ESCRITO POR ZATN
EL LADO OSCURO DEL DECANO.
EL LADO OSCURO DEL DECANO.
CONTIENE BALLBUSTING F/M y M/M. y CUNTBUSTING F/F.
Leer antes LA NAVIDAD DE CUATRO PAREJAS y ASALTO AL CLUB FIGHT TWO.
Entró el aƱo y el laboratorio de la universidad tenĆa una nueva persona a cargo, se trataba de Javier Suarez, un estudiante de biologĆa quien tenĆa excelentes calificaciones y habĆa sido asistente de la anterior encargada Verónica.
"Espero un manejo ejemplar del laboratorio seƱor Suarez". Expresaba el decano de BiologĆa de la universidad, el licenciado PĆ©rez Ayola quien con 60 aƱos cumplĆa ya 15 aƱos como decano.
"No se preocupe Decano. El manejo serĆ” excepcional".
"Que asà sea, su antecesora dejó mucho que desear".
Suarez no quiso hablar mal de Verónica, ella era muy estricta y bastante rara, pero valoró su trabajo como asistente y siempre sintió un tierno deseo por ella, la cientĆfica era muy bella y sin tapujos sexuales, lamentó el dĆa que se hizo novia de ese tal Miguel, pues creĆa tener esperanzas de ser pareja o suya, o por lo menos intimar alguna vez, pero nunca pasó ni pasarĆa nada.
El decano se marchó y marcó su teléfono, cuadrando un compromiso con una dama misteriosa.
"Entonces nos vemos esta noche, sà a la misma hora que la ocasión anterior".
Lo que no sabĆa era que su telĆ©fono habĆa sido intervenido, y el responsable escuchaba su conversación.
Eran las 2 pm cuando el decano entró a la cafeterĆa de la universidad, planeaba almorzar cuando Rebeca Artigas se le acercó, recordarĆ”n a Rebeca, una estudiante de arquitectura que aparece en el relato "LA NAVIDAD PARA CUATRO PAREJAS", la joven era experta en temas mĆsticos, y su fama de bruja era bien ganada, con sus cabellos alborotados intimidaba a cualquiera.
PƩrez Ayola casi tiene un infarto cuando vio a la extrovertida chica, quien portaba una vela encendida.
"Cuidado decano!, anoche leĆ sus cartas y una sombra negra se torna a su alrededor".
"Muchacha loca, aleja esa vela de mĆ, no me vayas a quemar con la cera hirviente".
"Profundicé en su fortuna, leà el tabaco y el chocolate, todo coincide".
"Cuidado con el tabaco, no se permite fumar en la universidad, y ni se le ocurra fumar marihuana".
"Crea en mi vaticinio, es una advertencia, las cartas me dicen que tendrƔ dolor, mucho dolor, ademƔs un cambio en su vida puede suceder".
"Oh basta!".
"Dese por advertido decano, no puedo hacer mƔs".
Rebeca se alejó y volvió a su mesa, en donde aparte de libros de arquitectura, tenĆa textos con un pentagrama en la caratula.
El decano continuó almorzando, en su cabeza daba vueltas lo dicho por la "Bruja".
"...Sufriré mucho dolor?....Ja!". De repente su entrepierna reaccionó, cruzó un poco los muslos evitando se evidenciara una erección, se dijo en voz baja: "Dolor?...estoy seguro que asà serÔ...".
Esa noche en casa de Miguel, el joven hacia el amor con su querida Verónica, La chica intentaba retomar su nueva vida sin la responsabilidad del laboratorio, no podĆa evitar la depresión, pero Miguel fue un apoyo para ella, y el frecuente sexo era algo de terapia para el insomnio que aĆŗn padecĆa la cientĆfica; Verónica veĆa en Miguel su Ćŗnico aspecto positivo en estos dĆas...
...Apenas se veĆan en privado, ambos fornicaban con desespero, el amor que se tenĆan era muy fuerte.
Por otro lado el detective Armando DĆaz estaba en un operativo, Ć©l y dos oficiales, iban tras un traficante de droga, en ropa de civil le pusieron una trampa al criminal haciĆ©ndose pasar por clientes.
En el momento definitivo, el traficante sospechó de los comparadores y se excusó en ir al baƱo, DĆaz tuvo una mala espina y dedujo que habĆan sido descubiertos, ordenó a sus colegas entrar al baƱo por el sujeto.
Los oficiales a nadie encontraron, el sujeto habĆa huido por una ventana que daba al callejón, ya salĆa del sitio cuando se topó con el detective, DĆaz no era tonto, esperó la huida del tipo y el en persona se le atravesarĆa en el plan.
El criminal viĆ©ndose atrapado intentó sacar su arma, pero Armando le dio una patada en la mano, haciĆ©ndole soltarla, de inmediato el tipo quiso ir por ella, pero el detective, se hizo sentir con un puƱo en el costado, y uno en la cara derribando al sujetoā¦
ā¦El hombre quedó de espaldas en el suelo, ante un sonriente DĆaz, pero el detective creyendo tener la situación totalmente controlada, se descuidó, a un paso del traficante y con lo poco iluminado del callejón, no se percató que este tomó una botella de vidrio...
...El sujeto buscó una oportunidad, y lanzó el objeto contra el rostro del detective, los reflejos actuaron y DĆaz interpuso su mano protegiĆ©ndose el rostro... pero era lo que su rival querĆa, y ahora sin guardia alguna que le protegiera, el sujeto lanzó desde el suelo una fuerte patada contra la entrepierna del policĆa.
El talón de sus zapato de trabajo, aplastó las pelotas del detective, ambas huevas estaban bien recogidas debido a un apretadĆsimo calzoncillo que la novia de DĆaz le habĆa regalado, y sin escape, recibieron todo el impacto; Armando sintió sus cojones casi aplanados, los cuales se hallaban llenos de esperma que esperaba depositar en su amada Marcela cuando la visitase maƱana temprano.
"AAAAAaaahhhh!!!!!!".Armando se agarró las bolas y cayó al suelo, ante el criminal que se levantaba.
Pero el detective herido en su orgullo no se rendirĆa con tan poco, ni siquiera cuando aquello fuera contra su punto mĆ”s dĆ©bil... despuĆ©s de todo, el traficante tambiĆ©n era varón, asĆ que cuando este estuvo en pie ante DĆaz, el policĆa se incorporó un poco y lanzó su puƱo cerrado contra la ingle del criminal...
...Armando sintió como sus nudillos impactaban en aquellas bolas, mas móviles, de seguro el sujeto usaba unos holgados bóxeres... pero el impacto le hizo abrir la boca de forma graciosa.
"Ouuugg!!". Exclamó el tipo quien cayó de rodillas.
Y asĆ tanto criminal como policĆa sobaban sus cojones en aquel callejón; Los gritos de dolor, guiaron a los otros oficiales y el traficante fue arrestado.
El detective estaba enfurecido por bajar la guardia, una vez mĆ”s en los cojones!, de seguro tendrĆa un regaƱo de su superiora, y esperaba no tener inconvenientes para intimar con su querida Marcela... Pronto el masaje testicular hizo efecto y DĆaz tuvo alivio.
En la comisarĆa debió dar un reporte telefónico a la teniente Gertrudis Ferrer, pensó en omitir los detalles de su pelea en el callejón, pero la Teniente Ferrer estaba bien informada, con sus amenazas y don de mando, previamente obligó a uno de los policĆas a contarle por telĆ©fono detalles del operativo.
"Usted no aprende verdad DĆaz, siempre bajando a guardia".
"Lo lamento mi teniente". Conociendo a su superior, no podĆa regaƱar al oficial que le contó lo ocurrido, era imposible no obedecer a tal mujer.
"Imagino que se estÔ sobando las bolas ahora mismo...". Era cierto, pero por vergüenza, Armando retiró la mano de su entrepierna."...Asà que sóbese cuanto quiera, pero deme su informe del operativo".
Tras contarle los datos tĆ©cnicos y procedimiento, la Teniente le expresó un sutil "buen trabajo", y de inmediato cambio de tema... "Bueno, dĆgame ahora cómo va la investigación al robo de aquel club para adultos".
"Mi teniente por ahora no hay pistas importantes, no hay huellas de la ladrona, o usaba guantes o limpió bien las teclas para acceder a la caja fuerte... ademÔs las cÔmaras del Ôrea ejecutiva del club fueron anuladas previamente, no se puede ver a la enmascarada, y las cÔmaras periféricas muestran a decenas de personas, que se acercaron al sitio, incluso algunas usaron los baños de esa sección, solo se ve quienes entraron y salieron de aquella zona, pero ninguna de las mujeres usa la misma ropa que la criminal, obviamente se cambió de ropa al momento del asalto".
"Es todo lo que tiene?".
"No mi teniente, acabo de recibir las cintas de transito de la zona aledaƱa, verƩ si algo hay de sospechoso, ademƔs tengo una pista pero solo hasta darle credibilidad no se la reportarƩ".
"Siga trabajando... y póngase hielo donde ya sabe".
Armando pasarĆa el resto de la noche analizando los videos, su pista mĆ”s importante eran los videos de transito de unas cuadras cercanas, especĆficamente afuera de un Refugio de inmigrantes... El detective recibió un dato del personal del Refugio en donde se informaba que habĆan recibido una donación anónima del mismo monto que lo hurtado del club, alguien arrojó al patio del lugar una bolsa con el dinero, sólo hasta la maƱana descubrirĆan el maravilloso regalo... Al parecer la enmascarada dio el dinero a esa institución, Armando dudó en contar este dato a su superiores, aquello podrĆa conllevar que le quitaran el dinero al Refugio, o alguna demanda, pidió consejo a su novia Marcela, quien le convenció de callar esa parte, los del club era muy ricos y no todo el dinero de la caja fuerte fue hurtada, ademĆ”s cómo ayudarĆa ese dinero a los adultos y niƱos del Refugio...
...Armando estuvo de acuerdo en callar, pero la enmascarada debĆa ser identificada, no solo era culpable de robo, sino tambiĆ©n agresión y repetidamente.
El detective tomó una taza de cafĆ©, bajó sus pantalones y ubicó una bolsa de hielo en sus calzoncillos, comenzó a observar los videos... querĆa terminar esta noche para en la maƱana visitar a Marcela y hacerle el amor.
Tras el placer entre Verónica y Miguel, la pareja se fue a descansar.. .desde aquel encuentro en navidad, y por el golpe bajo que recibió disfrazado de oso, el joven dormĆa dĆ”ndole la espalda a Verónica... pero con el paso del tiempo, esperaba volver a darle el frente, pero aun no!. Esta noche los novios se abrazaban, y Miguel procedió a girarse una vez mĆ”s, la pareja no tardó en tomar sueƱo.
Sobre el Decano PĆ©rez Ayola, una ya conocida enmascarada escuchaba una vez mĆ”s la conversación interceptada esta maƱana, era ella quien intervino el telĆ©fono del decano... a continuación apareció en video lo que ocurrĆa en la habitación del decano... La mujer habĆa colocado previamente una cĆ”mara oculta espiando los actuares del licenciado.
El licenciado recibĆa la visita de una dama, quien vestĆa un grueso abrigo, ante Ć©l de inmediato lo retiró, mostrĆ”ndose en un traje de lĆ”tex negro, con guantes largos, botas hasta el muslo y de tacones en punta... La tĆpica Dominatrix, la enmascarada alzó una ceja impresionada por el "oscuro" gusto del decano.
"Cuanto tiempo cerdo... Āædos meses ya?". La mujer imponĆa su actitud dominante.
Acto seguido el licenciado se quitó la ropa, quedando desnudo, se colocó un collar de perro en el cuello y muñequeras que le daban el aspecto de esclavizado... era deducible lo que iba a suceder.
La mujer se acercó y le enteró la rodilla en los testĆculos, PĆ©rez Ayola gritó "AAAAAHHHHH". y perdió fuerzas en las piernas.
āPobrecito!!!!ā. Se burla la mujer quien seguidamente le dio un puntapiĆ© en las pelotas.
Obviamente PĆ©rez Ayola volvió a gritar: āAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!ā.
"Que escandaloso!, modera tus gritos esclavo o te pongo un bozal".
La dominatrix buscó en un baĆŗl que previamente el decano habĆa colocado sobre una mesa, ya antes habĆa tenido con PĆ©rez este tipo de experiencias y sabĆa que buscar en el baĆŗl.
"Esclavo!". Y seguidamente se oyó el quejido del hombre cuando el latigazo le daba en el hombro, buscando cubrirse Pérez dio la espalda, donde el lÔtigo ablandó la carne, dejÔndole marca, el sujeto comenzó a gatear, buscando alejarse del instrumento de tortura, pero la dama fue tras él y aprovechando su posición le dio un puntapié entre las piernas, aplastÔndole los cojones contra la pelvis.
PĆ©rez Ayola gritó una vez mĆ”s y ahora boca arriba se agarraba la hombrĆa, el hombre comenzó a revolcarse de un lado a otro, mientras era bombardeado por un sin fin de golpes de lĆ”tigo, que con precisión evitaban cabeza y manos del decano, la profesional en sadomasoquismo sabĆa bien que no podĆa marcar Ć”reas visibles al pĆŗblico.
Por fin el hombre tuvo un respiro y se sentó en la cama, su pene estaba muy parado, el dolor sin duda era un estĆmulo para el decano, la mujer le observó y palpó el glande empapado de pre semen.
"Estas que te corres sólo".
"Desde hace semanas no me excitaba tanto". El decano babeaba.
"Y quien te excitó, que no fui yo".
"Una chica de la universidad".
"Eres un viejo verde, cariƱo".
"No, no me acosté con ella, es sólo una jovenzuela... y le dio por cogerme las bolas".
"Y porque lo hizo?".
"AsĆ!!!!". La mujer cerró sus dedos alrededor de esos enrojecidos cojones del maduro sujeto
"Pero me picaste la curiosidad, porque te agarro los cojones?". Aplicó mÔs presión.
"UUUhhmmm, estaba enojada porque le quitƩ el mando de un laboratorio de la universidad".
"Que malo, pero si te los agarró, porque no te apretó?".
"Quien sabe, tal vez se arrepintió a última hora, pero me quede con las ganas de una apretadita, apenas se marchó me le tuve que jalar".
"Pervertido!!!!, Jajaja". La mujer le retorció las gónadas, dejando al decano con la boca en forma de "O". Fue demasiado para el sujeto que necesitaba aire.
"Que te parece si me das un descanso mujer, me arden la espalda y las huevas".
"Claro, porque no?, tengo sed, algo bueno de beber en la cocina?".
"SĆrvete, tengo una botella de buen vino en el refrigerador". La mujer se saboreó los labios y salió del cuarto con todo y lĆ”tigo.
La enmascarada cerró el video de espionaje en su telĆ©fono y caminó en dirección a casa de PĆ©rez Ayola. Justo en la puerta sacó un llave, desde antes ya habĆa logrado una copia y accedido a la casa del decano.
Con habilidad y conociendo bien el terreno la enmascarada fue a la cocina, allĆ la dominatrix se saciaba con un fino vino tinto, la mujer parecĆa ansiosa por consumir por completo la costosa botellaā¦
ā¦De repente la enmascarada tomó un sartĆ©n que estaba sobre la mesa y lo descargó contra la cabeza de la invitada.
La mujer cayó al piso sin sentido tras el contundente impacto, el resto del vino le cayó encima y una mancha de color rojo con alcohol empapó el suelo.
Ya eliminada lo que estorbaba, la enmascarada tomó rumbo al cuarto, era con el decano PĆ©rez Ayola, con quien tenĆa algĆŗn pendiente.
Nada mÔs ingresar se topó con el decano, que ya estaba en pie, se sorprendió al no ser la dominatrix quien apareciera.
"Pero quiĆ©n demonios es usted?". El hombre no sabĆa que pensar, una ladrona?... estaba frente a una enmascarada vistiendo un suĆ©ter manga larga y un short tipo blue jean.
"QuiƩn eres?, que quieres?".
"Soy aquella a quien contarÔs tus pecados...". La voz de la enmascarada era seca y algo ruda, sin duda la mÔscara distorsionaba su voz, aun asà al decano le pareció algo familiar la voz.
"Te conozco?".
La enmascarada corrió hacĆa Ć©l y PĆ©rez levantó los puƱos, ya a alcance, lanzó un puƱo a su rostro, la enmascarada le esquivo, y le enterró la rodilla en los testĆculos.
"AAAAHHHH!!". Expuso Pérez Ayola al sentir planadas sus bolas, el pene del hombre dio un respingo, La enmascarada le remató levantando el brazo y dÔndole en la barbilla con el codo.
El decano retrocedió, la agresora dio dos paso hacĆa Ć©l, dejando claro que era superior fĆsicamente, no en fuerza, pero si en habilidad.
"Maldita karateka!". PĆ©rez se limpió la sangre que salĆa de su boca, ese codazo le hizo morderse.
ViĆ©ndose en inferioridad PĆ©rez Ayola corrió a su mesa de noche, allĆ en un estuche de metal tenĆa un arma de fuego. La enmascarada no se inmutó, pero cuando el decano abrió el estuche, no se encontraba su arma.
La enmascarada expresó: "No estĆ” allĆ, desde hace dĆas la encontrĆ© y ocultĆ©".
Ahora el decano confirmaba que la enmascarada habĆa ingresado a su casa desde antes y quien sabe que cosas habĆa hecho o que bienes le habĆa hurtado.
La invasora le ataca, el hombre se cubre el rostro, pero recibe un impacto en el costado, un quejido y un segundo golpe en su costado opuesto⦠Se da un ataque ahora del decano que fÔcilmente la enmascarada evade, para rematarle con una fugaz palmada en su escroto...
...nuevo chillido de PƩrez Ayola, quien retrocede y se soba las bolas, su pene esta erecto, el dolor le causa placer sexual, la enmascarada ve ese pene salpicar de fluidos todo a su alrededor.
"Pervertido...". Era demasiado obvio que el dolor genital le excita, pero no por ello deja de debilitarle.
"Maldita ladrona!!!". El decano retoma fuerzas y se abalanza hacĆa la mujer, que le recibe con una patada en el bajo vientre, el zapato se hunde en sus intestinos bajos, casi haciendo trasbocar al sujeto, quien cae de rodilla; Acto seguido le da un golpe de karate con el borde de la palma, justo en la frente, dejĆ”ndole en el suelo vencido.
"Que... que, que quieres...". Expresa babeante el decano, mientras la enmascarada se inclinó ante él.
"Exponer tus actos, siempre ha habido rumores de despidos injustificados, de ataques a tus rivales en la cadena de ascenso en la universidad, son claros tus celos profesionales contra tus colegas, deberƔs contar todo".
"Todo es mentira, yo no he hecho tales cosas".
"ConfesarƔs todo en una grabadora".
"Me chantajearÔs por dinero con esa grabación, verdad?".
"No requiero nada, ya tengo lo que necesito".
"A que te refieres?".
"Allà entre aquellos libros hay una cÔmara miniatura, ha sido filmado tu evento masoquista de esta noche".
Escuchar aquello dejó gĆ©lido al decano, si aquel video se hiciese pĆŗblico su reputación y su trabajo estarĆan acabados.
"Entiende ahora que no tiene opción, verdad?, no importa que haga esto en su casa o se trate de su vida privada, la imagen pública de un decano se verÔ afectada por esto".
"Maldita!... pero que buscas sabiendo todo de mi".
"Tu renuncia a la universidad, simplemente eso".
Adolorido de las huevas, pero erecto y sobre todo sintiĆ©ndose sin salida, al decano no se le ocurrió nada mĆ”s que atacar a la enmascarada, lograr someterla y hacerle entregar el video... no parecĆa tener oportunidad, pero debĆa intentarlo.
"Nunca!!".
Desde el suelo, el decano lanzó un puño a la mujer quien dio un brinco atrÔs evitando el golpe, el maduro sujeto se incorporó con velocidad, su pene erecto se ladeo dolorosamente, mientras su escroto se bamboleaba causÔndole aún mÔs dolor... pero no atendió el sufrimiento e iba contra la mujer que amenazaba su carrera.
Con facilidad la enmascarada evito su ataque, y sumamente Ć”gil se ubicó debajo de la axila izquierda del decano, justo cuando este lanzaba un golpe⦠Con energĆa, uso su propio hombro como palanca, hiper extendiendo el brazo y hombro del decano... se escuchó un TI-CRACK cuando el hueso del brazo se desencajaba de la articulación.
AAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!". Fue el alarido de Pérez Ayola cuando su brazo izquierdo perdió la fuerza y le quedó colgando... una antinatural protuberancia se observaba en su hombro.
"Presentas una luxación en tu hombro, duele verdad?, podrĆa corregirla con un movimiento, pero ya sabes que debes hacer".
El hombre ya daba lastima, cayó de rodillas, se tomó el adolorido hombro, y con la cara apoyada en el piso balbuceó: "Con... confesaré...".
La enmascarada nuevamente tenĆa la situación bajo control, pero de repente sintió un severo y veloz impacto en el lado derecho de la espalda baja... La dominatrix habĆa recobrado el sentido y venĆa por desquite.
"AAahhhgg!". Expresó la enmascarada ante el latigazo... De inmediato volteó y vio venir un nuevo golpe de lĆ”tigo que no pudo evadir, el golpe le dio en la mĆ”scara, de no tenerla le harĆa marcado el rostro... Aun asĆ el golpe a la cara la hizo irse de espaldas, La dominatrix hecha una furia, parecĆa tener mĆ”s brazos que un pulpo, enviando latigazos a gran velocidad para vengarse del ataque previo.
La enmascarada retrocedió, siempre manteniéndose fuera del alcance del doloroso lÔtigo, cuando quedó arrinconada por una pared, la dominatrix sonrió.
"Ahora me las pagarƔs, quien quiera que seas, perra!".
La enmascarada la veĆa atentamente, mientras con una mano cubrĆa la adolorida zona de su espalda, llevó su otra mano a un bolsillo y sacó una pequeƱa esfera de vidrio que la arrojó a los pies de la atacante, la esfera estalló liberando un abundante y espeso humo gris, la mujer tosió ante el humo que le entraba en los pulmones y acababa con su visibilidad.
"AAAAHHH!!!". Gritó la mujer cuando la enmascarada por sorpresa apareció ante ella, se inclinó y propinó un puño en su entrepierna.
La dominatrix dejó caer el lĆ”tigo, se agarró la vulva y cayó de rodillas; Ahora tras ella, la enmascarada le dio un rodillazo en la nuca dejĆ”ndola sin sentido... Acto seguido sacó un paƱuelo, lo humedeció con un lĆquido somnĆfero, y lo pasó por la nariz de la inconsciente dama, con ello se aseguraba de que no volviese a dar molestias
Pérez Ayola observó como de entre el humo que continuaba abarcando toda la habitación, emergió la enmascarada, débil por el dolor de huevos y del hombro, no pudo hacer nada, la fémina clavó dos dedos en su hombro dislocado, haciéndole chillar como un cerdo, tirando de la zona le hizo levantarse y salir de la habitación...
...Ya en la sala y sin humo, le libera, la enmascarada saca una pequeƱa grabadora y le ordena confesar sus crĆmenes.
El decano duda, pero los dedos una vez mƔs presionando su hombro herido le hacen hablar.
PĆ©rez Ayola cuenta que ha cometido robos en la nómina de las oficinas a cargo, que ha hecho despedir o presionado a renunciar quien no le son fieles para ocultar sus fechorĆas y que amenazaban con superarlo en ascensos o quitarle el puesto, el decano cantó como ave en primavera todos sus reprochables conductas.
La grabadora se detuvo, fue guardada en su bolsillo y ante la mirada de derrota de PĆ©rez Ayola, la enmascarada actuó... Con dos rĆ”pidos movimientos de presión al hombro y a la clavĆcula, encajó la articulación con efectividad, el "CRACK" confirmó la normalidad articular, no sin provocar en el decano un nuevo chillido.
Exhausto de tanto dolor sufrido durante toda la noche, el hombre permaneció sentado jadeando.
La enmascarada miró directamente a los testĆculos del atontado sujeto, sacó de su bolsillo una pequeƱa arma elĆ©ctrica y apuntó al escroto de PĆ©rez Ayola.
"AAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!". Fue el alarido del decano que sentĆa un escozor general mientras le electrocutaban las huevas. El choque se mantuvo haciendo que el maduro hombre torciera los ojos y babeara, salpicando todo a su alrededor...
...Finalmente se fue de espaldas y perdió el sentido. La enmascarada retiró el aparato, justo en el momento en que el pene del decano tomaba dureza y descargaba una abundante eyaculación.
La enmascarada tomó la mini cĆ”mara oculta y abandonarĆa la casa de PĆ©rez Ayola... Antes de llegar a la puerta se debió sentar un instante, tomó su espalda, el azote de la dominatrix le comenzó a arder, se revisó y algunas gotas de sangre traspasaron el suĆ©ter manchando levemente sus dedos.
En la estación de policĆa, Armando casi estaba acostado sobre el teclado del computador, el sueƱo le vencĆa y la bolsa de hielo, ahora casi agua, yacĆa en el piso. Un oficial le llamó, haciĆ©ndole reaccionar del letargo... de repente miró a la pantalla, y en el video que se reproducĆa notó algo... Regresó la imagen y corroboró su idea, en el video se veĆa a una mujer bastante joven y con un atuendo que ya reconocĆa, buscó en los videos del club de luchas y pudo ver a la misma joven, con la misma ropa saliendo del Ć”rea administrativa, de entre todas las personas que los videos registraban abandonando esa Ć”rea, ella era la Ćŗnica que aparecĆa cerca del Refugio.
Ella podrĆa ser la enmascarada, Armando debió admitir que a pesar de la mala calidad de imagen la chica parecĆa linda; Ahora debĆa ir al departamento de sistemas para que un genio de computadora le ampliara y mejorara la imagen, en adelante serĆa la principal y Ćŗnica sospechosa... apuntó su dedo a la joven en pantalla y expresó: "Te tengo, lindura!".
Cerca de las 7 am PĆ©rez Ayola reaccionaba, se halló empapado de semen entre las piernas, notó que habĆa eyaculado, enseguida el dolor le recordó que su escroto estaba lastimado, se revisó las bolas y vio la marca de quemazón en su piel escrotal, la enmascarada le aplicó electricidad en las pelotas. La maldijo mil veces⦠Cómo pudo se arrastró hasta el cuarto, viendo a la Dominatrix aun dormida en el suelo, ya mĆ”s repuesto tomó un poco de agua y la arrojó a su rostro... por fin reaccionó la mujer.
Desorientada la fémina pregunto lo sucedido, el decano le narró los sucesos, y la mujer se enojó.
"Pero quien era esa maldita?".
"No lo sĆ© querida, nunca la habĆa visto".
La mujer no entendió, ni creyó y se enojó con el hombre. "Eres un imbĆ©cil, no me metas en tus lĆos!".
"AAAaaaahhhhhhh!!!!". Se quejó Pérez Ayola cuando la mujer le clavó un puntapié con todas sus fuerzas en sus sensibles gónadas, el sujeto se fue al suelo.
Tras el sonido de la puerta que dejó la mujer en su salida, el decano se dedicó a sobar sus bolas, la amenaza de la enmascarada regreso a su cabeza... no tenĆa opción, debĆa renunciar a la decanatura y a la universidad.
Por otro lado, Miguel despertaba, la noche habĆa sido muy larga para Ć©l, miró el reloj y se alarmó por la hora, las 9 am!. ComĆŗnmente no dormĆa tanto, y tampoco se trasnochó tanto con Verónica, volteó hacia su novia no esperĆ”ndola encontrar allĆ, pero dormĆa plĆ”cidamente... era la primera vez que se levantaba antes que ella, pensó un instante en despertarla pero parecĆa sonreĆr en su sueƱo, debĆa soƱar algo lindo, ademĆ”s sólo tras el sexo con Ć©l, dormĆa a satisfacción, el resto de las noche el insomnio hacĆa de las suyas.
"Pobrecilla, todo ese estrĆ©s por dejar el laboratorio la ha afectado en verdad, duerme cuanto puedas mi querida cientĆfica".
Tras despertar, Miguel le tenĆa preparado un buen desayuno, la cientĆfica con la mirada baja le agradeció las atenciones mientras bostezaba.
"Que no descansaste?, dormiste bastante".
"Mi rĆ©gimen de sueƱo sigue en desbalance, pude haber dormido unas 8 horas, pero mi condición fĆsico-mental sigue en bajo nivel, para que entiendas, me siento agotada".
Miguel se preocupó por este insomnio, debĆa convencer a su novia de buscar ayuda profesional, el problema era la terquedad natural de Verónica.
FIN.
Gracias.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario