El lado oscuro del decano - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

24 mar 2019

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El lado oscuro del decano

ESCRITO POR ZATN
EL LADO OSCURO DEL DECANO.
CONTIENE BALLBUSTING F/M y M/M. y CUNTBUSTING F/F.

   Entró el aƱo y el laboratorio de la universidad tenĆ­a una nueva persona a cargo, se trataba de Javier Suarez, un estudiante de biologĆ­a quien tenĆ­a excelentes calificaciones y habĆ­a sido asistente de la anterior encargada Verónica.
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   "Espero un manejo ejemplar del laboratorio seƱor Suarez". Expresaba el decano de BiologĆ­a de la universidad, el licenciado PĆ©rez Ayola quien con 60 aƱos cumplĆ­a ya 15 aƱos como decano.

   "No se preocupe Decano. El manejo serĆ” excepcional".

   "Que asĆ­ sea, su antecesora dejó mucho que desear".

   Suarez no quiso hablar mal de Verónica, ella era muy estricta y bastante rara, pero valoró su trabajo como asistente y siempre sintió un tierno deseo por ella, la cientĆ­fica era muy bella y sin tapujos sexuales, lamentó el dĆ­a que se hizo novia de ese tal Miguel, pues creĆ­a tener esperanzas de ser pareja o suya, o por lo menos intimar alguna vez, pero nunca pasó ni pasarĆ­a nada. 

   El decano se marchó y marcó su telĆ©fono, cuadrando un compromiso con una dama misteriosa.

   "Entonces nos vemos esta noche, sĆ­ a la misma hora que la ocasión anterior".

   Lo que no sabĆ­a era que su telĆ©fono habĆ­a sido intervenido, y el responsable escuchaba su conversación.

   Eran las 2 pm cuando el decano entró a la cafeterĆ­a de la universidad, planeaba almorzar cuando Rebeca Artigas se le acercó, recordarĆ”n a Rebeca, una estudiante de arquitectura que aparece en el relato "LA NAVIDAD PARA CUATRO PAREJAS", la joven era experta en temas mĆ­sticos, y su fama de bruja era bien ganada, con sus cabellos alborotados intimidaba a cualquiera.
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   PĆ©rez Ayola casi tiene un infarto cuando vio a la extrovertida chica, quien portaba una vela encendida.

   "Cuidado decano!, anoche leĆ­ sus cartas y una sombra negra se torna a su alrededor".

   "Muchacha loca, aleja esa vela de mĆ­, no me vayas a quemar con la cera hirviente". 

   "ProfundicĆ© en su fortuna, leĆ­ el tabaco y el chocolate, todo coincide".

   "Cuidado con el tabaco, no se permite fumar en la universidad, y ni se le ocurra fumar marihuana".

   "Crea en mi vaticinio, es una advertencia, las cartas me dicen que tendrĆ” dolor, mucho dolor, ademĆ”s un cambio en su vida puede suceder".

   "Oh basta!".

   "Dese por advertido decano, no puedo hacer mĆ”s".

   Rebeca se alejó y volvió a su mesa, en donde aparte de libros de arquitectura, tenĆ­a textos con un pentagrama en la caratula.

   El decano continuó almorzando, en su cabeza daba vueltas lo dicho por la "Bruja".

   "...SufrirĆ© mucho dolor?....Ja!". De repente su entrepierna reaccionó, cruzó un poco los muslos evitando se evidenciara una erección, se dijo en voz baja: "Dolor?...estoy seguro que asĆ­ serĆ”...". 

   Esa noche en casa de Miguel, el joven hacia el amor con su querida Verónica, La chica intentaba retomar su nueva vida sin la responsabilidad del laboratorio, no podĆ­a evitar la depresión, pero Miguel fue un apoyo para ella, y el frecuente sexo era algo de terapia para el insomnio que aĆŗn padecĆ­a la cientĆ­fica; Verónica veĆ­a en Miguel su Ćŗnico aspecto positivo en estos dĆ­as...
         
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   ...Apenas se veĆ­an en privado, ambos fornicaban con desespero, el amor que se tenĆ­an era muy fuerte.
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   Por otro lado el detective Armando DĆ­az estaba en un operativo, Ć©l y dos oficiales, iban tras un traficante de droga, en ropa de civil le pusieron una trampa al criminal haciĆ©ndose pasar por clientes.

   En el momento definitivo, el traficante sospechó de los comparadores y se excusó en ir al baƱo, DĆ­az tuvo una mala espina y dedujo que habĆ­an sido descubiertos, ordenó a sus colegas entrar al baƱo por el sujeto.

   Los oficiales a nadie encontraron, el sujeto habĆ­a huido por una ventana que daba al callejón, ya salĆ­a del sitio cuando se topó con el detective, DĆ­az no era tonto, esperó la huida del tipo y el en persona se le atravesarĆ­a en el plan.

   El criminal viĆ©ndose atrapado  intentó sacar su arma, pero Armando le dio una patada en la mano, haciĆ©ndole soltarla, de inmediato el tipo quiso ir por ella, pero el detective, se hizo sentir con un puƱo en el costado, y uno en la cara derribando al sujeto…
…El hombre quedó de espaldas en el suelo, ante un sonriente DĆ­az, pero el detective creyendo tener la situación totalmente controlada, se descuidó, a un paso del traficante y con lo poco iluminado del callejón, no se percató que este tomó una botella de vidrio...
...El sujeto buscó una oportunidad, y lanzó el objeto contra el rostro del detective, los reflejos actuaron y Díaz interpuso su mano protegiéndose el rostro... pero era lo que su rival quería, y ahora sin guardia alguna que le protegiera, el sujeto lanzó desde el suelo una fuerte patada contra la entrepierna del policía.

   El talón de sus zapato de trabajo, aplastó las pelotas del detective, ambas huevas estaban bien recogidas debido a un apretadĆ­simo calzoncillo que la novia de DĆ­az le habĆ­a regalado, y sin escape, recibieron todo el impacto; Armando sintió sus cojones casi aplanados, los cuales se hallaban llenos de esperma que esperaba depositar en su amada Marcela cuando la visitase maƱana temprano.

   El efecto del trauma fue inmediato y el policĆ­a gritó:
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   "AAAAAaaahhhh!!!!!!".Armando se agarró las bolas y cayó al suelo, ante el criminal que se levantaba.

   Pero el detective herido en su orgullo no se rendirĆ­a con tan poco, ni siquiera cuando aquello fuera contra su punto mĆ”s dĆ©bil... despuĆ©s de todo, el traficante tambiĆ©n era varón, asĆ­ que cuando este estuvo en pie ante DĆ­az, el policĆ­a  se incorporó un poco y lanzó su puƱo cerrado contra la ingle del criminal...
...Armando sintió como sus nudillos impactaban en aquellas bolas, mas móviles, de seguro el sujeto usaba unos holgados bóxeres... pero el impacto le hizo abrir la boca de forma graciosa.

   "Ouuugg!!". Exclamó el tipo quien cayó de rodillas.

   Y asĆ­ tanto criminal como policĆ­a sobaban sus cojones en aquel callejón; Los gritos de dolor, guiaron a los otros oficiales y el traficante fue arrestado.

   El detective estaba enfurecido por bajar la guardia, una vez mĆ”s en los cojones!, de seguro tendrĆ­a un regaƱo de su superiora, y esperaba no tener inconvenientes para intimar con su querida Marcela... Pronto el masaje testicular hizo efecto y DĆ­az tuvo alivio.

   En la comisarĆ­a debió dar un reporte telefónico a la teniente Gertrudis Ferrer, pensó en omitir los detalles de su pelea en el callejón, pero la Teniente Ferrer estaba bien informada, con sus amenazas y don de mando, previamente obligó a uno de los policĆ­as a contarle por telĆ©fono detalles del operativo.

   "Usted no aprende verdad DĆ­az, siempre bajando a guardia".

   "Lo lamento mi teniente". Conociendo a su superior, no podĆ­a regaƱar al oficial que le contó lo ocurrido, era imposible no obedecer a tal mujer.

   "Imagino que se estĆ” sobando las bolas ahora mismo...". Era cierto, pero por vergüenza, Armando retiró la mano de su entrepierna."...AsĆ­ que sóbese cuanto quiera, pero deme su informe del operativo".

   Tras contarle los datos tĆ©cnicos y procedimiento, la Teniente le expresó un sutil "buen trabajo", y de inmediato cambio de tema... "Bueno, dĆ­game ahora cómo va la investigación al robo de aquel club para adultos".

   "Mi teniente por ahora no hay pistas importantes, no hay huellas de la ladrona, o usaba guantes o limpió bien las teclas para acceder a la caja fuerte... ademĆ”s las cĆ”maras del Ć”rea ejecutiva del club fueron anuladas previamente, no se puede ver  a la enmascarada, y las cĆ”maras perifĆ©ricas muestran a decenas de personas, que se acercaron al sitio, incluso algunas usaron los baƱos de esa sección, solo se ve quienes entraron y salieron de aquella zona, pero ninguna de las mujeres usa la misma ropa que la criminal, obviamente se cambió de ropa al momento del asalto".

   "Es todo lo que tiene?".

   "No mi teniente, acabo de recibir las cintas de transito de la zona aledaƱa, verĆ© si algo hay de sospechoso, ademĆ”s tengo una pista pero solo hasta darle credibilidad no se la reportarĆ©".

   "Siga trabajando... y póngase hielo donde ya sabe".

   Armando pasarĆ­a el resto de la noche analizando los videos, su pista mĆ”s importante eran los videos de transito de unas cuadras cercanas, especĆ­ficamente afuera de un Refugio de inmigrantes... El detective recibió un dato del personal del Refugio en donde se informaba que habĆ­an recibido una donación anónima del mismo monto que lo hurtado del club, alguien arrojó al patio del lugar una bolsa con el dinero, sólo hasta la maƱana descubrirĆ­an el maravilloso regalo... Al parecer la enmascarada dio el dinero a esa institución, Armando dudó en contar este dato a su superiores, aquello podrĆ­a conllevar que le quitaran el dinero al Refugio, o alguna demanda, pidió consejo a su novia Marcela, quien le convenció de callar esa parte, los del club era muy ricos y no todo el dinero de la caja fuerte fue hurtada, ademĆ”s cómo ayudarĆ­a ese dinero a los adultos y niƱos del Refugio...
...Armando estuvo de acuerdo en callar, pero la enmascarada debĆ­a ser identificada, no solo era culpable de robo, sino tambiĆ©n agresión y repetidamente. 
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   El detective tomó una taza de cafĆ©, bajó sus pantalones y ubicó una bolsa de hielo en sus calzoncillos, comenzó a observar los videos... querĆ­a terminar esta noche para en la maƱana visitar a Marcela y hacerle el amor. 

   Tras el placer entre Verónica y Miguel, la pareja se fue a descansar.. .desde aquel encuentro en navidad, y por el golpe bajo que recibió disfrazado de oso, el joven dormĆ­a dĆ”ndole la espalda a Verónica... pero con el paso del tiempo, esperaba volver a darle el frente, pero aun no!. Esta noche los novios se abrazaban, y Miguel procedió a girarse una vez mĆ”s, la pareja no tardó en tomar sueƱo.

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   Sobre el Decano PĆ©rez Ayola, una ya conocida enmascarada escuchaba una vez mĆ”s la conversación interceptada esta maƱana, era ella quien intervino el telĆ©fono del decano... a continuación apareció en video lo que ocurrĆ­a en la habitación del decano... La mujer habĆ­a colocado previamente una cĆ”mara oculta espiando los actuares del licenciado.
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   El licenciado recibĆ­a la visita de una dama, quien vestĆ­a un grueso abrigo, ante Ć©l de inmediato lo retiró, mostrĆ”ndose en un traje de lĆ”tex negro, con guantes largos, botas hasta el muslo y de tacones en punta... La tĆ­pica Dominatrix, la enmascarada alzó una ceja impresionada por el "oscuro" gusto del decano. 

   "Cuanto tiempo cerdo... Āædos meses ya?". La mujer imponĆ­a su actitud dominante.

   Acto seguido el licenciado se quitó la ropa, quedando desnudo, se colocó un collar de perro en el cuello y muƱequeras que le daban el aspecto de esclavizado... era deducible lo que iba a suceder.
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   La mujer se acercó y le enteró la rodilla en los testĆ­culos, PĆ©rez Ayola gritó "AAAAAHHHHH". y perdió fuerzas en las piernas.

   ā€œPobrecito!!!!ā€. Se burla la mujer quien seguidamente le dio un puntapiĆ© en las pelotas.

   Obviamente PĆ©rez Ayola volvió a gritar: ā€œAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!ā€.

   "Que escandaloso!, modera tus gritos esclavo o te pongo un bozal".

   La dominatrix buscó en un baĆŗl que previamente el decano habĆ­a colocado sobre una mesa, ya antes habĆ­a tenido con PĆ©rez este tipo de experiencias y sabĆ­a que buscar en el baĆŗl.

   La espĆ­a quedó atónita cuando la dominatrix blandeaba un lĆ”tigo de tamaƱo mediano.
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   "Esclavo!". Y seguidamente se oyó el quejido del hombre cuando el latigazo le daba en el hombro, buscando cubrirse PĆ©rez dio la espalda, donde el lĆ”tigo ablandó la carne, dejĆ”ndole marca, el sujeto comenzó a gatear, buscando alejarse del instrumento de tortura, pero la dama fue tras Ć©l y aprovechando su posición le dio un puntapiĆ© entre las piernas, aplastĆ”ndole los cojones contra la pelvis.

   PĆ©rez Ayola gritó una vez mĆ”s y ahora boca arriba se agarraba la hombrĆ­a, el hombre comenzó a revolcarse de un lado a otro, mientras era bombardeado por un sin fin de golpes de lĆ”tigo, que con precisión evitaban cabeza y manos del decano, la profesional en sadomasoquismo sabĆ­a bien que no podĆ­a marcar Ć”reas visibles al pĆŗblico.

   Por fin el hombre tuvo un respiro y se sentó en la cama, su pene estaba muy parado, el dolor sin duda era un estĆ­mulo para el decano, la mujer le observó y palpó el glande empapado de pre semen.

   "Estas que te corres sólo".

   "Desde hace semanas no me excitaba tanto". El decano babeaba.

   "Y quien te excitó, que no fui yo".

   "Una chica de la universidad".

   "Eres un viejo verde, cariƱo".

   "No, no me acostĆ© con ella, es sólo una jovenzuela... y le dio por cogerme las bolas".

   "Y porque lo hizo?".

   "Fue un lĆ”stima que no me las apretara".
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   "AsĆ­!!!!". La mujer cerró sus dedos alrededor de esos enrojecidos cojones del maduro sujeto

   "Pero me picaste la curiosidad, porque te agarro los cojones?". Aplicó mĆ”s presión.

   "UUUhhmmm, estaba enojada porque le quitĆ© el mando de un laboratorio de la universidad".

   "Que malo, pero si te los agarró, porque no te apretó?".

   "Quien sabe, tal vez se arrepintió a Ćŗltima hora, pero me quede con las ganas de una apretadita, apenas se marchó me le tuve que jalar".

   "Pervertido!!!!, Jajaja". La mujer le retorció las gónadas, dejando al decano con la boca en forma de "O". Fue demasiado para el sujeto que necesitaba aire.

   "Que te parece si me das un descanso mujer, me arden la espalda y las huevas".

   "Claro, porque no?, tengo sed, algo bueno de beber en la cocina?".

   "SĆ­rvete, tengo una botella de buen vino en el refrigerador". La mujer se saboreó los labios y salió del cuarto con todo y lĆ”tigo.

   La enmascarada cerró el video de espionaje en su telĆ©fono y caminó en dirección a casa de PĆ©rez Ayola. Justo en la puerta sacó un llave, desde antes ya habĆ­a logrado una copia y accedido a la casa del decano.

   Con habilidad y conociendo bien el terreno la enmascarada fue a la cocina, allĆ­ la dominatrix se saciaba con un fino vino tinto, la mujer parecĆ­a ansiosa por consumir por completo la costosa botella…
…De repente la enmascarada tomó un sartĆ©n que estaba sobre la mesa y lo descargó contra la cabeza de la invitada.

   La mujer cayó al piso sin sentido tras el contundente impacto, el resto del vino le cayó encima y una mancha de color rojo con alcohol empapó el suelo.

   Ya eliminada lo que estorbaba, la enmascarada tomó rumbo al cuarto, era con el decano PĆ©rez Ayola, con quien tenĆ­a algĆŗn pendiente.

   Nada mĆ”s ingresar se topó con el decano, que ya estaba en pie, se sorprendió al no ser la dominatrix quien apareciera.

   "Pero quiĆ©n demonios es usted?". El hombre no sabĆ­a que pensar, una ladrona?... estaba frente a una enmascarada vistiendo un suĆ©ter manga larga y un short tipo blue jean.

   "QuiĆ©n eres?, que quieres?".

   "Soy aquella a quien contarĆ”s tus pecados...". La voz de la enmascarada era seca y algo ruda, sin duda la mĆ”scara distorsionaba su voz, aun asĆ­ al decano le pareció algo familiar la voz.

   "Te conozco?".

   La enmascarada corrió hacĆ­a Ć©l y PĆ©rez levantó los puƱos, ya a alcance, lanzó un puƱo a su rostro, la enmascarada le esquivo, y le enterró la rodilla en los testĆ­culos.

   "AAAAHHHH!!". Expuso PĆ©rez Ayola al sentir planadas sus bolas, el pene del hombre dio un respingo, La enmascarada le remató levantando el brazo y dĆ”ndole en la barbilla con el codo.

   El decano retrocedió, la agresora dio dos paso hacĆ­a Ć©l, dejando claro que era superior fĆ­sicamente, no en fuerza, pero si en habilidad.

   "Maldita karateka!". PĆ©rez se limpió la sangre que salĆ­a de su boca, ese codazo le hizo morderse.

   ViĆ©ndose en inferioridad PĆ©rez Ayola corrió a su mesa de noche, allĆ­ en un estuche de metal tenĆ­a un arma de fuego. La enmascarada no se inmutó, pero cuando el decano abrió el estuche, no se encontraba su arma.

   La enmascarada expresó: "No estĆ” allĆ­, desde hace dĆ­as la encontrĆ© y ocultĆ©".

   Ahora el decano confirmaba que la enmascarada habĆ­a ingresado a su casa desde antes y quien sabe que cosas habĆ­a hecho o que bienes le habĆ­a hurtado.

   La invasora le ataca, el hombre se cubre el rostro, pero recibe un impacto en el costado, un quejido y un segundo golpe en su costado opuesto… Se da un ataque ahora del decano que fĆ”cilmente la enmascarada evade, para rematarle con una fugaz palmada en su escroto...
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...nuevo chillido de PƩrez Ayola, quien retrocede y se soba las bolas, su pene esta erecto, el dolor le causa placer sexual, la enmascarada ve ese pene salpicar de fluidos todo a su alrededor.

   "Pervertido...". Era demasiado obvio que el dolor genital le excita, pero no por ello deja de debilitarle.

   "Maldita ladrona!!!". El decano retoma fuerzas y se abalanza hacĆ­a la mujer, que le recibe con una patada en el bajo vientre, el zapato se hunde en sus intestinos bajos, casi haciendo trasbocar al sujeto, quien cae de rodilla; Acto seguido le da un golpe de karate con el borde de la palma, justo en la frente, dejĆ”ndole en el suelo vencido.

   "Que... que, que quieres...". Expresa babeante el decano, mientras la enmascarada se inclinó ante Ć©l.  

   "Exponer tus actos, siempre ha habido rumores de despidos injustificados, de ataques a tus rivales en la cadena de ascenso en la universidad, son claros tus celos profesionales contra tus colegas, deberĆ”s contar todo".

   "Todo es mentira, yo no he hecho tales cosas".

   "ConfesarĆ”s todo en una grabadora".

   "Me chantajearĆ”s por dinero con esa grabación, verdad?".

   "No requiero nada, ya tengo lo que necesito".

   "A que te refieres?".

   "AllĆ­ entre aquellos libros hay una cĆ”mara miniatura, ha sido filmado tu evento masoquista de esta noche".

   Escuchar aquello dejó gĆ©lido al decano, si aquel video se hiciese pĆŗblico su reputación y su trabajo estarĆ­an acabados.

   "Entiende ahora que no tiene opción, verdad?, no importa que haga esto en su casa o se trate de su vida privada, la imagen pĆŗblica de un decano se verĆ” afectada por esto".

   "Maldita!... pero que buscas sabiendo todo de mi".

   "Tu renuncia a la universidad, simplemente eso".

   Adolorido de las huevas, pero erecto y sobre todo sintiĆ©ndose sin salida, al decano no se le ocurrió nada mĆ”s que atacar a la enmascarada, lograr someterla y hacerle entregar el video... no parecĆ­a tener oportunidad, pero debĆ­a intentarlo.

   "Nunca!!".

   Desde el suelo, el decano lanzó un puƱo a la mujer quien dio un brinco atrĆ”s evitando el golpe, el maduro sujeto se incorporó con velocidad, su pene erecto se ladeo dolorosamente, mientras su escroto se bamboleaba causĆ”ndole aĆŗn mĆ”s dolor... pero no atendió el sufrimiento e iba contra la mujer que amenazaba su carrera.

   Con facilidad la enmascarada evito su ataque, y sumamente Ć”gil se ubicó debajo de la axila izquierda del decano, justo cuando este lanzaba un golpe… Con energĆ­a, uso su propio hombro como palanca, hiper extendiendo el brazo y hombro del decano... se escuchó un TI-CRACK cuando el hueso del brazo se desencajaba de la articulación.
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   AAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!". Fue el alarido de PĆ©rez Ayola cuando su brazo izquierdo perdió la fuerza y le quedó colgando... una antinatural protuberancia se observaba en su hombro.

   "Presentas una luxación en tu hombro, duele verdad?, podrĆ­a corregirla con un movimiento, pero ya sabes que debes hacer".

   El hombre ya daba lastima, cayó de rodillas, se tomó el adolorido hombro, y con la cara apoyada en el piso balbuceó: "Con... confesarĆ©...".

   La enmascarada nuevamente tenĆ­a la situación bajo control, pero de repente sintió un severo y veloz impacto en el lado derecho de la espalda baja... La dominatrix habĆ­a recobrado el sentido y venĆ­a por desquite.

   "AAahhhgg!". Expresó la enmascarada ante el latigazo... De inmediato volteó y vio venir un nuevo golpe de lĆ”tigo que no pudo evadir, el golpe le dio en la mĆ”scara, de no tenerla le harĆ­a marcado el rostro... Aun asĆ­ el golpe a la cara la hizo irse de espaldas, La dominatrix hecha una furia, parecĆ­a tener mĆ”s brazos que un pulpo, enviando latigazos a gran velocidad para vengarse del ataque previo.

   La enmascarada retrocedió, siempre manteniĆ©ndose fuera del alcance del doloroso lĆ”tigo, cuando quedó arrinconada por una pared, la dominatrix sonrió.

   "Ahora me las pagarĆ”s, quien quiera que seas, perra!".

   La enmascarada la veĆ­a atentamente, mientras con una mano cubrĆ­a la adolorida zona de su espalda, llevó su otra mano a un bolsillo y sacó una pequeƱa esfera de vidrio que la arrojó a los pies de la atacante, la esfera estalló liberando un abundante y espeso humo gris, la mujer tosió ante el humo que le entraba en los pulmones y acababa con su visibilidad.

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   "AAAAHHH!!!". Gritó la mujer cuando la enmascarada por sorpresa apareció ante ella, se inclinó y propinó un puƱo en su entrepierna.

   La dominatrix dejó caer el lĆ”tigo, se agarró la vulva y cayó de rodillas; Ahora tras ella, la enmascarada le dio un rodillazo en la nuca dejĆ”ndola sin sentido... Acto seguido sacó un paƱuelo, lo humedeció con un lĆ­quido somnĆ­fero, y lo pasó por la nariz de la inconsciente dama, con ello se aseguraba de que no volviese a dar molestias

   PĆ©rez Ayola observó como de entre el humo que continuaba abarcando toda la habitación, emergió la enmascarada, dĆ©bil por el dolor de huevos y del hombro, no pudo hacer nada, la fĆ©mina clavó dos dedos en su hombro dislocado, haciĆ©ndole chillar como un cerdo, tirando de la zona le hizo levantarse y salir de la habitación...
...Ya en la sala y sin humo, le libera, la enmascarada saca una pequeƱa grabadora y le ordena confesar sus crƭmenes.

   El decano duda, pero los dedos una vez mĆ”s presionando su hombro herido le hacen hablar.

   PĆ©rez Ayola cuenta que ha cometido robos en la nómina de las oficinas a cargo, que ha hecho despedir o presionado a renunciar quien no le son fieles para ocultar sus fechorĆ­as y que amenazaban con superarlo en ascensos o quitarle el puesto, el decano cantó como ave en primavera todos sus reprochables conductas.   

   La grabadora se detuvo, fue guardada en su bolsillo y ante la mirada de derrota de PĆ©rez Ayola, la enmascarada actuó... Con dos rĆ”pidos movimientos de presión al hombro y a la clavĆ­cula, encajó la articulación con efectividad, el "CRACK" confirmó la normalidad articular, no sin provocar en el decano un nuevo chillido.

   Exhausto de tanto dolor sufrido durante toda la noche, el hombre permaneció sentado jadeando. 

   La enmascarada miró directamente a los testĆ­culos del atontado sujeto, sacó de su bolsillo una pequeƱa arma elĆ©ctrica y apuntó al escroto de PĆ©rez Ayola.

   "AAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!". Fue el alarido del decano que sentĆ­a un escozor general mientras le electrocutaban las huevas. El choque se mantuvo haciendo que el maduro hombre torciera los ojos y babeara, salpicando todo a su alrededor...
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...Finalmente se fue de espaldas y perdió el sentido. La enmascarada retiró el aparato, justo en el momento en que el pene del decano tomaba dureza y descargaba una abundante eyaculación.
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   La enmascarada tomó la mini cĆ”mara oculta y abandonarĆ­a la casa de PĆ©rez Ayola... Antes de llegar a la puerta se debió sentar un instante, tomó su espalda, el azote de la dominatrix le comenzó a arder, se revisó y algunas gotas de sangre traspasaron el suĆ©ter manchando levemente sus dedos.

   En la estación de policĆ­a, Armando casi estaba acostado sobre el teclado del computador, el sueƱo le vencĆ­a y la bolsa de hielo, ahora casi agua, yacĆ­a en el piso. Un oficial le llamó, haciĆ©ndole reaccionar del letargo... de repente miró a la pantalla, y en el video que se reproducĆ­a notó algo... Regresó la imagen y corroboró su idea, en el video se veĆ­a a una mujer bastante joven y con un atuendo que ya reconocĆ­a, buscó en los videos del club de luchas y pudo ver a la misma joven, con la misma ropa saliendo del Ć”rea administrativa, de entre todas las personas que los videos registraban abandonando esa Ć”rea, ella era la Ćŗnica que aparecĆ­a cerca del Refugio.   

   Ella podrĆ­a ser la enmascarada, Armando debió admitir que a pesar de la mala calidad de imagen la chica parecĆ­a linda; Ahora debĆ­a ir al departamento de sistemas para que un genio de computadora le ampliara y mejorara la imagen, en adelante serĆ­a la principal y Ćŗnica sospechosa... apuntó su dedo a la joven en pantalla y expresó: "Te tengo, lindura!".

   Cerca de las 7 am PĆ©rez Ayola reaccionaba, se halló empapado de semen entre las piernas, notó que habĆ­a eyaculado, enseguida el dolor le recordó que su escroto estaba lastimado, se revisó las bolas y vio la marca de quemazón en su piel escrotal, la enmascarada le aplicó electricidad en las pelotas. La maldijo mil veces… Cómo pudo se arrastró hasta el cuarto, viendo a la Dominatrix aun dormida en el suelo, ya mĆ”s repuesto tomó un poco de agua y la arrojó a su rostro... por fin reaccionó la mujer.

   Desorientada la fĆ©mina pregunto lo sucedido, el decano le narró los sucesos, y la mujer se enojó.

   "Pero quien era esa maldita?".

   "No lo sĆ© querida, nunca la habĆ­a visto".

   La mujer no entendió, ni creyó y se enojó con el hombre. "Eres un imbĆ©cil, no me metas en tus lĆ­os!".
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   "AAAaaaahhhhhhh!!!!". Se quejó PĆ©rez Ayola cuando la mujer le clavó un puntapiĆ© con todas sus fuerzas en sus sensibles gónadas, el sujeto se fue al suelo.

   Tras el sonido de la puerta que dejó la mujer en su salida, el decano se dedicó a sobar sus bolas, la amenaza de la enmascarada regreso a su cabeza... no tenĆ­a opción, debĆ­a renunciar a la decanatura y a la universidad. 


   Por otro lado, Miguel despertaba, la noche habĆ­a sido muy larga para Ć©l, miró el reloj y se alarmó por la hora, las 9 am!. ComĆŗnmente no dormĆ­a tanto, y tampoco se trasnochó tanto con Verónica, volteó hacia su novia no esperĆ”ndola encontrar allĆ­, pero dormĆ­a plĆ”cidamente... era la primera vez que se levantaba antes que ella, pensó un instante en despertarla pero parecĆ­a sonreĆ­r en su sueƱo, debĆ­a soƱar algo lindo, ademĆ”s sólo tras el sexo con Ć©l, dormĆ­a a satisfacción, el resto de las noche el insomnio hacĆ­a de las suyas.  

   "Pobrecilla, todo ese estrĆ©s por dejar el laboratorio la ha afectado en verdad, duerme cuanto puedas mi querida cientĆ­fica".  

   Tras despertar, Miguel le tenĆ­a preparado un buen desayuno, la cientĆ­fica con la mirada baja le agradeció las atenciones mientras bostezaba.

   "Que no descansaste?, dormiste bastante".

   "Mi rĆ©gimen de sueƱo sigue en desbalance, pude haber dormido unas 8 horas, pero mi condición fĆ­sico-mental sigue en bajo nivel, para que entiendas, me siento agotada".

   Miguel se preocupó por este insomnio, debĆ­a convencer a su novia de buscar ayuda profesional, el problema era la terquedad natural de Verónica.
  

FIN.


Gracias.

Comentarios a zatniktiel@hotmail.com









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