Dos para Pablo - Las Bolas de Pablo

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4 ene 2019

Dos para Pablo


Hola, con este relato se inicia la temporada 2019 de Las bolas de Pablo. Hoy el blog cumple 8 aƱos publicando historias. Y continuaremos por mas este aƱo. Hay un promedio de 620 publicaciones de historias.

CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

—Y quiero desearte un feliz cumpleaƱos, mi amor —decĆ­a David a Pablo. Con ello le dio una patada en los huevos con el pie desnudo, aplastando su abultado paquete y metiendo sus tiernas albĆ³ndigas en su cuerpo.


Pablo soltĆ³ una tos seca y se doblĆ³.



David riĆ³ y se frotĆ³ su propia entrepierna llena de una erecciĆ³n.



Eddy lo mirĆ³ fijamente y su rostro se contorsionĆ³ de ira.



—¿QuĆ©, idiota? —le preguntĆ³ David—. Si quieres tambiĆ©n te subo las huevas a la boca de una patada.



Al final Eddy se riĆ³. HabĆ­a preparado un pastel para Pablo que habĆ­a quedado relegado por la improvisada sesiĆ³n de David.



—No estuvo mal —dijo Pablo con voz ronca, frotĆ”ndose la entrepierna—, pero puede estar mejor. 

Con eso, su pie se alzĆ³ conectĆ”ndose con la entrepierna de David dando un golpe seco.



Los ojos de David se agrandaron mientras se quedaba sin aliento.  DejĆ³ escapar un gemido sibilante, doblĆ”ndose, con una mano agarrando su entrepierna.



—¡Bien hecho, Pablo! —Eddy fue hasta Ć©l para abrazarlo, felicitarle y entregar un beso a sus labios.



—Dame un golpe en las bolas —solicitĆ³ Pablo haciendo caso omiso de como los testĆ­culos le palpiraban.



–¿SĆ­? —el rostro de Eddy se iluminĆ³ con una sonrisa.



—Si, tu mejor golpe.



Los ojos de Pablo se cerraron.



El pie de Eddy chocĆ³ con las dos bolas de Pablo, levantĆ”ndolo del suelo y haciendo que gritara de dolor.



—¡Oohhhhh, me duele —gimiĆ³ Pablo, saltando arriba y abajo, con las manos agarrando su entrepierna.



En aquel momento David se acercĆ³ a Eddy coloco una mano en su hombro y dijo:



—DeberĆ­amos trabajar en conjunto para Pablo.



Se dieron miradas cĆ³mplices y sonrieron de picardĆ­a.



Eddy tumbĆ³ en el suelo a Pablo, y se arrodillĆ³ sobre sus hombros, lo agarrĆ³ por los pies, los levantĆ³ extendiendole en forma de V. David se colocĆ³ ante Pablo y pisĆ³ fuerte.



—¡¡¡¡Aaaaahhhhh!!!! —gritĆ³ Pablo.



David mirĆ³ a Eddy y se echĆ³ a reĆ­r.



—Hazlo nuevamente —pidiĆ³ Eddy inclinĆ”ndose y asfixiando a Pablo con su paquete.



Pablo dejĆ³ escapar un gruƱido cuando David pisoteĆ³ sus bolas una y otra vez bajo su pie.



Eddy asintiĆ³.



David  agarrĆ³ los pies de Pablo y se sentĆ³ entre sus piernas presionando el pie contra el abultado paquete y apretando sus bolas contra su cuerpo.



Pablo quiso gritar pero en su lugar recibiĆ³ el pito y las bolas de Eddy contra su cara.



David apretĆ³ los labios y moviĆ³ los dedos de los pies mientras presionaba las huevas de Pablo en su cuerpo. Luego se levantĆ³ y afincĆ³ el pie aplastando las dos grandes gĆ³nadas una y otra vez, provocando un gemido sordo, ahogado y gritos desesperados. DespuĆ©s de una docena de pisadas apartĆ³ el pie.



—¿EstĆ”s bien, Pablo? —preguntĆ³ David.



Desde el suelo Pablo dio una afirmaciĆ³n. AsĆ­ David echĆ³ el pie hacia atrĆ”s y pateĆ³ las bolas con fuerza.



Pablo soltĆ³ un gemido agudo.



Los ojos de Pablo se agrandaron cuando David alzĆ³ la pierna hacia atrĆ”s y le dio una nueva patada a sus bolas tan fuerte como pudo.



Eddy volviĆ³ a restregar su potente erecciĆ³n por la cara de Pablo estaban tan excitado que si se lo proponĆ­a se podĆ­a eyacular encima de su ropa interior.



David pisoteĆ³ con fuerza los dos testĆ­culos grandes y abultados, aplastĆ”ndolos y provocando gritos de angustia.



PisoteĆ³ las pelotas una vez mĆ”s, aplastĆ”ndolas bajo su pie antes de girar el talĆ³n y moler las huevas de Pablo en el duro suelo.



Pablo gritĆ³ sin ningĆŗn tipo de mordaza.



Con la polla erecta por encima de la ropa interior David sintiĆ³ compasiĆ³n por Pablo y le pidiĆ³ a Eddy que lo soltase. Este obedeciĆ³ y se apartĆ³ del cumpleaƱero que se acurrucĆ³ gimiendo en el suelo.



David se dirigiĆ³ a la cocina no para buscar el pastel sino para preparar a ChacĆ³n una bolsa de hielo.



Cuando regresĆ³ a la habitaciĆ³n consiguiĆ³ a Pablo tendido en el piso y Eddy acariciĆ”ndolo.



Le acercĆ³ la bolsa de hielos a Pablo que la colocĆ³ contra sus pelotas.



—TodavĆ­a falta algo —indicĆ³ Eddy.



—¿QuĆ©? —interrogĆ³ David.



—Bajarme esta erecciĆ³n.



—SĆ­ tienes razĆ³n yo tambiĆ©n la tengo tiesa.



Ambos se enderezaron y bajaron su ropa interior entre sus piernas comenzando a masturbarse y apuntando la cabeza de su polla en direcciĆ³n a Pablo.

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