CONTIENE BALLBUSTING F/M y SEXO HETEROSEXUAL.
Gustavo PiƱeres un ejecutivo de 40 aƱos era una de los propietarios y administradores del club fight two, en la noche de hoy habĆa programado un populoso evento de lucha erĆ³tica, todo se centraba en el combate estelar en donde Pedro Coronado se enfrentarĆa a Keilor PanamĆ”, todo fue un Ć©xito en ventas y el ambicioso individuo estaba mĆ”s que satisfecho.
Junto a Ć©l, se encontraba Camila Cifuentes, una agraciada joven de 22 aƱos, quien laboraba en el Ć”rea administrativa, y su funciĆ³n hoy era digitalizar todo los documentos y contratos, la mujer se hallaba deprimida pues la madrugada atrĆ”s habĆa tenido una fuerte pelea con su amante Keilor PanamĆ”, en donde la chica ofendida por el patĆ”n, se marchĆ³ de su casa tras propinarle un rodillazo en los testĆculos. La joven buscaba olvidar su pena amorosa concentrĆ”ndose en su trabajo.
Al final de la noche PiƱeres tomaba camino hacĆa el Ć”rea administrativa, tenĆa la intenciĆ³n de contar su preciado dinero, pero las cosas tomarĆan un giro totalmente inesperado.
El vigilante de porterĆa, ante la falta de respuesta de su colega Marcos GarcĆa, fue al Ć”rea administrativa a buscarle; TerminĆ³ hallĆ”ndole en el baƱo del Ć”rea, estaba en el piso, inconsciente, atado de manos y pies. Tras una rĆ”pida alerta se descubriĆ³ a Camila y Gustavo sin sentido en la oficina de tesorerĆa, y con un faltante en el dinero de una caja fuerte abierta.
Las autoridades llegaron al club y para entonces los desmayados ya habĆan recobrado el sentido, una rĆ”pida asistencia de paramĆ©dicos y no paso a mayores su estado de salud. La primera versiĆ³n del directivo fue: "Una mujer... fue una mujer enmascarada... maldita!". Los que escuchaban su versiĆ³n no podĆan evitar observar como Gustavo PiƱeres no cesaba en quejarse y sobar su entrepierna, sin duda aquella ladrona enmascarada le habĆa golpeado los testĆculos.
Tiempo despuĆ©s llegaba al lugar Armando DĆaz, se acordarĆ”n de este personaje en la saga "LA PORRISTA Y EL DESPROTEGIDO/ADOLORIDO JUGADOR". En su caminar el policĆa ahora detective (Tras el Ć©xito en el caso de la porrista recibiĆ³ el ascenso en rango) recordaba lo sucedido minutos antes:
Armando estaba en casa de su novia Marcela (La Porrista Universitaria), montado sobre ella la penetraba con rudeza, asĆ era como le gustaba a la chica.
"MĆ”s profundo Armando!!!". La joven requerĆa de mĆ”s dedicaciĆ³n y el macho se lo darĆa... La penetraciĆ³n se hizo mĆ”s intensa, llegando sus pelotas a golpear el perineo de la mujer, mientras arriba sin fin devoraba a chupones los senos de la universitaria.
Armando sintiĆ³ acercarse la eyaculaciĆ³n y retirĆ³ su miembro, Marcela sabĆa bien como moverse y de inmediato se colocĆ³ boca abajo en la cama, presentĆ”ndole su retaguardia, El policĆa se acostĆ³ sobre ella, ubicando con milimetrĆa su gordo glande en el empapadĆsimo coƱo de la mujer, dejĆ”ndose caer con todo su peso... Marcela dio un chillido al ser penetrada con tal energĆa, los embates del policĆa reiniciaron, contrayendo al mĆ”ximo sus mĆŗsculos glĆŗteos y pĆ©lvicos.
Marcela mordiĆ³ la almohada bajo ella sintiendo un nuevo orgasmo, el apretĆ³n vaginal a su miembro se incrementĆ³, haciendo jadear al macho, que bajĆ³ el ritmo, gozando aĆŗn mĆ”s.
Cada entrada ahora era lenta y hacia expeler lĆquidos vaginales mezclados con esperma de previas corridas...Y por fin llegĆ³ el clĆmax para Armando, sus pelotas expulsaron las reservas de semen que guardaban, inundando nuevamente la vagina de la porrista, que desde hace mĆ”s de dos horas no conocĆa el descanso.
Pegajosos y exhaustos, por fin la pareja se tiro a descansar en la cama.
"Te amo Armando".
En ese momento sonaba su telĆ©fono mĆ³vil, era la teniente Gertrudis Ferrer (La policĆa a cargo del caso de la Porrista).
"Si mi teniente, diga usted".
"DĆaz, hay un caso de Ćŗltima hora y lo delego a usted a que se haga cargo". La voz de la oficial se escuchaba agitada, parecĆa estar en alguna actividad fĆsica, por la hora debĆa estar en su casa, pues el turno habĆa terminado.
"De que trata mi teniente?".
"Es al parecer un robo en un club privado, necesito que inicie la investigaciĆ³n, pero ya!".
"Como usted diga, pero puedo preguntar porque la urgencia, es un robo, normalmente solo en homicidios se apuran las cosas".
"Es un caso importante.... ahhh, ahhh". La teniente parecĆa jadear. "... Es importante porque los dueƱos del club son adinerados y tienen contactos polĆticos, asĆ que... ahhh, ahhh, basta ya!!". Algo le sucedĆa a la teniente; Armando no tardĆ³ en deducir de que se trataba... estaba en un momento Ćntimo, pero con quiĆ©n? "...asĆ que, asĆ que ya sabe, vaya pronto e inicie las indagaciones, Ahhh, Aahh, basta, basta!, sabes que estoy al telĆ©fono...".
"Y quĆ©?, quien sea que se entere que quiero a mi mujer y le lamo el coƱo cuando quiera". Era una voz masculina que claramente expresaba que estaba haciĆ©ndole a la teniente Gertrudis, Armando pareciĆ³ reconocer la voz del sujeto.
"Mi teniente, estĆ” ahĆ el teniente Montenegro?, es esa su voz?". Armando se referĆa al exesposo de su jefa, el teniente EfraĆn Montenegro, quien era uno de los mĆ”s implacables oficiales de asuntos internos en la policĆa.
"CLARO QUE NO!!, no se meta en lo que no le importa, y vaya rĆ”pido!!!". La mujer colgĆ³ en medio de un enojo y vergĆ¼enza infinita.
Armando tuvo razĆ³n en su deducciĆ³n... ahora estaba seguro que la teniente volviĆ³ con su exmarido, tal vez no son pareja como antes, pero han retomado una vida sexual, ambos son solteros y pueden tener intimidad con quien quieran... Armando sonriĆ³ un poco y pensĆ³:
Quien viera a la teniente, tanto que hablaba mal de su ex esposo, y hasta le golpeo los huevos, para ahora terminar regresando con Ć©l, al parecer nunca lo olvidĆ³.
"Tienes que irte mi amor?". Marcela estaba decepcionada, ya estaba a plenitud de placer sexual, pero querĆa pasar el resto de la noche con su amado Armando, dormir junto a Ć©l y despertar con quien quiere, ademĆ”s al amanecer seguro tendrĆan un polvo maƱanero.
"Lo siento mi vida, el trabajo llama, ahora que soy detective debo encargarme de casos inesperados, sobre todo que estos me pueden representar una condecoraciĆ³n o seguir ascendiendo".
Marcela se levantĆ³ de la cama y le llevĆ³ del brazo al baƱo.
"Pero no irĆ”s todo pegajoso a una escena de crimen o sĆ?".
Armando conocĆa bien a Marcela y justo en la entrada del baƱo, se desligĆ³ de ella. "Hasta aquĆ me acompaƱas mi vida, si entras conmigo a la ducha no podrĆ© evitar metĆ©rtela otra vez, y no saldrĆa esta noche de tu casa". Armando cerrĆ³ la puerta y Marcela debiĆ³ regresar sola y resignada a la cama.
El detective DĆaz terminĆ³ su recuerdo y volviĆ³ a la actualidad; EntablĆ³ una breve charla con algunos agentes antes de acercarse a las vĆctimas; Mientras tanto, PiƱeres seguĆa siendo atendido por un paramĆ©dico y con un oficial a su lado.
"AAAhh, mis bolas... no podrĆ© coger a mi mujer esta noche, maldita ladrona!, me arruinĆ³ la celebraciĆ³n!!".
"CƔlmese seƱor...".
"Quiero que atrapen a esa malnacida!".
"AsĆ serĆ” seƱor, mire ya viene el detective a cargo del caso".
Armando saludo a los 3 involucrados y dio Ć³rdenes de trasladarlos a la comisarĆa lo mĆ”s pronto posible, seguidamente hablĆ³ con los paramĆ©dico sobre el estado de los lesionados.
"No hay problema con el guardia y la mujer, a Ć©l lo incapacitaron con un fuerte choque elĆ©ctrico, tambiĆ©n recibiĆ³ un golpe en los testĆculos, pero estarĆ” bien... La mujer fue dormida con un anestĆ©sico, por los sĆntomas podrĆa ser un derivado del cloroformo, ya se estĆ” recuperando, no tendrĆ” ninguna secuela".
"Y como estƔ el otro hombre,? es uno de los dueƱos del club".
"VivirĆ”, le dieron una buena golpiza, tiene golpes por todos lados, pero la agresora se centrĆ³ en sus genitales".
"Si, recibiĆ³ varios golpes en los testĆculos, tiene ahora una fuerte inflamaciĆ³n, pero por fortuna para Ć©l, no parece algo mĆ”s allĆ”, en unos dĆas se le desinflamarĆ”n, requiere analgĆ©sicos inyectados y un ecografĆa testicular, pero no creo que hallemos nada daƱado, es solo rutina".
"De acuerdo, una vez en la comisarĆa iniciarĆ© con los dos y dejarĆ© al ejecutivo para despuĆ©s de la ecografĆa".
Pasaron unas dos horas y los acontecimientos se trasladaron a la comisarĆa. Armando DĆaz entrevistĆ³ a los 3 involucrados, dieron su versiĆ³n de los hechos con plenos detalles:
VersiĆ³n del Guardia de Seguridad.
Armando instruyĆ³ al guardia Marcos GarcĆa a contar los acontecimientos.
"Mire yo estaba en la entrada de la tesorerĆa, adentro es donde guardan el dinero del club, pero en toda la noche no habĆa pasado nada sospechoso, una asistente estaba dentro haciendo su trabajo, entonces paso aquello...".
He aquĆ lo sucedido:
Marcos GarcĆa estaba ante la puerta de tesorerĆa, repentinamente escuchĆ³ un sonido, pensĆ³ que era el ejecutivo PiƱeres que repetidas veces habĆa venido al lugar, pero nadie apareciĆ³ por el pasillo...
...su instinto le dijo que algo no andaba bien, asĆ que con la mano en la funda de su arma avanzĆ³ hacia un extremo del pasillo, giro en la esquina y no vio nada., repentinamente sintiĆ³ un fuerte impacto en la entrepierna.
"AAAHHHHH!!!". GritĆ³ el hombre ante una patada que le habĆan dado en los testĆculos por la espalda, el cobarde ataque fue certero en extremo, chocando un desconocido pie calzado en todo el centro del escroto de GarcĆa.
El dolor de inmediato corriĆ³ a su estĆ³mago, y sus piernas aflojaron haciĆ©ndole caer al piso, el hombre de rodillas no pudo evitar que una fugaz mano le arrancase el arma del cinturĆ³n. El guardia logro ver ahora frente a Ć©l, a una persona con zapatos deportivos, pantalĆ³n jean color negro y un suĆ©ter manga larga de igual color. A nivel del rostro quien le atacĆ³ usaba una mĆ”scara femenina que ocupaba todo el rostro.
La atacante sin duda mujer preparĆ³ la pierna para darle un rodillazo al incapacitado guardia, pero este por instinto defensivo, se abalanzĆ³ y se aferrĆ³ a las piernas de la agresora, queriendo evitar ser rematado.
"Seguro que era una mujer?". El detective interrumpiĆ³ la narraciĆ³n.
"Mire, puede que me estuvieran doliendo las huevas y admito que tenĆa la vista algo borrosa, pero distinguĆa bien que tenĆa tetas, y cuando la abrace de las piernas, sentĆ muslos de mujer, no de hombre".
Inmovilizada por el bajo abrazo del guardia la mujer enmascarada lanzĆ³ un golpe de palma abierta contra la nariz del varĆ³n… El impacto de la base de la mano contra el Ć”rea nasal, le hizo retroceder, soltarla y caer al suelo, enseguida se cubriĆ³ las bolas que le ardĆan sin pausa… Mucho mĆ”s desorientado, el hombre se encorvĆ³ tratando de proteger lo mĆ”s posible su cuerpo de un nuevo golpe.
De repente sintiĆ³ un contacto en su nuca, y seguido una poderosa corriente elĆ©ctrica que le invadiĆ³... La mujer le atacaba con una descarga elĆ©ctrica en el cuello...
...el esfĆnter urinario de Marcos se liberĆ³ mojando sus pantalones, mientras la electricidad se mantenĆa exasperando sus nervios, e incluso sus pelotas rebotaron entre sĆ del sobre estimulo musculo-nervioso... LlegĆ³ el lĆmite de la resistencia cerebral y el Ć³rgano dejĆ³ de funcionar, mandando a Marcos a la inconciencia; La mujer comenzĆ³ a arrastrarle a un baƱo cercano, en donde procediĆ³ a atarle y taparle la boca con cinta adhesiva.
"...Y no recuerdo mĆ”s nada". GarcĆa finalizĆ³ su narraciĆ³n.
"Entonces fue hallado por su compaƱero guarda...No recuerda nada mƔs?".
"No, despertƩ en el baƱo y mi colega me estaba desatando".
Lo acontecido al vigilante habĆa sido intrigante, especialmente la descripciĆ³n que hizo sobre el tipo de mĆ”scara. Ahora faltaba escuchar a las otras dos vĆctimas.
VersiĆ³n de Gustavo PiƱeres I.
"Por fortuna no tengo daƱos permanentes, esa maldita por poco me capa". DĆaz le ofreciĆ³ asiento, mientras el ejecutivo analizaba al policĆa... PiƱeres desde el principio tuvo cierta desconfianza del detective DĆaz, era bastante joven y no querĆa que un novato se hiciera cargo de buscar su dinero perdido, aĆŗn asĆ colaborĆ³ con la investigaciĆ³n.
"Me robaron y quiero que atrape a esa mujer, se llevĆ³ todas las ganancias de la noche... hija de su maldita madre!".
"De hecho no fue todo, hemos constatado que el monto de lo hurtado corresponde al 44 % del dinero que habĆa en la caja, incluso la seƱorita Cifuentes nos hablĆ³ de una cifra de 80%, pero en realidad es el 44%, aunque dijo que usted entenderĆa eso del 80%".
"Maldita ladronaaa!!!!".
"Calma, y explĆqueme esa diferencia de cifras".
"El 80% es la ganancia de esta noche, como era un evento especial el Club ganĆ³ un 80% de mĆ”s que el promedio de los dĆas normales".
El detective sacĆ³ su telĆ©fono y en la calculadora hizo unas cuentas: "Ya entiendo, es el 80% de mĆ”s de sus ganancias diarias, o sea 180% esta noche… pero en total, lo robado sĆ es el 44%, de lo que habĆa hoy en la caja fuerte".
"AsĆ es, pero no entiendo porque no robĆ³ todo".
"Que sospechoso, parece que la ladrona querĆa despojarlo de las ganancias extras de esta noche y solo de estas".
Finalmente PiƱeres procediĆ³ a narrar lo acontecido:
El ejecutivo regresaba a la oficina de tesorerĆa, con la pelea estelar finalizada, querĆa ver su preciado dinero una Ćŗltima vez antes de marcharse a casa, al llegar a la entrada no observĆ³ al guardia, pensĆ³ que tal vez habĆa ido al cercano baƱo un momento, no le dio importancia al asunto e ingresĆ³ a la oficina… No habĆa seƱales de la seƱorita Cifuentes, pero una mirada rĆ”pida y observĆ³ a una mujer enmascarada, vestĆa pantalĆ³n y suĆ©ter oscuros, y aquella mĆ”scara de aspecto aƱos 20´s.
“QuiĆ©n diablos eres tĆŗ?”. No hubo respuesta por parte de ella.
AnalizĆ”ndola mejor, logrĆ³ ver que la mujer tenĆa en su mano un documento, que luego supo era un reporte contable de las cifras de ganancias de la noche… sĆ³lo hace unos minutos, Camila lo habĆa transcrito al computador y la asaltante lo imprimiĆ³.
“Vaya, que les ha ido bien”. ExpresĆ³ por primera vez la mujer.
Gustavo quedĆ³ estupefacto ante la enmascarada, ella parecĆa no estar armada, el ejecutivo dudo entre atacarla o correr en busca del vigilante, no era cobarde pero algo le daba mala espina; Repentinamente la mujer soltĆ³ el documento y corriĆ³ hacĆa Ć©l, PiƱeres cerrĆ³ los puƱos y al alcance, lanzĆ³ el puƱetazo...
...La mujer fue muy Ć”gil, esquivando el golpe y ubicada a un costado suyo, conectĆ³ un puƱo seco en su costado.
"AAayyyy....", se quejĆ³ PiƱeres ante el impacto en sus costillas, el hombre cerrĆ³ el brazo buscando cubrirse, La enmascarada ahora estaba tras de sĆ, y otro puƱo ahora en su baja espalda le hacĆa mella; Nueva queja del ejecutivo y se vio tambaleante, la asaltante rematĆ³ al sujeto con un golpe de zapato en el hueco de la rodilla, haciendo caer al varĆ³n...
...Arrodillado y con dolor en mĆŗltiples lados, PiƱeres no sabĆa quĆ© hacer y estaba por soltar lĆ”grimas. Un rodillazo en la nuca con regulada fuerza hizo al hombre caer de cara al piso lastimĆ”ndose la nariz, de haber dado el golpe con fuerza plena, PiƱeres estarĆa inconsciente.
La mujer avanzĆ³ colocĆ”ndose frente a Ć©l, parecĆa disfrutar el lamentable estado de PiƱeres, se volteĆ³ y comenzĆ³ a caminar alejĆ”ndose de Ć©l, pero no sabĆa que el ejecutivo hecho una furia, sacĆ³ fuerzas de algĆŗn lado y con velocidad se incorporĆ³ avanzando hacia ella. Fue una sorpresa total, siendo agarrada desde atrĆ”s por PiƱeres en el llamado "abrazo de oso".
Una testigo desde el suelo observaba todo, PiƱeres aplicĆ³ algo de fuerza y alcanzĆ³ a decir:
...En ese instante un talĆ³n de la mujer se levantĆ³ estrellĆ”ndose con energĆa contra la entrepierna del varĆ³n, una perfecta patada de mula al "Oso" que la retenĆa.
“AAAAHHH!!!!!!!!!”. GritĆ³ PiƱeres cuando los testĆculos casi ingresan a su cuerpo por la fuerza de la patada de talĆ³n.
El hombre soltĆ³ a la asaltante y se derrumbĆ³, en posiciĆ³n fetal, por un instante perdiĆ³ de vista a su agresora… Casi un minuto despuĆ©s, observĆ³ que la mujer regresaba a su campo visual, llevaba un frasco y un paƱuelo, los cuales guardĆ³ en su bolsillo.
VersiĆ³n de Camila Cifuentes.
"Muy bien seƱorita Cifuentes cuƩnteme".
La muchacha con total sinceridad narrĆ³ su experiencia...
Camila estaba frente al computador, cuando le pareciĆ³ escuchar un grito de hombre (le pareciĆ³ la voz del guardia Marcos), se oyĆ³ bastante lejos, preocupada, fue hacia la puerta para preguntarle al guardia, pero no lo hallĆ³, decidiĆ³ regresar a su puesto y continuar en su labor, unos 5 minutos despuĆ©s, escuchĆ³ pasos tras ella, y volteĆ³ creyendo que era el vigilante o Gustavo PiƱeres, pero que sorpresa se llevĆ³ cuando vio a una mujer enmascarada apuntĆ”ndole con un arma, (el arma del vigilante), Camila quedĆ³ paralizada, con las piernas temblĆ”ndole, y se aprestaba a suplicar no le hiciese nada, la mujer le ordenĆ³ "VoltĆ©ate y camina!", Apenas la joven cumpliĆ³ las ordenes, sintiĆ³ el arma en la espalda, acto seguido la enmascarada la hizo arrodillar, muerta de miedo esperaba que la ejecutaran en ese lugar, pero luego fue obligada a acostarse boca abajo en Ć©l piso, y sintiĆ³ que le ataban las manos... estaba algo aliviada, la intrusa la iba a atar no a matar... en menos de un minuto estaba atada de pies, de manos y amordazada, por Ćŗltimo fue ubicada tras un escritorio.
No supo cuantos minutos pasaron cuando escuchĆ³ que alguien entraba, reconociĆ³ la voz de PiƱeres, y seguidamente un forcejeo al parecer de su jefe con la asaltante... con esfuerzo se arrastrĆ³ como pudo, saliendo de detrĆ”s del escritorio, apenas tuvo visiĆ³n, presenciĆ³ la pelea entre la extraƱamente desarmada enmascarada y su jefe, rogaba que el hombre, mĆ”s fornido, venciese y la rescatase, pero sus esperanzas se esfumaban cuando la enmascarada barrĆa el piso con PiƱeres, finalmente vio la fortĆsima patada de talĆ³n en los testĆculos de su jefe , y el hombre caĆa de rodillas agarrando sus partes Ćntimas.
"Vi cuando esa mujer le pateĆ³ los huevos al doctor PiƱeres". Expuso Camila al concentrado Armando DĆaz, quien se sobresaltĆ³ un poco al ver ejecutar a la muchacha una patada hacia atrĆ”s, dando el claro ejemplo de como faulearon a su patrĆ³n.
Tras incapacitar temporalmente al varĆ³n, la enmascarada notĆ³ a la asistente observando la escena, es entonces cuando se dirige a esta, mientras saca algo del bolsillo... Camila observa como con laboriosidad, la asaltante abre un diminuto frasco con lĆquido y lo aplica en un paƱuelo, inclinĆ”ndose ante la atada mujer se lo coloca sobre boca y nariz, no pasaron 5 segundos cuando comenzĆ³ a ver borroso y perdiĆ³ el sentido.
"...Y no recuerdo mƔs, hasta que me atendieron los de la ambulancia".
"Bueno puede retirarse ya".
VersiĆ³n de Gustavo PiƱeres II.
Tras la patada en los testĆculos, el ejecutivo tosiĆ³ con intenciones de vomitar, sudaba frio, hacĆa mucho tiempo no recibĆa un golpe en las pelotas, tirado en el piso, el hombre estaba completamente a merced de la intrusa. TemĆa que en cualquier momento le pateara en el suelo.
Desde su ubicaciĆ³n el hombre se encontrĆ³ de vista con el documento que la mujer tuvo en su mano desde el principio… El documento impreso, el texto era corto pero con letras muy grandes, solo alcanzĆ³ a entender el numero <80%>, dedujo que era el informe de las ganancias de la noche.
“Las letras del informe era muy grandes, que extraƱo, que significarĆ”?”. DĆaz interrumpiĆ³ un instante la narraciĆ³n.
La mujer regresĆ³ de dormir a Camila, y quedĆ³ un instante viendo al adolorido sujeto, entonces dijo:
“La clave, dĆmela”.
En su agonĆa en ejecutivo pareciĆ³ entender que la mujer necesitaba de el para abrir la caja fuerte, por eso le esperĆ³ y le incapacitĆ³… con su orgullo respondiĆ³.
“Maldita puta, no te dirĆ© nada!”.
La mujer sacĆ³ de una gaveta el arma que habĆa hurtado al guardia, PiƱeres apretĆ³ los ojos, pensando en su dolor, que hacer ahora?, seguro exigirĆa la clave a cambio de su vida…
…Pero el sujeto ante la situaciĆ³n sin salida, decidiĆ³ proceder de manera terca, esa mujer le habĆa pegado en los huevos y barrido el piso con Ć©l, por honor masculino no le darĆa el gusto, que le matase si quiere, pero no le darĆa su dinero.
“Vete al infierno maldita zorra!”.
La mujer, ni siquiera alcanzĆ³ a amenazarle con el arma, la dejĆ³ sobre el escritorio, y corriendo pateo las costillas de PiƱeres, el hombre se quejĆ³ pero sin soltar sus huevos que por mucho dolĆan mĆ”s que el costado.
“La clave…”. El ejecutivo se mordiĆ³ el labio desafiĆ”ndola, no hablarĆa.
La mujer se inclinĆ³ ante el sujeto y le propinĆ³ un puƱo en el estĆ³mago, un segundo y un tercero, la agonĆa del ejecutivo apenas comenzaba…
… mucho mĆ”s debilitado no pudo hacer nada ante la intromisiĆ³n de una mano de la mujer en su entrepierna,
“DEJAAAAAA!!!”. PiƱeres sentĆa como sus bolas casi se fusionaban por la persistente e intensa compresiĆ³n manual.
“la clave o perderĆ”s la hombrĆa”. El seco comentario de la mujer era terminante.
“AAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!”. La tortura testicular fue insoportable u el hombre hablĆ³: “257964, suĆ©ltamelas ya por favor!!!!”.
La ladrona liberĆ³ los testĆculos y se dirigiĆ³ a la caja fuerte con clave electrĆ³nica.
PiƱeres se sobaba las pelotas con desesperaciĆ³n, estaba casi ido de la realidad, veĆa borroso y sentĆa un sudor helado recorriendo su espalda baja; De pronto recobrĆ³ algo de percepciĆ³n, y escuchaba al fondo el sonido de las teclas siendo presionadas, y seguidamente un ruido de error, una segunda y una tercera vez, se escuchĆ³ el error, la ladrona no lograba abrir la caja fuerte; PiƱeres que le habĆa dado la clave correcta, temĆa que frustrada por no poder abrir se vengase con Ć©l y con sus testĆculos, no soportarĆa un nuevo ataque a sus parte nobles…
…Por fin escuchĆ³ un sonido de aprobaciĆ³n, sintiĆ³ algo de alivio.
Unos segundos despuĆ©s volviĆ³ a escena la asaltante, PiƱeres desde el suelo no podĆa ni moverse, lo Ćŗltimo que vio fue la suela del zapato de la mujer descendiendo a su rostro, la patada le dejĆ³ inconsciente.
Tras escuchar el relato, Armando no pudo dejar de tocar su entrepierna, el mismo habĆa sufrido lo que es ser golpeado en los testĆculos, y coincidenciĆ”lmente por una mujer, y que ocultaba su rostro.
"Tengo que hacerle una Ćŗltima pregunta, tiene algĆŗn problema marital, o una exnovia o examante celosa".
"Le serƩ sincero, estoy casado, pero tengo mis aventuras, mas no he tenido problemas con alguna mujer, porque lo pregunta?".
"La atacante se centrĆ³ en sus genitales, muchas veces es significado de venganza contra el hombre, tal vez alguna mujer celosa que querĆa desquite".
"Y el robo?".
"Eso es lo raro, pudo ser solo para disfrazar lo personal de la agresiĆ³n, me entiende?, hacerlo pasar como un robo... es demasiado extraƱo eso de dejar la caja fuerte abierta y sĆ³lo llevarse un porcentaje del dinero... de todas maneras ninguna teorĆa serĆ” desechada... hallaremos a la criminal".
"Atrape a esa maldita... ATRAPELA DETECTIVE!!".
"Eso haremos seƱor PiƱeres, ya puede marcharse".
Los involucrados dejaron la comisarĆa con sentimientos variados, la investigaciĆ³n darĆa comienzo… Para Armando DĆaz dos aspectos le intrigaban, el que la criminal imprimiera el documento contable con letras de mayor tamaƱo, y el que tuviera problemas en digitar la clave de la caja fuerte digital… No tardĆ³ en deducir que la mujer asaltante no tenĆa muy buena vista para lo pequeƱo, como letras en documentos o nĆŗmeros a oprimir en el dispositivo de la caja fuerte… Esa era una buena pista.
Lo que no se supo es que el 80% robado (44% del total) fue entregado anĆ³nimamente a un refugio de inmigrantes no muy lejos de la ubicaciĆ³n del club.
FIN.
Gracias.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
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