BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Encerrado en una celda Marlon miraba la pared mientras que su dedo Ćndice acariciaba el Ćŗnico testĆculo que le quedaba. Desde que habĆa luchado contra su hermano menor Hiram resultĆ³ derrotado por este cuando le partiĆ³ un huevo.
Desde entonces volviĆ³ a ser capturado por aquella organizaciĆ³n que los secuestrĆ³ para que con su milagroso semen no salvaran a la humanidad de una mortal enfermedad.
En otro lugar de ese mismo encierro Jorge, el padre de aquellos hermanos tragaba saliva mientras los pasos se oĆan en direcciĆ³n a su claustro y sabĆa que cuando aquello sucedĆa era porque iba a ser vĆctima de una fuerte tortura.
Sus ojos se encontraron frente a aquel malvado hombre.
—Hola —lo saludĆ³ Ćngel—. ¿CĆ³mo estĆ”s?
—¿CĆ³mo quieres que estĆ© aquĆ encerrado? Preso sin la posibilidad de ver a mis hijos mientras ustedes los matan haciendo que se enfrenten.
—Esta serĆ” la Ćŗltima vez que nos veamos —dijo Ćngel.
—¿QuĆ© quieres decir? —preguntĆ³ un ceƱudo Jorge.
Ćngel se arrodillĆ³ frente a Ć©l, bajĆ³ su ropa interior y lamiĆ³ la punta de su polla.
—Sabe muy bien. Hoy termina todo el castigo de ustedes. El plan se fue a la basura.
La polla de Jorge cobrĆ³ vida lentamente cuando Ćngel volviĆ³ a chuparla.
Jorge se mordiĆ³ el labio inferior y dejĆ³ escapar un suave gemido.
Ćngel dejĆ³ que la polla de Jorge saliera de su boca.
—Tienes un pene hermoso que no merece morir, no merece ser perdido del mundo.
—No entiendo —dijo Jorge.
—La organizaciĆ³n planeaba producir un virus de laboratorio que causara una grave enfermedad para producir sus propios medicamentos y adquirir dinero por ello. Y aparecieron ustedes con su cura natural.
De inmediato Jorge recibiĆ³ una patada en la entrepierna que lo hizo gritar adolorido. Quiso doblarse de dolor pero sus restricciones se lo impidieron.
—La orden siempre fue retenerlos tuvimos una espĆa que cayĆ³ bajo tus encantos y ello le costĆ³ la vida pero pudimos capturarlos. El plan hacer que entre ustedes se destruyeran dada la condiciĆ³n de odio que hay entre tus hijos y lo logramos a medias. Y sin embargo la necesidad fue elimarlos a los tres pero no me atrevo. Me enamorĆ© de ti y no puedo... DecidĆ denunciar al laboratorio ante las autoridades y en cualquier momento llegarĆ”n y nos detendrĆ”n. Ustedes serĆ”n liberados. Aunque ya no podrĆ© disfrutar de ti querĆa mantenerte con vida junto a tus hijos.
AsĆ le retorciĆ³ las huevas a Jorge que gritĆ³ quebrando su voz mientras sus ojos se llenaron de lĆ”grimas.
CĆ³mo si fueran palabras profĆ©ticas desde lejos se oyeron multitudes de sirenas que se aproximaban al edificio. Tanto Ćngel como Jorge se miraron a los ojos, era el fin, todos iban a ser presos y Jorge junto a sus hijos iban a ser liberados.
—Te deseo mucho Ć©xito —alegĆ³ Ćngel se acercĆ³ a Jorge y lo besĆ³ en los labios.
Cuando se separaron Ćngel tomĆ³ distancia y clavĆ³ una patada en la entrepierna de Jorge que lo hizo serpentear y quejarse en medio de sus ataduras.
Ćngel abandonĆ³ a paso triste la estancia escuchando por Ćŗltima vez las quejas dolorosas de Jorge.
Como si fuera un acto premonitorio la fuerza policial ingresĆ³ al edificio con el objetivo de apresar a los culpables y liberar a los cautivos.
Un grupo encontrĆ³ abandonado en una cama a un muchacho con un solo testĆculo.
Hiram fue hallado y empezĆ³ a temblar en medio de su rescate sin poder contener las muestras de su felicidad.
Otros policĆas encontraron a Jorge cuyos testĆculos se empezaban a hinchar.
Ćngel como el resto de los miembros del laboratorio fue apresado.
Cuando Jorge se reencontrĆ³ con sus hijos los abrazĆ³ con fuerza sabiendo que tenĆa la responsabilidad de hacer que sintieran afecto el uno por el otro asĆ como tambiĆ©n colaborar para restablecer la buena salud en la humanidad y que su semen no fuera retenido como pretendĆa aquĆ©l laboratorio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario