UNA HISTORIA ZULÚ.
(Relato corto)
HISTORIA SIN BALLBUSTING. CONTIENE SEXO HETEROSEXUAL.
Tiene relación con: LA EXPEDICIÓN, Parte3.1 Aventura en territorio Zulú.
Yamaile-Zu es un adolescente de la etnia zulú, se encontraba jugando con su hermano menor cuando un alboroto sacudió la aldea.
Un grupo de expedicionarios occidentales, traídos allí por el francés Ferdinand Maurice, aparece con intención de raptar mujeres zulúes, y posteriormente pedir un rescate por ellas, así financiarán su expedición.
Apenas comenzó el ataque a la aldea, el joven se armó de valor y quiso defender a los suyos; Su madre fue de las primeras en escapar a la llanura, alentada por algún anciano que ya sospechaba de sucedía, pero otras jóvenes mujeres eran atrapadas por los cobardes raptores.
Yamaile quería tener en sus manos una lanza, pero los guerreros se las llevan para las largas jornadas de cacería.
Por su juventud sus niveles de hormonas estaban por los cielos, y con el cerebro inundado de testosterona se lanzó al ataque con sus puños…
…Pero el puntapié en sus bolas adolescentes le dejó en el suelo vencido, el joven se tomaba los testículos…En su vida jamás había sentido un dolor similar, y sólo hace 3 días sus bolas habían recibido el protagonismo de su vida:
Aquel día la madre de Yamaile le sorprendió masturbándose…Era frecuente aquel acto, el joven zulú ya comenzaba su desarrollo sexual pleno y no había jovencita de su edad a la que no viera con interés.
Tras un regaño, la mujer le saco de la aldea, llevándole a un área alejada. El chico reconoció el sitio, era la lejana choza dónde vivía Amu-Nanwadi, prima lejana de su madre
La mujer vivía lejos de los demás, era solitaria, y a diferencia de la mayoría de las femeninas de la aldea, ella era una guerrera!
El joven de inmediato quedó con los ojos abiertos al ver a la mujer con el busto al aire, pues cómo soltera y peleadora era común mostrar su pecho, casi como un guerrero varón.
Amu era experta en el manejo de la lanza y la madre dejó al joven con su prima, no sin antes charlar en privado con la guerrera.
Amu entregó una lanza al chico y comenzó a enseñarle la forma de usar el arma. El joven sabía lo básico del manejo de la lanza…algo común en los zulúes, pero aun así la prima le corrigió bastante, sobre todo en su postura. La mujer le tocaba los muslos indicándole como debía ubicarlos para una postura perfecta en combate…
…El ver el pecho desnudo de la mujer tan cerca de él, junto al tacto a su muslo provocó inevitablemente una reacción en el taparrabos de su primo lejano.
Yamaile trata de cruzar los muslos para calmar su falo en crecimiento, Amu de inmediato le corrige para que separe los muslos, con las manos se los ubica nuevamente en la posición correcta.
—No cerrados! —Le regañó la guerrera—debes tener una sustentación! el equilibrio lo es todo en un combate, tampoco tan separados porque dejas esto expuesto.
Le da una suave palmada en los huevos sobre el taparrabo, Yamaile de inmediato queda atónito y tragando saliva.
—No querrás que dejar tus genitales expuestos a una patada del oponente frente a ti, verdad? Porque eso podría ser tú derrota, y en un combate eso es igual a la muerte.
Yamaile no pudo contenerse más y el pene creció desmesuradamente.
La mujer vio como brincaba algo adentro de la prenda, la cual pronto parecía esconder un levantado tronco de madera.
—Veo que no avanzaremos hasta que se te baje eso— la mujer señaló el taparrabo el joven que parecía una carpa de circo (término para occidentales).
El muchacho se disculpó y cubrió su entrepierna con el rostro enrojecido.
—Perdón, prima Amu—El adolescente estaba enrojecido.
—No ocultes tus reacciones, son naturales a tu edad, pero eres muy novato para poder manejar con habilidad dos lanzas a la vez, —Un claro sarcasmo a la barra de carne adolescente que simulaba otra lanza.
Amu llevó una mano y la introdujo por un lado del holgado taparrabo del joven, el chico casi dio un gemido cuando los dedos de la mujer le acariciaron los testículos.
—Ya casi son como los de un adulto, cuántos años tienes ya?
—Tengo 15, prima— En realidad aun no los cumplía pero quería parecer lo más mayor posible ante la mujer.
Amu le bajó el taparrabo, observando el falo erecto del adolescente, era de buen tamaño, y al igual que sus bolas, ya casi era como la de un adulto.
La mujer le acarició el miembro viril sacando más expresiones de placer en el chico….pronto ella misma se retiró la prenda que cubría su zona íntima y se acostó en la hierba.
El adolescente vio muy contento la invitación de la mujer y la cubrió.
El pene casi le llegaba al ombligo de la erección.
Amu le guiaría el falo erecto para que encajara perfectamente en su coño.
—Ahora empuja y ya serás un hombre pleno.
Así lo hizo el adolescente, quien comenzó a bombear su falo erecto en el coño de Amu, la velocidad del chico era increíble, era un animal salvaje, desesperado por soltar lo que tenía en las huevas.
Aun a pesar de la inexperiencia del chico, éste duró un tiempo considerable, pintaba como buen amante a futuro. Ella le indicaba las mejores posiciones para llegar lo más profundo en su coño.
Con cada entrada y sacada del falo un flujo de líquidos femeninos salía a presión del coño de la guerrera, Amu trataba de disfrutarlo, una buena polla siempre era bien recibida en su vagina.
El joven no desaprovechó para chupar las tetas de la lejana prima, más cuando la ansiosa por placer se las ponía casi en la boca.
Pero en una de esas posiciones, la mujer se ubicó en 4 patas, el arrodillado chico mantuvo su bombeo…Pero cuando Amu le acarició las pelotas por debajo, el joven no soportó lo que su ardiente pene le pedía soltar, y con un quejido avisó a su prima que no podía más.
La leche adolescente abandonó sus bolas en contracciones sucesivas, fue toda una eyaculación brutal, la primera de su vida dentro de una mujer!
Amu disfrutó de su deber, y es que la madre del joven le trajo no a entrenar con la lanza, sino para que la mujer “estrenara” a su retoño en las artes sexuales, la madre ya lo consideró listo para “coger mujer”, y era común que una mujer soltera y con experiencia, ayudara a los adolescentes a ganar confianza en el sexo…Siendo Amu su familiar vino por su ayuda.
La guerrera aceptó sin problemas, además hace unos meses no estaba con un macho.
Tras el sexo, el joven le regaló un —Gracias, prima Amu — La felicidad era total, no habría en su vida ya espacio para la masturbación, el estar dentro de una mujer, era mucho más placentero que usar la mano.
Pero la potencia jamás liberada y las nuevas sensaciones del aquel primer acto de amor, le dejó exhausto, el sueño dominó al chico…
…Antes de dormirse el joven vio como Amu le regalaba un beso en el escroto, el joven hizo un intento por incorporarse y volver a tocarla, pero la mujer le colocó la mano en la frente y con suavidad se la acarició.
Con un —Descansa, chico —repetido en voz baja por la mujer, el joven caería rendido ante el sueño.
Regresando al instante del ataque, el joven sostenía sus testículos, no podía creer lo mucho que dolía un golpe en ellos; Era una contradicción el cómo sus bolas le habían regalado tanto placer gracias a las caricias y a llenarle el coño a su prima Amu, para ahora recibir tanto sufrimiento desde los mismos colgantes…Las bolas podían dar placer y dolor a niveles extremos, como nada en el mundo.
—Prima…Amuuuu —Expresó en voz baja el adolescente, recordando aquel beso en sus bolas y casi pidiendo ayuda a la guerrera, ayuda que no vendría al estar muy lejos de la aldea.
Finalmente el chico no pudo soportar más el dolor y perdió el sentido. Ferdinand vio a su “Rival” desmayado y fue a continuar su rapto de mujeres.
Después del ataque, Amu llega a la aldea, enterándose de los detalles. Lamenta el vivir lejos, quería enfrentar a los secuestradores.
Se entera que Yamaile está en cama atendido por su madre, y va a verle. Las pelotas del adolescente estaban inflamadas con el golpe recibido por Ferdinand.
El chico se siente humillado por no haber podido defender a las mujeres.
—No te preocupes, Yamaile, te patearon en las pelotas, fue un gran cobarde en atacarte así, siendo él un grandulón y tú aún un muchacho.
—Ese hombre fuerte se burló de mi…—Yamaile se mostraba deprimido
—Yamaile, no podías hacer nada más, pero eres muy valiente…
Cuando mejores te entrenaré muy bien para que seas un mejor guerrero, ya lo verás!
La mujer le regala un beso en la frente y el chico de inmediato recobra el ánimo.
Amu sale de la choza deseándole pronta recuperación, en la mente de la guerrera sólo existe un pensamiento, vengar al chico y a la aldea del protagonista del ataque…Ferdinand Maurice!
Ese hombre de nuevo, ya es conocido en la región por ser un miserable secuestrador y violador.
Amu no se meterá en las negociaciones entre los zulúes y los occidentales para el intercambio de raptadas (Trama del relato LA EXPEDICIÓN, Parte 3.2 Un duelo por Roxana) pero si irá por Ferdinand.
—Ese maldito se las verá conmigo! —Sentencia la guerrera.
FIN.
***
Relacionado con esta historia y con el personaje de Ferdinand, se publicará a futuro un relato llamado: AMU-NANWADI CONTRA FERDINAND MAURICE.
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