se doblĆ³ y se hundiĆ³ en su reconfortante asiento.
Tanto Luis como JosƩ estallaron en risas.
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