Alimañas de la noche 2 (5/5): Sebastiana - Las Bolas de Pablo

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21 mar 2019

Alimañas de la noche 2 (5/5): Sebastiana

Parte 2/3

CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Había pasado un mes desde la desaparición de Iván y desde entonces su hijo se desesperó por la búsqueda del oficial de policía. Sentía que su vida corría peligro y que para el más poderoso de los Ky resultaba mejor asesinarlo que convertirlo en uno de ellos.

   El joven salía a las calles de Biloba con una pistola cargada de balas de oro. Era experto en el manejo de municiones gracias a las técnicas enseñadas por Iván, incluso llegado un momento quiso ser policía como él pero desistió en su deseo.


   Las calles de Biloba habían vuelto al acecho del peligro pues el Ky poderoso estaba reclutando a nuevos pares y asesinando a quiénes fueran benévolos a mansalva.


   Se desconocía su paradero pero la organización policial trabajaba duro por hallarla, era conocido que eliminando a Nojh se reducirían a todos los malignos Ky.


   Por su parte los Ky benévolos se fueron registrando poco a poco y eran comandados por Rómulo todos ellos iban a tener el amparo de la justicia e iban a ser un elemento esencial para la guerra final.


   Rómulo intentaba desarrollar nuevos poderes y en su haber logró emplear uno nuevo a la perfección y fue el de la comunicación mental como lo logró en una ocasión con Iván como aquel día donde le dijo quien era Jessica.


   —Desde entonces nunca más he podido comunicarme con él —declaró una vez a la policía—. Lo he intentado y no puedo. Temo que lo asesinara y esa sea la causa de la incomunicación.


   Pero una tarde apareció en la estación de policías Sebastiana, la Ky benévola que sería la pieza fundamental para el encuentro.


   Su apariencia era la de una mujer madura de cabellos castaños y crespos. Cuando aportó sus datos demostró que tenía varias décadas convertida y su habilidad era la teletransportación.


   —A parte de todo lo que nos ha dicho —decía Bruno desde su asiento—. ¿Cómo puede demostrarnos sus poderes?


   —¿A dónde desean ir? —interrogó ella alzando una ceja con interés.


   —Quiero aparecer en la oficina del policía Víctor Menduni.


   —Victor Menduni —repitió la mujer con pose pensativa—, por favor permitanme sus manos y encerremosno en círculo.


   Era la primera vez desde mucho tiempo que Rómulo y Bruno se tomaban de las manos. Desde el acercamiento todo se reducía a un trato laboral.


   En un abrir y cerrar de ojos y sintiendo como si cayeran desde lo alto de un rascacielos aterrizaron los tres de píes en la oficina del moreno oficial quien saltó en su asiento blandiendo su arma de reglamento.


   —¡MALDITOS KY! ¿QUÉ PRETENDEN? —insultó el hombre que continuaba tan radical con las alimañas—. ¡ESTOY HARTO, NO LOS QUIERO CERCA!


   —Era cuestión de prueba —argumentó Bruno intentando calmarlo y conteniendo la risa.


   Salieron de su despacho convencidos de que esa Ky pondría el punto y fin a la desaparición y lucha contra Nohj. Tomaron los datos de ella y se prepararon para investigarla resultando confiable.


   Con una reunión de la fuerza policial se determinó como sería la emboscada contra el más poderoso de los Ky y cuando se trazó el plan se convocó a Sebastiana para la teletransportación y la mujer acudió a la sede encontrándose con una comision de hombres conformados entre policías y Ky.


   —Todos en círculos y agarrados de la mano —indicó la Ky. Comenzaron a obedecerla, al punto, ella adoptó pose pensativa—. Paradero de Nohj...


   Así inició el despegue abandonando la sede policial y sintiendo como si juntos cayeran de un precipicio y aterrizaron de pie en un edificio iluminado donde ya los estaban esperando.


   Se trataba de una trampa fraguada por Nohj y Sebastiana. Montando guardia otros Ky malignos se abrió fuego disparando contra los recién llegados acabando con la vida de algunos policías y Ky benévolos.


   Bruno corrió para salvarse iba equipado con su traje y empezó a disparar sus balas de oro.


   Enseguida se inició el contraataque.


   —No tan rápido —gruñó una voz.


   Bruno escudriñó en una pared para ver de quien se trataba y era Nohj.


   —Es fácil —susurró Bruno cargando el rifle, desde su sitio lo mataría para terminar pronto. Cuando se giró para matarlo su mirada se encontró frente a frente con Iván que lo apuntaba con una pistola—. ¿Qué haces? Baja eso. ¿A caso te convirtió? 


   Bruno lo observó, aunque también tenía el arma en alto le era imposible disparar contra Iván sus ojos se ensancharon de terror, cuando Iván se acercó un paso sin bajar el armamento.


   —¿Vas a matarme, Iván? ¿A tu amigo? ¿Qué te hizo ese Ky?


   Iván no medió palabra simplemente impactó una dura patada en la entrepierna de Bruno haciendo que el policía gritase y se fuera al suelo revolcándose del dolor y gritando agarrando sus huevos.


   Todavía Iván con mirada maligna apuntó contra su cuerpo y disparó contra Bruno.


   Tras el estallido de la pistola rugió en el sitio el grito de Rómulo.


   —¡NOOOOOOO!


   Y tres balas de oro atravesaron el cuerpo de Iván disparadas por el Ky benévolo.


   Pero Iván no ardió en llamas lo que significaba que todavía era humano simplemente se quedó parado sin saber qué hacer mientras la sangre mojaba su ropa y bajaba el brazo.


   Rómulo lanzó una ràpida carrera hasta él y cuando estuvo cerca propinó la más dura patada contra la entrepierna que en su vida haya podido entregar.


   El guapo policía lanzó un terrible grito cuando sus pelotas se aplastaron perdiendo la forma de huevo. Cuando el dolor hizo expansión se agarró los testículos con una mano y cayó al piso retorciéndose y con el rostro pálido.


   —¡Bruno! ¡Bruno! —eran los llamados cargados de desesperanza de Rómulo—. No te vayas, no me dejes.


   Bruno estaba jadeando pesadamente sintiéndose desfallecer, Iván le había disparado cerca del cuello y se estaba desangrando.


   —No puedes dejarme, Bruno. Aún falta mucho por vivir juntos. Nos falta mucho. Escucha, te amo, Bruno, saca fuerzas donde no las tengas.


   Bruno no lo miraba tampoco se sabía si lo oía solo sentía que la vida se escapaba de su cuerpo.


   En otro lado del galpón Victor celebraba el haber disparado contra la traidora de Sebastiana reduciéndola a un montón de llamas y cenizas.


   El oficial continuaba disparando eliminando a unos cuantos Ky que se cruzaban contra su mirada y el gatillo.


   Hasta que una alimaña invisible envolvió sus asquerosos dedos alrededor de sus frágiles testículos.


   Victor dejó escapar un gemido sordo y apagado cuando los dedos se apretaron alrededor de sus gónadas.


   Fue un fuerte y nada piadoso apretón, presionando los pulgares en la tierna carne de sus bolas.


   Víctor gritó, sus ojos se cerraron, y su cara se contorsionó de puro dolor. Se dejó caer al suelo con las manos amasándose los cojones.


   La respiración de Víctor se aceleró. Había sido un apretón tan fuerte.


   Ante él reapareció una mujer de aspecto siniestro y espeso cabello como una melena, Alzaba sobre sus manos una piedra con la que pretendía aplastar el cráneo del policía.


   Víctor emitió un chillido agudo y la conservación de su vida se mantuvo gracias a la intervención de un Ky benévolo que la fulminó. De esa manera Víctor fue salvado por una alimaña.


   Más allá el cuerpo de Iván estaba temblando. Sus ojos estaban cerrados y sus manos se abrazaban a su entrepierna.


   Rómulo lloraba los últimos respiros del debilitado Bruno.



   —No lo voy a permitir —negaba el Ky entre lágrimas—. Ya me separé de ti no pienso hacerlo para siempre —sus uñas se convirtieron en largas y filosas cuchillas, con el dedo índice se rompió la palma de la mano haciendo que un hilo de sangre comenzara a resbalar en dirección a la boca del policía. Allí Bruno comenzó a tragar y después su cuerpo se retorció hasta quedar inanimado. Rómulo volvió a llorar y con furia miró a Iván cerca de él, sus uñas regresaron a su estado normal pero su puño se crispó hasta volverse blanco.


   Se hincó ante él y comenzó a golpearlo en la entrepierna repetidas veces hasta que Iván no pudo soportar más el dolor y quedó también inerte en el suelo.


   Fue una batalla cruel y campal con muchas pérdidas de ambos bandos y Nojh continuaba desaparecido.

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