La sociedad de las orquideas - Las Bolas de Pablo

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16 ene 2019

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La sociedad de las orquideas

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CONTIENE:
BALLBUSTING MUJER/HOMBRE

   Camilo y SaĆŗl iban directamente a una cita que cualquier hombre pudiera envidiar. Mientras Camilo conducĆ­a iba a detallando los pormenores de cómo se habĆ­a formulado el encuentro que iban a tener en cuestión de minutos.


   ā€”SĆ­, la conocĆ­ a travĆ©s del club de Karate, ella es organizadora del torneo que tendrĆ” lugar en marzo. Intercambiamos nĆŗmeros y comenzamos a escribirnos. Hasta que la traviesa esa me invitó a una orgĆ­a y me dijo que invitara a un amigo igual de mente abierta que yo.
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   SaĆŗl no pudo mĆ”s que reĆ­r mientras su pene comenzaba a crecer al final no era la primera vez que tenĆ­a un encuentro sexual en grupo y todas las hembras se enamoraban de sus buenos dotes masculinos. Y a Ć©l le encantaba su fĆ­sico, era rubio, excelente luchador de belleza impresionante pero con actitud arrogante.



   Por su parte Camilo, el gran semental, era de cabellos negros y desde su nacimiento fue bendecido con una polla enorme y un par gordo de cojones colgantes.

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   Cuando llegaron al departamento mostrado por google maps Camilo encontró a la amiga con quien compartirĆ­an el rato de diversión.



   Era una bella mujer que 27 aƱos y cabello oscuro. VestĆ­a provocativamente con una minifalta y un escote que resaltaba sus inmensos senos.



   SaĆŗl la catalogó de inmediato como zorra y que solo valĆ­a como una mĆ”s en su lista de mujeres.



   Camilo la saludó desde el primer momento con un beso en los labios.



   ā€”Espero que hayas cumplido con lo que me prometiste por whatsapp —dijo ella con picara sonrisa.



   ā€”Por supuesto que sĆ­ —afirmó Camilo—. No me he masturbado por dĆ­as.



   ā€”Y yo tampoco, cariƱo —afirmó SaĆŗl—. Tenemos tanto semen acumulado que ustedes van a quedar inundadas.



   ā€”Pasemos a la otra sala —dijo la mujer llamada Amelia despuĆ©s de reĆ­r. Ambos la siguieron y se encontraron con dos hermosas chicas.



   La reacción de los hombres no fue mĆ”s que un gesto gracioso y salvaje como la de un animal, sonrieron a tiempo que se le formaban sendas erecciones.



   ā€”Conozcan a JazmĆ­n y Grecia.



   JazmĆ­n era una muchacha muy atractiva de unos veinte aƱos, con piel de bronceada y cabello negro y corto. Su cuerpo era una figura perfecta de reina de concurso de belleza con grandes pechos y un gran culo. Llevaba un vestido negro que apenas cubrĆ­a los lugares estratĆ©gicos de su cuerpo voluptuoso y era tan apretado que fue bastante obvio que no llevaba ropa interior.



   Grecia no era tan curvilĆ­nea como su amiga pero su cuerpo era impresionante. Rubia alta y delgada, con el pelo largo y un enorme par de senos que parecĆ­an sacados de la lĆ­nea de productos de un cirujano estĆ©tico. VestĆ­a un top blanco que era demasiado corto para que la parte inferior de sus pechos se cubrieran.



   Camilo y SaĆŗl se quedaron sin palabras miraron a las mujeres y tragaron saliva al mismo tiempo.



   Grecia y JazmĆ­n miraron la entrepierna de Camilo deleitandose con el contorno de su polla gorda. ParecĆ­a que habĆ­a metido un salami grande en su pantalón.



   Grecia se lamió los labios.



   JazmĆ­n asintió con entusiasmo.



   ā€”Empecemos —dijo sin mĆ”s preĆ”mbulos Amelia—. ĀæPor quĆ© no se desnudan de inmediato?



   Los ojos de los hombres se ensancharon con enormes sonrisas en sus caras. Sin demorar mucho tiempo ellos se quedaron sin ropa con erecciones furiosas.

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   La gruesa polla de Camilo estaba de pie y apuntando al techo, con sus gordas y pesadas huevas colgando en su escroto. Guiñó un ojo a las chicas que miraron su miembro con expresión fascinada.



   Los cojones de SaĆŗl estaban hasta el borde de semen ya que su salchicha sexual brotaba presemen al suelo en un delgado hilillo.



   ā€”Ambos lucen preciosos —dijo Amelia.



   ā€”SĆ­, tienen bonitos cuerpos.



   ā€”Lucen de maravilla.



   ā€”Pero estamos seguras que uno es mĆ”s fuerte que el otro —afirmó Amelia—. ĀæPodrĆ­an imaginarse que el mĆ”s fuerte de ustedes se almuerce a nosotras tres a la vez?

   ā€”ĀæCómo consigo eso? —se interesó en saber Camilo.



   Y las tres mujeres clavaron la vista en los genitales de los varones. Camilo captó el mensaje y golpeó a SaĆŗl en las bolas desnudas con el dorso de la mano.

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   SaĆŗl emitió un grito de sorpresa y se dobló.



   Grecia fue la primera en atreverse a tener contacto directo con los varones, se acercó a SaĆŗl y agarró su escroto por el cuello y golpeó sus bolas con fuerza.



   SaĆŗl gritó.



   JazmĆ­n se volvió hacia Camilo y le sonrió. Envolvió sus cojones dentro de sus manos y los aplastó sin piedad.



   Camilo dejó escapar un chillido femenino.



   ā€”Ooooh, Ā”quiero intentar eso! —exclamó Grecia. Sostuvo los órganos reproductores de SaĆŗl y aplastó con fuerza haciĆ©ndole gritar en agonĆ­a.



   ā€”Es divertido —aseguró Amelia— aĆŗn no se define quien es el mĆ”s fuerte que merezca compartir un rato con nosotras.



   Camilo cayó de rodillas, haciendo una mueca y gimiendo de dolor, sus manos agarraban sus pelotas.



   Grecia y JazmĆ­n se miraron expectantes.



   ā€”Abre las piernas para las damas —le coqueteó Amelia a SaĆŗl.



   Ć‰l hizo una mueca.



   Grecia se arrodilló ante el hombre con sus ojos fijos en la entrepierna. Hizo un gesto con el puƱo y lo levantó entre los muslos de SaĆŗl haciendo crujir sus pelotas contra su pelvis.



   SaĆŗl soltó un gemido de angustia.



   Grecia siguió con otro uppercut directo aplastando los jugosos testĆ­culos.



   SaĆŗl se lamentó chillando.



   JazmĆ­n golpeó el hombro de Grecia.



   ā€”DĆ©jame intentarlo.



   Grecia se encogió de hombros y le dio paso a su amiga para que pudiera tomar su lugar.



   JazmĆ­n se mordió el labio inferior, agarró las huevas de SaĆŗl con una mano y las golpeó contra su palma con la otra.



   Ć‰l chilló de dolor.



   Pronto, las bolas de Camilo se hincharon considerablemente, haciĆ©ndolas lucir mĆ”s grandes y gordas de lo que solĆ­an ser.



   SaĆŗl se desplomó en el suelo, meciĆ©ndose adelante y atrĆ”s sobando sus maltratadas bolas.



   ā€”ĀæTan dĆ©biles son ustedes? —preguntó con una sonrisa maliciosa Amelia—. Para nada son dignas de nosotras.



   Demostrando su espĆ­ritu competitivo Camilo se enderezó y extendió sus piernas.



   Con eso, Amelia echó su pierna hacia atrĆ”s y pateó las pelotas de Camilo con toda la fuerza que pudo reunir. Su empeine golpeó los testĆ­culos colgantes contra su cuerpo, aplastĆ”ndolos como tortillas.



   La boca de Camilo se abrió en un grito silencioso. Su rostro se contrajo en una mĆ”scara de dolor y sus ojos se cruzaron cómicamente.



   Se quedó paralizado con la boca abierta de par en par sin que saliera algĆŗn sonido. Sus rodillas se encontraron y se hundió en el suelo, sus ojos cruzados se llenaron de lĆ”grimas.



   ā€”Parece que vi que las pelotas le subieron a la garganta —se burló Grecia.



   ā€”Creo que Camilo estĆ” derrotado —dijo SaĆŗl levantandose— por lo que quedo de pie yo. AsĆ­ que gano.



   Las muchachas se miraron y rieron para despuĆ©s afirmar.



   Los ojos de SaĆŗl se abrieron cuando las dos tetonas se arrodillaron frente a Ć©l. Y no se percató que Amelia se acercó a Camilo y cuando se apartó de Ć©l Ć©ste habĆ­a quedado inconsciente en el suelo.



   Grecia se apoderó de la hueva izquierda, y JazmĆ­n eligió la derecha. Comenzaron a apretar los enormes testĆ­culos, hundiendo sus dedos en la suave carne y tirando de ellos como si estuvieran tratando de arrancarlos.



   La polla de SaĆŗl se puso dura como roca.



   DespuĆ©s de un rato de masturbar a SaĆŗl con manos y lenguas de las mujeres Ć©l fue sacudido por un orgasmo y eyaculó sobre las tetas de JazmĆ­n y Grecia.



   Pero SaĆŗl que pensaba que iba a llegar a la penetración con esas diosas sexuales estuvo muy equivocado de hacerlo. Amelia se acercó tras de Ć©l y le colocó un paƱo contra la cara. Las mujeres lo sujetaron y Ć©l intentó hacer resistencia hasta que su cuerpo se fue relajando y se depositó en el suelo.



   Los dos amigos quedaron inconscientes en el suelo y desnudos cuando se despertaron las mujeres ya no estaban en el departamento pero habĆ­an dejado allĆ­ dos flores de orquĆ­deas.

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