BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Franko se estaba mirando en el espejo había pasado dos días en el confort de una habitación después de estar encerrado en las celdas de Badía sin saber qué iba a pasar con él pues había echo una apuesta con el rey y éste último la perdió por lo que Franko debía salir en libertad pero con la condición de no recuperar el reino de Arkadia.
Ahora se miraba en el espejo mientras terminaba de vestirse elegantemente, iba a tener una reunión con Asdrúbal el rey de Badía.
Cuanfo tocaron a la puerta él eligió unos segundos para terminar de acomodarse. Al peinar su rubio cabello salió de la habitación donde lo aguardaban los soldados del palacio.
Franko fue acompañado por ellos hasta el despacho del rey ahí lo estaba esperando Asdrúbal ataviado con un ajustado traje luciendo poderoso y atractivo.
—Inclínate al saludar a tu rey.
Franko permaneció inmóvil era una humillación más, después de haber sido él un rey y despojado del poder debía inclinarse ante aquel tirano.
—Inclinate para saludar a tu rey —repitió Asdrúbal con la vista fija sobre él.
Franko siguió erguido hasta que recibió un puñetazo bien fuerte en su entrepierna de parte de un soldado. Soltó un grito de sorpresa que fue seguido inmediatamente por un gemido miserable cuando se dobló, agarrando su entrepierna.
—Así me gusta, que estés inclinado ante tu rey.
Franko gimió de dolor.
—Eres un déspota —indicó estaba frotando el bulto mientras miraba a Asdrúbal, con expresión de dolor en su rostro.
Asdrúbal se rió entre dientes.
—¿Llamas déspota a quien va a cumplir con su trato al dejarte en libertad? Eres un malagradecido puedo encerrarte otra vez y dejarte en el abandono, a estas alturas nadie se acuerda de ti. El mundo te ve como un cobarde de abandonó el trono.
Asdrúbal tendió sobre el escritorio varias portadas de periódicos.
Franko se quedó sorprendido leyendo los titulares, Rocco, quien era el jefe del parlamento de Arkadia y su mano derecha era escogido como el nuevo rey de Arkadia, de eso ya tenía información pero otros titulares compartían la reseña de una reunión entre el reino de Arkadia y Badía para estrechar relaciones de amistad, una fecha más reciente mostraba el intercambio comercial de aquéllos gobiernos, un último diario mostraba las opiniones de Rocco indicando que todavía se desconocía el paradero de Franko pero seguían en su incansable búsqueda.
El ex rey de Arkadia se sentía confundido leyendo la información se había olvidado por completo de Asdrúbal al darse cuenta que había sido traicionado por uno de sus hombres más fieles.
—No tienes la capacidad ni la fuerza de volver al poder —indicó Asdrúbal que abandonó su lugar ubicándose frente a Franko, alcanzó el bulto del ex rey y lo apretó con fuerza.
Franko jadeó.
Asdrúbal presionó la punta de sus pulgares en las jugosas albóndigas, aplastándolas con sus propias manos.
Franko echó un grito desesperado.
Asdrúbal le guiñó el ojo y lo soltó de las pelotas.
Sin tener energías Franko se sentó, gruñendo y gimiendo, agarrando sus maltratadas bolas.
—Oye esto atentamente —dijo Asdrúbal colocando una videograbadora ante los ojos de Franko—, vas a ser filmado y aparecerás en la televisión mundial argumentando que abandonaste el poder por el glorioso futuro que se esperaba sobre Arkadia sin tu presencia. Vas a decir que vives cómodamente y que no aspiras volver al poder nunca en tu vida, ¿entendido?
Franko tragó saliva con el ceño fruncido.
—¿ENTENDIDO? Aparecerás en vivo y directo y de llegar a decir que fuiste secuestrado y torturado juro que te arrancaré esas canicas y te las daré de comer. ¿ENTENDIDO?
Franko tuvo que afirmar con la cabeza mientras sus dedos acariciaban sus testículos que se hinchaban. Sabía que a partir de ahí comenzaba en cierta medida su libertad aunque iba a ser a medias. Deseaba recuperar el trono.
La videocamara comenzó el proceso de filmación.
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