Protis, el afortunado focio - Las Bolas de Pablo

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12 mar 2019

Protis, el afortunado focio

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING  M/M.

El siguiente relato estĆ” basado en el personaje histĆ³rico Protis, agregĆ”ndole el tema Ballbusting.

   Protis era un joven ciudadano de Focia, una ciudad de cultura griega, ubicada en Asia menor y famosa por sus gentes exploradoras y afines a las aventuras marinas... tanto el comercio, la exploraciĆ³n y hasta la piraterĆ­a, nada era poco para esta gente.

   En el aƱo 600 A.C. Protis y su amigo Simos se aventuraron con una flota de barcos, hacia el mediterrĆ”neo occidental, visitaron a la joven Roma, en donde hicieron amistad y fueron alentados a ir a las costas de la Galia y Liguria, pobladas por un montĆ³n de tribus guerreras, pero que tambiĆ©n era muy rica en ganado, granos y metales preciosos...
..Entusiasmados de Ć©sta manera, Protis, Simos y los demĆ”s Focios zarparon en aquella direcciĆ³n.

   Llegaron al golfo galo en la desembocadura del RĆ³dano, y cautivados por el encanto de este lugar, decidieron entablar alianza con el rey local.

   La tribu de la zona era la Segobriges, cuyo rey Nanus, les enviĆ³ mensajeros y recibiĆ³ con mucha amabilidad, la idea inicialmente era comerciar, pero a futuro esperaban poder fundar allĆ­ una colonia, aquello de seguro pasarĆ­a en algunos aƱos de buenas relaciones.

   Luego de presentarse ante el rey, este les invitĆ³ a un enorme banquete que se realizaba aquel dĆ­a, era la boda de su hija la princesa Gyptis, segĆŗn la tradiciĆ³n local, este dĆ­a se reunirĆ­an los nobles de la regiĆ³n y en el banquete, la princesa debĆ­a ofrecer un vaso de agua a quien de entre todos eligiese para ser su esposo, asĆ­ al final del dĆ­a Nanus tendrĆ­a un yerno.

   Y asĆ­ los invitados se unieron al grupo presente, ansioso de conocer las costumbres locales y entablar amistades con rapidez. Luego de amenas charlas y abundante comida llegĆ³ el momento de la elecciĆ³n.

   Gyptis apareciĆ³ ante los nobles galos y los visitantes griegos, la joven tomĆ³ una jarra y sirviĆ³ fresca agua en un vaso, todos los presentes se mostraron ansiosos, la joven era mĆ”s bella de lo que esperaban, todos querĆ­an ser el elegido para desposarla, La princesa comenzĆ³ a caminar por entre los hombres, ¿a quien le darĆ­a el vaso de agua?

   Protis estaba anonadado ante la belleza de la princesa, no habĆ­a visto una dama tan fina y delicada, su entrepierna comenzĆ³ a reaccionar, intentĆ³ calmar sus partes bajas, pero el caminar sensual de la joven le hizo imposible controlarse, de repente su pene dio un brinco resaltando el brusco movimiento bajo la tĆŗnica...

   ...Gyptis se percatĆ³ de reojo de aquel movimiento, y volteo la vista a la entrepierna del focio, la joven se coloreĆ³ cuando el bulto en esa entrepierna parecĆ­a latir. En su mente ya sabĆ­a a quiĆ©n elegir, pero no queriĆ©ndose mostrarse en evidencia, dio una vuelta mirando a mĆ”s y mĆ”s nobles, finalmente regresĆ³ al sitio de los griegos y seƱalĆ³ a Protis.

   "Aquel noble es a quien escojo como marido".

   La sorpresa cundiĆ³ en todo el lugar, el rey reaccionĆ³: "Pero mi amor, Ć©l es un extranjero que ha venido hoy a nuestra tierra por acuerdos comerciales, no es un noble galo ni LigĆŗr". 

   La princesa se asombrĆ³ ante el dato, pero su corazĆ³n y deseo no vacilĆ³. "Pero aun asĆ­, es a quien deseo por esposo".

   El  rey se excusĆ³ con los invitados y llamo aparte a su hija, exponiĆ©ndole que debĆ­a reconsiderar su decisiĆ³n y escoger  un noble de la regiĆ³n, pero Gyptis se mostrĆ³ inflexible y se mantuvo en su decisiĆ³n, ademĆ”s la costumbre nacional era que ella debĆ­a escoger por voluntad propia de entre los presentes y el extranjero estaba allĆ­... Nanus se rindiĆ³ y presentĆ³  a sus invitados que Gyptis desposarĆ­a al extranjero Focio.

   Para Protis era perfecto, la princesa era hermosa y desposĆ”ndola tendrĆ­a derecho a una parte del territorio del rey, mĆ”s que suficiente para fundar una ciudad... serĆ­a una colonia Focia y era mucho mĆ”s de lo que habĆ­an venido a buscar en estas regiones.

   Pero un noble protestĆ³.

   "No acepto este pacto!, el extranjero no tiene derecho a desposar a la princesa".

   Le rey trato de calmarle pero el iracundo galo de nombre -Comio- no se resignarĆ­a.

   "Reto al extranjero a un combate por la mano de la princesa Gyptis". Todos los asistentes alzaron la voz, opinando o animando al noble Comio.

   El sujeto saco la espada y apunto a distancia hacĆ­a Protis, "Te reto extranjero!".

   Ante las muestras de jĆŗbilo de los presentes, y no siendo cobarde, Protis respondiĆ³:

   "Acepto el reto, no permitirĆ© que se contrarĆ­e la decisiĆ³n de la princesa".

   Nanus interrumpiĆ³ y ordeno: "Que se dĆ© el duelo, pero no permitirĆ© muerte en el banquete de bodas de mi hija, que sea un duelo a puƱos, que el mĆ”s fuerte gane". Para el rey el duelo era lo mejor, asĆ­ nadie quedarĆ­a resentido y el mĆ”s digno guerrero desposarĆ­a a su hija.

   Gyptis quiso protestar pero nadie le harĆ­a caso ya, todos estaban de acuerdo con el combate... Su esposo saldrĆ­a de aquella pelea; Nanus dio orden de retirar a su hija.

   “NO padre, es mi deber quedarme”.

   “No perteneces a este lugar ahora, el asunto a tratar es cosa de varones, hermano mĆ­o retĆ­rala”.

   El tĆ­o de la joven la condujo casi a rastras lejos del lugar, mientras los contrincantes comenzaban a desvestirse.

   Pronto Protis y Comio se hallaron en ropa interior, nada mĆ”s que un rudimentario taparrabo. Sus cuerpos semidesnudos se aprestaban a recibir el castigo por parte de su oponente.

   Gyptis suplicĆ³ a su tĆ­o no la apartase del lugar:

   “Os lo ruego tĆ­o, debo ver este enfrentamiento, es mi esposo el que resultara victorioso,…”.

   “No puedes estar allĆ­, se pelea con escasa ropa, no puedes ver eso”.

   “Pero TĆ­o, esta noche verĆ© desnudo a mi marido, y mĆ”s cosas sucederĆ”n en el lecho, quĆ© importancia tiene si le veo unas horas antes”.

   El tĆ­o dudo y ante la constante suplica de la joven decidiĆ³ ceder.

   “De acuerdo, te permitirĆ© observar la pelea, pero desde un lugar distante, no es decoroso ser vista observando tales cosas”.

   El dĆŗo trepo a una vivienda cercana y desde el techo pudieron ver la improvisada arena de pelea.

   Gyptis se coloreo al observar  a los dos contendientes en prendas interiores, ambos se hallaban de estado bastante atlĆ©tico, pues eran jĆ³venes y no eran desconocidos del arte de la guerra.

   Pero la muchacha detallĆ³ principalmente el fĆ­sico y taparrabo de Protis, era un varĆ³n muy atractivo.

   Y la pelea dio inicio!,  Comio se lanzĆ³ contra Protis, enviĆ”ndole un puƱo, pero el griego con mucha agilidad se inclinĆ³ y se barriĆ³ derribando al Galo, el jĆŗbilo estallĆ³ entre los Focios, mientras los locales se preocupaban, pero el galo no perdiĆ³ tiempo y rodĆ³ alejĆ”ndose de su atacante, con distancia pudo ponerse en pie, repitiendo su ataque.

   Esta vez fue Protis el que lanzĆ³ el golpe, esquivado por Comio, quien le conectĆ³ un puƱo en las costillas… El focio se quejĆ³ y apretĆ³ los dientes, retrocediĆ³ cubriendo su costado, pero un golpe del galo a su quijada le hizo tambalear…
…Ante la debilidad aparente de su rival, Comio pensĆ³ que tenĆ­a una ventaja definitiva, Pero una patada a su rodilla le avisaba que el extranjero aĆŗn tenĆ­a mucha fuerza.

   Protis atacĆ³ y rompiĆ³ la guardia de su rival, penetrando un puƱo a su pecho, y luego un manotazo a la garganta dejĆ³ a Comio en dificultades.

   El noble galo, tomĆ³ algo de aire y repensĆ³ su estrategia, si querĆ­a acabar pronto esta pelea debĆ­a recurrir a golpes mĆ”s contundentes, la mirada de Comio se detuvo un instante en el taparrabo de Protis, se notaba un buen bulto entre sus piernas, un golpe en sus partes Ć­ntimas de seguro le otorgarĆ­a la ventaja, la victoria y la mano de la bella Gyptis.

   La pelea se hizo mĆ”s cercana, ambos se abrazaron, golpeando sus costados, los quejidos de ambos parecĆ­an ir por igual, pero en cierto momento Comio golpeo el pĆ³mulo de su oponente, el impacto cercano al oĆ­do le dejo atontado...
…AhĆ­ aprovechĆ³ el letargo temporal de Protis y lanzĆ³ una feroz patada a su entrepierna, el pie desnudo del galo dio de lleno en ambas pelotas del Focio aplastĆ”ndolas contra su cuerpo.

   Los ojos de Protis se agrandaron y sus pupilas se dilataron, al tiempo que su boca se abrĆ­a.

   "AAAAAHHHHHHHHHHH!!!!!". EmitiĆ³ a tremendo volumen el castigado varĆ³n.

   Los Focios hicieron mala cara por el golpe, pero sabĆ­an que todo valĆ­a aquĆ­, era una lucha abierta similar al pancracio en su natal Grecia, era legal el asunto, pero no por ello agradable de observar.

   Por su parte la princesa se cubriĆ³ la boca y expresĆ³ entre dientes:

   “Le golpeĆ³ los… los genitales, oh pobre seƱor extranjero”.

   La princesa lamentaba el sufrir de Protis, quien en el suelo se retorcĆ­a del dolor. Para ella era injusto ese golpe a quien deseaba fuese su esposo, y el ataque a tal zona afectaba directamente la capacidad amatoria del varĆ³n. Desde que le vio la erecciĆ³n pensĆ³ en yacer con Ć©l en el lecho matrimonial.

   Comio se dispuso a rematarle, y dio patadas al Focio, quien dio vueltas en el suelo, evitando la mayorĆ­a de los impactos.

   El galo esperaba la victoria pronto, pero Protis era mĆ”s resistente de lo que pensĆ³, logrĆ³ incorporarse y conectar un puƱo al estĆ³mago del galo que le hizo retroceder.

   Comio volviĆ³ al ataque, pero sus golpes eran bien esquivados por su enemigo, quien no dejaba de impactarle con duros puƱos… finalmente un puƱetazo en la boca del estĆ³mago le hizo tambalearse.

   El golpe de Protis lo dejĆ³ mareado, podĆ­a ver a la gente animĆ”ndole, pero parecĆ­an girar sin parar, un puƱo en plena nariz le dejĆ³ en el suelo y viendo mĆ”s de una estrella. 

   Con la ventaja Protis le rematĆ³ con una patada a la cara… el bullicio de sus amigos era estruendoso…
…La pelea parecĆ­a decidida, Protis estaba ahora sobre Comio y le propinaba una andanada de puƱos al rostro, el cual se ladeaba de un lado a otro mientras cada impacto hinchaba la zona afectada; Los gritos de jĆŗbilo se masificaron animando mĆ”s y mĆ”s a Protis a terminarlo...
...Pero de la nada Comio tomĆ³ arena a su alcance y la arrojĆ³ contra la cara de su rival, cegĆ”ndole y haciĆ©ndole incorporarse un poco, con mĆ”s libertad, el galo tuvo margen de maniobra y enseguida lanzĆ³ un potente puƱo contra el taparrabo de su rival...
...El puƱo hizo crujir las pelotas del Focio, quien aullĆ³ como loco:

   "AAAAAAAUUUUUUUUUUUU!!!!!!!!!!". Enseguida se quitĆ³ de encima y rodĆ³ por la arena, cubriendo sus cojones.

   Los galos celebraron mientras el rey arrugĆ³ el rostro, los aliados de Protis quedaron en silencio.

   "Es un tramposo!". ExpresĆ³ Gyptis, El tĆ­o le pidiĆ³ calma.

   "No solo le pegĆ³ en sus partes pudendas de nuevo, sino que arrojĆ³ arena a sus ojos, no es justo!".

   "SĆ³lo tu padre podrĆ­a detener la pelea por algĆŗn deshonor, pero en un combate asĆ­ dudo que prohĆ­ba todo lo que ha sucedido".  

   "No me quiero casar con un hombre que usa tales argucias, me niego, Oh Dioses!, no permitan que Comio me despose".

   Volviendo al combate…

   Comio pateaba sin cesar a Protis, cuyas manos estaban ocupadas sobando y protegiendo sus testĆ­culos; El Focio estaba muy mal, pero su espĆ­ritu de combate en ningĆŗn momento habĆ­a desfallecido, intentaba resistir los golpes lo mejor posible, para tener una oportunidad de contraatacar.

   Desde el tejado, Gyptis era una mar de nervios, la desesperada princesa rogaba a sus antepasados por un milagro y ver la victoria del atractivo Focio.

   Y el milagro para Gyptis ocurriĆ³!, Protis apretĆ³ los dientes, respirĆ³ profundo y pidiĆ³ a sus dioses por nuevo aliento, y lo tuvo, porque cuando Comio avanzĆ³ hacia el con sonrisa de victoria, el Focio se arrodillĆ³ y pudo atacar… lanzĆ³ un duro puƱetazo que se clavĆ³ en la parte baja del vientre de Comio, justo arriba del hueso pĆŗbico… el impacto hundiĆ³ sus intestinos y afectĆ³ la vejiga, el Galo arrugo la cara y exclamĆ³ un “O”, mientras algunas gotas de orina emanaban de su flĆ”cido pene. 

   El noble galo torciĆ³ los ojos y se derrumbĆ³ de espaldas, se agarrĆ³ la zona golpeada y chillĆ³ como un animal herido, pronto liberĆ³ toda la orina retenida y el pĆŗblico notĆ³ que estaba acabado, Protis avanzĆ³ con mala cara, hacĆ­a Ć©l, pero el rey se interpuso.

   “La victoria es tuya extranjero, asĆ­ como la mano de mi hija Gyptis”.

   Los Focios estallaron en alegrĆ­a y auxiliaron a su camarada. Mientras otros nobles ayudaban a Comio a levantarse, el galo aceptĆ³ su derrota.

   Con el combate finalizado, Gyptis mostro una sonrisa, y colorada en sus mejillas corriĆ³ en busca del ganador y su futuro marido… Al llegar le encontrarĆ­a sentado tomando el necesario aire, la princesa de inmediato pidiĆ³ poder hablarle a solas, todos sus amigos se retiraron unos metros, y la joven le acariciĆ³ el rostro, mientras le extendĆ­a un vaso con agua.

   "Oh mi seƱor, te encuentras bien?".

   "No te preocupes princesa, estarĆ© bien". Protis se quedĆ³ viendo a los ojos a la muchacha quien se coloreĆ³ nuevamente, entonces la joven planteĆ³ una idea que querĆ­a exponer.

   "SeƱor la boda debe postergase para cuando te encuentres mejor, porque...".

   "Por que?".

   "Ese bellaco le ha golpeado en vuestras partes... es deber del marido consumar el matrimonio la misma noche y temo usted se halle muy lastimado".

   "No te preocupes mi princesa, estoy bien y puedo cumplirte en la noche, la boda serĆ” hoy mismo".

   "Pero no... EstĆ” usted lastimado...".

   Gyptis vio saltar el pene de Protis sobre el taparrabo, y el protuberante bulto no parecĆ­a dejar de palpitar.

   "Oh seƱor extranjero, vuestro miembro parece estar en buena forma".

   Sonriente, Protis vio a la princesa mĆ”s roja que un tomate.

   "Como puede usted misma presenciar, ni aunque maltraten mis pelotas voy a dejar de tomar en el lecho a tan deliciosa y fina esposa".

   Gyptis se incorporĆ³ y le hablĆ³ a su padre:

   "Padre, la boda espera".

   Unas horas mĆ”s tarde los ahora esposos consumaban sus votos en el lecho, donde Gyptis apreciĆ³ mucho mĆ”s a su hasta hoy desconocido esposo.

   Con las tierras adjudicadas por el rey, Protis y sus aliados fundaron la primera colonia griega en la Galia, su nombre serĆ­a Massalia, conocida actualmente como Marsella. 

   Su ubicaciĆ³n cerca de la desembocadura del RĆ³dano, fue un lugar estratĆ©gico para iniciar exploraciones navieras y comercio con toda la zona. Pero sĆ³lo era el inicio tormentoso para la colonia, pues los nobles de tribus cercanas tendrĆ­a recelo del rĆ”pido crecimiento de la ciudad y la atacarĆ­an en mĆŗltiples ocasiones, mĆ”s siempre lograron salir victoriosos y crecer aĆŗn mĆ”s, convirtiĆ©ndose de lejos en la mĆ”s grande colonia griega de la regiĆ³n

FIN.


Gracias.

Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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